El 9-10 de diciembre del 2009, el diario saudita ‘Okaz publicó una entrevista con el jeque saudita Dr. Ahmad bin Qasim Al-Ghamdi jefe de la Comisión para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio en el área de la Meca, en el que discute sobre el tema del ikhtlat (la interrelación de hombres y mujeres), y rechaza la afirmación de que esto está prohibido en el Islam. El amplio debate de Al-Ghamdi sobre este asunto viene en respuesta a las críticas sobre la apertura de la primera universidad de Arabia Saudita para ambos sexos, la Universidad King Abdullah para la Ciencia y Tecnología (UKACT). El afirma que la apertura de esta universidad es un logro enorme, y que quien la critique por ser para ambos sexos no ha comprendido las enseñanzas del Islam sobre este asunto.

Los siguientes son los puntos principales de la entrevista: [1]

La ley islámica no prohíbe el Ikhtlat

Al-Ghamdi afirma que el tema del ikhtlat nunca fue discutido por los estudiosos religiosos de la época islámica, ni tampoco se emitieron decretos religiosos sobre esta materia. Más bien, la mezcla de los sexos fue visto por los musulmanes como algo natural: «La interrelación de hombres y mujeres no estuvo en lo absoluto prohibida por la ley religiosa. Más bien, era práctica normal en la época de los Compañeros del Profeta Mahoma».

Luego, Al-Ghamdi critica a quienes hablan en contra del ikhtlat mientras aplican una norma diferente en sus propios hogares: «[El que los sexos se mezclen] es una parte ineludible de nuestras vidas diarias. Ocurre en los hogares de muchos musulmanes – incluyendo a los que denuncian el ikhtlat – donde se encuentran sirvientas que trabajan junto a hombres que no tienen ninguna relación con ellas. Este es un claro ejemplo de interacción entre hombres y mujeres en nuestra vida diaria, que no se puede ser negada. El denunciar públicamente el ikhtlat mientras se practica en la vida [diaria] de una persona es una contradicción que la ley islámica define como censurable. Todos los musulmanes sanos y justos deben adherirse a las normas de la ley islámica, sin adiciones u omisiones»…

Haciendo hincapié en que las decisiones religiosas deberían basarse en pruebas claras de fuentes islámicas autorizadas, el Dr. Al-Ghamdi, cita una serie de hadiths (tradiciones proféticas) que apoyan su posición: «Sawda [la segunda esposa del Profeta Mahoma] salió una noche después de que [las mujeres de este] habían sido obligadas a llevar puesto el hijab. Ella era una mujer alta corpulenta. Omar se encontró con ella por casualidad y la llamó: ‘Oh, Sawda! Por Alá, no pasas desapercibida entre nosotros. Cuando salgas, debes observar el cómo te [ves] y el cómo te comportas’. Así que ella remarcó sus pasos y regresó donde el Profeta, quien estaba cenando. [Cuando] le informó lo que Omar le había dicho, [el Profeta] respondió: ‘Ustedes [las esposas del Profeta] se les permite salir para que hagan lo que sean sus propósitos’. «Al-Ghamdi señala que este hadith está incluido en Bujari y Muslim, las dos mayores recopilaciones autorizadas de hadiths. «Esto significa que [incluso] a las esposas del Profeta se les permitía salir para sus fines específicos, por lo que está, sin duda permitido a otras mujeres», afirma.

Otro hadith es sobre Umm Usayd: «Cuando Abu Usayd Al-Sa’idi se casó, invitó al Profeta y a sus compañeros [a la celebración]. La que preparó la comida para ellos y les sirvió no era otra que la esposa de [Abu Usayd’s], Umm Usayd…. Esto implica necesariamente que la mujer miró de frente a los hombres y se mezcló con ellos…» Finalmente, Al-Ghamdi describe un hadith acerca de una mujer que no era pariente del profeta Mahoma, pero que en algunas ocasiones estaba a su lado mientras ella se lavaba las manos antes de los rezos, de modo que los dos utilizaban la misma jarra de agua y sus manos se tocaron. Una historia similar fue dada por ibn Omar [2], quien dijo que durante la época del Profeta, los hombres y las mujeres solían lavarse juntos en preparación para los rezos. Estas anécdotas, concluye Al-Ghamdi, indican que la interrelación no está prohibida

Si no existe una resolución respecto a una acción – esta es admisible

Elaborando en su punto de vista, Al-Ghamdi afirma que los textos claros y explícitos (de las tradiciones del Profeta) indican que los hombres y las mujeres pueden mirarse unos a otros mientras no haya ninguna intención de seducción. También indican que los hombres y las mujeres pueden entremezclarse en el mercado con el fin de realizar una actividad comercial legítima, en el lugar de trabajo, en instituciones de educación y aprendizaje, en la mezquita, en la calle, etc., porque no existe ningún texto que prohíbe nada de lo escrito anteriormente. «El principio jurídico es el siguiente», dice. «Si no existe ninguna norma que regule una determinada acción – entonces esta acción es admisible». Al-Ghamdi, además explica que las tradiciones proféticas sobre la modestia – que requieren de las mujeres y de los hombres que bajen la mirada, ser castos y alejarse de la tentación – no contradicen sus afirmaciones, ya que el mezclase por sí mismos no implica necesariamente hablar ilícitamente o el determinar alguna acción.

Finalmente, Al-Ghamdi se refiere a la crítica publicada en Internet en contra de la Universidad UKCT. El describe a los críticos como demasiado rígidos y los acusa de alterar fotografías con el fin de presentar pruebas falsas de promiscuidad en las instalaciones universitarias, haciendo hincapié en que esta está sólidamente arraigada en los valores islámicos del Reino de Arabia Saudita.


[1] ‘Okaz (Arabia Saudita), diciembre 9 y 10, del 2009.

[2] ‘Abdallah ibn Omar fue hijo del segundo califa y una autoridad prominente en el hadith.