En un artículo en el diario saudita Al-Riad, el redactor Fares bin Hazam informa que ambos los predicadores en las mezquitas y la propaganda en Internet están incitando a jóvenes musulmanes a emprender el jihad. [1] Una entrevista con un joven musulmán quien fue a combatir a Afganistán, también en Al-Riad, proporciona un testimonio de primera mano que confirma esta denuncia.
Lo siguiente son extractos del artículo y la entrevista:
Redactor saudita: Los predicadores en las mezquitas instan a los feligreses a unirse al jihad en Irak y en Afganistán
Bin Hazam escribe en su artículo: «El negocio con Afganistán nunca terminará mientras que el ‘deber del jihad’ continúe viviendo en [nuestra] sociedad, en las mezquitas, en los [sermones] del Viernes, y en Internet…
«Después de la caída del taliban y la subsiguiente crisis de Guantánamo… hubo conversaciones en aumento sobre la necesidad de investigar nuestra creciente [inclinación] de la juventud hacia el jihad, y sobre la necesidad de buscar las razones que los motivan a ir a Afganistán y a otros países…
«La llamada a investigar estas razones es despreciable; es un chiste sin gusto. [Uno podría pensar] que las razones son desconocidas, que no somos conscientes de nuestra situación [y necesitamos conducir una] investigación para descubrir el por qué [nuestros jóvenes] fueron y todavía van [a emprender el jihad]… Las razones son obvias. Muchos de nosotros las conocemos, y no hay necesidad de un estudio científico o de algún otro [tipo de estudio] para revelarlas…
«Ya que las causas son conocidas, nos hace falta valor para tratar con [este problema]? [Yo creo que] si. Nuestra falta de valor ha sido aparente desde que inventamos la excusa de las ‘[influencias] externas’, y empezamos a jugar con esta y la ondeamos en cada oportunidad. Yo no sé desde donde provienen éstas [influencias externas], ya que fuimos nosotros quiénes enviamos a nuestros jóvenes [a Afganistán] en primer lugar, antes de que alguna vez escucháramos de [estas influencias] que según se alega provienen [de fuera].
«Algunos predicadores, [a saber] aquéllos que le temen al censor, lo engañan siendo implícitos en su incitación a [emprender] el jihad en Irak o en Afganistán. Ellos hablan en sus sermones sobre los méritos del jihad sin mencionar una región en particular. Hablan en términos generales que pueden ser aplicados a cualquier situación, incluso a nuestro [propio] país. Durante las oraciones, los detalles empiezan a verter muy rápido: primero, [una llamada a emprender el jihad] en Palestina, [qué sirve como] una cortina de humo, y luego [llamadas al jihad] en Afganistán, Irak y Chechenia, y finalmente… la llamada de ‘oh Alá, concédeles la victoria en todas partes!’ ‘En todas partes’ incluye a nuestro [propio] país… y decimos ‘amén’ después de que el predicador llama [en Alá] a que ayude al mujahideen en nuestro [propio] país…»
Saudita liberado de Guantánamo: Los fatwas me motivaron a unirme al Jihad
Sa’d Ibrahim Al-Bidna, un joven saudita, viajó a Afganistán con el objetivo de unirse al jihad. Fue arrestado dos meses después, y estuvo cuatro años y ocho meses en Guantánamo. En una entrevista con Al-Riyadh, dijo que fueron los fatwas anunciados en Internet que lo motivaron a emprender el jihad.
Al-Riyadh: «Cuéntenos su jornada, desde [el momento] en que partió de Arabia Saudita hasta su retorno».
Al-Bidna: «Yo comencé esta jornada agotadora cuando dejé Arabia Saudita por mi propia cuenta, motivado por el entusiasmo juvenil en [emprender] el jihad por la causa de Alá en Afganistán. Yo viajé a Afganistán a través de Siria e Irán. [Cuando llegué], la guerra estaba siendo emprendida contra el taliban y las cosas no estaban claras para mí. Así que decidí salir de Afganistán para Pakistán, y de allí regresar a Arabia Saudita. Pero [cuando alcancé] Pakistán, fui arrestado y me entregaron a las fuerzas americanas. [Ellos] me encarcelaron en Guantánamo, [donde permanecí] hasta que las autoridades sauditas intervinieron y me regresaron a Arabia Saudita después de años de sufrimiento…»
Al-Riyadh: «Díganos acerca del principio de su viaje y las razones [que lo motivaron] a partir para Afganistán».
Al-Bidna: «Muchos pueden encontrarlo difícil de creer, pero yo no era muy devoto, aunque oraba regularmente. Pero el entusiasmo y el celo llenaron los corazones de mucha gente joven, y desgraciadamente, seguí ciertos fatwas que fueron publicados en Internet. [Estos fatwas] llaman en la gente joven a emprender el jihad en ciertas regiones. Ellos los tientan [describiendo] la gran recompensa que [recibirán], el estatus de los mártires en el Paraíso y las vírgenes que los esperan [allí]. Estos fatwas tienen gran influencia en los jóvenes que no tienen ninguna consciencia o conocimiento [que los habilite] a examinarlos y verificar su validez».
