21Intentaron anular a Churchill y a Napoleón pero fracasaron. Los ya idos y olvidados estadistas aun poseían suficiente brillantez y suficientes seguidores en la población como para mitigar el rebuznar de los revisionistas izquierdistas. Tanto en el Reino Unido como en Francia, todavía existe, por ahora, suficiente «capital histórico» cimentado en una narrativa nacional que se defiende de aquellos que salen a derribar estatuas.

Refugiados judíos yemeníes arribando a Israel, 1948 - fotografía utilizada como modelo para un nuevo monumento
Refugiados judíos yemeníes arribando a Israel, 1948 – fotografía utilizada como modelo para un nuevo monumento

El capital histórico en Occidente pareciera verse en declive. Esto es cierto tanto en términos del conocimiento histórico como en el poder que posee la historia.[1] Me parece a mí que el capital histórico es solo otro tipo de activo muy valioso, mientras hablamos del capital intelectual o capital social (o de hecho solo del capital), un activo u opulencia que posee algún tipo de valor.

Pero esta moneda ya antigua está cambiando y de hecho está perdiendo su valor. Este se halla en un lento y constante proceso de declive que pareciera estuviese siendo reemplazado por algún nuevo tipo de brebaje occidental al que involucra políticas raciales y sexuales envueltas en un lenguaje de modernidad progresista. Esta antigua moneda solía tener un gran poder: historia, mito, leyenda, religión, victoria, derrota, conquista, todo combinado en un perdurable aunque intangible depósito de sensaciones y de símbolos que podían inspirar amor, sacrificio y firmeza y que pudiesen inspirar orgullo.

La decadencia es relativa y ocurre de diferentes maneras y a diferentes ritmos en Occidente. Izar muy en alto la Union Jack (bandera del Reino Unido), la Tricolor o la Old Glory (bandera de los Estados Unidos) puede ser problemático en los países que representan tales banderas, pero parece ser menos riesgoso que utilizar la bandera nacional en España, por ejemplo.[2] Algunos estudiosos españoles lamentaron recientemente que la increíblemente heroica embestida de la caballería de los Cazadores de Alcántara, aniquilada en Marruecos hace ya más de un siglo, sea mayoritariamente desconocida entre los chiquillos escolares españoles, mientras que en Gran Bretaña los chicos en la escuela todavía recitan las conmovedoras palabras de la «Embestida de la Brigada Ligera».[3]

Pero si uno desea observar hacia donde permanece aún intacto y valioso el capital histórico, uno debe marcharse de Occidente y colocar su mirada en dirección a Oriente. En Occidente, las estatuas y los monumentos de los imperialistas están siendo amenazados; en Oriente, en lugares tales como Turquía, están siendo erigidas. Pero uno pudiera decir lo mismo de Egipto o Irán o Rusia o China.

El reciente conflicto en Gaza es quizás otro ejemplo del capital histórico desplegado con gran poder. El grupo terrorista Hamás nombra algunos de sus misiles adquiridos de Irán en honor a sus mártires. Otros musulmanes, incluso en Occidente, pidieron el surgimiento y llegada de un nuevo Saladino[4] para que destruya a Israel, o corearon «Khaybar Khaybar, Ya Yahud«, rememorando el ataque de Mahoma contra los judíos de Khaybar en el año 628 d.C. que supuestamente condujo al exterminio de los judíos de esa región.[5] Los conquistadores estadounidenses o europeos – Cecil Rhodes o Colon – puede que hayan sido cancelados, pero el poder seductor de otras historias junto a otros conquistadores, sigue en boga para algunos.

Y si los palestinos poseen una narrativa poderosa, la del pueblo judío en su antigua patria también posee un poder muy verdadero, que se extiende a lo largo de miles de años.[6] Un monumento recientemente inaugurado en Jerusalén, basado en una famosa foto de judíos yemeníes del año 1948, conmemora al millón de judíos desplazados del Medio Oriente y que encontraron su hogar en Israel.[7]

Es muy irónico que un Occidente «progresista» que desprecia en gran medida los símbolos nacionales, que incinera banderas estadounidenses – en los Estados Unidos, también acoja los símbolos y el lenguaje del nacionalismo palestino. Cuando el sindicato de la revista New Yorker, durante mucho tiempo un símbolo del liberalismo del bien pensant, expresó su «solidaridad con Palestina, del río al mar» (posteriormente borraron el tuit y se disculparon), estos estaban adoptando una especie de Destino Manifiesto – y simplemente no uno estadounidense.[8]

Observen el cómo la narrativa nacionalista y religiosa de Palestina a lo largo de amplias poblaciones posee un poder de movilización e indignación no encontrado en ningún otro lugar, por ejemplo, en otras comunidades musulmanas, tales como los uigures o los rohinyás.[9] Esto se debe a que la elección tanto de la supuesta víctima como del supuesto victimario tiene un poder inherente. Los asiáticos están siendo atacados en las calles de las ciudades estadounidenses, pero no es debido a Xinjiang. Pero los judíos son atacados en Occidente ambos por ser judíos (atacados ya incluso antes del conflicto de Gaza del 2021) como por el tema de Israel.

