Imagínense vivir una vida pública que implique escribir y hablar sobre temas altamente sensibles y tener que constantemente preocuparse o pensar en la posibilidad de que algo malo suceda, preguntándose uno mismo si se ha ido demasiado lejos, si han atacado asertivamente creencias ya establecidas o si de alguna manera ofendieron o llamaron la atención de quienes tienen el poder o la voluntad de perseguirles. Esta es la realidad para los intelectuales y pensadores en gran parte del mundo árabe y musulmán (también es una creciente realidad que se sucede a diario en Occidente).
La situación varía de un lugar a otro. Existe mucho más de este espacio intelectual abierto hoy día, más tolerancia, en un país como Arabia Saudita, que en el pasado. En lugares conocidos por la amplitud de sus espacios libres, tales como el Líbano, la tolerancia parece estar menguando. Eso ciertamente ha sucedido en Turquía bajo la tutela de Erdogan.
Algunos países han experimentado problemas con aquellos librepensadores durante décadas. Fue hace décadas que escritores egipcios icónicos tales como Naguib Mahfouz y Taha Hussein sintieron los azotes de la censura. En 1985 Al-Azhar, la principal fuente de autoridad religiosa de Egipto y del mundo musulmán sunita, le dio luz verde a la ejecución del intelectual islámico liberal Mahmud Muhammad Taha en Sudán, juzgándolo de apóstata y ser lícito el derramamiento de su sangre.[1] El artículo 98(f) del código penal de Egipto penaliza el «difamar a las religiones», una categoría subjetiva que se ha utilizado principalmente contra la minoría de los cristianos coptos, pero también contra musulmanes liberales, heterodoxos o laicos.
Uno de esos casos llegó a su final con el juicio de Ahmed Abdo Muhammad Maher quien compareció ante el Tribunal de Delitos Menores de Seguridad del Estado de Emergencia el día miércoles 20 de octubre, 2021 en virtud de la Ley de Emergencia.[2] Este es acusado de insultar a la religión islámica y de promover ideas extremistas con la intención de provocar sedición. Maher se enfrenta a este juicio porque es autor y publicó un libro con el título, «Engañar al ummah con el fiqh (jurisprudencia) de los imames«, que, irónicamente fue publicado y aún vendido por la editorial gubernamental «Dar El-Maaref».[3] La audiencia continuará el día 3 de noviembre, 2021. En la audiencia inicial, la defensa se centró en la ausencia de desprecio ante la religión por parte del imputado y que su crítica fue únicamente ante la jurisprudencia religiosa que a la vez conduce al terrorismo.
Maher, de 77 años, pareciera poseer antecedentes que le hubiesen dado cierta inmunidad contra la persecución. Este es partidario del gobierno del presidente Al-Sisi y veterano militar que ascendió al rango de general de brigada antes de retirarse en el año de 1988. Irónicamente, su trabajo implicó combatir contra el extremismo religioso en el ejército. Este se convirtió en abogado y predicador de mezquita, cargo que ejerció durante 22 años (ambos cargos requieren de un sello de aprobación del gobierno). Fue autor de 13 libros, apareció en cientos de programas de televisión gubernamentales o pro-gubernamentales, con cientos de artículos publicados en diarios y videos en YouTube.
En conjunto, Maher se presenta como un sincero hombre de religión preocupado por el extremismo y celoso en promover una visión del islam que este considera lo suficientemente tolerante como para apelar a los jóvenes que lo cuestionan.[4] Aunque no criticó al régimen per se, fue lo suficientemente audaz como para criticar fuertemente a Al-Azhar en el año 2017 luego que el EIIS atacara dos iglesias coptas egipcias, advirtiendo que Al-Azhar «había sido tomado por el salafismo y el wahabismo» y que su «depravada y jurisprudencia criminal» mostró su odio contra cristianos y judíos.[5] En una aparición en televisión en el año 2016, describió la jurisprudencia islámica tradicional de «idiotez y locura».[6] La lucha de Maher con Al-Azhar y contra lo que este ve como los mal interpretes violentos del Corán a lo largo de los siglos ha ido sucediendo durante años y posee un largo historial de alterar las plumas de la institución religiosa.[7]
En su comentario, Maher ha ido trotando por un camino sumamente trillado. Las críticas al conservadurismo de Al-Azhar no son nuevas y ha habido y sigue habiendo una escuela de reformistas islámicos que veneran el Corán, pero ven la fuente de las tribulaciones del islam en las interpretaciones supuestamente osificadas de la revelación divina codificadas hace siglos en las escuelas de fiqh y en los falsos dichos del profeta. Este es el punto de vista de los reformadores llamados «coránicos»[8] y por supuesto, también posee ecos chiitas en la idea de que la puerta de interpretación del libro sagrado y los dichos del profeta necesitan ser actualizados y depurados.[9]