En Afganistán, vi a musulmanes combatir a musulmanes, y por eso me fui
Al-Riyadh: «Cuándo usted vino a Afganistán, encontró que la noción del jihad es como usted se lo había imaginado…?»
Al-Bidna: «Cuando llegué, la guerra contra el taliban estaba en su pico. Hubo constantes bombardeos y las cosas no estaban claras para mí, ya que sólo estuve allí durante dos meses. Esto no es suficiente tiempo para entender cómo son realmente las cosas. Pero lo que más me preocupó fue que los musulmanes estaban combatiendo entre ellos mismos, y fue por eso que salí [y me fui a] Pakistán porque en el jihad, un musulmán nunca debe combatir a su hermano musulmán».
Al-Riyadh: «Basado en su experiencia, sintió usted que no había un verdadero jihad en Afganistán?»
Al-Bidna: «El [breve] período que pase allí no me habilitó a ver el cuadro total, y no tuve el conocimiento para distinguir el verdadero jihad de otras acciones que son [sólo] llamadas jihad. Pero yo si vi que había gente devota allí. Algunos de ellos eran jóvenes que vinieron [a Afganistán] fuera de su entusiasmo juvenil y [debido a su] escaso conocimiento religioso, o fueron influenciados por ciertos fatwas publicados por varios estudiosos religiosos, o [fueron influenciados por] por imágenes falsas, las cuales no estaban libre de exageración, por la situación en Afganistán. Esto fue lo que me incitó a partir sin informarle o preguntarle a mi familia, y sin considerar el concepto del jihad legítimo, sus condiciones y sus reglas».
Al-Riyadh: «Siente usted hoy, que estaba equivocado en partir [hacia Afganistán], obedeciendo algún fatwa irresponsable?»
Al-Bidna: «Por supuesto. Yo [ahora] entiendo que estaba equivocado. Debí haberle pedido permiso a los líderes para partir [y emprender el jihad], o a los estudiosos religiosos conocidos por su conocimiento y piedad, de quienes hay muchos en nuestro país…»
Al-Riyadh: «Antes de que usted se fuera para Afganistán, había alguien allí que le insistió y le alentó a que fuera?»
Al-Bidna: «No pertenecí a ningún grupo u organización, ya que no fui devoto antes de que saliera. Pero había obviamente algunos fatwas que llamaban [al jihad] y fueron anunciados en ciertos portales. [Ellos] influyeron en muchos jóvenes, ambos devotos y [no-devotos]…»
Si yo hubiera recibido una guía apropiada antes de salir para Afganistán, no hubiera ido
Al-Riyadh: «Después de regresar [a Arabia Saudita], se reunió usted con los comités de concejo? Qué cambió en su manera de pensar?»
Al-Bidna: «Mi punto de vista comenzó a cambiar cuando vi el verdadero cuadro y entendí mi error, [incluso] antes de que fuera capturado. Cuando regrese a Arabia Saudita, nosotros [e.d. los prisioneros liberados de Guantánamo] nos reunimos con jeques y estudiosos religiosos quienes nos enseñaron mucho, y quiénes nos iluminaron sobre las directivas tolerantes del Islam. Si hubiese [sabido todo esto] antes que me fuera, no hubiese ido. Las discusiones con los estudiosos religiosos y jeques nos dieron la habilidad de distinguir la verdad del error, y nos puso en el camino correcto».
Al-Riyadh: «De su experiencia, existen razones específicas que causan que los jóvenes adopten puntos de vista anticonvencionales y lleven a cabo acciones terroristas?»
Al-Bidna: «Por supuesto que existen razones específicas [eso motiva] a gente joven, sobre todo al desempleado, el deseo a la auto-realización, y el [tener] tiempo libre. Por ejemplo, yo [sólo] termine la escuela elemental, y estuve sentado mucho tiempo sin un trabajo antes de salir para Afganistán. Tales cosas pueden causarle a la gente joven de ir en el camino equivocado, especialmente cuando hay [gente] quiénes les alimentan con nociones erróneas…»
Al-Riyadh: «Piensa usted que un fatwa anunciado en Internet puede incitar a un joven a emprender el jihad, cuándo no sabe con seguridad si el fatwa es válido?»
Al-Bidna: «No hay ninguna duda de que el problema yace en el entusiasmo de la juventud [acoplado con] el escaso conocimiento. Eso es lo que me pasó. No pensé en verificar la validez de estos fatwas o consultar con alguien, y [por consiguiente] cometí un gran error…»
[1] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 10 de octubre, 2006.