El 23 de marzo, los medios de comunicación de habla hispana informaron que el Mayor General ruso Vasily Tonkoshkurov, arribó por la noche al Aeropuerto Internacional de Maiquetía «Simón Bolívar», Venezuela. Según estos informes, Tonkoshkurov llegó a bordo de un avión Ilyushin Il-62, con 99 soldados rusos. Fue recibido por Marianny Mata Quijada, directora general de la Oficina de Integración y Asuntos Internacionales, y el director de las Fuerzas de Acción Especial de Venezuela (FAES) Edgar Colina Reyes. Además, un avión de la fuerza aérea Antonov-124 con 35 toneladas de carga también aterrizó en Maiquetía.[1]
En una declaración pública, el Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela Diosdado Cabello, confirmó la llegada de los dos aviones rusos. «Dos aviones de Rusia aterrizaron en Venezuela, lo cual fue aprobado por el único gobierno legal de Venezuela: el gobierno de Nicolás Maduro», dijo Cabello en un comunicado emitido por el canal de televisión de Venezuela ‘Venezolana de Televisión’.[2]
Respondiendo a las críticas de la Organización de los Estados Americanos (OEA) por la llegada de aeronaves militares rusas a Venezuela, el canciller de Venezuela Jorge Arreaza, escribió en su cuenta Twitter: «Asombrosa la hipocresía de los gobiernos regionales que apoyan la colocación de bases militares y de personal estadounidense… y que se atreven a hablar en contra de la cooperación técnico-militar entre Venezuela y Rusia que se encuentra vigente desde el 2001…»[3]
La portavoz de la cancillería rusa María Zakharova, también menospreció la reacción de la Organización de Estados Americanos: «No nos sorprende una declaración motivada políticamente de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, en la que se acusa a Rusia sin motivo de incursión militar dentro de territorio venezolano y de violación de la soberanía de Venezuela».[4]
El 27 de marzo, el Presidente de los Estados Unidos Donald Trump le pidió a Rusia que retirara sus tropas de Venezuela y subrayó que «todas las opciones» están abiertas. «Rusia tiene que salir», dijo Trump. Al preguntársele cómo hará Washington para obligar a las fuerzas rusas a marcharse, Trump respondió: «Ya veremos. Todas las opciones están sobre la mesa».[5]
Según el influyente bloguero ruso El-Murid, la decisión rusa de enviar dos aeronaves a Venezuela muestra que Rusia está dispuesta a transformar un conflicto civil en una confrontación militar internacional.
A continuación se presentan extractos del artículo de El-Murid:[6]
(Fuente: Noticierodigital.com)
La legitimidad del régimen ruso no es diferente al del narco-presidente venezolano
«… No es necesario dar ninguna explicación sobre el propósito de la llegada, la naturaleza de la carga traída o cuánto tiempo permanecerán los militares en Venezuela.
«La advertencia es que, si estamos hablando de la creación de cualquier base (aunque sea temporal) para las tropas rusas, esto contradice directamente la Constitución de Venezuela y, si es así, Maduro está cometiendo uno de los más graves crímenes de estado. Probablemente, por esta razón, ha habido un acuerdo en guardar silencio. Por otra parte, la toma del poder por parte de Maduro hace que su presidencia sea ilegítima, por lo que un crimen más o un crimen menos – a este ya no le quedan más opciones.
«El tema de los objetivos de la llegada de las tropas rusas a Venezuela es ciertamente importante para nosotros. Las largas y abstractas discusiones sobre los intereses nacionales, la proyección de poder y otras cosas que elevan el espíritu, requieren sin embargo al menos alguna explicación y detalles específicos. Es una cosa cuando una base militar es colocada en un país estable y amistoso y muy diferente es cuando esta es colocada en un país devastado por desastres y conflictos civiles, cuyo liderazgo no parece estable y legítimo y [además] la naturaleza de las acusaciones contra su liderazgo (por cierto, acusaciones bastante graves) demuestran la naturaleza puramente criminal del régimen que le otorgó a Rusia consentimiento para el despliegue de una base militar en su territorio.
«Teniendo muy en cuenta lo anterior, es lógico suponer que inevitablemente Rusia será absorbida al conflicto civil de otro individuo con la perspectiva de convertirse en una confrontación militar internacional. Al mismo tiempo, cualquier régimen sucesor del actual, será objetivamente obligado a denunciar todos los acuerdos y arreglos del anterior como nulos y no-adecuados para los intereses nacionales de Venezuela…
«Ciertamente, si en Rusia tuviésemos al menos algo que se asemeje a lo parlamentario, público o cualquier otro control sobre el gobierno, tales preguntas hoy se harían en voz alta y públicamente. Afortunadamente, en nuestro país tenemos una dictadura bananera muy banal, donde el mayor valor es la devoción servil. Y, por lo tanto, nadie pensará en hacer preguntas o responderlas. En este sentido, lógicamente, el régimen ruso, en términos de legitimidad, no es nada diferente del narco-presidente venezolano. Nosotros tenemos exactamente el mismo líder del país, limpiándose los pies sobre la constitución, al igual que allá. El presidente ruso obtuvo la victoria los dos últimos mandatos (aumentado prudentemente por el anterior presidente a tres ‘antiguos’) como resultado de una conspiración que fue cometida de una manera abierta y descarada, pero bajo el marco del sistema judicial existente en el país, la Corte optó por ignorar la acción claramente punible, abriendo el camino a la incautación y usurpación del poder. Por lo tanto, los regímenes relacionados, por supuesto, se ven obligados a ayudarse mutuamente, incluso si los intereses nacionales o las disposiciones constitucionales contradicen fundamentalmente sus acciones.
«Desafortunadamente, la realidad es tal que las autoridades rusas tienen todas las oportunidades de llevar a cabo acciones aventureras que desangran al país en interés de este grupo gobernante insignificante, que se está enriqueciendo infinitamente con el saqueo y empobrecimiento del país y de su pueblo». Venezuela es solo otro ejemplo ilustrativo al hecho de que los intereses de este grupo están por encima de cualquier otra consideración, pero estos individuos no dan, ni darán ninguna explicación por sus acciones, despreciando infinitamente a su población, a quienes se les ordena aprobar cualquier plan descabellado del régimen gobernante».
[1] Noticierodigital.com, 23 de marzo, 2019.
[2] Tass.com, 26 de marzo, 2019.
[3] Twitter.com/jaarreaza, 27 de marzo, 2019; Tass.com, 27 de marzo, 2019.
[4] Tass.com, 26 de marzo, 2019.
[5] Themoscowtimes.com, 27 de marzo, 2019.
[6] El-murid.livejournal.com, 24 de marzo, 2019.