El presidente ruso Vladimir Putin ha declarado el inicio de una operación militar en Ucrania. La operación militar se produce tras el reconocimiento de la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (DPR y LPR). En un discurso urgente pronunciado el 24 de febrero, Putin dijo que tras una solicitud de asistencia de las «autoridades» de Donetsk y Lugansk, Rusia «buscará la desmilitarización y desnazificación de Ucrania» y «presionará para llevar ante la justicia a quienes han cometido numerosos crímenes sangrientos», crímenes contra civiles pacíficos, incluyendo a ciudadanos rusos». Putin instó al ejército ucraniano a «deponer las armas de inmediato y marcharse a casa». Luego advirtió contra la intervención extranjera: «Nadie debería tener dudas de que un ataque directo a Rusia terminará con la derrota del agresor potencial y las terribles consecuencias para el atacante». Putin luego agregó lo siguiente: “Cualquiera que intente obstruir nuestras acciones y plantear amenazas a nuestro país y a nuestro pueblo, debe saber que la respuesta de Rusia será sin demora y tendrá consecuencias nunca vistas en su historia. Estamos preparados para cualquier marcha que tomen los acontecimientos. Se tomarán todas las decisiones necesarias en este sentido. Espero haber sido escuchado».[1]
«Corrigiendo» la historia
El discurso de Putin contenía elementos que pueden ayudarnos a entender el comportamiento de Rusia, que parece tener como objetivo final «corregir» la historia. Una vez más, Putin afirmó que tras el colapso de la Unión Soviética, Estados Unidos se declaró el «ganador» de la Guerra Fría. Putin dijo que, en consecuencia, Washington comenzó a construir un mundo unipolar liderado por los Estados Unidos, en el que Rusia no tenía lugar alguno. En su discurso, Putin reconoció que después del colapso de la Unión Soviética, el «equilibrio de poder» cambió y un mundo «bipolar» probablemente ya no se hubiese sido posible vislumbrar. Sin embargo, dijo que la transición (de un mundo bipolar a un mundo unipolar) debería haberse hecho «sin problemas» y «con paciencia», teniendo en cuenta los «intereses» y las «responsabilidades» de Rusia hacia las ex-repúblicas soviéticas. Putin afirmó que Estados Unidos, tomado por un «estado de euforia», se comportó a su vez con «absoluta superioridad» (que calificó como una especie de «forma moderna de absolutismo»), con «bajo nivel» de cultura y con «arrogancia». Tal como ha explicado el reconocido experto ruso Vladislav Inozemtsev, la reacción rusa está siendo dictada por el «resentimiento» hacia los Estados Unidos y hacia Occidente en general.
Parece ser una repetición de lo que sucedió al final de la Primera Guerra Mundial, que fue ganada por los aliados. De hecho, cuando terminó la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles que siguió en el año de 1919 estuvo profundamente viciado y solo trajo rencor y amargura por parte de los países derrotados. Los vencedores de la guerra fueron incapaces de construir un nuevo orden mundial en el que los países vencidos tuviesen un papel digno. En cambio, el Tratado de Versalles hizo todo lo contrario. Este humilló a la derrotada Alemania, que tuvo que ceder parte de sus territorios europeos y todas sus colonias en ultramar. Obligado a aceptar la Cláusula de Culpabilidad por la Guerra, que implicaba asumir la responsabilidad total de haber iniciado la guerra, tuvo que pagar a los aliados enormes reparos, lo que desencadenó una hiperinflación. Además, Alemania tuvo que reducir el tamaño de su ejército. Como consecuencia, en Alemania se desarrollaron sentimientos de revanchismo, que fueron utilizados en la retórica hipernacionalista de un joven Adolf Hitler, líder del Partido Nazi y conocido en el país por sus ideas radicales.
El resentimiento y los sentimientos de humillación no carecen de importancia. Después de todo, la Segunda Guerra Mundial, siendo esta una continuación de la Primera Guerra Mundial, estalló debido a estos mismos sentimientos (China también ha construido un carácter distintivo ideológico conocido como los Cien Años de Humillación Nacional, con el objetivo de describir el período de subyugación de la dinastía Qing y la República de China por las potencias occidentales y Japón desde 1839 hasta 1949. Al día de hoy, esta «humillación» guía las políticas del Partido Comunista Chino). De hecho, aprendiendo de los errores de la Primera Guerra Mundial, después del final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos promovió el Plan Marshall en Alemania. Del mismo modo, ideó políticas con el objetivo de reconstruir a Japón.