Las últimas tribulaciones de Maher comenzaron en mayo del año 2020 cuando el abogado islamista Samir Sabri se puso en contacto con el fiscal general de Egipto y el fiscal supremo de seguridad del estado acusando a Maher de «menospreciar el islam».[10] Sabri pudo hacer esto porque la ley egipcia permite que terceros inicien tales procesos y de hecho Sabri es una figura notoria, ya que ha presentado miles de casos por motivos morales y religiosos contra todo tipo de figuras, incluyendo actrices, cantantes, bailarinas de vientre, titiriteros y escritores. Este amenazó con demandar a los organizadores egipcios por un concierto de la artista Jennifer López debido a las escasas elecciones de vestuario que hizo la cantante y actriz estadounidense. El peculiar éxito litigioso de Sabri y su área de especialización incluso le valieron una portada en el diario El Times de Nueva York en el año 2018.[11]
En su acusación, Sabri describió a Maher como una figura «que demuestra odio por los sunitas en particular y por los musulmanes en general». Maher «lucha contra el islam y cuestiona a los musulmanes en su religión», entre sus fechorías hubo una disputa con Al-Azhar donde cuestionó la cantidad de individuos radicales producidos por esa institución y le pidió a Al-Azhar que se disculpara por la violencia de las primeras conquistas islámicas. Entre las otras fechorías de Maher estaban el cuestionar el ayuno en Ramadán o afirmar que el historial histórico y religioso islámico ha estado «contaminado por supersticiones, mitos, intrigas y mentiras que caracterizan la mayoría de los escritos de los historiadores». Por su parte, Maher ha pedido públicamente apoyo al presidente egipcio, como compañero veterano del ejército.[12]
Aunque Egipto bajo la tutela de Al-Sisi juega bastante la carta reformista o iluminada ante Occidente, la realidad sobre el terreno en Egipto es mucho más complicada. Si bien el régimen está fuertemente en contra de la organización de la Hermandad Musulmana, tiene perfectamente dispuesto y es capaz de permitir que los tipos de extremismo religioso «aprobados» por parte de ciertos grupos y la vigilancia moral de personas tales como Sabri sigan su curso. De esta manera, la seguridad nacional del estado puede frenar o desatar el sentimiento religioso como mejor le parezca para lograr su prioridad – mantener el control y solidificar su control del poder. Este también envía el mensaje claro a aquellos (liberales, cristianos y moderados descontentos) de que «nosotros» (el estado) somos lo único que se interpone entre ustedes y una respuesta islamista vengativa.
Por supuesto, las autoridades egipcias no se equivocan en que el islam tiene poder, muchos o la mayoría de los egipcios son devotos y esa es una realidad que hay que reconocer. Es fácil para la diplomacia occidental criticar y exigir una mayor tolerancia, pero tal vez sea más difícil de hacer en estos días que en el pasado. Los egipcios que conocen a Occidente pueden notar que Occidente, especialmente los Estados Unidos, tiene sus propias vacas sagradas que proliferan incluso si no son religiosas (el cristianismo tradicional es uno de los temas más seguros y predecibles de los cuales se burlan las élites en Occidente).
El Egipto autoritario y la América democrática no son lo mismo, pero las guerras culturales y la cultura de anulación de Occidente, con sus posturas dogmáticas en una lista cada vez mayor de temas relacionados con el género, la raza y política, no son desconocidas en el Medio Oriente. Nuestra imagen como modelos de pensamiento libre pareciera mucho más inestable en estos días. Los Estados Unidos tiene sus propios inquisidores independientes que buscan violaciones de género y de pronombre, derribando estatuas y reescribiendo la historia, imponiendo sin piedad la última conformidad en la moda, castigando a los herejes y eliminándolos de la vida pública con el celo y propósito que enorgullecería a Samir Sabri.
*Alberto M. Fernández es vicepresidente de MEMRI.
[1] Véase el Resumen diario de MEMRI No. 47 – Recordando a un reformista radical: El legado de Mahmud Muhammad Taha, 11 de junio, 2015.
[2] Anahwa.com/261691, 19 de octubre, 2021.
[3] Youtube.com/watch?v=wPJAwP1dIhE, 7 de septiembre, 2021.
[4] Véase el video del portal MEMRI TV No. 8473 – Investigador egipcio Ahmad Abdou Maher: Los jóvenes se están volviendo ateos porque se enfrentan a textos religiosos que incluyen ‘hechos’ no científicos, 16 de noviembre, 2020.
[5] Véase el video del portal MEMRI TV No. 5999 – Luego de los atentados en iglesias, investigador egipcio Ahmad Abdou Maher critica las enseñanzas de Al-Azhar: Vil y deformada jurisprudencia, 12 de abril, 2017.
[6] Véase el video del portal MEMRI TV No. 5669 – Investigador egipcio Ahmad Abdou Maher critica la jurisprudencia islámica antigua: «Idiotez y locura», 26 de agosto, 2016.
[7] Raseef22.net Article 169485 31 de octubre de 2018.
[8] Arabicpost.net/opinions/2017/11/12/%d8%b1%d8%ad%d9%84%d8%aa%d9%8a-%d9%85%d8%b9-%d8%a7%d9%84%d9%82%d8%b1%d8%a2%d9%86% d9%8a%d9%8a%d9%86, 11 de diciembre, 2017.
[9] Ahmedabdomaher.com/archives/214, consultado el 20 de octubre, 2021.
[10] Alwafd.news/%D8%A3%D8%AE%D8%A8%D8%A7%D8%B1/2962350–, 9 de mayo, 2020
[11] Nytimes.com/2018/01/12/world/middleeast/cairo-lawyer-lawsuit.html, 12 de enero, 2018.
[12] Youtube.com/watch?v=CwRQYnQMM-4, 17 de octubre, 2021.
