Luego de varios informes en octubre del 2013 de que el régimen de Assad perpetra una hambruna en varias zonas controladas por los rebeldes en Siria, especialmente en Ma’damia Al-Sham, cerca de Damasco, sitiándolos, el opositor sirio Michel Kilo, miembro de la Coalición Nacional para las Fuerzas Revolucionarias y de Oposición sirias, publicó un articulo advirtiendo la tragedia en esas zonas y de los peligros que amenazan la vida de millones de civiles allí. En el artículo, Kilo, quien actualmente reside fuera de Siria, describió la hambruna en los suburbios de Damasco y sitiados en la ciudad de Homs, y afirmó que el Presidente sirio, Bashar Al-Assad, «está utilizando un arma de destrucción masiva de las más despreciables – la inanición». Kilo también criticó a los Estados Unidos, que afirma le otorgó a Assad «luz verde» para continuar con la masacre en Siria, y pidió a la comunidad de las Naciones Unidas e internacionales poner fin a su apatía ante el desastre en curso y acudir en ayuda de los civiles sirios.

Lo siguiente son extractos del artículo, publicado el 16 de octubre en el diario saudita londinense Al-Sharq Al-Awsat:


Michel Kilo (imagen: alarabiya.net)

Assad está matando del hambre a los residentes de las zonas sitiadas

«El ejército de Bashar Al-Assad ha sitiado a los residentes del este y oeste de Al-Ghouta y Al-Homs durante 18 meses. Al no haber podido someter a los habitantes de estas zonas por la fuerza, decidió aniquilarlos por medio del asedio y la hambruna. Este envió a sus mercenarios para que realicen un fuere acoso [a ellos], de modo que mueran de hambre y del incesante bombardeo de artillería, que no da tregua, día o noche.

“Noticias de las zonas sitiadas indican que el precio de un kilo de azúcar ha alcanzado 3.000 libras sirias [unos $21] – si es que está disponible en el mercado en lo absoluto – mientras que antes del asedio [costaba] 169 libras. Un kilo de arroz, que solía costar 50 libras, [ahora] cuesta 2.200 libras [unos $15.5], si es se puede encontrar algo. El pan es totalmente inasequible para los hombres y mujeres [allí,] ya que no se consigue ni un solo pedazo de pan. Un amigo me dijo que el mes pasado iba en su camino a casa con cuatro barras de pan, pero no logró llevar incluso ninguno de ellos a casa de sus hijos, porque en su camino se los dio a los niños con estómagos distendidos cuyas madres le suplicaron les diera para un pedazo. Un bebé de seis días de edad, murió de hambre sin haber amamantado ni una sola vez, ya que su madre, que murió cuatro días más tarde, no había comido durante diez días antes de dar a luz.

«Luego que el ejército de Assad no pudo recuperar el oeste y este de Al-Ghouta por la fuerza, en principio trató de recuperar varios pueblos y ciudades en estas áreas mediante el engaño. Pidió a los líderes locales dejaran de ondear la bandera de [Assad] desde algunos minaretes de mezquitas a cambio para que se elimine el bloqueo. [Sin embargo,] cuando los combatientes [locales] se negaron a esta oferta transparentemente engañosa, y le dejaron saber [al ejército] que los creyentes no serían mordidos mil veces desde el mismo agujero por la serpiente de la tiranía, comenzaron una serie de intensos bombardeos a gran escala, sobre todo contra la población civil, y apretaron el cerco, cerrando todo lo que existe en el mundo exterior. Luego [Assad] animó a sus mercenarios a comprar los escasos alimentos [aún disponibles] en los mercados a fin de no dejar alimentos para los residentes y matarlos de hambre. Así, el precio del arroz aumentó en 260 libras por kilo a 2.200 libras, antes de desaparecer de los mercados por completo. El azúcar también desapareció después de estar escaso y poco frecuente. [Finalmente] no había nada de comer o beber y la gente comenzó a morir de hambre a diario. El número de muertos se eleva cada día y a cada hora, hasta el punto de que la sombra de la muerte se cierne sobre casi dos millones de personas que viven en las zonas sitiadas, que están siendo constantemente bombardeados por la artillería [también]».

La política estadounidense le otorgó a Assad luz verde para seguir asesinando a su pueblo

«[Las zonas sitiadas] enfrentan hoy día una tragedia humana que podrían reclamar las vidas de miles de sus hijos e hijas. Esto sucede, mientras el mundo está complacido con sus débiles [medidas] respecto a Siria, y alaba su propio éxito en el desarme del criminal [Assad] sobre sus [armas] químicas en beneficio de Israel. [Assad] no ha utilizado este tipo de armas contra nadie, excepto su propio pueblo, de acuerdo a una ecuación de un solo lado la cual [preserva] la seguridad e integridad [de Israel]… y el otro lado el cual está destruyendo a los sirios por todos los medios. Esta ecuación permite a Assad utilizar todos y cada uno de los medios, incluidas las armas convencionales, contra gente pacífica y sus zonas residenciales, y evitar la ira de los Estados Unidos, que ha afirmado lo que el canciller sirio Walid Al-Mu’allem siempre ha dicho: que no hará nada en contra del régimen. De hecho, la postura de Estados Unidos sobre las [armas] químicas le sirvió como luz verde a [Assad], [precisamente] cuando estaba perdiendo la esperanza de permanecer [en el poder] y estar [cerca] de salir huyendo. De hecho, la mayoría de los militares en Siria y líderes civiles ya habían hecho esto, y él mismo estaba cerca de hacer lo mismo».

La comunidad internacional debe tomar medidas contra Assad

«El régimen está actualmente usando un arma de destrucción masiva del tipo más despreciable – es decir, la hambruna – en medio del silencio mundial y mientras los organismos de la ONU se hacen la vista gorda y se contentan con la predica moral impotente y expresiones de indignación por los acontecimientos sin tomar medidas reales contra los criminales. [Estos organismos] podrían [por lo menos] fingir que están pensando en llevar a [Assad] a juicio, luego que sus acciones expusieron la verdad de su tratamiento criminal hacia el pueblo sirio… [Las acciones de Assad] han expuesto la violencia que siempre ha acompañado a su tratamiento del pueblo sirio, así como sus expresiones de hostilidad hacia [estos], que superan sus expresiones de hostilidad hacia el imperialismo extranjero en su brutalidad. También se ha demostrado que Assad no es parte del pueblo sirio, pero los asesina uno a uno y a todos juntos por no apoyarlo. Además, se ha demostrado que Assad no es el presidente del [pueblo sirio], porque hoy este toma su legitimidad por la muerte [del pueblo], y no por la gestión de sus asuntos y en servirlo desde [el comienzo] de la rebelión, [Assad] ha basado su régimen en una violencia total a fin de destruir a los que él llamó una vez sus ‘hermanos’ – los civiles. Con esta violencia ha logrado obtener un [apoyo] unánime y la lealtad de sus bandas.

«El hambre no logró romper la resistencia de un pueblo que está en marcha hacia la libertad a través de un océano de su propia sangre. Esto es lo que dicen los sitiados luego de 18 meses de hambruna y martirio por el hambre y el fuego. Estos exigen que eliminemos el agarre de muerte de los cuellos de sus niños y ancianos, y salvemos a los que todavía están vivos [Esto,] para que nuestra pasividad no le conceda ayuda al plan de Assad – inadvertidamente, por supuesto – y por lo tanto no nos encontramos ante esqueletos humanos que luchan por nuestra libertad mientras somos negligentes y evitamos ayudarles a la medida de nuestras posibilidades… [a pesar de] que podemos ayudar mucho!»