Sin embargo, después de la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos no siguió tal dirección. El estadista ruso Mikhail Gorbachev, el último líder soviético, publicó en el año 2016 un artículo en el diario quincenal independiente ruso Novaya Gazeta. Gorbachev escribió: «Todo esto comenzó cuando fue proclamada ‘la victoria de Occidente’ en la Guerra Fría. Nuestra victoria compartida en la Guerra Fría fue declarada como el triunfo de un solo bando (es decir, Occidente), que ahora piensa que ‘todo está permitido’. Esta es la raíz de la que ha surgido el presente malestar global».
Rusia quiso unirse a la OTAN
Tras el final de la Guerra Fría, una gran pregunta debatía el futuro de la OTAN, la cual fue fundada en 1949 en respuesta a la amenaza planteada por la Unión Soviética. Como la Unión Soviética ya no existía, los expertos rusos explicaron que Rusia pensó que podía haberse unido a la OTAN. El renombrado académico ruso Sergey Karaganov declaró lo siguiente: «Al firmar la Carta de París para una Nueva Europa en el año de 1990, nosotros acordamos erróneamente que cualquier país tenía derecho a unirse a cualquier tipo de unión. Nuestro liderazgo para ese momento aparentemente pensó que nosotros mismos nos uniríamos a la OTAN».[2]
En su discurso pronunciado el 21 de febrero, antes de reconocer a las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (DPR y LPR), Putin también dijo: «Además, diré algo que nunca he dicho públicamente. Lo diré ahora por primera vez. Cuando el entonces presidente saliente de los Estados Unidos Bill Clinton visitó Moscú en el año 2000, le pregunté cómo se sentiría Estados Unidos si admitiese a Rusia en la OTAN. No revelaré todos los detalles de esa conversación, pero la reacción a mi pregunta fue, digamos, fue bastante moderada y la verdadera actitud de los estadounidenses ante tal posibilidad puede verse en sus pasos posteriores en lo que respecta a nuestro país. Me refiero al apoyo abierto a los terroristas en el Cáucaso del Norte, el desprecio por nuestras demandas y preocupaciones de seguridad, la continua expansión de la OTAN, la retirada del Tratado ABM, etc. Esto plantea la pregunta: ¿Por qué? ¿De qué se trata todo esto, cuál es el propósito? Está bien, ustedes no nos quieren ver como amigos o aliados, pero ¿por qué hacernos entonces un enemigo?
Putin luego repitió que la OTAN no mantuvo sus garantías a Rusia de que no habría ninguna expansión hacia el este. En 1990, el secretario general de la OTAN Manfred Wörner prometió en Bruselas: «Esto también será válido para una Alemania unida en la OTAN. El mero hecho de que estemos dispuestos a no desplegar tropas de la OTAN más allá del territorio de la República Federal le concede a la Unión Soviética firmes garantías de seguridad. Además, nosotros pudiéramos concebir un período de transición durante el cual un número reducido de fuerzas soviéticas pudieran permanecer estacionadas en la actual Republica Democrática Alemana. Esto satisfará las preocupaciones soviéticas de no modificar el equilibrio estratégico general Este-Oeste. Los políticos soviéticos están equivocados en afirmar que la membrecía alemana en la OTAN conducirá a la inestabilidad. Lo contrario es cierto. Europa, incluyendo a la Unión Soviética, obtendría estabilidad. Este también ganaría un socio genuino en Occidente el cual estaría dispuesto a cooperar».[3]
El sovietólogo y arquitecto estadounidense en políticas de la Guerra Fría George Kennan señaló que la expansión de la OTAN hacia el este hubiese sido un «trágico error». El 30 de abril del año 1998, el Senado de los Estados Unidos votó a favor de ampliar la OTAN incluyendo a Polonia, Hungría y a la República Checa. Unos días después, el columnista del diario El Times de Nueva York Tom Friedman, escribió acerca de una conversación que tuvo con Kennan, en la que este último calificó la medida del Senado como el «comienzo de una nueva guerra fría» y agregó: ‘Yo creo que los rusos gradualmente reaccionarán muy negativamente y esto afectará sus políticas. Creo que es un error trágico. No había razón alguna para ello en lo absoluto. Nadie amenazaba a nadie. Esta expansión hará que los padres fundadores de este país (es decir los Estados Unidos) se revuelquen en sus tumbas. Nos hemos apuntado a fin de proteger a toda una serie de países, aunque no tenemos ni los recursos ni la intención de hacerlo de forma seria. La expansión de la OTAN fue simplemente una acción alegre de un Senado que no tiene un interés verdadero en los asuntos externos».[4] Kennan también señaló que Occidente no debería estar «dándole la espalda» a Rusia: «Me molestó particularmente por las referencias a Rusia como un país que se muere por atacar a Europa occidental. ¿Es que la gente no entiende? Nuestras diferencias en la Guerra Fría fueron con el régimen comunista soviético. Y ahora le estamos dando la espalda a las mismas personas que organizaron la mayor de las incruentas revoluciones en la historia para derrocar al régimen soviético».
