En 1950, el presidente de los Estados Unidos Harry Truman envió la Séptima Flota norteamericana con el propósito de bloquear el estrecho de Taiwán, luego del estallido de la guerra de Corea. Este pasó de casi abandonar Taiwán a estacionar tropas dentro de la isla. Lo hizo porque estaba plenamente consciente de su importancia geopolítica como primera línea anticomunista.

Hoy, Taiwán, una pequeña isla de gran valor estratégico, está, una vez más llamada a ser la primera línea para frenar al totalitario régimen comunista chino.

(Fuente: Twitter)
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Estados Unidos necesita comprometerse claramente en defender a Taiwán

El destino de Taiwán está intrínsecamente ligado al de los Estados Unidos. Si se perdiera Taiwán, los Estados Unidos perdería sus medios más efectivos para confrontar por igual al Partido Comunista Chino (PCCh). En consecuencia, la postura más dominante de Estados Unidos en la región del Indo-Pacífico colapsará. A partir de ese entonces, el PCCh se enfrentaría directamente con Estados Unidos y sus aliados en la región. Por lo tanto, el PCCh pondría fin al control absoluto del mar de China meridional, una región muy rica en recursos y elemento vital del transporte marítimo mundial y su expansión externa y proyección de influencia crecerían muy rápidamente a pasos agigantados.

Estados Unidos debe asumir un compromiso claro de defender a Taiwán. Washington debería comenzar a ver a Taiwán como aliado estratégico, a la par con el Reino Unido, Canadá, Australia e Israel – o al menos con Japón y Corea del Sur.

Las acciones militares de Pekín alrededor de Taiwán en los últimos años son, en gran medida, prueba de la intención y voluntad de Washington en involucrarse en una guerra a través del estrecho de Taiwán. Una vez que Pekín juzgue que es poco probable que Estados Unidos envíe tropas directamente en ayuda de Taiwán, el presidente chino Xi Jinping, no tendrá reparos en atacar la isla.

Aunque la ventaja militar general de los Estados Unidos sobre el PCCh está disminuyendo, Washington debe adoptar mucha «claridad estratégica» y frenar resueltamente las aventuras militares de Pekín. Si se quiere evitar que el PCCh se vuelva lo suficientemente poderoso como para eventualmente suplantar a los Estados Unidos, a Washington no le queda más remedio que decidir utilizar la fuerza para defender a Taiwán. La batalla por la defensa de Taiwán puede incluso ser la última que determine la dirección futura del mundo.

Desde la era de Mao Zedong, el PCCh se ha guiado por el principio de «planificar muy bien antes de ir a la acción» y «no librar batallas en las que la victoria sea del todo incierta». En cuanto a Taiwán, Pekín debe haber hecho – o debe estar haciendo actualmente, planes para realizar un ataque militar sobre la isla, sobre el cómo el PCCh gobernaría Taiwán si este fuese unificado con China y todas las posibles complicaciones si la guerra de Pekín llegase a fracasar. Tales planes son condición necesaria para un asalto armado contra Taiwán.

Una vez finalizados estos planes y China intensifique sus actividades militares contra Taiwán y logre influir parte de la opinión pública taiwanesa a favor de la unificación, un ataque chino contra Taiwán será inevitable.

Conclusión

El 21 de octubre, 2021, el presidente Joe Biden declaró que Estados Unidos mantiene su «compromiso» de defender a Taiwán.[1] Esto fue visto como una manera de desviar la tradicional «ambigüedad estratégica» de Washington y algunos sugirieron que pudo haber sido un «desliz en el discurso».[2] Sin embargo, el 27 de octubre, en una cumbre de líderes de Asia oriental, Biden reiteró que Estados Unidos mantiene su compromiso con Taiwán, afirmando que «de hecho, ese mismo compromiso es sólido y consistente en todas las administraciones. Este sigue siendo el mantenimiento de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y dentro de la región».[3]

Las dos declaraciones hechas por Biden equivalen a un abandono parcial a una «ambigüedad estratégica» de Washington respecto a Taiwán. Pero no han dejado del todo claro el cómo los Estados Unidos «defenderá» la isla si China la invade. El juego por partida triple China-Estados Unidos-Taiwán ciertamente será feroz. Este proceso ha comenzado efectivamente y será muy difícil de revertir. Estados Unidos no tiene más remedio que hacer todo lo posible para frenar las ambiciones de Xi Jinping.

*Chris King es investigador principal del proyecto Estudios de los medios de comunicación chinos en MEMRI.


[1] Reuters.com/world/asia-pacific/biden-says-united-states-would-come-taiwans-defense-2021-10-22/, 22 de octubre, 2021.

[2] Globaltimes.cn/page/202110/1237049.shtml, 22 de octubre, 2021.

[3] Reuters.com/world/us/us-concerned-by-coercive-chinese-actions-taiwan-strait-biden-tells-summit-2021-10-27/, 27 de octubre, 2021.