En meses recientes, el gobierno ruso debatió activamente lo que este identifica como «la política de los jóvenes», un conjunto de medidas destinadas a transformar a los jóvenes rusos, si no en fieles seguidores del régimen de Putin, en un grupo que al menos no se rebele contra sus principios básicos. Esta «política de los jóvenes» ha sido un punto bastante problemático durante años, ya que la élite gobernante le teme a la cultura popular, al comportamiento estilo occidental, a la influencia de las redes sociales, etc. Este no comprende a las nuevas generaciones y cree que son muy diferentes a los rusos que este acostumbra a gobernar. Los expertos liberales hablan continuamente sobre el tema de «cambios de valores», «nuevas actitudes y estilos de vida», «cultura de protesta», etc., aumentando así las sospechas del Kremlin. Así que, el 17 de mayo, 2021 la oficina del primer ministro ruso anunció el cambio en Rosmolod’yozh («la Agencia Federal de Asuntos para la Juventud»), despidió a su actual presidente Alexander Bugayev, de 41 años y lo sustituyó por Ksenia Razuvayeva, de 30 años de edad.[1] 

(Fuente: Ridl.io)
(Fuente: Ridl.io)

Ksenia Razuvayeva, la nueva directora de la Agencia Federal de Asuntos para la Juventud en Rusia

Yo argumentaría que se sobreestima significativamente la importancia de todo el tema. En el año 2010, La publicación The American Interest me pidió que escribiera un artículo sobre el «cambio generacional» en Rusia. En ese momento, se creía ampliamente que los jóvenes rusos que comenzaron a matricularse en Harvard y Cambridge con el fin de obtener sus títulos universitarios y se apresuraron a obtener sus grados en maestría en las escuelas de negocios estadounidenses o europeas, transformarían el país. Mi texto resaltaba la tendencia opuesta: los rusos que estaban lo suficientemente felices de recibir una educación en Occidente o que solían vivir allí regresarían al país y servirían a la burocracia local, fortaleciendo así al régimen a medida que se orientaran más hacia su carrera, o dejarlo permanentemente, una vez más beneficiando al sistema existente aliviando la presión sobre este.[2] Casi 12 años después, uno puede ver que no le sucedió nada malo a la orden considerada cambiante o inestable en los últimos años del gobierno del presidente Dmitry Medvedev. La juventud rusa demostró que puede sobrevivir y adaptarse a las realidades existentes.

La vida de Ksenia Razuvayeva ilustra todo esto perfectamente. Sorprendentemente, se sabe muy poco sobre ella, pero los cambios cruciales en su carrera comenzaron cuando ella, en ese momento siendo bailarina, conoció a Pavel Zenkovich, en ese entonces ocupaba el cargo de viceministro de Educación[3] y todo un caballero casado con tres hijos. Casi inmediatamente después, comenzó a estudiar en la Academia para el Servicio Público en Moscú y pronto fue nombrada directora de Rospatriotcenter («Centro Patriótico Ruso») y luego acreditada a un alto cargo en la administración presidencial.[4] Desde el año 2018, ella figura en las declaraciones de impuestos de Zenkovich como su esposa[5] y cuando se convirtió en vicepresidente de la editorial Prosvescheniye, el monopolio estatal que provee todos los libros de texto escolares en Rusia que alguna vez fue propiedad de Arkady Rotenberg y aún está bajo su control.[6] Amiga cercana de Putin, Ksenia fue «autorizada» a ocupar un cargo gubernamental superior. Así es como funcionan los «ascensos de carrera» para los jóvenes rusos y muchos, tal como podemos ver, disfrutan de esta práctica, aprovechándola al máximo.

