En febrero del 2017, el destacado periodista saudita Abd Al-Rahman Al-Rashed, ex editor de Al-Sharq Al-Awsat y ex director de Alarabiya TV publicó dos artículos que pedían tomar una postura firme frente a Irán e incluso formar una «OTAN árabe» para confrontar la alianza que Irán ha formado con Irak y Siria.
Lo siguiente son extractos de los artículos, tal como fueron publicados en inglés por Al-Sharq Al-Awsat y Alarabiya respectivamente:
‘Abd Al-Rahman Al-Rashed (imagen: alarabiya.net)
En un artículo[1], Al-Rashed criticó la afirmación de que las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump contra el acuerdo de Irán fortalecen a los radicales allí. Este argumentó que la hostilidad de Irán desde la firma del acuerdo demuestra que la apertura y flexibilidad hacia este, al igual que las políticas de Obama, sólo alientan a agravar su agresión. Agregó que el bando radical en Irán ha controlado al país desde la Revolución Islámica, mientras que el bando moderado es sólo un frente utilizado para alentar a Occidente a ser indulgente con Irán. Por lo tanto, la política hacia Irán debería ser firme:
«Nada ocurrió durante tres décadas que demuestre existe una verdadera competencia entre los radicales y los moderados dentro del comando gobernante [iraní]. Los grandes acontecimientos muy bien confirmaron que la autoridad estaba de hecho bajo el control de los radicales, mientras que los moderados eran sólo representantes. El Presidente Hassan Rouhani y su Primer Ministro Zarif representaron a los moderados y lograron obtener la victoria sobre la administración del ex presidente Barack Obama. Estos también lograron convencer a la administración de que el levantar las sanciones y estimular la apertura de Irán eran de interés para las personalidades moderadas, la región y el mundo entero.
«Una vez más, la evidencia sugiere que esta suposición era incorrecta. El liderazgo iraní se volvió más agresivo que nunca y, por primera vez desde la creación de la República Islámica, el régimen se atrevió a expandir sus actividades militares fuera de sus fronteras. Este actualmente participa y financia cuatro guerras fuera de Irán. Todo esto fue posible debido al acuerdo en materia nuclear que allano el camino para una mejora en las relaciones, comercio y actividades y guardó silencio sobre las amenazas de Irán a la región.
«La retórica extremista de Trump es un resultado natural de la decepción [que] prevaleció en Washington debido a la conducta de Irán luego de firmar el acuerdo. Las cosas seguirán empeorando a menos que se tome una postura internacional estricta en contra de las aventuras y a menos que Irán se vea forzado a poner fin al caos que está financiando en la región y el mundo.
«Aquellos familiarizados con las [acciones] del régimen iraní no pueden creer las excusas de los aliados de Irán, que estipulan que ser indulgente con Irán [puede hacer que tenga una] actitud positiva hacia el resto del mundo». La naturaleza del régimen en Teherán es religiosa con una ideología revolucionaria. Esta tiene una agenda política que no ha cambiado mucho desde que atacó a la embajada estadounidense en Teherán y retuvo a los diplomáticos como rehenes en 1979. La misma lógica nos lleva a concluir que Irán dominará utilizando el poderío a través de sus aliados y milicias en toda la región y fomentando y apoyando el comportamiento rebelde de ciertos partidos locales en los países vecinos.
«Irán no ha cambiado mucho desde que anunció su intención de exportar las revoluciones al mundo y el único cambio que ocurrió fue que sus situaciones financieras y militares mejoraron mucho gracias al acuerdo en materia nuclear firmado con Occidente».
En otro artículo[2], Al-Rashed escribió que Irán ha aprovechado el vacío político que se formó en la región en los últimos años, así como también la política del gobierno de Obama, incluyendo el acuerdo en materia nuclear con esta, para expandir su influencia en Irak, Siria y Yemen. Ante esto, este aconsejó: «La cooperación militar, bajo cualquier abanico, es una buena idea y un paso necesario, especialmente si se amplía más allá de la cooperación militar». Establecer una alianza para enfrentar a Irán es un equilibrio esencial para responder a su alianza militar la cual incluye a Irak y Siria.
«Irán también coopera con Rusia y este último posee una base militar en Irán. Los rusos participan fuertemente en la guerra en Siria junto a esta alianza iraní. Teherán ha fortalecido su alianza mediante la inclusión de milicias armadas desde Pakistán, Irak, Líbano y otros países en Siria. Las fuerzas iraníes, bajo la guía de ‘expertos’, están combatiendo en Irak y en cierta medida, manejan el conflicto allí… Por lo tanto, el establecimiento de una OTAN árabe… sigue siendo una reacción natural al «Pacto de Varsovia» iraní'».
[1] Para la versión en árabe de este artículo, véase: Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 12 de febrero, 2017; para la versión en inglés véase: english.aawsat.com, 13 de febrero, 2017. El texto en inglés ha sido editado ligeramente para mayor claridad.
[2] Para la versión en árabe de este artículo, véase: Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 20 de febrero, 2017; para la versión en inglés véase: alarabiya.net, 21 de febrero, 2017. El texto en inglés ha sido editado ligeramente para mayor claridad.