Putin: ‘La Ucrania moderna es enteramente un producto de la era soviética’
Inozemtsev declaró que a comienzos de la década del año 2000, Putin veía a Europa como ejemplo a seguir para Rusia. Este escribió: “En su famoso discurso ante el Bundestag, dijo que Rusia ‘observaba la integración europea con esperanza’. Este también discutió la liberalización de la economía de Rusia y se puso del lado de los Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo. Putin esperaba que, luego de pronunciar este discurso dirigido a Occidente (que reflejaba sinceramente sus opiniones), sería respetado por sus homólogos occidentales. Sin embargo, sus esperanzas pronto serían hechas añicos».
Unos años más tarde, en el 2004, Occidente apoyó la Revolución Naranja en Ucrania, poniendo fin a la «breve alianza tripartita Berlín-París-Moscú». Para Putin, esta situación fue de máxima humillación. Este sintió que Occidente quería desmantelar la propia identidad de Rusia. Zbigniew Brzezinski observó que “sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio, pero con Ucrania sobornada y luego subordinada, Rusia automáticamente se convierte en imperio”. Inozemtsev escribió que después del año 2004, «Putin se dio cuenta de que nunca sería tratado como uno de los líderes del mundo occidental». Luego, en el año 2014, Ucrania inició otra revolución en contra de Rusia. Occidente reforzó su apoyo a una «Ucrania europea» y su intento de ingresar a la OTAN, incrementando así la brecha con Rusia.
En su ensayo, titulado «Respecto a la unidad histórica de los rusos y los ucranianos«, el cual fue publicado en el portal del Kremlin el día 12 de julio del año 2021, Putin definió a los rusos y a los ucranianos como «un pueblo» y como un «todo único». Este hizo hincapié en que Rusia y Ucrania son partes de lo que es «esencialmente el mismo espacio histórico y espiritual». Este enfatizó en que el «muro» que ha surgido en los últimos años entre Rusia y Ucrania es consecuencia de los errores de Moscú, pero también el resultado de «esfuerzos deliberados» de «fuerzas» (es decir, Occidente) que siempre han buscado socavar «nuestra unidad». Putin escribió lo siguiente: «La fórmula que aplican es conocida desde tiempos inmemoriales: divide y vencerás. No hay nada nuevo aquí. De ahí parten los intentos de jugar con el ‘tema nacional’ y sembrar discordia entre el pueblo, con el objetivo general de dividir y luego enfrentar a las partes de un solo pueblo entre sí mismos». Luego describió el vínculo histórico entre los dos países: «Los rusos, los ucranianos y los bielorrusos son todos descendientes de la antigua Rus, el cual fue el mayor estado de Europa. Las tribus eslavas y otras en todo el vasto territorio, desde Ladoga, Novgorod y Pskov hasta Kiev y Chernigov estaban unidas por un solo idioma (al que ahora nos referimos como el ruso antiguo), lazos económicos, el gobierno de los príncipes de la dinastía Rurik y luego del bautismo de Rus – la fe ortodoxa. La escogencia espiritual hecha por San Vladimir, quien fue príncipe de Novgorod y gran príncipe de Kiev, todavía determina en gran medida hoy nuestra afinidad. El trono de Kiev ocupaba una posición dominante en la antigua Rus. Esta había sido la costumbre desde finales del siglo 9. El relato de los años Bygone capturado para la posteridad con las palabras de Oleg el profeta refiriéndose a Kiev: ‘Que sea esta la madre de todas las ciudades rusas'».
