Introducción

Al cumplirse el decimosexto aniversario de la fatwa que ordena la muerte del autor Salman Rushdie, decretada por el Ayatolá Jomeini, la Guardia Revolucionaria iraní anunció que «Llegará el día en que finalmente el apóstata Salman Rushdie recibirá su debido castigo por su posición deshonrosa y calumniosa contra el Qur’an y el Profeta [Mahoma]». El Líder de Irán, Alí Jamenei, destacó que la pena de muerte tras la publicación de ‘Los versos satánicos » de Rushdie es irrevocable. [1]

La acusación de «incredulidad» [falta de fe] contra musulmanes – intelectuales, artistas o escritores en particular – (una imputación conocida como » takfir «) se repite en el mundo musulmán. El castigo tradicional para un apóstata ( murtadd ) fijado en el islam temprano era la pena capital. Este castigo se implementó a gran escala en el periodo [inmediatamente posterior a] la muerte del profeta Mahoma, cuando el sucesor [inmediato] de Mahoma, Abú Bakr, libró las guerras de ridda contra las tribus que abandonaron el Islam. En la historia musulmana moderna, hay bastantes casos de acusaciones de apostasía contra intelectuales que se desvian de los dictados de los círculos islamistas.

La sección 228 del Código Penal Islámico de Irán afirma que un «criminal» debe ser exonerado «si se demuestra ante la corte que la sangre de la víctima estaba permitida». Un ejemplo de la aplicación de esta ley es el premio en efectivo de más de 2 millones de dólares fijado [como recompensa] al asesinato de Salman Rushdie, que fue acusado de apostasía. Otros ejemplos destacados incluyen la ejecución en 1985 del filósofo sufí sudanés Mohammed Mahmoud Taha bajo cargos de ridda, y el asesinato en 1992 del intelectual egipcio secular Faraj Foda a manos de islamistas, tras acusaciones similares. Cuando se pidió su opinión sobre el asesinato al líder de la Hermandad Musulmana, el jeque Mohammed Al-Ghazali, éste simplemente dijo que «la sentencia de la ridda que el gobernante del [país] se abstuvo de llevar a cabo, ha sido hoy implementada». En 1994, los islamistas atentaron contra la vida del laureado premio Nobel egipcio Nagib Mahfouz. [2]

En otros casos, los activistas musulmanes conservadores explotaron la ley de la Hisbah, que permite que cualquiera presente una denuncia contra otro ante un tribunal en nombre de la sociedad. Así, se presentaron acusaciones de ridda contra varios intelectuales; de ser hallados culpables, el tribunal podría forzarles a divorciarse de sus cónyuges [ tafriq ], porque si una de las partes de un matrimonio islámico se convierte [en un] apóstata, el matrimonio [islámico] se anula. Así, en 1995, una corte egipcia forzó a separarse de su mujer al Dr. Nasser Hamed Abú Zayd, un intelectual que había publicado investigaciones críticas con el Corán. En el 2001, se entabló una demanda similar contra la escritora feminista egipcia Nawal Al-Sa’dawi; sin embargo, el fiscal general, que según una enmienda de 1996 es el único que podía decidir si tal juicio estaba justificado, rechazó las denuncias contra ella.

El jeque al-Qaradhawi defiende la implementación de la pena de muerte [en caso de] ridda

En una entrevista con el semanario egipcio Al-Ahram Al-Arabí, el jeque Yousef Al-Qaradhawi, uno de los clérigos más destacados del islam sunní en círculos islamistas y líder espiritual del movimiento de la Hermandad Musulmana, discutió el punto de vista de la ley religiosa moderna acerca de cumplir el castigo por ridda, y permitió el asesinato de intelectuales musulmanes [que estén aún] libres cuyas opiniones difieran de las de los clérigos islamistas.

Preguntado [acerca de] si, «¿Tiene un individuo derecho a cambiar su religión a voluntad en la sociedad musulmana?», Al-Qaradhawi distinguió entre dos tipos de ridda: «Una de las libertades que el Islam no acepta es la libertad de [la] ridda que se expanda [del entorno del individuo al del grupo] y amenace el tejido social y sus cimientos. [Por otra parte,] está la ridda limitada, y [por la otra,] está la ridda que se expande [del individuo hasta el grupo].

