En un artículo titulado «¿Por Qué los Árabes Prefieren Mentiras en Lugar de la Verdad?» el escritor árabe-israelí Dr. Salman Masalha embistió contra los medios de comunicación árabes por difundir mentiras ridículas y teorías de conspiración en lugar de presentarle a sus lectores con hechos verídicos.
Lo siguiente son extractos del artículo, que fue publicado el 26 de noviembre, 2012 en el portal Elaph.com. [1]
«Todos sin duda recordamos cómo, hace unos años, algunos medios de comunicación árabes difundían historias sobre un extraño complot israelí, a saber, que el Mossad había enviado tiburones amaestrados con el fin de atacar turistas en las playas del Sinaí. Esto es lo que dijeron los diarios: ‘Después de repetidos ataques de [tiburones], las autoridades locales al sur del Sinaí rompieron su silencio, y el gobernador anunció que los tiburones atacaban a los turistas bajo las órdenes del Mossad israelí’. Algunos altos funcionarios de las autoridades de turismo del Cairo también anunciaron que los [ataques de tiburones] eran parte de un complot israelí destinado a dañar el turismo en Egipto.
«Antes, los medios de comunicación egipcios habían publicado noticias alarmantes diferentes, pero también dentro de la onda conspirativa del Mossad. Estos afirmaron que el Mossad había insertado en los mercados egipcios grandes cantidades de drogas que estimulan el deseo sexual en las mujeres, con el fin de socavar los cimientos de la sociedad y la familia egipcia. Bajo este contexto, cabe señalar que en informes periódicos sobre estadísticas en Internet estos indican que los árabes ocupan el primer lugar en el mundo en búsqueda de la palabra «sexo» y sus derivados en Internet. Estas estadísticas son el mejor reflejo de la obsesión árabe con todo lo relacionado al sexo.
«Esta condición árabe merece ser investigada por parte de especialistas en los campos de la sociología y la psicología, y yo admito que no tengo las herramientas profesionales para abordar el tema de una manera científica. Todo lo que puedo hacer es señalar esta enfermedad crónica que está carcomiendo los huesos de las sociedades árabes. Basta mencionar algunos fatuas que reflejan esta enfermedad crónica, tal como el recientemente publicado fatua que permite el sexo con un cadáver. Estos fatuas son conocidos por los árabes y no árabes, en Oriente y Occidente, por lo que no necesitamos decir nada más sobre esta necrofilia.
«Estas historias me llegaron a la mente debido a algunas nuevas mentiras que han aparecido recientemente en la prensa árabe, [esta vez] sobre una conspiración en las más altas esferas referente al sexo. Como de costumbre, el héroe de la historia es el Mossad, pero esta vez también hay un heroína, es decir Tsipi Livni, la ex ministro de relaciones exteriores israelí. El diario egipcio Al-Masri Al-Yawm publicó un artículo supuestamente basado en una entrevista del 2009 con Livni, que fue publicada en el Times de Londres y también en el diario israelí Yediot Aharonot. [En esta entrevista, Livni supuestamente] reveló que se había acostado con prominentes figuras árabes con el fin de chantajearlos políticamente. El título del artículo en el diario egipcio era «Tuvo Relaciones Sexuales con Árabes a Cambio de Concesiones Políticas.
«Ya que los árabes están generalmente obsesionados con las teorías de conspiración, sobre todo con las historias de sexo, este fabricado informe se extendió como pólvora en los medios de comunicación árabes, tanto en la prensa escrita y en los portales en Internet, los cuales lo presentaron como la verdad sin adornos. Además, periodistas árabes, analistas e intelectuales se apresuraron a discutirlo y analizarlo…
«Ninguno de estos expertos, incluyendo a los que escriben en este portal [Elaph], se molestaron en comprobar la veracidad del informe original. Por ejemplo, uno de los escritores aquí [en Elaph], Khales Jalabi, compuso un artículo titulado ‘Tiene Sexo y Asesina Por Israel’. Eso es lo que se le ocurrió a este genio Najm ‘Abd Al-Karim. Su artículo también fue citado por otro escritor en Elaph quien escribió que, según el ‘informe de ‘Abd Al-Karim, ‘la sionista Tsipi (hija del fundador de las bandas Haganá) admitió su disposición en ofrecer su cuerpo a cualquiera que lo desee, si esto beneficia a la causa sionista, y, de hecho, lo hizo sin ningún tipo de pudor’. Jalabi llamó a su artículo ‘El Cáncer Sionista: Un Enfoque Socio-Biológico’ – revelando así su propia mentalidad.
«Parece ser que la verdad no es del interés de la prensa árabe y de muchos periodistas árabes. [Ellos creen que] mientras las noticias e informes falsos conformen a la mentalidad árabe, no se requiere de ningún tipo de verificación, ya que el lector árabe lo aceptara tal como es, una verdad demostrada a la que no se le puede dudar.
«Después de que este caballo árabe periodístico se desbocara [de su establo] y esta mentira se extendiera por todo el mundo árabe, y luego de que esta teoría de conspiración sexual excitara las emociones de [los lectores], que siempre están plenamente dispuestos a aceptar este tipo de informes prefabricados, Al-Masri Al-Yawm [se molestó] en pedir disculpas a sus lectores por lo publicado sin haber corroborado sus fuentes. Aquí presento la disculpa publicada en el portal del [diario]: ‘Ha quedado claro para Al-Masri Al-Yawm que estas declaraciones no aparecen [en realidad] en el Times de [Londres] o en Yediot Aharonot, sino que fueron copiadas de fuentes poco fiables inventadas por estas, y luego la noticia fue copiada y distribuida por los populares portales árabes. Por lo tanto, una disculpa y aclaración a los lectores es lo adecuado’.
«Ahora, ¿por qué no una disculpa de los escritores?… Creo que nos corresponde a todos los periodistas, analistas y pensadores, o como les guste llamarse a sí mismos, el pedir disculpas por escrito al lector árabe por todos los escritos y análisis y pensamientos que se esparcen entre el público lector árabe… Aquellos que inventan mentiras y luego las esparcen como verdad son una parte integral de la tragedia de los árabes en nuestra era. Prefieren una [existencia] serena que no requiere esfuerzo en enfrentar la realidad del mundo cambiante que les rodea. Las fantasías y los demonios dominan sus mentes, y no pueden deshacerse de estos. Ya es hora de que tengan algo de respeto por la profesión periodística, y, sobre todo, por el lector árabe, que, más que cualquier otro lector en el mundo de hoy, hay que darle hechos verídicos sin ningún tipo de adornos…»
[1] Elaph.com, 26 de noviembre, 2012.