Luego afirmó: «La Ucrania moderna es totalmente un producto de la era soviética. Nosotros sabemos y recordamos muy bien que esta se formó, en gran parte, en las tierras de la Rusia histórica. Para asegurarse de ello, basta con mirar los límites de las tierras reunificadas con el estado ruso en el siglo 17 y el territorio de la RSS ucraniana cuando esta abandonó a la Unión Soviética.
«Los bolcheviques trataron al pueblo ruso como material inagotable para sus experimentos sociales. Soñaron con una revolución mundial que acabaría con los estados nacionales. Por ello fueron tan generosos al trazar fronteras y otorgar obsequios territoriales. Ya no importa cual era exactamente la idea de los líderes bolcheviques que estaban despedazando al país… Podemos estar en desacuerdo sobre detalles menores, antecedentes y lógicas diferentes detrás de ciertas decisiones. Un solo hecho queda muy claro: Rusia de hecho, fue robada.
«Cuando trabajé en este artículo, basé mi búsqueda en documentos de fuente abierta que contienen hechos bien conocidos en lugar de algunos registros secretos. Los líderes de la Ucrania moderna y sus ‘patrones’ externos prefieren pasar por alto estos hechos. No pierden oportunidad, sin embargo, tanto dentro como fuera del país, para condenar ‘los crímenes del régimen soviético’, enumerando entre estos, hechos con los que ni el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), ni la URSS ni mucho menos la Rusia moderna, tienen nada que ver. Al mismo tiempo, los esfuerzos de los bolcheviques para separar a Rusia de sus territorios históricos no son considerados de crimen. Y sabemos el por qué: estos si provocaron el debilitamiento de Rusia, nuestros malos deseos están felices por ello.
«Por supuesto, dentro de la URSS, las fronteras entre las repúblicas nunca fueron vistas como fronteras estatales; estas eran nominales dentro de un solo país que, aunque presentaba todos los atributos de una federación, estaba altamente centralizado; esto, nuevamente, fue asegurado por el protagonismo del PCUS. Pero en 1991, todos esos territorios y, lo que vendría a ser más importante, la gente, se vieron a si mismos en el extranjero de la noche a la mañana, arrebatados esta vez, de hecho, de su patria histórica».
Putin explicó además: «Ustedes desean establecer un estado propio: ¡de nada! Pero, ¿cuáles son los términos? Recordaré la evaluación dada por una de las figuras políticas más prominentes de la nueva Rusia, el primer alcalde de San Petersburgo Anatoly Sobchak. Como jurista quien creía que toda decisión debe ser legítima, en 1992 este compartió la siguiente opinión: las repúblicas que fueron fundadoras de la Unión, habiendo denunciado el Tratado de la Unión del año de 1922, deben volver a los límites que tenían antes de unirse a la Unión Soviética. Todas las demás adquisiciones territoriales están sujetas a discusión y a negociaciones, dado que su cimiento ha sido revocado.
«En otras palabras, cuando se marchen, llévense lo que trajeron consigo. Esta lógica es difícil de refutar». Cabe señalar que en el año 1922, Crimea y el Donbass no formaban parte de Ucrania.
‘La formación de un estado ucraniano étnicamente puro, agresivo hacia Rusia, es comparable en sus consecuencias al uso de armas de destrucción masiva en contra de nosotros’
Putin agregó que después de la caída de la Unión Soviética, la Federación Rusa hizo mucho para que Ucrania se estableciera como un país independiente, pero que los acontecimientos comenzaron a moverse en una dirección diferente una vez que los círculos gobernantes de Ucrania decidieron «justificar la independencia de su país negando su pasado». Este escribió: «Ellos comenzaron a mitificar y reescribir la historia, editar todo lo que nos unía y referirse al período en que Ucrania fue parte del Imperio Ruso y la Unión Soviética como ocupación».