«La ridda limitada es la ridda del individuo que cambia de religión y no le interesan los otros. Según el islam, el castigo para este individuo es el [infierno] en el otro mundo…

«Pero [la otra] ridda, la que se expande [del individuo al grupo], es una ridda en la que el individuo que abandona el Islam invita [a otros] a hacer lo mismo, [creando así] un grupo cuyo camino no es el camino de la sociedad y cuya meta no es la meta de la nación [musulmana], y cuya obediencia no se debe a la nación islámica. Tales [individuos hacen] peligrar el tejido social, y son como murtaddun [apóstatas], que fueron derrotados [por el primer Califa] Abú Bakr junto con los Compañeros del Profeta [Sahaba]. Estos murtaddun afirmaron ser [falsamente] profetas con la misma inspiración que el Profeta Mahoma…»

«Preguntado acerca si la herencia del Islam moderno debería ser la del peligro de la ridda, al-Qaradhawi contesta: «El peligro más grave que afronta el musulmán es el que amenaza su existencia espiritual – es decir, [el] que amenaza su credo. Por consiguiente la apostasía, o falta de fe tras haber sido musulmán, es el más grave peligro para la sociedad…

«En nuestra generación, la sociedad musulmana ha sido objeto de violentas invasiones y fuertes ataques que pretendían extirparla, y esto se manifestó en la invasión de misioneros cristianos que comenzó con el colonialismo occidental y continúa en el mundo islámico y entre las comunidades y minorías islámicas [fuera del mundo musulmán]… [y por] la invasión comunista que destruyó países musulmanes enteros en Asia y Europa, e hizo todo lo posible por eliminar el Islam y hacerlo desaparecer de las vidas del pueblo… y por la tercera invasión y [la] peor, la invasión secular que continúa hasta la fecha en el corazón del mundo islámico, en ocasiones abiertamente y en ocasiones encubierta, y que persigue el verdadero Islam…

«Para que la sociedad musulmana preserve su existencia, debe luchar contra la ridda de toda fuente y en todas sus formas, y no se debe permitir que se extienda como el fuego en un secarral. Esto es lo que hizo Abú Bakr y los Compañeros [del Profeta] cuando lucharon contra el pueblo de la ridda que seguía falsos profetas… No hay otra alternativa que luchar [contra] y restringir [la] ridda individual para que no empeore y sus chispas no prendan, pasando [a ser] ridda en grupo… En consecuencia, la sabiduría musulmana acordó que el castigo del murtadd [el que comete ridda ]… es la pena capital…» [3]

En su libro ‘El islam y el secularismo’, al-Qaradhawi explica: «Las [sucesivas] herencias musulmanas acordaron unánimemente que cualquiera que negara algo que es verdadero en religión… es una apóstata que abandona su religión. El imán debe exigirle que se arrepienta y se retracte de su desviación del camino virtuoso, o se le aplicarán las leyes de murtadd «.

El intelectual progresista egipcio Sayyed Al-Qimni, que cita la entrada anterior en un artículo del semanario egipcio Roz Al-Yousef, explica lo que [ello] implica: «Según al-Qaradhawi, el castigo [por ridda ] no sólo aplica a quien decide abandonar el islam libremente, en favor de lo que satisface a su corazón y a su conciencia – ya sea esto otra religión o nada en absoluto. Aplica [el castigo] en principio [también] a los musulmanes que se aferran a las leyes de su religión… pero discrepa con los que se han entronizado sacerdotes del islam y que se autodenominan herencia religiosa… especialmente cuando el debate concierne la comprensión de una faceta particular del Islam… a causa de que [los sacerdotes de la religión] han determinado que su interpretación de las sagradas escrituras es la única interpretación [permitida] y la verdad absoluta, y absolutamente todo lo demás es falsedad … cualquier conato de pensamiento novedoso al leer las escrituras es descartado [con el pretexto] de [acusaciones de] abandonar la religión… y el castigo por pensamiento novedoso o [por] expresar una opinión distinta es la muerte». [4]

Los temas de la ridda, el takfir y el tafriq son una preocupación constante en el mundo musulmán. Lo siguiente son algunos casos recientes.

Proceso judicial egipcio reciente: forzar a un intelectual a divorciarse

El último tema que ha movilizado Egipto concierne a las declaraciones del autor egipcio y redactor para la TV Usama Anwar Ukasha, que atacó a uno de los Compañeros del Profeta, ‘Amr ibn Al-‘Aas, que comandaba las fuerzas que llevaron el Islam a Egipto. Ukasha lo llamó «la figura más despreciable del islam», por causar la división y el conflicto interno en el islam. El fiscal Nabih Al-Wahsh, que presentó en el pasado una demanda contra el escritor egipcio Nawal Al-Sa’dawi, presentó una demanda similar para divorciar a Ukasha de su esposa, alegando que al atacar a ibn Al-‘Aas, Ukasha se había convertido en un murtadd que había abandonado el eje del islam.

