De acuerdo al columnista en política exterior del diario Kommersant Maxim Yusin, la amplia retirada de Rusia del territorio de Kharkiv amenaza con socavar la posición de Moscú entre sus antiguos partidarios, que hasta ahora habían resistido las presiones de Occidente de que rompan lazos económicos con Rusia. Según Yusin, tales países se han guiado por su percepción de que Rusia retenía la iniciativa en Ucrania y avanzaba lenta pero constantemente hacia la victoria. Los recientes reveses militares han llevado a cuestionar si la apuesta por Rusia fue realmente sólida. La postura de Rusia se basó en parte en su reputación de destreza militar y el éxito de su intervención militar en la guerra civil siria impulsó el prestigio de Rusia en el Medio Oriente. Tras los recientes reveses militares, Rusia necesita de una serie de victorias militares o un éxito muy espectacular para recuperar su posición.

El artículo de Yusin fue escrito tres días antes de la inauguración de la cumbre de la Organización Cooperación de Shanghái en Samarcanda, Uzbekistán. La cumbre pareció corroborar el análisis de Yusin, cuando el primer ministro de India Narendra Modi y el líder de China Xi Jin Ping parecieron cuestionar la política de Putin hacia Ucrania. Modi le dijo a Putin: Sé que ahora no es época de guerras. Hemos hablado de esto muchas veces, en particular en nuestras conversaciones telefónicas. La democracia, la diplomacia y el diálogo son herramientas importantes para que podamos encontrar soluciones. Es necesario lograr la paz en el futuro y estoy seguro de que podemos discutir esto.[1]

En una conferencia de prensa en la cumbre, Putin se esforzó por darle un giro positivo a la situación militar:

Pregunta: Buenas tardes, señor presidente.

¿Pudiera usted compartir su opinión sobre el curso de la operación militar especial? ¿Es necesario ajustar el plan?

Vladimir Putin: No, el plan no será ajustado. El personal del Estado Mayor toma decisiones en tiempo real en el curso de las operaciones y algunas son consideradas clave, el objetivo principal. El objetivo principal es liberar todo el territorio del Donbass.

Este trabajo continúa a pesar de los intentos por parte del ejército ucraniano de lanzar una contraofensiva. No detendremos nuestras operaciones ofensivas en el propio Donbass. Ellos continuaron. Continúan a un ritmo lento pero consistente y gradualmente, el ejército ruso está tomando más y más territorio nuevo.[2]

El politólogo George Bovt, aunque rechazó el consenso general en la prensa occidental de que Modi lo que hacía era criticar a Putin (este creía que el comentario anterior era un ofrecimiento por parte de India con el fin de mediar entre Moscú y Kiev), creía sin embargo que habían surgido dudas sobre la capacidad de Moscú en intervenir efectivamente en su propio barrio. Ahora, observadores de todo el mundo, hablando en sentido figurado, observarán bajo lupa cualquier acción de Moscú dentro del espacio post-soviético, facilitando así un juicio sobre su capacidad para actuar en varios frentes a la vez, sin pérdida de efectividad debido a su participación en el conflicto dentro del territorio de Ucrania.[3]

A continuación se puede leer el artículo de Yusin que afirma que Moscú ahora tendrá más dificultades para encontrar aliados, a menos que la situación cambie militarmente:

Modi se reúne con Putin en la cumbre de la OCS (Fuente: Ria.ru)
Modi se reúne con Putin en la cumbre de la OCS (Fuente: Ria.ru)

«Una de las consecuencias más desagradables por la huida de las tropas rusas en el Óblast de Kharkiv (que el Ministerio de Defensa denominó ‘reagrupamiento’), puede ser una actitud revisada hacia Moscú por parte de aquellos estados que generalmente se consideran, si no aliados, al menos socios en la confrontación con Occidente y que, si bien no se colocan abiertamente del lado de Rusia, durante el último medio año han contribuido de una forma u otra a aliviar las sanciones y la presión política que recae sobre Rusia.

“Algunos se negaron a apoyar las resoluciones anti-rusas en las Naciones Unidas. Algunos no se han sumado a las sanciones impuestas por Occidente, a pesar de todas las súplicas, exhortaciones y amenazas por parte de los estadounidenses y europeos.

«Algunos no coordinan su política con Occidente en el mercado petrolero, continúan cooperando con el Kremlin bajo el marco de la OPEP+, evitando así una caída en los precios mundiales de los servicios de energía; algunos continúan comprando petróleo ruso, ayudando así a Moscú a reponer el presupuesto y hacen oídos sordos a las solicitudes de los estados miembros del G7 para unirse a su embargo; algunos se hacen la vista gorda ante las ‘importaciones paralelas’ es decir, importaciones fuera de lo pautado en productos provenientes de Occidente que los empresarios de Rusia organizaron a través de sus países, saciando así el mercado interno e impidiendo que los consumidores sientan plenamente el déficit de bienes.

«Todo esto fue posible mientras se desarrolló en el mundo la percepción de que Moscú, a pesar de los reveses en primavera, mantiene en general su iniciativa en los frentes ucranianos, controla la situación y avanzó lenta pero constantemente, alcanzando sus objetivos a pesar del cada vez más tangible apoyo occidental a Kiev. Pero ahora los medios de comunicación del mundo – y no sólo los occidentales – están informando sobre acontecimientos diferentes.

«Diarios y medios de televisión en China, India, Arabia Saudita, Kazajstán, Serbia y Turquía tampoco pueden dejar de notar los resultados ante la contraofensiva ucraniana.

«Ante este telón de fondo, los políticos en Asia, África, Latinoamérica y el espacio post-soviético puede que tengan la impresión de que la línea defensiva de Rusia contra Occidente se está empezando a resquebrajar, que, tal como dice el refrán, «el proceso ha comenzado» y que Kiev y los aliados de la OTAN tras de este han logrado en realidad tomar la iniciativa y por mucho tiempo.

“El mundo respeta el poderío y ??prefiere tratar con los ganadores. Un éxito militar en Siria puede servir como ejemplo, ya que después de ello, el prestigio de Moscú en los países árabes se incrementó notablemente. Después de la retirada de Kharkiv, la imagen del ejército ruso y del estado ruso puede que cambie.

«Y algunos líderes en el mundo pueden perder su deseo de entrar en conflicto con Occidente en aras de preservar las relaciones con alguien que está comenzando a sufrir reveses. La única forma de evitar esto sería estabilizar la situación en el frente, tomar la iniciativa y llevar a cabo algunas operaciones exitosas (o al menos una, pero muy espectacular). Si las fuerzas armadas rusas son capaces de llevar a cabo tal operación, lo sabremos muy pronto».[4]


[1] Kremlin.ru, 16 de septiembre, 2022.

[2] Kremlin.ru, 16 de septiembre, 2022.

[3] Bfm.ru, 18 de septiembre, 2022.

[4] Kommersant.ru, 13 de septiembre, 2022.