Recientemente, los medios de comunicación occidentales se han centrado en los gestos de la moderación del presidente iraní Hassan Rohani y su canciller Javad Zarif. Si estos gestos representan un auténtico cambio en Irán, se basan en dos hechos que no están siendo tomados en cuenta o debidamente reconocidos por los medios de comunicación y los círculos políticos occidentales:
1. El hecho de que las sanciones internacionales contra Irán están teniendo impacto, y que han llevado a Irán a una situación que ya no puede soportar;
2. El hecho de que un papel de liderazgo en la política iraní en los últimos dos años ha sido ejecutado por el antiguo funcionario iraní Hashemi Rafsanjani. Es Rafsanjani quien ha desafiado abiertamente al Líder Supremo iraní Ali Jamenei y sus políticas, el recién elegido presidente Hassan Rohani, no es más que un portavoz del bando de Rafsanjani[1].
– El mismo Rafsanjani participó como candidato a la presidencia, pero fue descalificado por Jamenei a causa de los desafíos a su política, e incluso a su propio liderazgo. Rafsanjani luego respaldó la candidatura de Rohani, y cuando ganó, Rafsanjani y su bando – e incluso sus rivales, lo vieron como una victoria para Rafsanjani.
– Desde las elecciones, en junio del 2013, Rafsanjani ha desafiado repetida y públicamente a Jamenei, y ha reiterado públicamente el hecho de que Irán está colapsando y que debe haber un cambio – al igual que en 1988, cuando Rafsanjani, entonces comandante de las fuerzas armadas iraníes, obligó al fundador de la Revolución Islámica, el Ayatolá Ruhollah Jomeini, a realizar que Irán ya no podía hacerle frente a Irak en la guerra Irán-Irak (1980-1988). Este entonces forzó a Jomeini a aceptar la Resolución 598 del Consejo de Seguridad de la ONU llamando a un alto al fuego.[2]
Por lo tanto, fue Rafsanjani quien forzó a Jamenei a dar el visto bueno a cierto grado de flexibilidad por parte del régimen iraní respecto a Occidente – flexibilidad que en esta etapa es puramente simbólica y no implica concesiones esenciales por parte de Irán.
Rafsanjani, que tiene el mismo estatus que Jamenei – y fue incluso superior a él durante la era Jomeini – y quien personifica la Revolución Islámica de Irán, no es un hombre de dogmas. Su primer objetivo, ahora como en 1988, es garantizar la continuidad del régimen revolucionario, no renunciar a sus objetivos. En lo que se refiere a Rafsanjani, la moderación es una táctica importante aún temporal para salvar al régimen a fin de que pueda seguir luchando para alcanzar sus objetivos en el futuro. Por lo tanto, este utiliza los términos «realismo Islámico», el «Tratado de Hudaybiyya», la «Paz del Imam Hassan», y la necesidad de «beber la copa de veneno».[3]
La respuesta del 17 de septiembre por Jamenei y su bando al desafío de Rafsanjani, que incluye el cumplimiento de la demanda de Rafsanjani a un cambio de rumbo e incluso a lo que Jamenei llama la ‘flexibilidad heroica’ que dijo siempre ha apoyado, todas las señales de que Jamenei ha capitulado ante el liderazgo de Rafsanjani – incluso si a este punto estos movimientos son sólo un mero gesto hacia Occidente. El resultado es que Rafsanjani es ahora el verdadero líder hoy en Irán al igual que el líder de un cambio potencial.
Si Occidente alivia las sanciones contra Irán sin ningún tipo de concesiones esenciales por parte de Irán, Occidente efectivamente habrá frustrado para si una verdadera oportunidad de cambio en Irán. La respuesta de Occidente a un gesto totalmente no sustantivo por parte de Jamenei destruirá totalmente la base sobre la que descansa la capacidad de Rafsanjani de instituir el cambio en Irán – incluso si ese cambio en este momento es sólo una medida táctica y temporal.
*A. Savyon es Director del Proyecto Mediático Iraní; Y. Carmon es Presidente de MEMRI.
[1] El estatus ligero de Rohani en el ámbito nacional iraní se refleja en el hecho de que Jamenei lo ignora, excepto para exigir que le obedezca, es decir a Jamenei, y advirtiéndole que si no lo hace pondrá en peligro su posición. En contraste, Jamenei y su bando llevan a cabo un debate ideológico público a gran escala, en respuesta a los argumentos históricos, políticos e ideológicos de Rafsanjani. Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 1018, La lucha entre Jamenei y Rafsanjani por el liderazgo iraní – Parte IV: Rafsanjani llama a la moderación en el espíritu del ‘realismo islámico’; Jamenei está listo para la ‘flexibilidad heroica’ por parte de Irán, pero sin comprometer los principios revolucionarios, 23 de septiembre, 2013.
[2] En el debate ideológico sobre la política de Irán, Rafsanjani no sólo se apoya en el legado del Ayatolá Ruhollah Jomeini, sino también en las fuentes islámicas, es decir, el Tratado de Hudaybiyya y la Paz del Imam Hassan.
[3] Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 1018, La lucha entre Jamenei y Rafsanjani por el liderazgo iraní – Parte IV: Rafsanjani llama a la moderación en el espíritu del ‘realismo islámico’; Jamenei está listo para la ‘flexibilidad heroica’ por parte de Irán, pero sin comprometer los principios revolucionarios, 23 de septiembre, 2013.