La opinión pública de Egipto está dividida en la materia. Por ejemplo, el Dr. Abd Al-Sabour Shahin, conferenciante de derecho islámico de la Universidad de El Cairo, afirmó que Amr ibn Al-‘Aas ostenta un lugar relevante en el islam y que por consiguiente «no permitiremos que ningún secular se burle de él». Expresó su apoyo a las medidas legales contra Ukasha para poner fin al perjuicio a los Compañeros del Profeta y como disuasión contra la distorsión de la imagen de los héroes islámicos.

En contraste, el intelectual islámico Gamal Al-Bana, hermano del fundador del movimiento de la Hermandad Musulmana, Hassan Al-Bana, rechazó con firmeza todo llamamiento al ostracismo de cualquier particular o a hacer acusaciones de apostasía, argumentando que la crítica a los Compañeros del Profeta es legítima. Declaró: «Las demandas que atestiguamos hoy para aislar y evitar ideas [diferentes] se remontan a eras anteriores. Debemos entender que el Islam ha dado al hombre la libertad de pensamiento. La historia del islam demuestra que nadie aparte del Profeta es inmune al error. Los Compañeros del Profeta cometieron errores, y por consiguiente no es correcto que estén al margen de la crítica. Esto no nos da el derecho a maldecir a ninguno de los Compañeros del Profeta ni a alguien más, o perjudicar su credo, pero no nos permite describir sus obras en términos políticos. Se sabe que ‘Amr ibn Al-‘Aas tiene una historia política polémica; en consecuencia, no hay nada que nos impida llevarle la contraria desde el punto de vista histórico». [5]

Círculos islamistas: los negadores de la Sunna que se oponen a la Sunna como fuente de decisiones religiosas son apóstatas

Gamal al-Banna en persona saltó a los titulares cuando el Instituto Islámico de Investigación de la Universidad Al-Azhar de El Cairo prohibió su libro, ‘La responsabilidad del fracaso del estado islámico ‘. [6] Su nombre también aparece en un estudio detallado acerca de «los negadores de la Sunna » publicado en la página web musulmana www.mojahid.net, el lema de la cual es «la vida al estilo del Profeta es más dura que la muerte por su causa» y anima a los musulmanes a que se consagren a Alá según el Corán y la Sunna.

El estudio revisa la historia de la negación de la Sunna, que comienza en el siglo II del islam (siglo VIII DC) considerando al Corán como la única fuente de legislación islámica, y rechaza la Sunna como fuente adicional de veredictos religiosos. El estudio presenta diversos grupos que rechazan la Sunna, en parte o completamente: los chi’íes, los khawarij, [7] los mu’tazila [8] y los orientalistas. Continúa revisando el avance de la negación de la Sunna en distintos países, y enumera los centros relevantes de negación de la Sunna en La India, Pakistán, Irán, Irak y Egipto.

El estudio también se centra en las principales figuras que defendieron y defienden aún este enfoque, incluyendo prominentes reformistas de finales de los siglos XIX y comienzos del XX: El estudioso egipcio Mohammed Abdú ( † 1905) y su discípulo, el académico sirio Mohammed Rashid Rida ( † 1935); los escritores egipcios Taha Hussein ( † 1973), Ahmed Amín ( † 1954); Tawfiq Al-Hakim ( † 1987); el dictador libio Mu’ammar Qaddafi; el ex-conferenciante de la Universidad Al-Azhar Ahmed Subhi Mansour, despedido por sus puntos de vista anti- Sunna; y el intelectual liberal sirio Mohammed Shahrour.

