Si bien muchos estados del Medio Oriente y de África del Norte se ven atrapados en una espiral mortal de desesperación, el derrocamiento del dictador islamista de Sudán Omar Al-Bashir ocurrido en el año 2019 ha traído esperanzas a ese país. Pero con la crisis económica, las masacres, la agitación dentro del gobierno y las tensiones a nivel internacionales, la tal esperanza más de una vez se ha visto muy frágil en los últimos dos años. Sin embargo, si ha habido un progreso lento y constante en Sudán. Existe una incómoda división del poder entre la población civil y el ejército, existe una hoja de ruta hacia la transición democrática, se han firmado acuerdos de paz con varios grupos rebeldes, se están llevando a cabo reformas económicas verdaderas y se han comenzado a introducir e implementar cambios muy necesarios dentro del sistema legal de la era Bashir. Estados Unidos tomó, bajo la tutela del presidente Trump – cualesquiera sean las razones, pasos muy importantes para ayudar a Sudán, eliminándolo de la lista de países patrocinadores del terrorismo, restaurando la inmunidad soberana y facilitando el acceso a los diferentes prestamistas multilaterales.[1]

El día 28 de marzo, 2021 trajo buenas noticias adicionales con la firma de una declaración de principios, que se supone conducirá a un acuerdo de paz, entre el Teniente General Abdel Fattah Al-Burhan, presidente del gobernante Consejo de Soberanía de Sudán y la facción del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-Norte (SPLM-N) en las montañas Nuba de Kordofán del Sur, dirigida por el legendario líder rebelde Abdul Aziz Al-Hilu.[2]

La Declaración de Principios es un documento audaz que no solo pudiera afectar a los sufridos pueblos nuba, sino al país en su totalidad. Esta declaración clama por un estado laico sin ninguna «religión oficial» donde se reconozcan «la libertad de religión, la libertad de creencias y la práctica religiosa». Sudán se describe como «un estado con diferencia racial, étnico, religioso y culturalmente diverso. Los principios exigen el establecimiento de un» ejército nacional profesional único «comprometido con dichos valores seculares y pluralistas, defendiendo a un Sudán donde el poder se encuentra descentralizado en un sistema federal.[3] La demanda de Al-Hilu por un estado laico fue una de las razones por la división del SPLM-N, hecho ocurrido en el año 2017 en las diferentes facciones rivales.[4]

El acuerdo ofrece esperanzas de resolver uno de los episodios más dolorosos y a menudo olvidados de Sudán. Si bien puede decirse que la guerra civil entre los musulmanes del norte de Sudán y los cristianos/animistas del sur de Sudán definieron la historia de Sudán desde antes de la independencia en el año 1956 hasta la separación de Sudán del Sur en el año 2011, otras guerras fueron libradas en otros lugares. El conflicto en Darfur fue el que recibió la mayor parte de la atención, pero otros conflictos ya hervían al este de Sudán, en el estado del Nilo Azul y en las montañas Nuba.

La persecución de los nuba (que no debe confundirse con los nubios) realizada por los musulmanes del norte no es nada nuevo. En el siglo 17, el Reino Fung musulmán de Sennar irrumpiría en lo que entonces era considerado como el territorio animista de Nuba para esclavos, con la finalidad de ser utilizados como soldados o sirvientes e islamizados. El Sudán de los turcos y el Mahdi del siglo 19 hicieron lo mismo; la esclavitud era parte esencial del sistema hasta que llegaron los británicos. El administrador colonial británico del siglo 20, Sir Hugh Boustead, describió a los reclutas de las Fuerzas de Defensa de Sudán que este conocía como «montañeses de color negro azabache de las laderas Nuba, quienes poseen larga tradición como soldados». Este comparó con mucha admiración sus habilidades marciales y físicas con las de los Gurkhas. Durante ese siglo, una minoría significativa del pueblo nuba se convirtió al cristianismo, mientras que algunos siguieron siendo animistas o nominalmente musulmanes. La suya era una existencia aislada y tolerante.

La independencia de Sudán no solo trajo consigo la expulsión de los misioneros extranjeros, sino que, más preocupante fueron, las campañas estatales de arabización e islamización que se centraron principalmente sobre los sudaneses del sur, pero también afectaron a los nuba. El gran reformador islámico sudanés Mahmud Muhammad Taha (ejecutado por el régimen de Nimeiry en 1985 por cargos de apostasía) alentó la resistencia de los nuba liderada por figuras políticas tales como Philip Abbas Ghabush a estas campañas ideológicas. A medida que Sudán se volvió cada vez más islamista en la década de los años 1980, la coerción se extendió, mientras que Jartum aprovechó cínicamente las rivalidades tribales y entre agricultores y pastores existentes en el lugar, en un esfuerzo por mantener el control.

Una guerra abierta estalló en las montañas Nuba en el año de 1987 y seguiría durante casi 15 años. El objetivo de Jartum era la victoria total y una total aniquilación. Se declaró librar un yihad contra los nuba, decenas de miles murieron y muchos por la hambruna. El régimen utilizó la esclavitud, violaciones, traslados forzosos, limpieza étnica y el bombardeo intencional de poblaciones civiles.[5] Los jóvenes nuba fueron entrenados para combatir en retaliación por la (entonces izquierdista organización SPLM/SPLA dirigida por Sudán del Sur) en Etiopía y caminaron o fueron introducidos de contrabando en territorio nuba. A diferencia de la guerra en Sudán del Sur, la mayoría de los nuba se encontraban aislados sin ningún tipo de fronteras extranjeras amigas cercanas. Su heroica lucha recibió incluso menos atención que cualquiera de las mayores guerras en Sudán del Sur.[6]

La presión estadounidense sobre Sudán luego de los ataques ocurridos el 11 de septiembre, 2001 condujo a un alto al fuego y finalmente, al Acuerdo de Paz Integral (API) del año 2005 entre el régimen de Bashir y el SPLM. Los nuba recibieron un alivio muy necesario, pero ninguna solución a sus problemas, ya que el API favoreció las preocupaciones de Sudán del Sur, otorgándoles el derecho a una eventual separación sobre el pueblo Nuba de Kordofán del Sur, a quienes se les concedió el derecho a una «consulta popular» hacia el logro de una autonomía local. Esta consulta nunca fue realizada.