Ksenia Razuvayeva (Fuente: Openmedia.io)
Ksenia Razuvayeva (Fuente: Openmedia.io)

Si volvemos del extraordinario ascenso de Ksenia a los problemas de la juventud rusa, veremos que sus valores difieren de los de la generación mayor, pero no de manera demasiado significativa y no siempre logran un resultado mejor. Ambos grupos comparten la sensación de que una familia estable y los hijos son el centro de los valores de la gente y que un buen salario es esencial para todos, pero a los jóvenes les importan mucho menos las costumbres sociales y lo que piensan otros de ellos. También son más tolerantes con lo que aquellos de mayor edad ven como desviaciones peligrosas[7] (como por ejemplo las relaciones homosexuales) y disfrutan de libertad intelectual y de autonomía personal. Sin embargo, todas las diferencias entre ellos y la parte más amplia de la sociedad no son dramáticas[8] y yo me enfocaría en esto, crecen bastante lentamente, sin poner en peligro el «consenso» social existente. Además, la relativa disposición de protestar se combina con una «flexibilidad» mucho mayor en lo que respecta a las formas y los medios de alcanzar sus metas, ya que el dinero y la carrera parecen motivos suficientes como para cruzar las fronteras de lo moral.

La creciente atención prestada a la juventud rusa proviene de la estrategia del Kremlin de enfrentar a los movimientos de protesta 

Lo curioso es que la creciente atención que se le da a la juventud rusa, su politización y su participación en las actividades de protesta proviene, no tanto de sus propias acciones, sino de los miedos del Kremlin y su estrategia para enfrentar el movimiento de protesta. Mucho se habla de los «miles» de jóvenes, e incluso de escolares que presuntamente participaron en acciones de protesta, se originan en la propaganda oficial que intenta representar a los líderes de la oposición como aquellos que buscan invocar. Hay rusos menores de edad en política, que recientemente fue prohibida por la ley.[9] Muchas acusaciones de este tipo se hicieron públicas este mes de enero cuando las manifestaciones recorrieron el país. Pero el hecho es que la proporción de manifestantes jóvenes nunca superó el 25% del total[10] y fue significativamente más baja que, por ejemplo, en Francia u otros países europeos durante los eventos de 1968. Sin embargo, fue visiblemente más alta que la proporción de jóvenes de 18 a 24 años que se involucraron en las recientes protestas de los Gilets Jaunes («Chalecos Amarillos») en Francia en 2018-2019, donde la participación se limitó en realidad a un mero 6.2%.[11]

Lo que es mucho más importante, en mi opinión, son los valores que posee la juventud rusa. Se han realizado muchas encuestas en los últimos años y casi todas sugieren que los jóvenes poseen una mentalidad mucho más abierta, creen que la desigualdad económica es aceptable, que la competencia económica y política beneficia a la sociedad, que hombres y mujeres merecen iguales derechos y oportunidades profesionales, que el divorcio y el aborto son prácticas normales, etc. Todo eso es correcto, pero muy pocos analistas agregan a todo esto que la diferencia entre los chicos de 15 a 24 años y los de 30 y 40 en todos estos temas pareciera ser marginal.[12] Aquellos de 45 a 54 años son los campeones en elogiar la desigualdad económica como motor del crecimiento, mientras que los de 34 a 45 años expresan más apoyo a la competencia que los jóvenes. Los divorcios son más aceptados por gente de 25 a 44 años y el aborto por aquellos de 45 a 54 años. Margarita Zavadskaya, investigadora del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Europea de San Petersburgo, concluye en su reciente y provocativo artículo: «El grupo de 15 a 24 años sólo es notable por su escepticismo hacia el gobierno en la economía y su mayor énfasis en la autoexpresión, mientras que en algunos aspectos de género, la juventud es en realidad incluso más conservadora que los grupos mayores, por lo que no se puede decir que los jóvenes se hayan vuelto mucho más liberales en todos los ámbitos y demuestren ser más “progresistas” en sus opiniones; tampoco vemos signos de una ola más ‘conservadora’ «.[13]

Yo estoy de acuerdo con tal argumento. Todos los estudios respecto a la distribución de edad de los que participaron en las recientes manifestaciones de Moscú provocadas por la detención de Alexey Navalny en enero[14] sugieren que la proporción de estudiantes y escolares en realidad disminuyó en comparación con las protestas del año 2017. El grupo más activo fue el de 25-35 años, que contribuyó alrededor del 37% del total y el de 30-49 años representó más de la mitad de todos los manifestantes.[15] La proporción de menores de 18 años en realidad disminuyó hasta un 4% desde el 8% en el año 2019 y el 5% en el 2011.[16] Yo diría que es muy probable que la máxima movilización en las generaciones más jóvenes de rusos pueda que haya terminado. Yo propondría dos posibles razones para ello.