Tras su revisión exhaustiva de la negación de la Sunna, el estudio determina que las dudas planteadas por los que se oponen a la Sunna [como fuente de veredictos religiosos], pasados y presentes, deberían estudiarse, y que debe aclararse que todas [las dudas planteadas] fueron refutadas y sus escritos deben ser objeto de un examen completo; posteriormente, todos ellos deben ser decretados apóstatas ( irtidad ) y las leyes de Alá deben aplicarse [sobre ellos], con conocimiento del sistema judicial. El castigo por introducir innovaciones prohibidas en el islam debe aplicarse a los que se oponen a las tradiciones islámicas propias, y deben arrepentirse o ser condenados. Además, debe crearse una asociación mundial para los que deseen defender la Sunna. [9]

Un punto de vista similar es expresado por el jeque Mahmoud ‘Ashour, miembro [del claustro] universitario de Al-Azhar, que afirma en una entrevista [concedida al] rotativo egipcio Al-Masri Al-Yawm: «Cualquiera que haga un llamamiento a depender solamente del Corán y a ignorar la Sunna del Profeta es un apóstata y ha abandonado el eje del islam, porque ha negado un [aspecto] fundamental de la religión. Después, está negando la mitad de la religión, porque el Profeta dijo: ‘Te he dejado algo que, si te aferras [a ello], nunca te equivocarás [tras mi muerte] – [es decir,] el libro de Alá [el Corán] y mi Sunna ‘. La Sunna del Profeta ilumina e interpreta lo que dice el Corán. También incluye temas que no aparecen en el Corán, como el modo de rezar, la peregrinación, la caridad y el resto de los mandamientos entre el hombre y Alá, y el resto de los asuntos [relativos a] la vida. Cualquiera que diga que la Sunna debería ignorarse es un apóstata más allá de la duda [razonable]». [10]

Reformistas: Los textos coránicos son la única fuente auténtica; no debería haber un monopolio de la interpretación del texto sagrado; la Ijtihad debe renovarse según el siglo actual

El tema del rechazo a la Sunna como fuente de legislación es discutido en un taller acerca de «Islam y reforma», celebrado en El Cairo entre el 5 y el 6 de octubre del 2004. La declaración final del taller destaca «la importancia de implementar reformas tanto religiosas como políticas para lograr la reforma profunda». Llama «a crear un nuevo contexto intelectual para el pensamiento islámico basado en premisas claras y [a crear] una unidad que tenga en cuenta todos los cambios de la sociedad musulmana a lo largo de los últimos 11 siglos». A este fin, reza la declaración, debe de haber «un re-examen profundo de la herencia islámica, incluyendo todas las ciencias islámicas establecidas durante los últimos tres siglos del islam – el comentario del Corán, los Hadith [tradiciones islámicas], las raíces de la religión y el derecho religioso», y «depender de los textos coránicos como fuente única auténtica para re-examinar toda la herencia islámica».

La declaración final llama a continuación a «confrontar todas las instituciones que reclamen el monopolio de la religión y de la interpretación correcta del texto sagrado [el Corán]. En cambio, hay [necesidad de] una nueva tendencia que establezca el derecho de todos [a implementar] la Ijtihad, bajo la bandera de la reforma islámica apropiada para este siglo». [11]

La declaración final es firmada por los principales progresistas y reformistas del mundo árabe e islámico: el Dr. Sa’d Al-Din Ibrahim, presidente del Centro Ibn Khaldun de El Cairo; el intelectual egipcio Gamal Al-Banna; el Dr. Sayyed Al-Qimni, intelectual egipcio; el intelectual sirio Mohammed Shahrour; el Dr. Radhwan Masmoudi, director ejecutivo del Centro para el Estudio del Islam y la Democracia en Estados Unidos; el Dr. Najah Kadhim, director del Foro Islámico para el Diálogo Islámico en Gran Bretaña; Sharifa Macarandas, presidenta de la Liga de Mujeres de Mindanao, Las Filipinas; el intelectual tunecino Saláh Al-Din Al-Jurashi; el Dr. ‘Abd Al-Hamid Al-Ansari, ex-rector de la Facultad de Shari’a de la Universidad de Qatar; la Dra. Fabyola Badawi, directora de la Unión Euro Árabe para la Democracia y el Dialogo en Francia; y Abdaláh Ali Sabri, editor jefe del diario yemení Saut Al-Shura.

El taller y sus recomendaciones enfurecieron al estamento religioso de Egipto. En declaraciones al diario kuwaití Al-Rai Al-‘Aam, el jeque de Al-Azhar, Mohammed Sayyed Tantawi, declaró que el taller había hecho «un llamamiento explícito a negar la Sunna del Profeta, y el [estamento] de Al-Azhar y la sociedad [egipcia] rechazan esto». [A lo que] agrega, «estos centros [cuyos representantes participaron en el taller] tienen una influencia destructiva sobre la sociedad egipcia, y [su actividad] debe detenerse y [sus representantes] deben ser llevados a juicio… Esto es un llamamiento explícito a abandonar la principal fuente de [entre] las fuentes del derecho religioso del islam – la Sunna del Profeta. Esto es un peligro que algunos de [nuestros] enemigos extranjeros están interesados en [promover]». [12]

