El día 11 de octubre del presente año 2022, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución por una mayoría masiva de 143 países a favor, 5 en contra y 35 abstenciones, en la que pedía a los países que no reconocieran la anexión de Rusia a cuatro de las regiones en Ucrania. La resolución observó que las regiones de Donetsk, Kherson, Luhansk y Zaporozhye fueron ocupadas temporalmente por Rusia como resultado de su agresión y violación a la integridad territorial, soberanía e independencia política de Ucrania. La resolución también exigía que Rusia reversara su «intento de anexión ilegal».[1]

La desigual derrota de Rusia en la Asamblea General de las Naciones Unidas fue señalada por el analista en asuntos externos del diario Nezavisimaya Gazeta Gennady Petrov en un artículo titulado «El Kremlin tendrá que funcionar a la manera de un semi-aislamiento diplomático». Según Petrov, desde que comenzó la operación especial, los medios de comunicación oficiales han repetido hasta el cansancio que Rusia estaba muy lejos de ser aislada y que se encontraba respaldada por la mayoría de las naciones y poblaciones del mundo. Esta mayoría anti-occidental tenía su base en una aversión común a las pretensiones hegemónicas de Estados Unidos, el pisotear los valores tradicionales y la oposición al colonialismo. Esta mayoría no se mostro en la votación realizada en las Naciones Unidas y Rusia se vio obligada a adoptar la vergonzosa postura de buscar una votación secreta.

El artículo de Petrov puede leerse a continuación:[2]

La votación que condena las anexiones hechas por Rusia en Ucrania es aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas por un margen aplastante (Fuente: Rbc.ru)
La votación que condena las anexiones hechas por Rusia en Ucrania es aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas por un margen aplastante (Fuente: Rbc.ru)

La semana pasada, paradójicamente para Rusia, se llevó a cabo una votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre una resolución que condena la anexión de los territorios de Kherson, Zaporozhye y Donbass como parte de la Federación Rusa. Esto es paradójico por dos razones. Primero, el 2 de marzo, la Asamblea General ya se pronunció por si misma efectivamente, sobre el mismo tema. Luego hubo una votación sobre una resolución que condenaba la operación militar de Rusia en Ucrania. Ahora, esta se proponía condenar el resultado existente de estas acciones. Segundo y el punto más importante, los Estados Unidos, el cerebro ideológico de la resolución, está pidiéndole al mundo que exprese su actitud ante la operación especial y no a Rusia que, al parecer, debería estar interesado en esta declaración en su mayor medida.

Los comentaristas y funcionarios rusos dicen constantemente que el conflicto con Ucrania no es simplemente un conflicto entre dos estados vecinos, sino un elemento de algún proceso global: la destrucción del orden mundial centrado en los Estados Unidos, un movimiento global para proteger los valores tradicionales pisoteados por Occidente, parte del «contrapeso ruso hacia Asia», o incluso la lucha contra el neocolonialismo. Se han dicho muchas palabras sobre este tema desde las tribunas y las pantallas de televisión durante los últimos ocho meses. Y lo que se ha dicho se reduce a una sola cosa – Rusia está luchando por sí misma y, tal como dicen, «por ese individuo». ¿Dónde está él, «el tal individuo»? Dado que la batalla universal entre el bien y el mal ya ha comenzado, las fuerzas del bien deben movilizarse de alguna manera o al menos identificarse, en especial si realmente estamos hablando del poder: el mundo no-europeo y Asia logrando peso económico y político, etc.

Rusia, aparentemente incluso por razones puramente pragmáticas, debería estar interesado en señalar quién sigue insatisfecho con el cruel dictador, tal como llamó a Estados Unidos el canciller de Rusia Sergei Lavrov. Alguien tiene que ayudar a eludir las sanciones y de manera contraria, apoyar la lucha rusa. En cambio, Rusia abogó por discutir el “tema ucraniano” exclusivamente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde nuestro país tiene derecho de veto, o insistió en una votación secreta, lo que no concuerda con la lógica de las acciones y declaraciones previas hechas por Rusia.

Parece ser que la explicación a esta paradoja yace básicamente en la votación de ambas resoluciones, en marzo y octubre, que resultaron ser prácticamente las mismas. Rusia fue apoyada por cuatro países, 35 se abstuvieron de votar. Y 141 en marzo y 143 en octubre fueron los que condenaron. Este dato es el tomado de 193 países miembros de la Asamblea General. El resultado es altamente revelador.

La votación realizada en octubre se diferenció de la hecha en marzo en una mínima diferencia. Además de Bielorrusia y Siria, que están estrechamente conectados económica y políticamente con Rusia, así como también Corea del Norte, que está dispuesta a apoyar a cualquiera, siempre que no esté a favor de imponer sanciones contra este país, Eritrea respaldó la posición rusa sobre la resolución en primavera. No es solo que este estado de África Oriental haya sido gobernado por el autócrata Isaías Afewerki durante casi 30 años, bajo sanciones impuestas por Occidente y acusado de violaciones de derechos humanos – a todo lo que amamos. Incluso a comienzos de año, Eritrea tenía esperanzas en implementar proyectos conjuntos con Rusia, principalmente la construcción de un centro logístico. Las relaciones entre los dos países se construyeron en torno a este tema. Ahora existe otra preocupación. Eritrea, junto a la bastante fiel a Washington Etiopía, reanudó las hostilidades en el rebelde estado etíope de Tigray. Y en consecuencia pasó a la categoría de abstenciones. Su lugar entre las filas de los partidarios de Rusia lo ocupó Nicaragua, las relaciones de cuyo líder Daniel Ortega, cuyas relaciones con los Estados Unidos, al contrario, se han deteriorado drásticamente en los últimos seis meses. El embajador de Estados Unidos tiene prohibido ingresar al país. Estados Unidos, por su parte, no invitó a Nicaragua a la Cumbre de las Américas en la ciudad de Los Ángeles. No está del todo claro hasta dónde llegará esta disputa, pero no hay garantías de que la postura del país no cambie. Y Ortega puede cambiar de opinión, tal como le pasó más de una vez y él mismo ya tiene 77 años de edad. Además, la total dependencia de la economía nicaragüense de las exportaciones e importaciones a los Estados Unidos no ha desaparecido bajo su mandato.