Las generaciones mayores están mejor preparadas para lidiar con la realidad rusa

Por una parte, aquellos de 35 a 49 años de edad me parece a mí en estos días que son el grupo de orientación más crítico porque son estas personas los que experimentaron tiempos más liberales cuando jóvenes, cuando sus oportunidades parecían más amplias y cuando estos se establecieron a sí mismos ya sea de empresarios o profesionales. Ellos ven con bastante claridad que el país está retrocediendo, poseen cierta experiencia en viajes al extranjero y pueden comparar las perspectivas rusas con las europeas y tal como fue mencionado anteriormente, son tan «liberales» como los de sus grupos más jóvenes que ellos. Además, envejecen y por ende, no tienen motivos para ser optimistas en ver lo que está sucediendo, ya que pierden sus esperanzas de sobrevivir al régimen de Putin y presencian un «retorno a la normalidad» representado por un país mucho más liberal. Los estudiantes de secundaria y universitarios, por otra parte, no se preocupan tanto por la situación actual, ya que pueden esperar que cambie en cualquier caso a medida que se acercan a cumplir los 30 años, lo que definitivamente tiene sentido, diría yo. Este optimismo infantil hace que los jóvenes sean a la vez más y menos radicalizados, ya que pueden movilizarse muy pronto e inesperadamente, pero al instante siguiente la protesta puede que se desvanezca.

Por otro lado, los jóvenes rusos se dejan seducir por las nuevas oportunidades tecnológicas tales como Internet, las redes sociales y las aplicaciones de mensajería. Lo que yo debo mencionar aquí es la creciente dependencia de este grupo específico sobre las actividades de Internet (tales como VKontakte, Facebook, TikTok o Clubhouse) – y la sustitución de las «verdaderas» acciones por dichas actividades. Aquellos que tienen entre 30 y 40 años se dan cuenta bastante bien de la enorme diferencia entre las palabras y los hechos, por lo que comprenden que la red puede ser fundamental para organizar campañas de protesta, pero ciertamente no puede considerársele la encarnación de la protesta. Contrariamente a ello, la población más joven tiende a indagar en Internet, creyendo que escribir publicaciones y recolectar los ‘me gusta’ es la esencia de la protesta y esas aventuras audaces contra la élite del poder pudieran socavar su autoridad. Entonces, yo diría que lo importante no son solo las costumbres sociales, los valores y el aceptar proteger los objetivos de las actividades de protesta, sino también las formas y medios de las actividades de protesta – y aquí las generaciones mayores están mejor preparadas para lidiar con la realidad rusa que se parece cada vez más a al antiguo país soviético que a una sociedad tecno-trónica del futuro.

Los jóvenes pueden ser muy importantes en promover las actividades reformistas, pero no las implementarán

Una vez más, yo repetiría que no existe ninguna duda de que los cambios en las actitudes de los rusos se deben en gran medida a los cambios generacionales.[17] Al mismo tiempo, deben considerarse las experiencias personales de quienes participaron en las protestas. Tal como dijo recientemente mi buena amiga Anastasia Mironova,[18] una de las novelistas rusas más prometedoras y diría yo, filósofas,[19] la juventud rusa se parece a unos gatitos recién nacidos cuyo dueño decide ahogarlos, por lo que a menudo permanecen sin voz a medida que aumenta la presión sobre la sociedad, mientras que aquellos más maduros que han experimentado el tipo de vida que pudiera vivir la gente pueden resistir con más fiereza y de manera más razonable, similar a los gatitos más grandes que rascan y muerden cuando alguien les quita la vida. De todos modos, el cambio generacional es demasiado lento como para ser considerado el factor principal de la próxima transformación de Rusia.

