Funcionarios rusos reaccionaron con cautela al sdelka vyeka – el «Acuerdo del Siglo» propuesto por Donald Trump, para el logro de un acuerdo de paz palestino-israelí. Expertos rusos acordaron que la propuesta fue en favor de Israel, pero estaban divididos sobre si tenía algún chance de ser exitoso. Algunos argumentaron que los palestinos nunca iban a aceptar los términos del acuerdo ni tampoco podían ser comprados por los billones de dólares de Trump y que estos continuarían en su lucha. Otros expertos argumentaron que los cambios en el mundo árabe, el cisma Fatah-Hamas y la fatiga de los palestinos que viven en un estado fallido y en penurias hicieron que la propuesta fuese realista. Los palestinos, estos advirtieron, históricamente han rechazado propuestas mucho más favorables solo para verse en una peor posición para el próximo período de negociaciones.
Una reacción cautelosa por parte del oficialismo ruso
El vice-canciller Mikhail Bogdanov, dijo que era todavía muy prematuro generar conclusiones. «Creemos que es necesario establecer negociaciones directas (con los palestinos. – Ed.) y alcanzar compromisos mutuamente aceptables. No sabemos hasta qué punto las ideas de Washington son mutuamente aceptables a todas las partes en el conflicto», explicó Bogdanov.[1]
El secretario de prensa de la presidencia Dmitry Peskov también se abstuvo de comentar: «Continuamos analizando esta información y estudiando el plan que fue preparado por la administración de la Casa Blanca. Mañana también habrá una reunión con [el Primer Ministro israelí Benjamin] Netanyahu y se recibirá más información, tal como ellos dicen, de primera fuente».[2]
Valentina Mativiyenko, portavoz del Consejo de la Federación, expresó críticas más ligeras. La falta de participación palestina en la preparación de estos planes es, por supuesto, el enfoque errado. Ambas partes deberían participar en la preparación de dichos documentos, pero esto no fue observado «sin embargo», Matvienko llegó a la conclusión de que Moscú necesitaba tiempo para estudiar el programa. Lo que le interesaba a Matviyenko y a Rusia era expandir a los participantes para que incluyeran a Rusia: «La iniciativa es nueva, requiere de un estudio muy cuidadoso, la cancillería rusa está llevando a cabo análisis de este tipo. Estoy de acuerdo con la cancillería de que, en esta etapa, el cuarteto internacional para la solución en el Medio Oriente, la Liga de los Estados Árabes debería participar activamente en la consideración de esta iniciativa». (Ria.ru, 30 de enero, 2020)
El diario ruso Kommersant creía que Rusia podía estar dispuesta a respaldar la iniciativa: «El presidente de Rusia tiene oportunidad de desempeñar su recientemente amado papel de pacificador y mediador, además, [este lo hará] dentro del carril palestino-israelí, que Moscú ha considerado sin esperanzas durante mucho tiempo. Ahora, por primera vez en mucho tiempo, Israel está listo para discutir este tema, aunque en sus propios términos. Y, tal como dijo el portavoz del presidente de la Federación de Rusia Dmitry Peskov, Rusia está listo para hacer todo lo posible para lograr una paz viable en el Medio Oriente».[3]
En contraste, Nurlan Gasimov, quien personalmente siente que el acuerdo es demasiado desfavorable para los palestinos e incluso los priva de acceso al agua dulce, cree que Netanyahu no podrá obtener el apoyo inmediato de Putin. «Aunque ambos líderes tienen excelentes relaciones, Putin transmitirá al primer ministro israelí la idea de que es importante tener en cuenta las opiniones de los palestinos. Netanyahu no logrará obtener un apoyo rápido por parte de Moscú».[4]
Si el liderazgo ruso fuese prudente respecto al acuerdo, los periodistas y expertos rusos hubiesen reaccionado de manera más libre. Todos estuvieron de acuerdo en que el acuerdo no generaría un consenso de paz en un futuro inmediato, pero estos estaban divididos sobre si el acuerdo era un ultraje o un paso en la dirección correcta que los palestinos deberían considerar.