Mientras tanto, ahora se ha dado un nuevo «giro a la izquierda» en América Latina. Excepto que los jóvenes líderes de izquierda de Colombia, Perú y Chile votaron al unísono por una resolución que condena a Rusia. También votó a favor de la resolución Brasil, miembro del club BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). Además, la postura de Brasil no cambiará, incluso si a finales de octubre, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el actual presidente derechista Jair Bolsonaro pierde ante el izquierdista Lula de Silva. Tanto uno como otro condenan las acciones de Rusia en Ucrania.

Es muy probable que Irán resulte ser el mismo tipo de aliado situacional, en el que no puede llegar a un acuerdo con Occidente sobre la restauración del «acuerdo nuclear». En la prensa occidental, se acusa a Irán de suministrarle drones a la Federación Rusa. Pero en marzo, Irán se abstuvo de votar en la Asamblea General de las Naciones Unidas y ahora no vota. La esperanza para Myanmar tampoco se hizo realidad. Las autoridades de este país están siendo presionadas por Occidente, pero sus propios problemas con el separatismo y las disputas fronterizas les resultan tan dolorosos que no les permiten estar del lado de Rusia.

Con dos abstenciones (Argelia y Sudán), el mundo árabe apoyó la resolución que condena a la Federación Rusa. Europa también lo aprobó completamente (si no contamos a Bielorrusia) y Europa. Hungría, Turquía y Serbia votaron a favor de la resolución. En el último caso, la viceprimera ministra Zorana Mihajlovic ofreció sumarse oficialmente a las sanciones contra Rusia.

Sin embargo, extraoficialmente, Serbia tendrá que realizar esto independientemente del punto de vista del presidente del país Aleksandar Vucic, quien llegó al poder como partidario de un acercamiento a Moscú. Por su posición geográfica, este deberá cumplir con los requisitos del precio tope del crudo ruso, introducido desde diciembre por la Unión Europea.

La mayoría de los países africanos apoyaron la resolución de la asamblea general, pero entre ellos hubo el mayor número de abstenciones. Estos incluyeron a la República Centro-africana y Malí, donde, supuestamente, llegaron al poder fuerzas prácticamente pro-rusas. Burkina Faso, donde tras un reciente golpe de estado, multitudes recorrieron las calles de la capital con banderas rusas. Todo esto solo confirma que incluso para los países africanos que supuestamente cuentan con la lealtad de Rusia, el conflicto de Rusia con Ucrania no es algo fundamentalmente importante. En cualquier caso, no es tan importante como para tener querellas con los Estados Unidos o Francia debido a ello.

¿Y qué sucede con los dos países en los que normalmente confiamos: India y China? Estos se abstuvieron tanto en marzo como en octubre. Además, los representantes oficiales de ambos países dieron explicaciones, deduciendo que su posición debe ser interpretada simplemente como prueba de adhesión al curso de resolución pacífica del conflicto y nada más. «La comunidad internacional debe alentar a las partes involucradas a reanudar las conversaciones de paz lo antes posible, ofrecer condiciones razonables en las negociaciones y crear las condiciones para el cese de hostilidades», dijo el embajador adjunto de China ante la ONU Geng Shuang. Es decir, según el funcionario chino, la comunidad mundial también debería “animar” a Rusia. En este sentido, debemos recordar la declaración del mes de septiembre de Wang Wenbin, Director general adjunto del departamento de información de la cancillería de la República Popular China, quien llamó a China y Ucrania socios estratégicos. “Mantenemos con éxito contactos con Kiev en todos los niveles, intensificando la cooperación en la implementación de proyectos de la iniciativa Una Franja, Una Ruta. Con respecto a la crisis de Ucrania, invariablemente tomamos una postura objetiva y justa”, dijo entonces, demostrando así una vez más que la neutralidad en algunos temas no necesariamente debe ser considerada como evidencia ante un apoyo encubierto hacia Rusia.

De los votos sobre las resoluciones anti-rusas en la Asamblea General de las Naciones Unidas, podemos concluir que incluso aquellos particularmente insatisfechos con los Estados Unidos ya no consideran a Moscú, como aquella durante la Guerra Fría, una alternativa valiosa al «primer mundo». Por lo tanto, las alianzas sobre una base anti-Occidente con este será considerado por sus participantes como temporal y basado en el cálculo y no necesariamente relacionado con Rusia. Otros países, que no apoyaron directamente la postura oficial de Kiev, perciben el conflicto en Ucrania como algo molestoso. Como un problema que debe solucionarse lo antes posible. Es a partir de este hecho, del cual es consciente la diplomacia rusa, que Rusia deberá proceder en la implementación de su política exterior.


[1] News.un.org., 11 de octubre, 2022.

[2] Ng.ru, 16 de octubre, 2022.