Luego agregó que la ley sobre los «pueblos indígenas» presentada por el Parlamento de Ucrania en el año 2021 discrimina deliberadamente a aquella etnia rusa que vive en Ucrania. Este dijo lo siguiente: «Solo aquellos que constituyen una minoría étnica y no tienen su propia entidad estatal fuera de Ucrania son reconocidos como autóctonos… Se han sembrado nuevas semillas de discordia. Y esto está sucediendo en un país, tal como ya he señalado, que es muy complejo en términos de su composición territorial, nacional y lingüística y su historia formativa. Puede que exista un argumento: si uno habla de una sola nación grande, una nación trina, entonces ¿qué diferencia hace el que uno mismo se considere ser: ruso, ucraniano o bielorruso? Yo estoy totalmente de acuerdo con esto. Sobre todo porque la determinación de la nacionalidad, particularmente en familias mixtas, es un derecho de cada individuo, libre de hacer su propia elección. Pero el hecho es que la situación en Ucrania hoy día es totalmente diferente porque implica un cambio forzado de identidad y lo más despreciable es que los rusos en Ucrania se ven obligados no solo a negar sus raíces y generaciones en su ascendencia, sino también creer que Rusia es su enemigo».
Luego subrayó: «No sería una exageración decir que el camino a la asimilación forzada, la formación de un estado ucraniano étnicamente puro, agresivo hacia Rusia, es comparable en sus consecuencias al uso de armas de destrucción masiva en contra nuestra». Como resultado de una división tan dura y artificial de rusos y ucranianos, el pueblo ruso en total puede disminuir en cientos de miles o incluso en millones».
Putin: «La verdadera soberanía de Ucrania solo es posible en asociación con Rusia»
Putin declaró que Occidente está presionando por un «proyecto anti-Rusia» en Ucrania. Este argumentó: «Los autores en Occidente del proyecto anti-Rusia establecieron el sistema político ucraniano de tal manera que los presidentes, miembros del parlamento y ministros cambiaran pero la actitud de separación y enemistad con Rusia permanecerá… En el anti-proyecto Rusia, no hay lugar ni para una Ucrania soberana ni para las fuerzas políticas que intentan defender su verdadera independencia… Hoy día, el patriota de «derecha» de Ucrania es sólo aquel que odia a Rusia. Además, todo el estado ucraniano, tal como lo entendemos, es propuesto para que se construya exclusivamente sobre esta idea».
Este advirtió además: «Todos los subterfugios asociados con el proyecto anti-Rusia son claros para nosotros. Y nunca permitiremos que nuestros territorios históricos y aquellos cercanos a nosotros que viven allí sean utilizados en contra de Rusia. Y a aquellos que emprendan tal intento, me gustaría decir que de esta manera destruirán su propio país».
Putin luego concluyó: «Estoy seguro de que la verdadera soberanía de Ucrania solo es posible en asociación con Rusia. Nuestros lazos espirituales, humanos y de civilización formados durante siglos y que tienen su origen en las mismas fuentes, se han endurecido por pruebas comunes, logros y victorias. Nuestro parentesco se ha transmitido de generación en generación. Este está en los corazones y en la memoria de aquellos que viven en la Rusia y Ucrania modernas, en los lazos de sangre que unen a millones de nuestras familias. Juntos siempre hemos sido y seremos muchas veces más fuertes y más exitosos. Porque somos un solo pueblo. Hoy día, estas palabras pueden ser percibidas por algunos con hostilidad. Estas pueden interpretarse de muchas maneras posibles. Sin embargo, muchas personas me escucharán. Y diré una cosa – Rusia nunca ha sido y nunca será ‘anti-Ucrania’. Y lo que Ucrania será, depende de lo que decidan sus ciudadanos».