El ofrecimiento es considerado un neo-colonialismo que los palestinos deberían rechazar directamente
El experto en el tema del Medio Oriente Grigory Lukyanov, profesor titular en el Centro de Estudios Árabes e Islámicos de la Escuela de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia, calificó el plan como neo-colonialismo y predijo que sería contraproducente para Israel.
«Este problema no debe proponerse a los palestinos e israelíes desde el exterior, sino que debe resolverse en un proceso de negociaciones con la participación directa de las partes interesadas. En particular, la de los propios palestinos. Pero en este momento estamos presenciando una segunda edición del colonialismo, o más precisamente, una repetición de los acontecimientos sucedidos durante la primera mitad del siglo 20, que condujeron al conflicto entre árabes y judíos. Algunas fuerzas externas, para ese entonces fueron la Liga de Naciones, Gran Bretaña y Francia y hoy son los Estados Unidos, que persiguen exclusivamente sus propios objetivos políticos internos, redibujando el mapa de la región según lo necesiten. Al mismo tiempo, se olvidaron de preguntarle a la población local al respecto. Por eso… [el plan] no puede lograr ser efectivo. Necesitamos un consenso con las fuerzas políticas locales».
Lukyanov rechazó los argumentos de quienes esperaban que los palestinos fueran realistas y renuncien a su búsqueda de justicia histórica. «¿Y a qué otra cosa debería aferrarse el pueblo palestino? Durante 70 años, la élite política de los palestinos y el resto del pueblo palestino podían confiar únicamente en sus derechos históricos. De hecho, antes del anuncio de la creación del estado de Israel, los palestinos vivían allí, allí existían sus hogares y sus santuarios… La historia sigue desempeñando un papel crucial en la legitimación del poder no solo de la actual Autoridad Palestina, dirigida por su líder más antiguo Mahmoud Abbas y los partidos que hoy conforman la fortaleza de la Organización para la Liberación de Palestina, pero la historia también es parte integral de la memoria del pueblo palestino. Si la historia se pudiese ignorar, cualquier conflicto pudiera ser olvidado y por lo tanto, resolverse. Pero incluso si se olvida el conflicto, esto no significa que será resuelto en la práctica… »
Israel finalmente pagará caro por la propuesta que no ha sido parida aun, advirtió Lukyanov: «Existen radicales en ambos lados del conflicto. Ellos, por supuesto, se declararán a sí mismos. Hamas tratará de utilizar la situación para maximizar la consolidación de su apoyo público. Es muy posible que organicen una serie de acciones masivas, incluyendo acciones similares a las marchas de los millones que se llevaron a cabo el año pasado. Lo hacen todos los años en vísperas al «día de la ira», 15 de mayo. En cuanto a los actos terroristas… es poco probable que Hamas los respalde. Pero otros movimientos pueden recurrir a tales actividades contra el Estado de Israel. Las acciones de Trump no solo no ayudan a su principal aliado en la región, sino que, por el contrario, pueden conducir a un resultado contrario, es decir, muchas víctimas».[5]
Grigory Lukyanov (Fuente: Svpressa.ru)
Irina Zvyagelskaya, al igual que Lukyanov, investigador principal del Instituto de Estudios Orientales, cree que el plan está fuertemente inclinado hacia Israel: «En primer lugar, debe tenerse en cuenta que Trump reconoció a la Jerusalén unida como la capital de Israel. En segundo lugar, este apoya efectivamente la anexión, es decir, la extensión de la soberanía israelí al Valle del Jordán y a todos los asentamientos allí. Mientras tanto, declara que los palestinos tendrán su propia capital en Jerusalén Oriental, pero está se encuentra fuera de los límites de la ciudad. Existen aldeas árabes, que pueden ser consideradas condicionalmente parte de Jerusalén. En términos de estatus y de simbolismo, esto, por supuesto, no es una capital en Jerusalén Oriental.[6]
Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes en el portal principal de MEMRI copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/russian-reactions-deal-century
[1] Ria.ru, 30 de enero, 2020.
[2] Rambler.ru, 29 de enero, 2020.
[3] Kommersant, 30 de enero, 2020.
[4] Ria.ru, 30 de enero, 2020.
[5] Fotanka.ru, 29 de enero, 2020.
[6] Mk.ru, 29 de enero, 2020