La prensa rusa enfatizó el alcance en la promesa hecha por las autoridades chinas de incrementar el apoyo a Rusia ante la imposición de sanciones mucho más duras por parte de Occidente contra Rusia. El 26 de abril, 2021 el portavoz de la cancillería de China Wang Wenbin dijo lo siguiente:
«Nos oponemos resueltamente a la utilización de sanciones unilaterales… China y Rusia mantienen relaciones integrales mutuas como socios. En los temas de protección de la soberanía de estado, la República Popular China y Rusia se apoyarán mutuamente».[1] El fuertemente conservador canal de televisión Tsargrad.tv tituló la declaración de «Un amigo es reconocido en tiempos de sanciones».[2] Es comprensible que el gobierno ruso desee demostrarle a su población que Rusia está lejos de estar aislada económicamente. Sin embargo, han surgido algunas reservas sobre la profundidad de la amistad china. Si Rusia sufre de problemas económicos, lo mejor que puede hacer China es ayudar a que la economía rusa crezca. Estas serían más que declaraciones de solidaridad y condenas conjuntas al arma de sanciones estadounidenses.
El informe de MEMRI puede leerse a continuación:
El diario empresarial Konkurent, el cual es publicado en el Lejano Oriente ruso, una región que tradicionalmente es más cautelosa con el poderoso vecino chino, fue significativamente menos optimista sobre lo que este llamó sonrisas y saludos chinos a Rusia en el comunicado de la cancillería china.
“Hasta ahora, las ‘protestas’ realizadas por china consistieron exclusivamente en distribuir promesas y declaraciones de asociarse con la Federación de Rusia. No es necesario hablar de pasos verdaderos; al contrario, los chinos están diligentemente allanando todos los «caminos para una retirada».
Era necesario observar las cifras comerciales reales para obtener así una imagen verdadera.
En los primeros tres trimestres del año 2020, la inversión directa realizada por China en Rusia cayó un 52%, de $3.735 a $1.830 billones. Es decir, los inversores chinos se llevaron cada segundo dólar invertido en el sector real de la Federación de Rusia. Las inversiones en el capital de las empresas rusas se quintuplicaron, de 2.280 millones de dólares a 480 millones de dólares. Las inversiones en «instrumentos de deuda» también cayeron: de $1.45 a $ 1.350 billones. Estos indicadores son los más bajos para China durante todo el período que estuvo bajo observación».
El bloqueo de China a las exportaciones pesqueras rusas hacia China es otro punto delicado. «El suministro de productos pesqueros rusos a los puertos de la República Popular China es muy limitado. Estos no han podido resolver el problema la afirmación de China de que las pesqueras rusas no cumplen con las normas sanitarias locales desde el otoño del año pasado».
Konkurent denunció que, a pesar de todo lo que se habla sobre la lucha contra las sanciones, los chinos se demoraban en hacer que el comercio sea menos dependiente del dólar:
“Las negociaciones sobre la transición a liquidaciones en monedas nacionales tampoco se vieron coronadas por el éxito. Las llamadas hechas por el canciller Sergei Lavrov fueron desoídas. Los socios en Oriente no están interesados en abandonar los sistemas de pago occidentales y en los cinco años que existe la alternativa rusa al SWIFT, solo un banco chino se ha unido a ello.[3]
Aleksey Maslov, director interino del Instituto de Estudios del Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia, en entrevistas a dos medios de comunicación muy diversos: el diario comunista Pravda.ru y el diario liberal Rosbalt.ru, trataron de presentar las cosas de manera más desapasionada pero al final arribaron a conclusiones similares.