Los jóvenes hoy pueden ser muy útiles en promover las actividades reformistas, pero no las establecerán. En este punto quisiera recordarle al lector una vez más los años activos de la Perestroika, durante los cuales la mayor parte de quienes exigían un cambio era gente de entre 40 y 50 años de edad, quienes sobrevivieron a los años de zastoy en la década de los años 70 y comienzos de los 80 y expresaron su simpatía por una sociedad mucho abierta y progresista de los años 60. Algo así sucederá también en Rusia porque nadie posee ningún gran diseño para el futuro. Todos desean volver a algún punto en el pasado y toda la diferencia proviene desde donde se encuentra situado dicho punto: los partidarios de Putin lo buscan en la época soviética, mientras que los liberales lo buscan a finales de los años 80 o en los años 90. En este tipo de búsqueda, el joven ruso parece verse como un forastero sin mucho que decir. En la próxima década, esta no aparecerá como la principal fuerza tras la transformación de Rusia, independientemente de si esto conducirá al país hacia adelante o irá en retroceso.

*El Dr. Vladislav L.Inozemtsev es asesor especial del Proyecto Estudios de los Medios de Comunicación Rusos en MEMRI


[1] Tass.ru/obschestvo/11390845, 17 de mayo, 2021.

[2] Inozemtsev, Vladisav. «Explicación sobre el neo-feudalismo» en: The American In-terest, 2011, primavera (marzo-abril), vol. VI, No. 4, págs. 73–80. (Edición alemana: Inosemzew, Wladislaw. «Alle Macht dem Mittelmaß» в: Internationale Politik, 2011, № 2 (März-April), SS. 101-111; edición francesa: Inozemtsev, Vladislav. «La dictature des médiocres» в: Books, 27, noviembre, 2011, págs. 30–36)

[3] Og.ru/ru/news/119587, 18 de mayo, 2021.

[4] Business-gazeta.ru/article/509595, 17 de mayo, 2021.

[5] Openmedia.io/news/n1/odnu-iz-samyx-seksualnyx-patriotok-naznachili-rukovoditelem-rosmolodyozhi, 17 de mayo, 2021.

[6] Meduza.io/feature/2019/10/21/ministerstvo-prosveschenie, 21 de octubre, 2019.

[7] Vedomosti.ru/opinion/articles/2018/06/18/773015-tsennosti-molodih-starshih, 18 de junio, 2018.

[8] Isras.ru/files/File/publ/Yakovleva_Dinamika_zennostnyh_orientatsy_2018.pdf

[9] Iz.ru/1115992/2021-01-25/v-gosdume-obsudiat-uzhestochenie-zakonov-za-vovlechenie-detei-v-politiku, 25 de enero, 2021.

[10] Kommersant.ru/doc/4670663, 30 de enero, 2021.

[11] Versobooks.com/blogs/4180-gilets-jaunes-a-pioneering-study-of-the-low-earners-revolt, 14 de diciembre, 2018.

[12] Worldvaluessurvey.org/WVSDocumentationWV7.jsp, 2017-2020.

[13] Ridl.io/en/russia-s-genz-progressive-or-reactionary, 12 de abril, 2021.

[14] Véase la serie de MEMRI Investigación y Análisis No. 1563 – Alexey Navalny: ¿Futuro presidente o prisionero de por vida?, por Vladislav L. Inozemtsev, 11 de marzo, 2021.

[15] Kommersant.ru/doc/4670663, 30 de enero, 2021.

[16] Kommersant.ru/doc/4670663, 30 de enero, 2021.

[17] Newsru.com/blog/18may2021/mentalitet.html, 18 de marzo, 2021.

[18] Facebook.com/ns.mironowa

[19] Livelib.ru/book/1005436264-mama-anastasiya-mironova