En su discurso pronunciado el 21 de febrero, Putin acusó a Occidente de engañar a Ucrania porque la pobreza se ha incrementado desde el año 2014. Putin declaró: «Esta situación plantea la pregunta: La pobreza, la falta de oportunidades y el potencial industrial y tecnológico perdido – ¿es esta la elección pro-civilización occidental que han estado utilizando durante muchos años para engañar a millones de personas con promesas de pastos celestiales?
«Todo se redujo a una economía ucraniana hecha jirones y un saqueo absoluto de los ciudadanos del país, mientras que la propia Ucrania fue puesta bajo un control externo, dirigida no solo desde las capitales occidentales, sino también sobre el terreno, tal como dice el refrán, a través de toda una red de asesores extranjeros, ONG y otras instituciones presentes en Ucrania. Estas inciden directamente en todos los nombramientos y despidos clave y en todas las ramas del poder en todos los niveles, desde el gobierno central hasta los municipios, así como también en las empresas y corporaciones estatales…
“No existe un poder judicial independiente en Ucrania. Las autoridades de Kiev, a pedido de Occidente, delegaron el derecho prioritario de seleccionar a los miembros de los órganos judiciales supremos, el Consejo de Justicia y la Comisión de Alta Calificación de Jueces, a las organizaciones internacionales.
“Además, Estados Unidos controla directamente la Agencia Nacional de Prevención de la Corrupción, la Oficina Nacional Anticorrupción, la Fiscalía Especializada Anticorrupción y el Tribunal Superior Anticorrupción. Todo ello bajo el noble pretexto de vigorizar los esfuerzos contra la corrupción. Muy bien, pero ¿dónde están los resultados? La corrupción florece como nunca antes.
«¿Es consciente el pueblo ucraniano de que así es como se gestiona su país? ¿Se dan cuenta de que su país no se ha convertido ni siquiera en un protectorado político o económico, sino que ha sido reducido a una colonia con un régimen títere?»
Putin: ‘Kiev continúa preparando la destrucción de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú’
En su discurso pronunciado el 21 de febrero, Putin también discutió la separación de la Iglesia ortodoxa ucraniana de la Iglesia ortodoxa rusa: «Kiev continúa preparando la destrucción de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú. Este no es un juicio emocional; prueba de ello puede hallarse en decisiones y documentos concretos. Las autoridades ucranianas han convertido cínicamente la tragedia del cisma en un instrumento de política estatal. Las autoridades actuales no reaccionan a los llamados del pueblo ucraniano para abolir las leyes que infringen los derechos de los creyentes. Además, nuevos proyectos de ley dirigidos contra el clero y millones de feligreses de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú han sido registrados en el Verkhovna Rada (Parlamento de Ucrania)».
El 11 de octubre del año 2018, el Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, bajo la dirección del patriarca Bartolomé, decidió otorgarle estatus canónico al Patriarcado de Kiev y a la Iglesia ortodoxa autocéfala ucraniana y los reconoció como parte de la iglesia de Constantinopla. Antes de tomar esta decisión, el Patriarcado de Kiev y la Iglesia ortodoxa autocéfala de Ucrania no eran reconocidos por las 14 iglesias ortodoxas oficiales. Solo los obispos del Patriarcado de Moscú en Ucrania fueron reconocidos.[5]
En su momento, el canciller ruso Sergey Lavrov, afirmó que la decisión del Patriarcado de Constantinopla es una provocación respaldada por Occidente: “La Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú está en contra de esas provocaciones que el patriarca Bartolomé de Constantinopla está tramando ahora con el apoyo público directo de Washington». Este agregó: «En lo que respecta a los temas de la iglesia, la interferencia en los asuntos de la iglesia está prohibida por la ley en Ucrania, en Rusia y, espero, que también lo esté en cualquier otro país normal. Pero cuando el representante especial estadounidense para las relaciones con la iglesia le da la bienvenida directamente a la decisión del Patriarca Bartolomé, cuando Kurt Volker, cuyo deber es en nombre de los Estados Unidos facilitar un arreglo en Ucrania basado en los acuerdos de Minsk, dice lo que dice sobre estos procesos, tenemos un dicho: A alguien le incómoda una conciencia que se traiciona a sí misma. La gente, que no nos puede confrontar con ningún hecho que confirme sus infundadas acusaciones de que nos entrometemos en los asuntos de alguien, se comportan de tal manera como si esto fuese normal”,[6]
Reanudando el Proyecto Novorossiya
Luego de su discurso, pronunciado el 21 de febrero, Putin firmó las Órdenes Ejecutivas al Reconocimiento de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (DPR y LPR). Algunos intelectuales nacionalistas rusos tales como el filósofo antiliberal Alexander Dugin celebraron la noticia y afirmaron que finalmente Putin continuó con el «proyecto Novorossiya» que este detuvo en el año 2014. Dugin dijo que no entendía el por qué en ese momento Putin no reconoció la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (DPR y LPR).