Incluso antes de la separación de Sudán del Sur ocurrida en julio del 2011, se reanudaron los encarnizados enfrentamientos en Kordofán del Sur. La etnia nubana en la capital del estado, Kadugli, fueron asesinados por miles en un pogromo orquestado por el régimen de Bashir; algunos fueron baleados frente a las desmoralizadas fuerzas de paz de las Naciones Unidas.[7] Otra guerra salvaje estalló y Jartum probó muchas de las antiguas tácticas del conflicto anterior de los años 1987-2002.[8] Esta vez, un SPLM-N mucho mejor armado fue, luego de la masacre inicial del régimen, capaz de mantener una presencia militar mucho más fuerte sobre el terreno (con más territorio real en sus manos que cualquier otro grupo rebelde sudanés) y esta vez la guerra y sus muchas atrocidades fueron mejor documentadas[9] y en el año 2016, comenzó un incómodo alto al fuego, que duró hasta el derrocamiento de Bashir.

La facción SPLM-N nuba liderada por Al-Hilu le dio la bienvenida a la Revolución Sudanesa en el año 2019 y las conversaciones entre los grupos rebeldes y el nuevo gobierno comenzaron mucho después ese año. Algunos grupos rebeldes importantes hicieron las paces en el 2020 con Jartum. Pero Abdel Aziz Al-Hilu, preocupado por la herencia islamista coercitiva del gobierno de Sudán bajo la tutela de los regímenes de Nimeiry, Sadiq Al-Mahdi y de Bashir, pidió más.[10] Al-Hilu, de etnia darfurí nacido y criado en las montañas nuba, todavía se siente conmovido por la visión del «nuevo Sudán» adoptada por el difunto John Garang y el mentor nubano de Al-Hilu, el fallecido Yusif Kuwa Mekki (1945-2001). Es Kuwa quien pidió a los sudaneses que «acepten nuestras diferencias, creencias diferentes y culturas diferentes. Esto es lo que necesitamos y esto es lo que realmente deseamos».[11]

Convertir la recién firmada Declaración de Principios en un acuerdo firme e implementarlo cuidadosamente es la tarea más inmediata y abrumadora que poseemos entre manos. Si lograr que la transición democrática de Sudán sea lo correcto, conducirlo al éxito en el año 2022, parecía importante antes – por el bien de todos los sudaneses y de aquellos marginados y brutalizados tal como es el caso de los nuba – es aún más importante ahora. La escalada en las tensiones respecto a la hidro-política del valle del Nilo y la Gran Represa del Renacimiento en Etiopía (ERGE/siglas en inglés) en el año 2020 ahora se ha visto aumentada por los enfrentamientos fronterizos entre Sudán y Etiopía y en especial, por una sangrienta guerra dentro de Etiopía perpetrada por el gobierno de ese país y sus aliados eritreos en contra de los tigrayanos. La totalidad de la cuenca del Nilo es un polvorín. Sudán tiene una miríada de problemas volátiles, problemas complejos y difíciles y sin embargo, estos parecen más solucionables que los desafíos en los países vecinos de Etiopía y Egipto. Al-Hilu, Burhan, el primer ministro sudanés Hamdok, el hombre fuerte del régimen Hemeti, otros ex-líderes rebeldes – cualquiera o varios de ellos pudieran asegurar el éxito o garantizar un total fracaso.[12]

Existen muchas cosas que todavía pudieran salir mal en Sudán, pero parece ser que no hay mejor momento que ahora para poder lograr así grandes avances – uno que pudiera ser transformador tanto para Sudán como para la región.

*Alberto M. Fernández es vicepresidente de MEMRI. Fue nombrado como Encargado de Negocios de los Estados Unidos en Sudán desde junio, 2007 a mayo, 2009.


[1] Informe Diario de MEMRI No. 250 – Una segunda oportunidad para Sudán, 6 de enero, 2021.

[2] Sudantribune.com/spip.php?article69369, 29 de marzo, 2021.

[3] Reliefweb.int/report/sudan/world-food-programme-chief-congratlates-sudanese-government-and-rebel-group-steps, 28 de marzo, 2021.

[4] Sudantribune.com/spip.php?article68841, 13 de enero, 2020.

[5] Africanarguments.org/2008/08/truth-telling-nuba, 9 de agosto, 2008.

[6] Youtube.com/watch?v=HkdCpleioxQ, 20 de agosto, 2015.

[7] Reliefweb.int/report/sudan/one-year-ethnic-cleansing-bold-measures-needed-help-sudans-nuba, 5 de junio, 2012.

[8] Youtube.com/watch?v=GrOSY3eJJ74, 27 de enero, 2014.

[9] Youtube.com/user/NubaReports.

[10] Youtube.com/watch?v=JL0M66VDtd8, 21 de abril, 2020.

[11] Youtube.com/watch?v=7sPvUBRP_5w, 21 de abril, 2020.

[12] Aawsat.com, 21 de marzo, 2021