Introducción

Las masivas protestas en el Líbano por causa de la crisis económica y la corrupción gubernamental, que estallaron el 17 de octubre, 2019, han colocado a Hezbolá en una posición muy difícil, porque la organización, que durante años se ha presentado como defensor de los oprimidos y luchador incansable contra la corrupción, ahora es parte integral del gobierno. Hezbolá inicialmente trató de contener las protestas, tomando una postura muy cautelosa respecto a estas y expresando simpatía por los manifestantes en lugar de atacarlos. Esto fue evidente en el discurso del Secretario General de Hezbolá Hassan Nasrallah el 19 de octubre[1] y en las declaraciones de otros funcionarios de Hezbolá.

Hezbolá mantuvo este cauteloso lineamiento durante unos diez días, aparentemente con la esperanza de que las protestas disminuyan. Sin embargo, cuando esto no ocurrió, la organización cambió de táctica. En un discurso que pronunció el 25 de octubre, Nasrallah presentó tres Negativas a la situación: No a la destitución del presidente, no a destituir el gobierno y no a celebrar elecciones parlamentarias anticipadas, rechazando así las tres principales demandas de los manifestantes. Nasrallah también afirmó que las protestas, en las que han participado varios cientos de miles y quizás incluso millones de personas, de todas partes del país y de todos los sectores sociales, no son auténticas ni espontáneas, sino que están financiadas por los aparatos de inteligencia y embajadas extranjeras. Este pidió a los libaneses que no asistieran a las manifestaciones e instó a los manifestantes a que detuvieran el bloqueo a las carreteras y autopistas y permitieran que el país volviera a la normalidad, advirtiendo sobre un posible deslizamiento hacia el «caos».[2]

Desde que pronunciara este discurso, Hezbolá, a través de sus funcionarios y medios de comunicación, ha seguido difundiendo la narrativa de que Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita son los que alientan las protestas e incluso las controlan para de esta manera sembrar el caos en el Líbano y derrocar a su gobierno, en el que Hezbolá es miembro e incitar contra esta organización y el armamento que este posee. Las cosas llegaron a un punto donde, en varias ocasiones activistas de Hezbolá atacaron violentamente a los manifestantes en las calles.

La semana pasada, las manifestaciones tomaron un giro mucho más violento, con estallidos y enfrentamientos entre partidarios de los partidos rivales, lo que resultó en la muerte de dos personas junto a decenas de heridos. Además, Hezbolá ha comenzado a protestar contra los manifestantes por el bloqueo a las carreteras, describiéndolos como «milicias del caos» que están llevando al país hacia una guerra civil y acusando a todos los que piden la creación de un gobierno de tecnócratas de cumplir los dictámenes estadounidenses y sucumbir a ello.

Este informe describe la problemática situación en la que se halla Hezbolá desde el estallido de las protestas y las razones de su postura hostil hacia estas.

Protesta masiva en el Líbano (Fuente: lebanon24.com, 11 de noviembre, 2019)

La difícil postura de Hezbolá y la razón de su hostilidad hacia las protestas

Desde el principio, las protestas en el Líbano crearon un problema para Hezbolá lo que dificultó a la organización determinar su posición sobre estas. Después de presentarse como el campeón y abanderado en la lucha contra la corrupción, especialmente desde las elecciones parlamentarias de mayo del 2018, la organización sintió la necesidad de expresar solidaridad con los manifestantes, que protestaban por la difícil situación económica y exigían castigar la corrupción y restaurar los fondos públicos robados. Además, los chiitas al sur del Líbano han tomado parte en las protestas y las manifestaciones se llevaron a cabo incluso en las zonas que son bastiones de Hezbolá y de su aliado chiita Amal, tales como en Al-Nabatieh y Tiro. El apoyo chiita a las protestas y sus demandas es otro factor que dificulta que Hezbolá se oponga a estas.

Sin embargo, cuando este se dio cuenta de que muchas de las demandas de los manifestantes – específicamente las demandas a la renuncia del presidente y el gobierno y la celebración de elecciones parlamentarias anticipadas – amenazaban los intereses de la organización y la estabilidad del gobierno, del cual este es un componente central. Hezbolá cambió su actitud y comenzó a atacar directamente las protestas.

Hezbolá tiene varias razones para oponerse a la actual ola de protestas:

  1. La organización domina el actual parlamento y gobierno y por ende, no le interesan unas elecciones parlamentarias anticipadas.

En las elecciones parlamentarias de mayo, 2018 las Fuerzas 8 de Mayo, que integran a Hezbolá y a sus aliados, obtuvieron la mayoría de los escaños. Estos resultados también se reflejan en la composición del gobierno, en el que la facción de Hezbolá, que también incluye al movimiento chiita Amal y la Corriente Nacional Libre dirigida por el canciller Gebran Bassil, posee 18 ministros, en lugar de solo 11 ministros de las rivales Fuerzas 14 de Marzo y un ministro considerado independiente. Controlar casi dos tercios de ministerios en el gobierno es el mayor logro de las Fuerzas 8 de Marzo, lo que le permite vetar cualquier decisión a la que este se oponga. Otro logro es que, a pesar de la oposición estadounidense, Hezbolá recibió la cartera de salud, siendo esta de un gran presupuesto, en el que Jamil Jabaq, anteriormente médico personal de Nasrallah, es ministro de salud. Otro logro más fue el nombramiento de Elias Bou Sa’ab, quien ha sido criticado por «identificarse con Hezbolá», como ministro de defensa.[3] Por lo tanto, Hezbolá no tiene ningún interés en unas elecciones parlamentarias anticipadas, lo que pudiera hacer que pierda estos logros.