En una entrevista publicada el 11 de febrero, Dugin declaró lo siguiente: «En el año 2014, yo estaba profundamente convencido de que Rusia podía, a un precio relativamente bajo, lograr la implementación del proyecto Novorossiya, su liberación. Como mínimo, el tema de la liberación de Ucrania oriental podía haberse resuelto por medios mucho más simples, con un mayor grado de legitimidad y a costos más bajos que los actuales. Yo para ese entonces, quedé sorprendido en que cuando todo estuvo listo para el siguiente paso lógico, nos detuvimos. Creo que fue ilógico. Dudamos, nos detuvimos y perdimos la oportunidad. Esto es obvio para mí. Ahora, u Occidente nos está provocando… y está creando la apariencia de que estamos listos para tomar una acción decisiva con el propósito de intimidarnos, para que aceptemos obedientemente una posible operación terrorista por parte de Kiev en el Donbass, o somos nosotros los que decidimos corregir esta falla del año 2014… Lo que sucedió en el 2014 es un error, y tal vez una traición. En el 2014, debido a mis posturas en apoyo al proyecto Novorossiya, fui retirado de los canales de televisión rusos».[7]
De hecho, en el año 2014, el presidente ruso Vladimir Putin, soñó revivir la histórica región llamada Novorossiya («Nueva Rusia», nombre que se le dio en el siglo 18 a las tierras del litoral del Mar Negro, incorporadas a Rusia como resultado de las guerras contra el Imperio otomano). Sin embargo, en el año 2015, el proyecto fue congelado. Oleg Tsaryov, quien para ese momento era el presidente del «parlamento unitario» de Novorossiya, dijo: «El trabajo de las estructuras oficiales de Novorossiya fue congelado porque no se ajusta al acuerdo de paz Minsk-2 firmado en presencia de los cuatro países de Normandía (Ucrania, Rusia, Alemania y Francia)».
Sin embargo, el 21 de febrero, Putin declaró que los acuerdos de Minsk, que tenían como objetivo poner fin al conflicto en la zona este de Ucrania, habían «expirado» mucho antes del reconocimiento de las repúblicas populares de Donbass, acusando a las autoridades de Kiev de «aniquilarlas». Este dijo: «No son siete, sino casi ocho años completos que hemos estado trabajando en esto (los acuerdos de Minsk). Por ‘nosotros’, me refiero a Rusia… Me gustaría enfatizar nuevamente que estábamos interesados ????en ver este paquete de medidas implementado, porque fueron el resultado de un compromiso. Los líderes de las dos repúblicas que para ese entonces no habían sido reconocidas, las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (DPR y LPR) firmaron estos documentos. Por cierto, uno de ellos fue asesinado en un acto terrorista. Fue asesinado por los servicios especiales de Ucrania, un agente de estos servicios. No hay ninguna duda aquí. Esto es algo obvio, simplemente, fue un asesinato político.
“Pero lo que importa es que los líderes de las dos repúblicas firmaron estos documentos. Nosotros logramos negociar este compromiso para ese momento. Por cierto, no fue fácil hacerlo porque inicialmente los líderes de estas entidades no deseaban participar en los acuerdos de Minsk y colocar sus nombres en estos documentos. Sin embargo, se llegó a un compromiso, el cual fue un verdadero progreso hacia el logro de un arreglo a través de medios pacíficos.
