El cambalache Hizbullah-Israel de prisioneros fue aplaudido en mucha de la prensa árabe como una victoria para el Hizbullah, donde Al-Jazeera incluso le dio una fiesta de cumpleaños a Samir Kuntar. [1]

No obstante, no todos en la prensa árabe estábamos uniformemente a favor del Hizbullah. El redactor liberal ‘Adnan Hussein, en un artículo el 24 de julio, 2008 en el diario kuwaití Awan, comparó las celebraciones del Hizbullah a una reunión fascista, y sarcásticamente propuso que el grupo vuelva ahora su atención a la liberación de prisioneros libaneses retenidos en Siria.

El trasfondo de este artículo fue una protesta el 21 de julio, 2008 exigiendo la liberación de prisioneros libaneses en las cárceles sirias, celebrado en las afueras de una reunión en Beirut entre el Presidente libanés Michel Suleiman y el Ministro del Exterior sirio Walid Al-Mu’allem. Según una lista dada a conocer por la Organización Nacional para los Derechos Humanos en Siria, hay aproximadamente 200 de tales prisioneros. [2] Cuando la prensa le preguntó por la protesta, Al-Mu’allem contestó: «Es una vergüenza que no traje conmigo a varios de las familias de sirios que han desaparecido en el Líbano para que protesten también… Aquéllos que han esperado pacientemente más de 30 años [e.d. desde la guerra civil libanesa] pueden esperar otras pocas semanas». Él dijo luego que el problema de los prisioneros en las cárceles sirias sería tratado por una comisión judicial imparcial, que ya había comenzado su trabajo. [3]

Otros criticaron el propio intercambio de prisioneros Hizbullah-Israel. En un articulo el 25 de julio, 2008 en el diario kuwaití Al-Jarida el redactor liberal Hamed Nayyef Al-‘Anzi escribió que Samir Kuntar y Dalal Al-Mughrabi eran terroristas y que no había ninguna razón de regocijarse por su retorno.

Lo siguiente son extractos de los dos artículos:

«Hay centenares de libaneses que están encarcelados o son mártires enterrados en cementerios secretos… [en] Siria»

El 24 de julio del 2008, el redactor ‘Adnan Hussein escribió en el diario kuwaití Awan: «La intoxicación ha pasado y el tiempo de reflexión ha llegado. La intoxicación es lo que algunos de nosotros sentimos por la nueva ‘Victoria Divina’ lograda por el Hizbullah sobre Israel. Fue una gran ‘victoria’ en opinión del partido y sus seguidores, tal como es evidente de la pomposa celebración entusiasta, con sus colores ostentosos, en ocasión del retorno de los prisioneros y de los restos de los mártires, en un trato que tuvo un costo.

«Los prisioneros estaban vestidos en uniformes de milicia en un gesto de bondad y gracia hacia ellos y sus familiares. Los ataúdes estaban colocados en filas ordenadas, se escogieron los más luminosos colores, y los combatientes responsables por la ceremonia de bienvenida y transporte de los ataúdes fueron entrenados para moverse exactamente en fila para intimidar el espectáculo. Y los organizadores no se olvidaron de completar este con manadas de masas humanas para que tuviera el tradicional carácter nazi-fascista del partido Ba’thista.

«Esta ola pasó rápidamente y dio cabida al pensamiento chocante, expresado espontánea y simplemente y sin ningún colorido de imitación o embellecimiento verbal, por algunos ciudadanos libaneses que son libanés hasta la medula: madres y padres ya de edad avanzada, esposas que han esperado durante mucho tiempo, hijos e hijas que crecieron sin haber tenido el placer de ver a sus padres alguna vez – padres que habían desaparecido en las prisiones y cementerios sirios hace tiempo, quizás un cuarto siglo o más.

«Esta recolección espontánea organizada por las familias de los prisioneros libaneses y aquéllos que han desaparecido en Siria, el día de la visita del Ministro del Exterior sirio a Beirut, fue lo de que le dio la mentira al mito de esta nueva ‘Victoria Divina».

«A distancia de Beirut que es quizás mucho más corta que la distancia desde la capital libanesa dónde fueron encarcelados o enterrados los prisioneros y mártires que regresaron con el trato del Hizbullah, existen centenares de libaneses que están en prisión o son mártires enterrados en cementerios secretos en el territorio del ‘país hermano’ Siria.

«Su único ‘crimen’ fue que se opusieron, mientras en su propio país, la ocupación Siria del Líbano exigió que llegue a su fin. Naturalmente, y tal como el Hizbullah y sus seguidores saben, toda ocupación es aborrecible; es patriótico trabajar para acabar con la ocupación, y cada opositor a la ocupación es un patriota.

«Los libaneses que permanecen encarcelados, o de cuyos restos están en los cementerios en Siria, son patriotas, y son dignos de tener al Hizbullah combatiendo por la causa de su retorno a la patria y a sus familias.