  1. Hezbolá le teme a la expulsión del Presidente ‘Aoun, del canciller Bassil y la del Primer Ministro Al-Hariri, respaldándolos

El acuerdo político que duró varios años, hasta el estallido de las protestas, por el cual Michel ‘Aoun, un cristiano, es presidente y Sa’d Al-Hariri, sunita, considerado rival de Hezbolá, es primer ministro, en realidad benefició a Hezbolá. De hecho, este puede ser el arreglo óptimo, en lo que respecta a Hezbolá. El Presidente ‘Aoun y su yerno el canciller Gebran Bassil, jefe de la Corriente Nacional Libre, siendo este el mayor partido en el parlamento, son aliados de Hezbolá. Estas dos figuras le brindan a la organización un apoyo absoluto, respaldando sus decisiones y otorgándole libertad de acción, tanto en el área doméstica como en área diplomática internacional frente a los Estados Unidos, que ha impuesto sanciones a Hezbolá por sus ya conocidas actividades terroristas. ‘Aoun y Bassil, ambos cristianos maronitas, sirven efectivamente «para ocultar su dificultad» cristiana por Hezbolá y sus acciones.

Paradójicamente, el nombramiento de Al-Hariri, considerado rival de Hezbolá, ya que el primer ministro también trabajó a favor de esta organización. Considerado por la comunidad internacional como un estadista experimentado y moderado, Al-Hariri le dio al gobierno libanés una apariencia mucho más justa, desdibujando la realidad por la cual Hezbolá controla efectivamente el país e impone su postura en casi todos los asuntos. Al-Hariri sirvió así como el punto optimo para cualquier queja de la comunidad internacional y permitió que la comunidad internacional continuara cooperando con el Líbano, firmando acuerdos con este y extendiéndole ayuda y asistencia financiera.

Además, si en el pasado Al-Hariri fue un vociferante oponente de Hezbolá y expresó duras críticas a este, en los últimos años ha permitido que esta organización haga lo que le plazca en los ámbitos nacional e internacional y mayormente se abstuvo de hablar en su contra. Dado este estado de cosas, Hezbolá claramente no tiene ningún interés en colocar a uno de sus aliados en el papel de primer ministro, ya que esto solo le causaría problemas y generaría abundantes críticas, lo que facilitaría a la comunidad internacional tomar una postura firme frente a Hezbolá y el Líbano como un todo.

  1. Hezbolá teme que se le responsabilice por la crisis económica en el Líbano debido a las sanciones impuestas a este.

Las protestas en el Líbano fueron provocadas por la intención del gobierno de aumentar los impuestos a pesar de la grave crisis económica en el país, incluso el gravar las llamadas de WhatsApp, una medida que enfureció a muchos. Aunque las protestas abarcan a toda la sociedad libanesa y no se limitan a ningún sector en particular, muchos están convencidos de que Hezbolá tiene gran parte de responsabilidad por la crisis económica, debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos. La crisis ha empeorado aún más desde que Estados Unidos aumentó la imposición de estas sanciones, imponiéndolas mucho más a funcionarios e instituciones de la organización y a los bancos libaneses, e incluso amenazando con extenderlas a los aliados de Hezbolá, tales como el canciller Bassil.

La expresión más destacada de la crisis es una gigantesca deuda nacional de $100 billones (casi el doble del producto interno bruto del Líbano), que ha obligado al gobierno libanés a promulgar medidas y reformas radicales, a fin de calificar para el paquete de ayuda internacional de $11 billones prometido al Líbano en la Conferencia Cedar de abril, 2016 en Francia. Además, en las semanas previas al estallido de las protestas, la libra libanesa se desplomó y el mercado sufrió una escasez de dólares, lo que desestabilizó aún más a la economía local.

De hecho, incluso antes de que estallaran las protestas, muchos acusaron a Hezbolá de ser el causante de la crisis económica y llevar al Líbano hacia el colapso económico a través de sus actividades al servicio de Irán.[4] Por lo tanto, la oposición de Hezbolá a las protestas también puede deberse a su temor de que puedan generar más acusaciones de este tipo y pudiera provocar un debate sobre su estatus y la condición de su armamento y sobre sus actividades terroristas en todo el mundo lo cual causan sanciones que a la larga son impuestas a este y al Líbano.

Para ver el resto del despacho en inglés en el portal principal de MEMRI copie por favor el siguiente enlace en su ordenador:https://www.memri.org/reports/lebanese-protests-place-hizbullah-bind-%E2%80%93-part-i-hizbullahs-hostility-protests-and-reasons

* H. Varulkar es director de investigación en MEMRI; C. Jacob es investigador en MEMRI.


[1] Alahednews.com.lb, 19 de octubre, 2019.

[2] Alahednews.com.lb, 25 de octubre, 2019.

[3] Sobre los logros de Hezbolá en las elecciones parlamentarias y la composición del gobierno, véase la serie de MEMRI Investigación y Análisis Nº 1447 – Mientras el Secretario de Estado estadounidense Pompeo se prepara para visitar el Líbano, Hezbolá mantiene el control total del gobierno libanés – y el bando de las Fuerzas 14 de Marzo, Arabia Saudita y los Estados Unidos han cooperado con este y han llegado a un acuerdo en lo referente a la situación, 21 de marzo, 2019.

[4] Sobre este tema véase la serie de MEMRI Despacho Especial MEMRI No. 8332 – Políticos libaneses y periodistas ante el estallido de la actual ola de protesta: Es el propio Hezbolá el causante de la crisis económica en el país, 25 de octubre, 2019.