A comienzos del mes de enero del presente año 2022, se produjeron protestas generalizadas y disturbios sin precedentes en Kazajstán, uno de los mayores estados post-soviéticos y la potencia más importante de Asia Central. Durante varios días, la antigua capital de Kazajstán, Almaty y al final otros tres centros provinciales fueron destrozados e incendiados por personas a las que el gobierno calificó de «terroristas» y «extremistas».[1] Sin embargo, parecía que la mayoría de los manifestantes estaban, de una forma u otra, conectados con los oligarcas locales e incluso con los servicios secretos.[2] Los disturbios resultaron en al menos 225 personas muertas y más de 4500 heridos u hospitalizados, 9900 arrestados o detenidos y cientos de millones de dólares en daños y perjuicios.[3] Dos meses después de que se restableciera el orden, es muy posible estimar las causas de los hechos y la dirección en la que estos hechos puedan conducir a Kazajstán en el futuro.

(Fuente: Twitter)
(Fuente: Twitter)

Kazajstán puede emerger como una nación que busca salidas a las realidades postsoviéticas

Aunque el gobierno de Kazajistán insistió en que los disturbios fueron causados ??por «terroristas internacionales», el hecho es que las condiciones internas del país provocaron las protestas. Kazajstán es una nación rica en petróleo que demostró formidables logros económicos luego de declarar su independencia (la producción de petróleo se incrementó 3,6 veces en comparación con las últimas cifras soviéticas, la producción de gas se incrementó 6,4 veces y la producción de uranio aumentó al menos 14 veces)[4] y se convirtió en hogar para la mayor Inversión Extranjera Directa (IED) de Asia Central, con un total de $120 billones en juego.[5] Sin embargo, Kazajstán sigue siendo un país pobre plagado de una desigualdad económica increíble. Si bien el PIB per cápita nominal representó $9.100 en el año 2020,[6] hasta la mitad de la población sobrevive con menos de 45.000 tenge kazajos, o aproximadamente $115 por mes[7] y la curva de pobreza oficial fue fijada en 70% (!) del nivel mínimo de subsistencia, lo cual es menos de $60 por mes.[8] Al mismo tiempo, alrededor de 160 personas súper opulentas controlan la mitad de la riqueza de la nación, mostrando signos de una vida lujosa y opulenta.[9] La brecha entre los habitantes de la ciudad y la población rural que provee la mano de obra para la capital y para otras grandes ciudades también se está incrementando – aquellos que vienen del campo están destinados a convertirse en una sociedad de clase baja urbana discriminada.

Además, desde el año 2019, Kazajstán ha estado sujeta a un «tránsito» político controvertido, ya que el primer presidente del país Nursultan Nazarbayev renunció y lo reemplazó su experimentado ex-canciller Kassym-Jomart Tokayev. Aunque Tokayev obtuvo el triunfo en una elección presidencial formal, gran parte del verdadero poder permaneció en manos del ex-presidente Nazarbayev, como «el líder de la nación» y sus lealistas, tales como el primer ministro Askar Mamin, quien fue designado justo antes de la renuncia de Nazarbayev[10] y el jefe del Comité de Seguridad Nacional de Kazajstán Karim Masimov, quien se desempeñó como primer ministro y jefe de gabinete del presidente.[11] Estos hombres aseguraron las posiciones y el bienestar del vasto clan de Nazarbayev, que ha estado omnipresente tanto en la economía de la nación como en su servicio público.

Sin embargo, a medida que el propio Nazarbayev envejecía y se hacía menos activo, sus parientes y leales se sintieron amenazados por Tokayev, quien trató de iniciar algunos cambios menores en la burocracia superior e implementar las reformas económicas que este tanto necesitaba. A finales del año 2021, el tránsito político había casi finalizado y algunos miembros de la «antigua guardia» se dieron cuenta de que esta era su última oportunidad de orquestar un golpe de estado para restaurar en el poder al clan de Nazarbayev.[12]

Los eventos fueron una sorpresa para Tokayev. Su primera acción fue destituir al primer ministro Mamin y reorganizar el gabinete, pero cuando los disturbios se extendieron por todo el país y los servicios de seguridad no hicieron casi nada para detenerlos, este recurrió a Rusia en busca de ayuda militar. En unos pocos días, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO/por sus siglas en inglés) liderada por Rusia logró tomar el control de los puntos cruciales en Kazajstán. Tokayev luego arrestó a Masimov y lo acusó de traición. Este también destituyó a Nazarbayev del cargo de presidente del consejo de seguridad y se autoproclamó líder del partido gobernante Nur-Otan (recientemente Tokayev cambió el nombre del partido a Amanat). En menos de dos semanas, el «tránsito» que duró casi tres años finalizó con Tokayev convirtiéndose en el único e indiscutible gobernante de Kazajistán. Nazarbayev, en una de sus muy raras apariciones públicas, confirmó que apoya totalmente a Tokayev y que la terminación de su servicio en varios cargos fue el resultado de su propia decisión.