«Tal como se dijo ayer durante la reunión del Consejo de Seguridad, durante todos estos años, los esfuerzos de las actuales autoridades de Kiev lo redujeron todo a la nada. Por lo tanto, los acuerdos de Minsk quedaron nulos mucho antes del reconocimiento ayer a las repúblicas populares de Donbass. Fueron aniquilados no por nosotros ni por los representantes de estas repúblicas, sino por las actuales autoridades de Kiev».
Este luego explicó: «El reconocimiento de estas repúblicas fue dictado precisamente por el hecho de que el liderazgo ucraniano declaró públicamente que no cumplirían con estos acuerdos. No los iban a cumplir. Bien, ¿qué más se puede decir de ello? Los altos funcionarios lo han dicho públicamente».
Cabe señalar que Chatham House define el Minsk-2 como una «maraña de disposiciones contradictorias y una secuencia de acciones muy complejas y controvertidas». Chatham House afirma lo siguiente: «La incoherencia textual refleja interpretaciones incompatibles de lo que debe ser logrado y cómo. Y en el fondo existe un problema bastante simple: Ucrania ve al Minsk-2 como un medio para restaurar su soberanía, pero Rusia lo ve como una herramienta con el cual paralizar la soberanía de Ucrania».[8]
Conclusión
Dugin explicó que la batalla por Ucrania es una batalla para establecer un nuevo orden mundial y consecuentemente, para poner fin al orden unipolar liderado por los Estados Unidos. En una entrevista con canal de televisión serbio Pink, el presidente de Serbia Aleksandar Vucic declaró que el reconocimiento que hace Putin a las autoproclamadas Repúblicas Populares de Luhansk y Donetsk significa que la arquitectura de seguridad del mundo está colapsando. «Creo que el orden mundial está cambiando de esta manera», dijo.[9] Sin embargo, los líderes en Occidente parecen estar más unidos que nunca en contra de Rusia.
La portavoz de la cancillería de Rusia Maria Zakharova dijo que «tal situación no es el comienzo de una guerra», sino más bien prevenir el desarrollo de una crisis, que a la larga puede conducir a una confrontación militar global. Ella también dijo que el reconocimiento de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (DPR y LPR) ayuda a poner fin a la guerra en la región del Donbass.[10] Alexander Baunov, editor en jefe del portal del Centro Carnegie de Moscú, escribió en su canal en la aplicación Telegram: «El contraste más llamativo en comparación al del año 2014 es la ausencia total de un intento por mostrar un apoyo popular tangible en Rusia luego del reconocimiento de la Repúblicas del Donbass… Todo es prudente, reservado y tenaz». Luego este agregó que las acciones de Putin no deben ser leídas dentro del «espacio político», donde se necesita el apoyo de la calle, sino más bien en un libro de texto de historia. «El apoyo popular tangible se es guardado para el futuro».
*Anna Mahjar-Barducci es directora del Proyecto estudios de los medios de comunicación rusos en MEMRI.
[1] Kremlin.ru, 24 de febrero, 2022.
[2] Aif.ru/politics/russia/sergey_karaganov_nato_eto_rak_poka_metastazy_tolko_rasprostranyayutsya, 19 de enero, 2022.
[3] nato.int/docu/speech/1990/s900517a_e.htm
[4] El Times de Nueva York, «Ahora es una palabra de X», 2 de mayo, 1998.
[5] Véase la serie de MEMRI Despacho Especial No.7716 – la Iglesia ortodoxa rusa se separa de Constantinopla luego de que el patriarcado le otorga a la iglesia ucraniana independencia de Moscú y el canciller Lavrov critica al patriarca Bartolomé de Constantinopla por confabular con Washington, 18 de octubre, 2018.
[6] Interfax-religion.com, 12 de octubre, 2018.
[7] Geopolitica.ru/article/aleksandr-dugin-ya-dumayu-nedolgo-ostalos-zhdat-komu-poslednego-koshmara-komu-bolshoy, 11 de febrero, 2022.
[8] Chathamhouse.org/2022/02/why-minsk-2-cannot-solve-ukraine-crisis, 16 de febrero, 2022.
[9] Aa.com.tr/en/europe/serbia-to-face-unprecedented-policy-pression-after-putin-s-decision-vucic/2509453, 22 de abril, 2022.
[10] Vz.ru/news/2022/2/24/1145481.html, 24 de febrero, 2022.