El día 7 de diciembre, 2022 justo después del final de las llamadas «protestas contra el libro blanco» a lo largo de China, Xi Jinping voló a Riad y asistió a la primera cumbre China-Estados Árabes y a la primera cumbre del China-Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Esta fue la segunda visita realizada por Xi a Arabia Saudita; su viaje anterior fue en el año 2016.

El príncipe heredero a la corona de Arabia Saudita, Muhammad bin Salman, saluda a Xi Jinping en Riad el 9 de diciembre, 2022.
El príncipe heredero a la corona de Arabia Saudita, Muhammad bin Salman, saluda a Xi Jinping en Riad el 9 de diciembre, 2022.

Tras la cumbre China-CCG, fue emitida una declaración conjunta sobre las islas Tunb Mayor, Menor y Abu Musa, cuya propiedad se disputan los Emiratos Árabes Unidos e Irán. La declaración expresó el apoyo de China-CCG a los esfuerzos realizados por los Emiratos Árabes Unidos para resolver pacíficamente la disputa a través de negociaciones bilaterales y de conformidad con las leyes internacionales.

La declaración en favor de los Emiratos Árabes Unidos, junto a la visita de Xi a Riad, revela un cambio sutil en las relaciones entre China e Irán, la última señal del ajuste y la evolución de Pekín en su «estrategia de equilibrio» en el Medio Oriente. El cambio de estrategia muestra las intenciones de Pekín de seguir distanciándose discretamente del eje Moscú-Teherán. Este artículo proporcionará más evidencia de este patrón al analizar las recientes visitas oficiales de Xi, su afán por revivir la economía de China y el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita.

Lo que revelan las visitas oficiales de Xi sobre la postura diplomática de China

En el mes de enero, 2016 Xi Jinping realizó visitas de estado a Arabia Saudita, Egipto e Irán, en ese orden. Para ese momento, un jefe de estado chino no había visitado Arabia Saudita en 7 años, Egipto en 12 años e Irán en 14 años.

La agenda y prioridades diplomáticas de larga data del PCCh en el Medio Oriente han puesto más énfasis en el mundo árabe dominado por los sunitas que en las potencias chiitas tales como Irán y esto se reflejó en el hecho de que Irán fue la última escala en el viaje de Xi. Esto no solo se debe a factores geográficos y económicos, sino que también tiene un origen histórico – la Rebelión Ispah hace varios cientos de años dejó una marca permanente en las relaciones de China con los persas y también llevó a que el islam chiita perdiera toda influencia en China. (Véase la serie de MEMRI Investigación y Análisis 1676 – La caída de Quanzhou: Lección de historia de Xi Jinping sobre los musulmanes).

Sin embargo, en su reciente viaje al Medio Oriente, Xi solo visitó Arabia Saudita. Este fue su tercer viaje al extranjero desde el mes de septiembre, 2022 – el primero fue a Asia Central para una cumbre realizada por la Organización de cooperación Shanghái, donde se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin y el segundo viaje fue a los países de la ASEAN y contó con una reunión junto al presidente Biden. El hecho de que el próximo viaje de Xi fuese a Arabia Saudita, la potencia regional en el Medio Oriente, es indicación de un cambio en las prioridades diplomáticas del PCCh.[1]

Con respecto a Rusia, aunque en febrero del año 2022 Xi dijo que la relación entre China y Rusia «no posee límites» y «no hay áreas prohibidas de cooperación», sin embargo, este no ha visitado ese país. Esto es a pesar de la presencia de Putin en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín.

No hay duda alguna de que Xi está interesado en una cuasi-alianza con Rusia, ya que esto alivia parte de la presión de los Estados Unidos y Occidente. Además, Pekín necesita la cooperación estratégica de Rusia para resolver el tema Taiwán y el ejercicio militar anual de Cooperación Marítima China-Rusia 2022 se llevó a cabo este año por 11avo año consecutivo.

Sin embargo, este desconfía de la actividad de Putin en Kazajstán y Ucrania en los últimos dos años y su alianza con Putin es de aprovechamiento mutuo – es decir, no arraigado en valores fuertes o lazos económicos – y está lejos de ser aceptación total de Rusia en lugar de los Estados Unidos. Tanto China como Rusia esperan que su cuasi-alianza los fortalezca a ambos y avance en sus respectivos logros estratégicos, aunque los cambios en las circunstancias estratégicas de cualquiera de los países pudieran llevarlos a una confrontación.

Xi está ansioso por revivir la economía de China

Ante los ojos de Xi, revivir la economía moribunda de China, junto a su política del proyecto «Franja y Ruta», es prioridad diplomática actual del PCCh. A este fin, los lazos diplomáticos con Asia Central al oeste de China, ASEAN al sur de China y más lejos en el Medio Oriente son necesarios y deben ser mantenidos. Además, el hecho de que Xi no haya visitado Rusia o Irán puede ser un indicio de que, por sus propios intereses económicos, Pekín no desea desagradar demasiado a Occidente.