La asistencia financiera china directa no sería recibida y en cualquier caso, resultaría degradante para Rusia: «China nunca ha proporcionado apoyo económico a Rusia de la forma en que lo hace, por ejemplo, a países terceros. Y para Rusia esta situación sería algo humillante».[4]
Rusia deseaba el comercio y no la ayuda, pero aunque Maslow, a diferencia de Konkurent, no pintaba un panorama tan sombrío en referencia a las relaciones comerciales, considerando muy especialmente la crisis del coronavirus que empañó las cifras comerciales, todavía creía que existía margen para una mejora: “Además, pienso, ciertamente habrá un problema entre Rusia y China ante la expansión de las formas de interacción comercial y económica. Aunque el año pasado tuvimos muy buena cooperación: más de $107 billones en comercio. Y esto es incluso en el difícil año del 2020. Pero estamos hablando de ampliar la lista de productos, ampliar la admisión de productos rusos al mercado chino y generar nuevos proyectos a gran escala. En general, se trata de una amplia gama de medidas. Porque hoy una de las paradojas es que, a pesar de las serias contradicciones, la Unión Europea y Estados Unidos son los principales socios comerciales de China y no Rusia».[5]
«Pekín es un aliado de Moscú, pero solo en palabras» es la forma en que Rosbalt.ru eligió encabezar su entrevista con Maslov, realizada por el columnista de los medios de comunicación Alexander Zhelenin. Este afirmó que hubo descontento entre la arena política, donde Moscú y Pekín estaban esencialmente en la misma página y la misma esfera económica, donde las acciones chinas no han coincidido con las declaraciones políticas realizadas.
– En su opinión, ¿podrán las palabras del portavoz de la cancillería china sobre la disposición del país en «apoyar a Rusia» ser una especie de declaración ritual? ¿Existe más sustancia detrás de estos?
– Creo que en cierta medida fue una respuesta a la propuesta hecha por el canciller ruso Sergei Lavrov, la cual fue presentada en una reunión con el canciller chino Wang Yi. Durante su reciente visita a China, Lavrov propuso efectivamente allí la creación de una amplia coalición de países opuestos a las sanciones occidentales. Así que, esta declaración fue de hecho una respuesta oficial. China apoyó esta iniciativa. Además, Pekín apoya más activamente la postura de Moscú en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Probablemente, no habrá nada nuevo respecto al tema.
El tema principal es que Rusia y la República Popular China han intensificado claramente su política de establecer relaciones de asociación con muchos países. El mes pasado China comenzó a avanzar hacia el Medio Oriente. Las visitas y negociaciones del canciller de la República Popular China en Irán, Arabia Saudita y Omán apuntan a esa conclusión. A su vez, para decirlo sin rodeos, Lavrov se “entromete” en una dirección que abarca los temas en política exterior, considerados de estar en las esferas de influencia tradicional china, es decir, India y Pakistán.
Se puede decir que Rusia y China están comenzando a formar una amplia alianza de países que, de una forma u otra, le temen a las sanciones que Occidente pueda implementar.
– ¿Con qué acciones puede China apoyar realmente a Rusia?
– Si uno viera de cerca, descubriría que no se produjeron actividades notables en este aspecto. Si tomamos las relaciones comerciales entre los dos países, estas se están desarrollando normalmente. Sin embargo, no hubo cambios significativos en estas, ni para bien ni para mal. La balanza comercial de Rusia y China alcanzó los 107 billones de dólares en el año 2020. Este indicador superó ligeramente los 110 billones de dólares en el año 2019. Pero el año 2020 fue un año muy difícil. Es decir, hubo una pequeña disminución en la balanza comercial mutua. Sin embargo, el volumen de negocios comercial de China con Estados Unidos y Europa, a pesar de todas sus disputas, sigue siendo cinco o seis veces mayor que el realizado con Rusia.
– Por lo que recuerdo, la República Popular China posee una balanza comercial mayor con Corea del Sur que con Rusia…
– Sí, China posee un mayor volumen comercial tanto con los países de АSEАN
(Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) e incluso aún más con Japón. Por lo tanto, no está del todo claro el cómo puede lograrse un mayor avance en estas esferas. Podemos simplemente incrementar lentamente el volumen de negocios mutuo suministrando nuevos tipos de productos agrícolas o aumentando las exportaciones de gas. Pero no seremos capaces de lograr un avance extremadamente crítico.