En respuesta a las declaraciones del jeque Tantawi, el Centro Ibn Khaldun publicó una circular de prensa argumentando que no pretendía abolir la Sunna del Profeta, sino hacer un llamamiento a decretar veredictos religiosos basados únicamente en el Corán, cuando afloraran discrepancias. En respuesta a la declaración del jeque Tantawi de que los participantes en el taller eran «un grupo de separatistas, uno de los cuales fue acusado en el pasado de traición», la circular explica que Tantawi aludía obviamente a una denuncia contra el Dr. Sa’d Al-Din Ibrahim y los empleados del Centro Ibn Khaldun, y aclara que el Dr. Sa’d Al-Din Ibrahim nunca fue acusado de traición, sino de otros cargos falsos, y [que] el Tribunal Supremo egipcio le declaró inocente a él y a los empleados del centro.

La circular de prensa pregunta: «¿Está acreditado el jeque de Al-Azhar para acusar a algunos intelectuales musulmanes de separarse del islam?. ¿No significa eso acusarnos de apostasía y poner en peligro nuestras vidas?. ¿No fueron responsables del asesinato de Faraj Foda acusaciones similares, y del intento de asesinato del escritor mundialmente conocido Nagib Mahfouz?. Pedimos que Al-Azhar no recorra el camino del takfir guiada por grupos violentos y fundamentalistas…» [13]

Aproximadamente un mes después del taller, el jeque Tantawi de Al-Azhar atacó de nuevo a los negadores de la Sunna que interpretan el Corán como única fuente de veredictos religiosos, llamándoles «ignorantes, mentirosos e hipócritas», y advirtiendo al público que no escuchase sus opiniones, que pretenden fomentar la confusión. En declaraciones hechas públicas el 5 de noviembre del 2004 en una conferencia organizada por el Consejo Supremo de Asuntos Islámicos, el jeque Tantawi dijo, «El ataque contra la Sunna es un medio empleado por los enemigos del islam con vistas al ataque [próximo] contra el Corán, porque la Sunna es sólo una aclaración de las leyes que aparecen en el Corán… Así, cualquiera que plantee dudas acerca de la Sunna profética como fuente de legislación, actúa según un plan hostil al Islam… Carecemos de vida, futuro o grandeza entre las sociedades si no es aferrándonos al Corán y a la Sunna. Permanecer en una fila y en un pensamiento depende de nosotros, contra cualquiera que ataque y niegue la Sunna, porque las leyes [sobre temas] entre el hombre y Alá no son correctas sin la Sunna que explica las reglas en profundidad y aclara los temas que son importantes». [14]

El enfoque crítico con el Corán también se considera apostasía

Círculos islámicos también aluden al enfoque crítico o científico sobre el Corán como apostasía. Por ejemplo, un programa semanal de tertulias en el canal Al-Jazira TV, grabado en Qatar, trató el tema de eliminar ciertos versos coránicos de los planes de estudios de los países árabes y musulmanes. El conferenciante de la Universidad Al-Azhar Ibrahim Al-Khuli acusó de negar a Alá a un invitado del programa, el autor progresista y periodista Shaker Al-Nabulsi, y dijo de que debe ser expulsado del entorno de la comunidad musulmana.

A través del teléfono, desde Estados Unidos, el Dr. Nabulsi afirmó: «Debería distinguirse entre los capítulos coránicos que conciernen a la fe, la mayor parte de los cuales fueron revelados en La Meca durante los primeros diez años [de actividad del Profeta Mahoma] y los capítulos que aluden a la legislación o a la vida del Profeta y sus relaciones con sus esposas o sus Compañeros, y demás. Es decir, hay capítulos que trascienden la historia, y son los versos revelados en La Meca… y hay versos circunstanciales de legislación que fueron revelados en Al-Madina como resultado de sucesos que tuvieron lugar hace 1.400 años, y que ya no se dan. Francamente, hay muchos versos que llamamos políticos y versos militares, es decir, ‘los versos de la espada’, que están vinculados a circunstancias que existieron en el pasado pero que ya no se dan. Los versos revelados en La Meca, acerca de los judíos, los cristianos y los Pueblos del Libro, por ejemplo… eran normalmente versos de apoyo, pero los versos que aluden a judíos y cristianos en las fases de la revelación en Al-Madina son contrarios a estos versos. ¿Por qué? Porque los versos revelados en Al-Madina fueron producto de las cambiantes relaciones políticas [entre los Pueblos del Libro y] los musulmanes…

