El día 22 de agosto, 2022 en su columna escrita para el diario Al-Qabas, Su’ad Fahd Al-Mo’ajel, periodista y ex-profesora de la Universidad de Kuwait, abordó el tema del deterioro moral que afirma ha ocurrido en las sociedades musulmanas durante las últimas décadas. La razón de este deterioro, argumenta ella, no es el propio islam, que enseña temas sobre moral y buenos valores, sino la influencia de los clérigos musulmanes extremistas, que predican valores de moral pero son los primeros en violar estos valores emitiendo fatuas que alientan a la violencia y el odio hacia los demás. Al-Mo’ajel agrega que asustar a la gente con amenazas de un castigo divino no es ninguna forma efectiva de cultivar una sociedad decente y ordenada. Más bien, el derecho civil y los principios de democracia y libertad son los factores que crean estas sociedades, tal como lo demuestran los países europeos.

Su'ad Fahd Al-Mo'ajel
Su’ad Fahd Al-Mo’ajel

Lo siguiente son extractos traducidos de su columna.[1]

«Se dice que, cuando este regresó de la conferencia de París en el año de 1881, el renombrado reformista egipcio jeque Muhammad ‘Abduh pronunció su famosa declaración: ‘Fui a Occidente y vi al islam, pero no vi a los musulmanes; regresé a Oriente y vi a los musulmanes, pero no vi al islam. Esta declaración reflejaba la realidad de ese entonces, pero hoy día es cien veces más cierta, cuando la mayoría de los países árabes lo que ven es… corrupción y deterioro en términos de moral, valores y conducta de la gente. Esto plantea la pregunta de si existe alguna conexión entre el aumento de la prédica, instrucción religiosa y la orientación religiosa masiva que hemos presenciado en las últimas cuatro décadas y la moral, los valores y la conducta defectuosa de la población que presenciamos hoy día.

«Cuando Muhammad ‘Abduh realizo esta declaración, nuestros países no se encontraban en la situación desesperada que vemos hoy día. Sin lugar a dudas, dijo lo que dijo luego de presenciar muy de cerca que la conducta de los pueblos no-musulmanes estaba siendo guiada por valores elevados tales como la verdad, honestidad, el orden, la limpieza, lealtad, ética de trabajo, etc. No es justo culpar a la religión por el deterioro moral. La reprimenda en la declaración de Muhammad ‘Abduh no iba dirigida al islam, una religión que tiene su base esencialmente en la moral… sino en contra de los musulmanes y la conducta de la mayoría de ellos, lo que violaba la religión, sus principios y sus términos.

«Hoy toda una generación se encuentra lidiando con una ecuación que es muy difícil de entender. En las mezquitas de todos los países musulmanes se realizan rezos que prohíben las injusticias y los actos reprobables y los predicadores llaman desde todos los púlpitos a defender la moral, los valores y la tolerancia. Sin embargo, la corrupción y el acoso sexual es rampante y desde algunos púlpitos musulmanes y mezquitas islamistas escuchamos los gritos de ‘Alá akbar’, pronunciados por organizaciones extremistas que se regocijan por los asesinatos, masacres y atentados perpetrados contra aquellos a los que ellos llaman ‘infieles’.

«La generación actual se encuentra en una encrucijada entre dos variedades del islam y ve que la mayoría de los predicadores que llaman a defender los principios del islam son en realidad los primeros en violar estos principios. Predican la decencia, tolerancia y la fraternidad, pero creen en el concepto de acusar a otros de herejía, lo cual está muy lejos de los elevados principios defendidos por el islam y por todas las religiones monoteístas.

«El problema de la moral en el mundo islámico es que permanece encadenada a las decisiones y deducciones de los estudiosos islámicos, sin considerar el historial y su comportamiento (el de estos estudiosos). La idea de que los jeques y jurisprudentes religiosos son ??infalibles limita la mente de la población, tal como se evidencia en el comportamiento de algunos musulmanes en la mayoría de nuestros países árabes y musulmanes. El intelecto se desvanece y prevalecen las cadenas de la lealtad ciega, que no da lugar a ninguna moral ni reforma. Esto es evidente en el alarmante deterioro de la moral, ética de trabajo, tolerancia y disciplina en nuestro mundo árabe y musulmán.

Los académicos religiosos estudiaron y aprendieron las fuentes de moral. Ellos estuvieron divididos en ciertos temas y coincidían en otros, pero en última instancia, muy probablemente pudieran ponerse de acuerdo en que, en todas las sociedades avanzadas, el código moral se desarrolla sobre la base de un contrato social fijado en reglas y normas – primero y ante todo las de democracia y libertad, que dan lugar a un sentido de responsabilidad y por lo tanto, también a una conciencia de las reglas y normas que garantizan la paz, seguridad, tolerancia y la estabilidad para todos los estratos de la sociedad.

«Ya se ha demostrado que el miedo al castigo divino no disuade a la mayoría de las personas. Esto es evidente por el hecho de que las sociedades islámicas donde las leyes civiles son marginadas y no implementadas, mientras que la prédica religiosa y el adoctrinamiento son dominantes, abundan con todo tipo de corrupción, soborno, violencia, transgresión y falta de ética de trabajo. Pero si los transgresores se hubiesen mudado a una sociedad que obedece únicamente a estrictas leyes civiles, hubiesen seguido la ley, ya que el castigo en este caso es directo e inmediato. Es por ello que los árabes en los países occidentales hacen fila pacientemente, obedecen las leyes de tránsito, desechan su basura solo en los lugares designados y realizan su trabajo con sinceridad y honestidad.

“Muchos filósofos creen que la razón y el intelecto son los pilares principales del cuadro moral humano. Seguramente que nos hace falta mucha razón y mucho más intelecto”.


[1] Al-Qabas (Kuwait), 22 de agosto, 2022.