Sin embargo, Tokayev no puede hacer las paces con las antiguas élites, ya que no s confían mutuamente. Este debería depender de una nueva burocracia (que en gran parte puede ser reclutada entre los jóvenes profesionales que fueron educados, en su mayoría en el extranjero, bajo los programas de intercambio de estudiantes financiados por el estado) y en los negocios que no estuvieron conectados con los miembros de la familia de Nazarbayev (el deshacerse de compinches se ha convertido en una tarea vital en toda economía asiática tras el cambio de régimen político). Tokayev ahora no posee otra alternativa que iniciar importantes reformas económicas destinadas a incrementar la competencia, fomentar el estado de derecho y redistribuir la riqueza nacional para aliviar los desafíos de pobreza y liberar a la población de la increíble carga de la deuda. Si no existen cambios significativos en la economía y en la política del país, las protestas pueden retornar.

Los últimos acontecimientos en Kazajstán pudieran verse como el punto de inflexión crucial que separa las primeras décadas postsoviéticas de una nueva fase en la historia del país – que puede convertirse en una fase de avance económico y social o en una época de crisis y desorden. Tokayev ha sido descrito como «el títere de Rusia», pero Kazajstán puede emerger como una nación que busca una salida ante las realidades postsoviéticas. Kazajstán es la única nación de Asia Central que envía más de la mitad de sus exportaciones a la Unión Europea,[13] el 82% de su Inversión Extranjera Directa (IED) acumulada proviene de Europa o de Norteamérica[14] y el país decidió cambiar del cirílico al alfabeto latino (Rusia ahora está presionando con fuerza a los líderes de Kazajistán para que abandonen esta reforma).[15] La clase dominante de Kazajstán sabe muy bien que las claves de la seguridad de su país yacen en la cooperación no con los vecinos más cercanos (Rusia y China) que pudieran poner en peligro su soberanía, sino con Estados Unidos o Europa, que están interesados ??en lograr colocar puestos de avanzada en Asia Central.

Conclusión

Occidente posee un enorme poder transformador en Kazajstán y en la región de Asia Central en general. Las naciones occidentales pueden hacer mucho para dirigir a Kazajstán en su camino hacia adelante y alejarse de las «esferas influyentes» de Rusia. En estos días, toda Asia Central enfrenta perspectivas de cambio de poder: comenzando con la incómoda transición en Uzbekistán en el año 2016 hasta el tránsito de Kazajstán entre los años 2019-2022. Dos naciones más se someterán a procesos similares en los próximos años: Turkmenistán celebrará elecciones presidenciales anticipadas el 12 de marzo (el presidente renunció recientemente y es muy probable que su hijo sea su sucesor) y Tayikistán también pudiera pasar por un cambio de poder. Si Kazajstán logra volverse económicamente más efectivo (tal como lo fue en realidad en comparación con todas las demás naciones de Asia Central entre comienzos de la década de los años 1990 y mediados de la década del año 2020) y políticamente libre, puede desarrollar un patrón para toda la región en las próximas décadas. Occidente, reitero, no debería desperdiciar esta oportunidad. La democracia y una economía de mercado decente no surgirán en Kazajstán de la noche a la mañana, sino en seis a diez años, si Occidente se compromete a facilitar el proceso, tal como sucedió en muchos otros países asiáticos, es muy posible que se vuelvan realidad.

*El Dr. Vladislav L. Inozemtsev es asesor especial del Proyecto de estudios de los medios de comunicación rusos en MEMRI.


[1] Tass.ru/mezhdunarodnaya-panorama/13372907, 7 de enero, 2022.

[2] Echo.msk.ru/blog/kurban/2964616-echo/, 10 de enero, 2022.

[3] Rbc.ru/rbcfreenews/61dcfe639a79477a6948afbb, 11 de enero de 2022; Interfax.ru/world/817824, 22 de enero, 2022.

[4] Bp.com/content/dam/bp/business-sites/en/global/corporate/xlsx/energy-economics/statistical-review/bp-stats-review-2021-all-data.xlsx, 2021.

[5] Finreg.kz/?switch=ruso&pl=6EBCACEAEC24C0DB75A4E1AE789828D8,

[6] Data.worldbank.org/indicator/NY.GDP.PCAP.CD?locations=KZ

[7] Forpost-sz.ru/a/2022-01-21/tokaev-zarplata-poloviny-grazhdan-kazakhstana-sostavlyaet-okolo-115-dollarov?utm_source=yxnews&utm_medium=desktop, 21 de enero, 2022.

[8] Forbes.kz/process/expertise/gde_v_kazahstane_samyiy_vyisokiy_uroven_bednosti_i_pochemu_ego_zanijayut, 4 de agosto, 2021.

[9] Assets.kpmg/content/dam/kpmg/kz/pdf/2019/09/KPMG-Private-Equity-Market-in-Kazakhstan-ENG-2019.pdf, mayo, 2019.

[10] Tengrinews.kz/news/askar-mamin-naznachen-premer-ministrom-kazahstana-426098/, 15 de enero, 2021.

[11] Kapital.kz/dossier/masimov-karim

[12] Mk.ru/politics/2022/02/08/kak-ustroen-silovoy-otryad-semi-nazarbaeva-neonacisty-vakhkhabity-serye-volki.html, 8 de febrero, 2022.

[13] Kapital.kz/economic/66753/boleye-poloviny-eksporta-iz-kazakhstana-ukhodit-v-yevrosoyuz.html, 2 de septiembre, 2018.

[14] Finreg.kz/?switch=ruso&pl=6EBCACEAEC24C0DB75A4E1AE789828D8,

[15] Rossaprimavera.ru/news/6dec120a, 7 de febrero, 2022.3