En un artículo en el diario libanés pro-Hezbolá Al-Akhbar, el columnista Jean ‘Aziz afirmó que un avión extranjero recientemente aterrizó en el aeropuerto de Beirut portando armas químicas y que estas armas fueron transportadas luego a través de Beirut en un camión sin ningún tipo de precauciones de seguridad’. Aziz relata esto como parte de su crítica al actual gobierno libanés, el cual es un gobierno de unidad nacional que abarca casi la totalidad de las fuerzas políticas del país. Este dice que en el Líbano, las instituciones del estado, incluyendo el sistema judicial y los medios de comunicación no son independientes y no se puede contar con estos para exponer la incompetencia y los crímenes de los líderes. Por lo tanto, la única manera en la que los escándalos son expuestos es cuando los líderes se pelean entre si y revelan las deficiencias de cada uno. A contrario, cuando se forma un gobierno de amplia coalición, los líderes barren con todos los problemas y escándalos bajo la alfombra en nombre de la unidad. El actual gobierno del Líbano muestra ahora esta tendencia, este dice, tratando de encubrir todos los delitos de su predecesor, 11 meses del gobierno interino de Najib Mikati – incluyendo el escándalo del avión cargado de armas químicas.

Lo siguiente son extractos del artículo:[1]


Jean ‘Aziz (imagen: twitter.com/JeanAziz1)

«Está claro que la peor forma de gobierno de un país subdesarrollado puede tener es un gobierno basado en una amplia coalición, [como el] que tiene hoy el Líbano… En un país como el Líbano, no se puede contar con las… instituciones constitucionales [del estado] a fin de exponer los escándalos, y ciertamente uno no puede contar con la rectitud moral de los funcionarios del [estado] con el objeto de prevenir delitos graves. Desafortunadamente, no estamos viviendo en un país donde la cultura política de los ciudadanos, o donde la sensibilidad civil a la opinión pública es suficiente para disuadir a que los gobernantes abusen de su poder o malversen los fondos públicos… [Además,] en un país como el Líbano obviamente es imposible contar únicamente con los medios de comunicación para mantener a raya a aquellos en el poder y no se extravíen u obligarlos a examinarse a sí mismos o pedirles cuentas por su transgresiones. La mayor parte de nuestros medios de comunicación está en crisis… la mayor parte de estos es propiedad directa de los políticos o están financiados directa o indirectamente por ellos… Por último, en un país como el Líbano, es una broma contar con [el sistema] judicial a fin de corregir los defectos de los otros poderes [del gobierno]. Basta recordar y recordarle [al lector] que el sistema judicial del Líbano es una autoridad constitucional independiente sólo en el papel… En la práctica… está muy lejos de ser independiente como el propio Líbano está lejos de ser un estado independiente.

«Por lo tanto, en un país como el Líbano no se puede confiar en ninguno de las antes mencionadas [instituciones] para exponer los escándalos de los gobernantes y políticos… Durante mucho tiempo, la única manera [que tiene el público] de descubrir algunos de los secretos de los antros del poder era esperar que algún litigio surgiera entre sus habitantes, quienes tendían a lavar sus trapos sucios en público… [Esto sucedió], por ejemplo, en el día en que la tensión política entre el difunto ex primer ministro Rafiq Al Hariri y el entonces presidente Amin Gemayel alcanzó su pico. Luego nosotros [de repente] escuchamos en televisión cómo uno de ellos [Al- Hariri] vino a ofrecerles a los asesores de Gemayel decenas de millones a cambio del puesto de primer ministro libanés. Otro ejemplo fue durante la era del [patrocinio] de Siria sobre el Líbano, cuando el ‘plan estatal de seguridad’ se encontraba en un amargo conflicto con el ‘plan de asociación de Al-Hariri’. Esto también fue una oportunidad para que un hermoso desfile en alta voz expusiese vergüenza a ambos bandos…

«En un estado como el Líbano, para ese entonces, la única posibilidad de descubrir algo de la conducta escandalosa de nuestros líderes era esperar disputas entre ellos. Así que cuando estas riñas y disputas son ocultadas bajo el lema de la unidad nacional, el silencio y el ocultamiento se convierten en absolutos, como si el omertà – el código de silencio del mundo de la mafia – se hubiese convertido en la constitución del estado. [Luego] todo el mundo es feliz, todos brillan con alegría. No hay informes que [maldicen] y nadie que haga [tales] informes.

«El último punto de la agenda de una sesión del gobierno [que tuvo lugar] hace varios días… efectivamente trató de encubrir todas las acciones del gobierno interino de Najib Mikati. Estamos hablando de más de 470 delitos que [nuestro gobierno actual] quiso borrar con una sola barrida denominada «reconciliación nacional»…

«Un ejemplo [de estos delitos es un incidente en el que] un avión extranjero aterrizó un día en el aeropuerto de Beirut llevando como carga un tipo de arma de destrucción masiva. [Esta arma] fue transportada a través de Beirut en una furgoneta [Ford], en completa violación de todas las leyes libanesas y haciendo caso omiso a la seguridad del Líbano y del pueblo libanés. Pero hoy el «interés nacional» [es evocado] para cubrir esto con carácter retroactivo. El salario de los pobres docentes [libaneses] no puede ser aumentado de manera retroactiva, pero nuestro gobierno de interés nacional, en su generosidad, se ha preocupado en forma retroactiva de atender todos los escándalos y delitos cometidos durante los 11 meses del [mandato del gobierno interino de Najib Mikati] – [delitos] que socavaron los propios cimientos de nuestro país. Del mismo modo que la nave Trípoli desapareció sin dejar rastro, ahora un avión completo ha desaparecido, y cada bocanada de las armas químicas que este transportó que ha sido lavado por el gobierno de interés nacional…

«¿Quién descubrirá estos grandes [escándalos] en nuestro país? Los amenazados medios de comunicación? El público sumiso? Las elecciones parlamentarias que nunca tuvieron lugar? El sistema judicial? En cuanto al sistema judicial, esta recientemente nombró a 22 nuevos jueces, en el que todos ellos pasaron el examen de ingreso, el cual, como es bien sabido, requiere lograr una puntuación de 60 sobre 100. Los miembros del poder judicial bromearon que la puntuación alcanzada por ocho de los que han pasado con éxito el examen nunca fue publicada, y que la mitad del resto sacó una puntuación exactamente de 60 ¿Quién expondrá estos ​​escándalos pesados… En algunos países africanos abandonados por Dios tienen un dicho: «Cuando los elefantes pelean, la hierba bajo sus pies es pisoteada, y cuando se aparean la hierba bajo ellos es pisoteada también'».


[1] Al-Akhbar (Líbano), 6 mayo, 2014.