«Puede suponerse que, dadas las relaciones íntimas entre el partido y Siria, este no encontrará dificultades del tipo que enfrentó con Israel en lograr su meta, y no será en necesidad de intermediarios, testigos, y negociaciones secretas…» [4]

«Ese, señor, es la historia ‘heroica’ de Samir Kuntar»

Otro redactor kuwaití liberal, Hamad Nayyef Al-‘Anzi, se dirigió al propio intercambio del Hizbullah-Israel, revisó las acciones de Samir Kuntar y preguntó por qué el traer a un terrorista a casa debería ser considerado una ‘victoria divina’:

«… Está es la triste verdad, y esta despierta piedad, de que una nación antigua como la nuestra puede alcanzar tal estado de golosidad e infatuación con la victoria, en la que podemos considerar un intercambio del prisioneros entre dos bandos una victoria de una parte sobre la otra, sólo porque un bando es árabe musulmán y usa la indumentaria de la lucha y la resistencia. Esto a pesar del hecho de que si los consideramos en términos de ganancias y pérdidas – y no en la jerga de la gloria, el honor, y la constancia que nosotros nunca nos cansamos de repetir en todas las ocasiones – [nosotros vemos que] ellos no han logrado mucho en términos a las ganancias verdaderas en el mundo real.

«Por Alá, dígame, que es toda esta alegría tempestuosa e irracional, y toda esta habladuría de ‘victoria’ por el retorno de los prisioneros libaneses, Samir Kuntar y sus compañeros, tal que no existe epíteto que denote heroísmo que no haya sido derramado sobre ellos?

«Yo puedo decir con certeza, señores que el 90% de esos que se regocijan y alaban el retorno de los prisioneros no saben quién es Samir Kuntar y no conocen los detalles de su inimitable, ‘heroica’ operación fedayeen. No saben nada de él, y no quieren saber. Lo único que les importa es que Sayyid Hassan Nasrallah tiene algo que ver con esto, y él siempre es un ‘vencedor’. Su nombre está asociado con la gloria, el honor y la constancia. Mientras él conseguía liberarlos, entonces deben ser ‘héroes’ y ‘vencedores’, y su retorno una gran ‘victoria’, negada sólo por agentes extranjeros, traidores y los que se arrodillan.

«Aquí se narra una corta historia de algunos de éstos que regresan como ‘héroes:

«Samir Kuntar, ciudadano libanés druso nacido en 1961, fue, hasta que se le capturó, miembro del Frente de Liberación Palestina. Fue miembro en una célula que dirigió una operación violenta en la ciudad de Nahariya el 21 de abril de 1979. Esa noche, la célula de Kuntar salió furtivamente hacia la playa de Nahariya en un bote, y en el medio de la noche atacó la casa de la familia Haran.

«Tomaron rehén a Danny Haran, el científico nuclear israelí, y a su pequeña hija de 4 años de edad. Entretanto, la madre, su hija de 2 años y un vecino se escondieron en la alcoba. Uno de los secuestradores llevó al padre y a la niña hacia la playa, pero fueron sorprendidos por la policía y las fuerzas del ejército que habían llegado. Samir Kuntar disparó sobre Danny Haran desde muy cerca delante de su joven hija, luego mató a la joven niña, Einat (aunque él niega esto) aplastando su cráneo con la culata de su rifle. La otra, niña de 2 años, murió sofocada debido a los esfuerzos asustadizos de su madre por mantenerla callada para que los secuestradores no los encontraran.

«Eso, señores, es la ‘heroica’ historia de Samir Kuntar.

«En cuanto a la ‘mártir’ Dalal Al-Mughrabi cuyo cuerpo fue devuelto [al Líbano], nació en 1958. Ella comandó una operación que ha llegado a ser conocida como ‘La Matanza del Camino Costero’ que tuvo lugar en 1978.

«En esta violenta operación, 37 civiles israelíes de varias edades fueron muertos, jóvenes y adultos, cuando el autobús en que viajaban fue secuestrado. Dalal Al-Mughrabi y su grupo abrieron fuego contra 37 ocupantes en ese nefasto autobús, uno detrás del otro».

«Bajo ninguna circunstancia puede alguien quien tuvo como objetivo a civiles inocentes ser considerado un ‘héroe'»

«Ninguna persona racional puede categorizar estas dos operaciones como actos heroicos. Son como actos terroristas, o son por si mismos actos terroristas, cualquiera que sean los justificativos y razones. Los actos terroristas no tienen nacionalidad, y cualquiera de corazón y mente condena y desprecia a aquéllos que los perpetran, así sean árabes, israelíes o de cualquier otra nacionalidad.

«Bajo ninguna circunstancia puede alguien que tuvo como objetivo a civiles inocentes ser considerado un ‘héroe’, ni puede su retorno ‘triunfante’ ser considerado una victoria nacional – excepto en la imaginación de algunas almas desesperadas cuyos corazones son tan duros como una piedra, y para quien la vida humana no tiene ni el valor del ala de un mosquito.

«Cuan abundante están en nuestra nación árabe, esta gente que buscan cualquier victoria infeliz – aun cuando solo sea un intercambio de prisioneros. Y qué prisioneros estos!» [5]


[1] http://www.memritv.org/clip/en/1818.htm ; y el artículo de Sultan Al-Qassemi, MEMRI Despacho Especial No. 2013, «Al-Jazeera y la Fiesta del Cumpleaños del Terrorista Liberado», 4 de agosto del 2008, http://www2.memri.org/bin/espanol/ultimasnoticias.cgi?ID=SD201308.

[2] www.middleeasttransparent.com, 27 de julio, 2008.

[3] Al-Mustaqbal (Líbano), 22 de julio, 2008.

[4] Awan (Kuwait), 24 de julio, 2008.

[5] Al-Jarida (Kuwait), 25 de julio, 2008.