Por supuesto, también existe la posibilidad de ampliar los proyectos de infraestructura. Por ejemplo, los ferrocarriles rusos pueden ser utilizados para el transporte de mercancías chinas, principalmente el Ferrocarril Transiberiano. Sin embargo, el problema es que la capacidad de este ferrocarril es insuficiente para realizar esta tarea. Estrictamente hablando, ya no puede satisfacer por sí solo ni siquiera la demanda rusa. Hoy día, la capacidad del Ferrocarril Transiberiano es de aproximadamente 540-560 mil contenedores por año. Sin embargo, China necesita un millón de contenedores al año. Esto significa que incluso si este detuviera todo el transporte ruso a través de este ferrocarril, aun así el chino no sería suficiente.
– Entonces parece ser que nosotros en Rusia necesitamos invertir en el desarrollo del Ferrocarril Transiberiano, ¿no es así?
– En ese caso, seremos absolutamente dependientes del transporte de mercancías chinas. Y lo más desagradable, es que en tal caso podemos emular el escenario del comercio chino-europeo, cuando casi un tercio de todos los contenedores regresan de Europa a China vacíos. Porque desde Europa no tienen nada que suministrarle a China.
– Si no es comercio o transporte mutuo, entonces ¿qué es?
– También existen proyectos en el ámbito de la moneda digital, un sistema de pago electrónico común, etc. Este sistema está siendo diseñado como una alternativa al dólar y de hecho pudiera crearse. El sistema de pago electrónico ya se ha desarrollado en China y se está probando. En Rusia, el Banco Central y el PJSC “Sberbank” están trabajando en ello. La armonización bajo el control estatal de diferentes sistemas soberanos de pago electrónico, por supuesto, convierte dicho sistema de pago en algo diferente a las clásicas criptomonedas, porque se conocen los orígenes de este sistema. Sin embargo, este es un nuevo paso en el desarrollo de los sistemas de pago en el mundo.
– ¿Los chinos también están interesados en un nuevo sistema de pago electrónico?
– La República Popular China también depende del dólar. Y nosotros podemos cooperar en abordar este problema. Pero el trabajo aún no se ha hecho; este es un tema para las próximas décadas.
– ¿El apoyo económico de Pekín a Moscú conducirá a la dependencia de Rusia de China?
– Si, al alejarnos de la contabilidad en dólares, cambiamos a yuanes, entonces naturalmente aumentará nuestra dependencia de China. Además, en el año 2020, por primera vez, el uso del dólar en la contabilidad con China se redujo por debajo del 50%. Pero al mismo tiempo, las liquidaciones en euros (y más notablemente en yuanes) han aumentado. La contabilidad en rublos también ha aumentado ligeramente, pero hoy representan solo el 7% en el comercio ruso-chino. Este indicador no ha cambiado durante dos años. Por lo tanto, esencialmente, no incrementamos tanto la contabilidad en rublos como la disminuimos en dólares. Por lo tanto, es posible deshacerse del dólar y cambiar a otra moneda electrónica (incluso la china) pero esto no resolverá los problemas de Rusia.
– Teniendo en cuenta todo lo anterior, ¿es muy posible que Rusia o China se desconecten del sistema internacional de transacciones interbancarias SWIFT?
– China es el país menos preparado para la desconexión del SWIFT, porque la República Popular China quiere trabajar en la “zona del dólar”. A diferencia de Rusia, China no sufre la presencia de la moneda estadounidense.[6]
Logotipo del S.W.I.F.T. (Fuente: RT.com)
[1] Tass.ru, 26 de abril, 2021.
[2] Tsargrad.tv, 26 de abril, 2021.
[3] Konkurent.ru, 27 de abril, 2021.
[4] Pravda.ru, 26 de abril, 2021.
[5] Pravda.ru, 26 de abril, 2021.
[6] Rosbalt.ru, 27 de abril, 2021.