La Conferencia anual de trabajo económico central del Partido Comunista, celebrada en Pekín el 15 y 16 de diciembre después del regreso de Xi de su visita a Arabia Saudita, enfatizó la necesidad de «hacer mayores esfuerzos para atraer y utilizar la inversión extranjera, promover la apertura a un alto nivel y elevar la calidad y el nivel de la cooperación comercial y de inversión». En la reunión, se afirmó que China tiene como objetivo ampliar el acceso al mercado, promover el desarrollo de industrias de servicios modernas y otorgar un trato nacional a las empresas con fondos extranjeros. Claramente, la inversión extranjera proviene principalmente de Occidente y las relaciones demasiado cercanas con Irán y Rusia no serían propicias para ello.

Además, el comercio con Occidente es mucho más beneficioso para China, que tiene un déficit con Rusia y un superávit con los Estados Unidos (el volumen comercial de China con Irán es insignificante). Según las estadísticas oficiales chinas, de enero a junio del 2022, los cinco principales socios comerciales de China fueron la ASEAN, la Unión Europea, los Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.[2]

China también espera atraer a los países del Golfo ricos en petróleo para garantizar así la diversificación de su suministro de energía. Cabe señalar que en la primera mitad del año 2022 Arabia Saudita fue el principal importador de petróleo de China, seguido de Rusia. (Irán, por su parte, ocupa el puesto No. 22).[3]

El deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita

La visita de Xi al Medio Oriente también es un intento por llenar el vacío dejado por el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita.

Sobre este tema, Liu Zhongmin, profesor del Instituto de estudios del Medio Oriente y de la Universidad de estudios internacionales de Shanghái y vicepresidente de la Sociedad china del Medio Oriente, escribió lo siguiente: «A medida que ha disminuido la capacidad y la disposición de Estados Unidos de invertir en el Medio Oriente, también lo ha hecho su relativa influencia en la región… Estados Unidos desea que los países del Medio Oriente obedezcan su estrategia en los precios de la energía, en cooperación con las sanciones contra Rusia y en otros aspectos, pero los países del Medio Oriente ahora están más interesados en proteger sus propios intereses, equilibrándose entre las grandes potencias y evitando tomar partido. Mientras tanto, el creciente estatus de China y su creciente influencia en el Medio Oriente es una realidad bastante objetiva».

Al predecir que la influencia de Rusia en el Medio Oriente también está destinado a disminuir, este señaló: «El regreso de Rusia al Medio Oriente durante la última década ha logrado un gran éxito. Los países del Medio Oriente comparten muchos intereses comunes con Rusia en lo referente al tema energético, de seguridad, compra de armas y otras áreas. El hecho de que los países regionales no tomen partido entre los Estados Unidos y Rusia tiene mucho que ver con las operaciones de Rusia. Pero el conflicto Rusia-Ucrania limitará la influencia de Rusia en el Medio Oriente en el futuro, en parte debido a la limitación del poderío nacional ruso y en parte porque es probable que la mayor inversión futura de Rusia en el poder se encuentre en Ucrania. Por lo tanto, los cambios de patrón actuales de las relaciones entre las grandes potencias del Medio Oriente son: el estatus de los Estados Unidos está disminuyendo; debido a las limitaciones de muchos factores, Rusia también declinará en el futuro. China se encuentra en ascenso».[4]

Sun Degang, investigador del Instituto de estudios internacionales de la Universidad de Fudan en Shanghái escribió lo siguiente: «Ante la nueva situación internacional, una característica importante de la diplomacia árabe es la política del gran equilibrio de poderes. Han pasado de mejorar al mundo en el pasado a irrespetarlo ahora. Esperan ganarse el respeto de las potencias mundiales. Por un lado, continuarán cooperando con los Estados Unidos y Occidente en seguridad; por el otro, esperan fortalecer la cooperación con economías emergentes tales como China, India y Rusia».[5]

*Chris King es investigador principal del Proyecto estudios de los medios de comunicación chinos en MEMRI. King participó activamente en las protestas estudiantiles en China en el año de 1989.


[1] Aunque Xi se reunió con el presidente iraní Raisi en Samarcanda el día 16 de septiembre, 2022, el significado de una reunión bilateral al margen de una conferencia multilateral es claramente diferente al de una visita oficial.

[2] Data.mofcom.gov.cn/article/zxtj/202208/58450.html, 11 de agosto, 2022.

[3] 3g.163.com/dy/article/HCTNKOSK0531EI67.html?spss=adap_pc, 22 de julio, 2022.

[4] «Los países árabes miran hacia el este: ¿por qué Occidente está nervioso?», Guancha.cn/LiuZhongMin/2022_12_11_670815.shtml, 11 de diciembre, 2022.

[5] «Los países árabes miran hacia el este: ¿por qué Occidente está nervioso?», Guancha.cn/LiuZhongMin/2022_12_11_670815.shtml, 11 de diciembre, 2022.