Por supuesto, es el gran estudioso chipriota Vamik Volkan, trabajando desde la Universidad de Virginia, quien escribió con tanta fuerza sobre el impacto de los «traumas elegidos» y también de las «glorias elegidas» en su trabajo. Este se enfocó particularmente en narrativas históricas de pueblos y naciones sometidas y oprimidas en el Imperio otomano, particularmente en los Balcanes, conectándolos con la retórica de hombres poderosos tales como Milosevic en Serbia. Hoy día, el mejor ejemplo puede ser Erdogan en Turquía, quien presenta el Tratado de Lausana del año 1923, que describió la victoria de Ataturk sobre los griegos y armenios, como una especie de derrota.

El putrefacto autoritarismo de Hamás o de Erdogan o el de Xi en China sin lugar a dudas, no es nada que Occidente pueda emular. Pero los gobiernos occidentales deben comprender que la historia puede ser un activo tanto o más valioso que una carga. Las narrativas históricas pueden ser tanto orgánicas como inventadas; son convicciones que pueden estar profundamente arraigadas por las masas y manipuladas cínicamente desde arriba (ambas son ciertas en la causa de Palestina en el mundo árabe). En el Medio Oriente, uno ve a Irán manipulando la imagen de Jerusalén para su propio beneficio – la conquista de Alepo se encontraba en el camino a Jerusalén, mientras que Qatar, que una vez albergó a Khalid Sheikh Muhammad de Al-Qaeda, el cerebro del 11-S, ahora no sólo protege a los líderes de Hamás tales como Isma’il Haniya sino que lo empaqueta como líder con todas las trampas simbólicas de una causa histórica, organizando una manifestación pública extremadamente rara en el corazón de Doha, con una aduladora cobertura en vivo transmitida por Al-Jazeera.[10]

De hecho, las narrativas históricas pueden estar basadas en conceptos peligrosos de sangre y territorio, o en torno a algún tipo de ideología unificadora o grito de guerra – «¡Trabajadores del mundo, uníos!» Pero independientemente de la fuente, tales narrativas pueden inspirar y unir tanto como demonizar. En realidad estas narrativas no necesitan ser ciertas; solo tienen que ser apreciadas y creer en ellas. Nosotros vemos a nuestros adversarios utilizar este poder para realizar sus propios objetivos y en contra nuestra y muy frecuentemente ignoramos ese poder a riesgo propio. De hecho, fue el propio Ogro corso Napoleón, quien, al crear la Legion d’honneur, rechazó a aquellos críticos de la grandeza nacional y entendió el poder que se deriva de una narrativa. «Ha habido demasiada destrucción, debemos reconstruir», respondió. «La propia nación – ¿qué es? Granos de arena esparcidos… Debemos plantar algunos pilares de granito que sirvan de anclas en el suelo de Francia».

*Alberto M. Fernández es vicepresidente de MEMRI.


[1] Thehill.com/opinion/education/411700-when-it-comes-to-knowledge-of-american-history-we-are-a-nation-at-risk, 17 de octubre, 2018.

[2] Vozpopuli.com/espana/mujer-agresion-protestas-Tarragona-bandera-espana_0_1291371201.html, 15 de octubre, 2019.

[3] Youtube.com/watch?v=dPJd2IfHBoU, 6 de mayo, 2021.

[4] Twitter.com/JakeWSimons/status/1394969059628888068, 19 de mayo, 2021.

[5] Lesoir.be/372685/article/2021-05-17/manifestation-pro-palestinienne-la-police-bruxelloise-lance-une-enquete-sur, 17 de mayo, 2021.

[6] Jpost.com/israel-news/rare-1900-year-old-bar-kochba-coin-unveiled-ahead-of-lag-baomer-627638, 11 de mayo, 2020.

[7] Blogs.timesofisrael.com/for-the-forgotten-victims-of-hate-at-israels-birth-a-memorial/?fbclid=IwAR1l1VTiJz_xKNpEpg54UKEIqEBOa4wlHyCP_8Ik_J3QJNSj4821Bd3kLhil.

[8] Foxnews.com/media/new-yorker-union-accused-of-urging-israels-genocide-for-supporting-palestinians-from-the-river-to-the-sea, 20 de mayo, 2021.

[9] Worldpoliticsreview.com/articles/29661/on-abuses-against-uyghurs-in-china-muslim-governments-give-beijing-a-free-pass, 19 de mayo, 2021.

[10] Vozpopuli.com/espana/mujer-agresion-protestas-Tarragona-bandera-espana_0_1291371201.html, 15 de octubre, 2019.