En un artículo del 25 de abril, 2015 el periodista opositor sirio Hassan Al-Kalesh acusó a Hezbolá de mantener un doble discurso, en el que habiendo inventado el concepto de la resistencia contra Israel y representarla como una fuerza de ocupación a la que hay que oponerse, es actualmente este mismo, junto a Irán los que ocupan Siria. De esta manera, enfatizó, Hezbolá se ha consolidado a sí mismo como un enemigo directo del pueblo sirio y por lo tanto los sirios deberían resistirlos, bajo los mismos criterios de la resistencia a Israel que la propia Hezbolá estableció.

Lo siguiente son extractos del artículo: [1]

Hassan Al-Kalesh (imagen: twitter.com/hassanalkalesh)

«Algunos sostienen que el discurso de Hezbolá se ha desconectado de la realidad y se [apoya en] un doble discurso, mientras que otros pueden creer que este discurso se ajusta a la realidad e incluso la representa. Es casi seguro que la forma en que Hezbolá presenta a Israel como un modelo de agresión y como una máquina de guerra opresora absteniéndose de entrar en la esencia y detalles de la ocupación es algo deliberado. Esto parece explicar el por qué Hezbolá no aborda el verdadero significado de la genuina y no adulterada ocupación iraní de muchas áreas en Siria hoy día. Así como Israel [niega que ocupa Palestina, Hezbolá] niega que ocupe [Siria] y defina [la situación allí] de esta manera.

«La ocupación de Siria por [Irán] y el control de su capital, con todo el peso y el simbolismo que eso amerita, es ante todo una victoria para la Revolución [islámica] de Irán y un paso hacia su ilusión imperialista. [Esta medida] comenzó incluso antes de la revolución siria del 2011, en la antigua ciudad de Damasco, donde la manipulación del tejido social [de la antigua ciudad] y su arquitectura eran un reflejo en pequeña escala de las operaciones en preparación para la ocupación [de Siria que vendría a continuación]. Esto junto a las actividades misioneras chiitas, que florecieron a comienzos de este siglo. Sin embargo, lo que Hezbolá ignora en este estado de cosas – o en lo que no acaba por entender adecuadamente – es la inversión de los roles entre este e Israel o, para verlo más precisamente, la medida en la que se identifica con la imagen de Israel. Esta imagen [de Israel], en la que [Hezbolá] participó en cultivar y difundir, es la de una fuerza de ocupación y corrupta la cual debe ser resistida.

«Cuando Hezbolá cambió de ser socio en los asesinatos de sirios por el régimen de Assad a una fuerza de ocupación que pisotea diariamente los símbolos nacionales y los principios morales y religiosos sagrados de los sirios, se erige a sí misma como su enemigo directo. [Como tal,] sus propias instrucciones y valores respecto a la resistencia y al deber de la liberación [por la ocupación] también deben aplicarse a la misma, tanto a nivel nacional y en lo religioso. No sería de extrañar si los mismos valores y principios [de la resistencia contra Israel] fuesen utilizados para motivar a los sirios e impulsarlos a resistir a Hezbolá y a Irán como fuerza de ocupación que son…

«En última instancia, lo que Hezbolá no entiende es que los sirios no necesitan de un líder carismático o una máquina mediática [tal como Hezbolá] para despertarlos cuando el entusiasmo por la resistencia o la revolución se desvanece. La revolución siria triunfará, incluso si tarda y su triunfo será un triunfo del pueblo [sirio]».


[1] Al-Hayat (Londres) 25 de abril, 2015.