«La política es fluida, no estática; por consiguiente, las leyes construidas según una base política también están sujetas a movimiento, y no son estáticas. Por el contrario, la mayor parte de los versos revelados en Al-Madina acerca de este tema [los Pueblos del Libro] se contradicen entre sí…

«Lo que sucede hoy en el mundo árabe [el debate sobre si retirar o no versos del Corán de los planes de estudios] no es la eliminación permanente de los versos de fe que trascienden la historia, sino un esfuerzo por no destacar o enseñar versos circunstanciales que inciten a acusar a otros de apostasía o [que inciten] a odiar al otro. ¿Por qué [el Segundo Califa] ibn Omar Khattab, hace 1,400 años, fue más valiente que nosotros al eliminar [hasta] los versos vinculados al corazón de la fe, no [sólo] versos circunstanciales… Por qué Omar ibn Khattab fue capaz de hacer esto hace 1,400 años, mientras que hoy, [Ibrahim] Al-Khuli llama apóstata a cualquiera que elimine algún verso o capítulo del Corán…?»

Ibrahim Al-Khuli rechazó las declaraciones de Al-Nabulsi de antemano, diciendo «Él no entiende al [Califa] Omar y dice tonterías que no vale la pena responder. Ni Omar ni siquiera nadie de entre los Sahaba [Compañeros del Profeta] se atrevió nunca a eliminar ni siquiera una sola letra del Corán. Lo que cambió fueron las circunstancias de la implementación [de las palabras del Corán]…»

Según Al-Khuli, «Al-Nabulsí y Nasr [Hamid] Abu Zayd y su banda hablan del aspecto histórico de la escritura coránica … Nasr Abu Zayd llegó a decir que el Corán es un texto humano que se desarrolló y cristalizó, y [que] es un producto cultural. Esto es mentira, [y por consiguiente] el veredicto del tribunal egipcio para él fue el de la ridda – y de no haber salido de Egipto, habría sido ejecutado… No merece la pena mantener una conversación con Al-Nabulsí, ni siquiera mentarle. Mentía cuando dijo que hay versos del Corán que se contradicen entre si. Cuando dices que en el Corán hay versos que se contradicen entre sí, cometes apostasía, y abandonas el medio de la comunidad [musulmana] por la puerta grande. Asumo la responsabilidad de estas palabras». [15]

* Aluma Dankowitz es directora del Proyecto de Reforma del MEMRI.


[1] IRNA (Irán), 12 de febrero del 2005.

[2] Véase el artículo del intelectual liberal tunecino Al-Afif Al-Akhdhar, http://www.rezgar.com/debat/show.art.asp?t=2&aid=8336 1 de julio del 2003.

[3] Al-Ahram Al-Arabí (Egipto), 3 de julio del 2004.

[4] Roz Al-Yusouf (Egipto), 17 de septiembre del 2004.

[5] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 19 de octubre del 2004.

[6] Al-Hayat, (Londres), 9 de septiembre del 2004.

[7] Khawarij, la primera oposición religiosa al islam, se creó cuando un grupo de musulmanes abandonó el campamento del Cuarto Califa, ‘Alí bin Abú Taleb, en la Batalla de Sifín, en el 657.

[8] Mu’tazila, una corriente racionalista teórica de los siglos IX y X, que intentaba establecer los principios de la fe religiosa mediante formulaciones lógicas y racionales.

[9] http://mojahid.net/ib/index.php?s=880b3a65504793196a9941ae472f7bf5&showtopic=4332&st

[10] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 25 de octubre del 2004, como aparece citado en Al-Quds Al-Arabí (Londres), 26 de octubre del 2004.

[11] La ijtihad, o uso de un juicio individual, fue suspendida en el siglo X por un consenso entre los ulemas (clérigos islámicos), y su reanudación no se ha permitido desde entonces. Para ver el texto completo de las recomendaciones, ver http://www.mengos.net/events/04newsevents/egypt/october/ibnkhaldun-English.htm

[12] Al-Rai Al-‘Aam (Kuwait), 8 de octubre del 2004.

[13] http://www.hrinfo.net/egypt/makal/pr041010.shtml

[14] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 7 de noviembre del 2004.

[15] Al-Jazira TV (Qatar), 5 de octubre del 2004.