Poco después de haber tomado el poder en el golpe de estado persa del año 1921, Reza Shah se embarcó en una campaña para imponer una identidad persa uniforme como parte de su ambición de reemplazar al heterogéneo Dowlat-e ‘Aliyye-ye Irân («Sublime Estado de Irán») de la dinastía Qajar por un Kešvar-e Šâhanšâhi-ye Irân («Estado imperial de Irán») unificado y delimitado territorialmente. Este imperio-estado iba a ser transformado en un estado-nación de «pueblo iraní chiita de habla persa»[1] a través de campañas de asimilación y deportaciones forzadas, que provocaron muchas rebeliones en las regiones étnicas de Irán.[2]

(Fuente: Twitter.com/HusenYazdanpana)
(Fuente: Twitter.com/HusenYazdanpana)

Durante la primera mitad del siglo 20, cuando Irán atravesó por esta transición, según el estudioso iraní Mehrzad Boroujerdi, «quizás no más del 50% de los iraníes realmente hablaban persa» y «cerca del 80% de los persa-parlantes eran analfabetos». Este agregó que «aunque el persa se convirtió en el idioma de la élite política y literaria, nunca reemplazó a los idiomas locales… No hace falta decir que la campaña para definir ‘persa’ como el pilar del nacionalismo iraní alienó a los turcos azeríes, kurdos y a otras minorías étnicas en Irán».[3]

La República Islámica siguió tratando a sus poblaciones minoritarias más como súbditos que como ciudadanos. Al igual que el régimen de Pahlavi antes que él, la República Islámica ha buscado convertir en persa, la «identidad nacional iraní», al mismo tiempo que fortalece el componente chiita. Los nacionalistas persas han intentado equiparar la palabra «Irán» con «Persia» – siendo esta la región sur de Irán – e «iraní» con «persa». El idioma, música, historia y la cultura persa se denominan «nacionales», mientras que los idiomas y las culturas de otros grupos étnicos se denominan «tribales» y «locales».

Aunque las élites gobernantes iraníes lograron «colonizar» regiones étnicas a través de represiones violentas, fracasaron en forjar un sentido genuino de cohesión nacional entre las naciones étnicas de Irán que nunca se han abrazado o integrado totalmente en la sociedad iraní. Esto se ha vuelto más evidente durante las actuales protestas a nivel nacional, en las que las minorías étnicas marginadas, que lideran la sublevación, se enfrentan a la más dura represión por parte de las fuerzas de seguridad del régimen.

Sin embargo, muchos persas dentro y fuera de Irán, incluyendo las figuras que han surgido como representantes de la oposición persa en la diáspora, se niegan a reconocer la difícil situación de las naciones étnicas y sus demandas legítimas de derechos humanos y étnicos básicos. Los grupos étnicos minoritarios que comprenden casi la mitad de la población de Irán quedan totalmente fuera de las discusiones sobre Irán y el futuro político del país. Esto puede entenderse como una estrategia política para privar a los grupos étnicos de reclamar su nacionalidad y autogobierno, pero también para sub-sumirlos bajo la impuesta identidad iraní centrada en los persas.

El erradicar las demandas e identidades de las minorías por parte de los nacionalistas persas es un intento deliberado y sistemático de presentar la sublevación como una revolución «iraní» contra la «República Islámica», canalizando así los esfuerzos de las minorías hacia un «cambio de régimen» que mantendría la hegemonía persa en Irán: un idioma, una cultura, una historia y una sola identidad.

Mientras tanto, las minorías critican estas políticas de negación y enfatizan que su lucha es por establecer etno-estados independientes o una entidad descentralizada, basada en el confederalismo democrático, que pudiera funcionar como un proyecto inter-gubernamental temporal y de transición en el Irán posterior al ayatolá hasta el establecimiento de nuevos estados étnicos en las regiones de Kurdistán, Baluchistán, Juzestán y el Mar Caspio, basados en el respeto mutuo e intereses comunes.[4]

En este sentido, en noviembre del año 2022, Hussein Yazdanpana, jefe del Partido Libertad de Kurdistán (PAK), cuyo grupo sufrió «grandes pérdidas» en ataques con misiles y drones suicidas iraníes contra las bases de los partidos políticos kurdo-iraníes y áreas residenciales al sur de Kurdistán. (Kurdistán iraquí) en septiembre, dijo en un video: «En 1979, cuando la Revolución Islámica se extendió por Irán y la mayoría de los iraníes siguieron a Jomeini, Kurdistán tomó un camino diferente». Este luego enfatizó: «Hoy, nuestras consignas deben surgir de nuestros sufrimientos y demandas, lo cual es sin lugar a dudas la independencia de Kurdistán. Irán y el mundo entero deben escuchar las demandas y reconocer los derechos del pueblo kurdo».[5]

Además, en respuesta a varios tuits por parte de destacadas figuras de la oposición iraní en vísperas del Año Nuevo, quienes mencionaron que el 2023 será el año de la victoria para la «nación iraní»,[6] Yazdanpana comentó: «No existe una nación llamada ‘nación iraní’. ‘Existen tantas naciones con diferentes idiomas, identidades, tierras, historia y sentimientos en el ‘Irán multinacional’. Negar este hecho es una total contradicción con el espíritu amante de la libertad del alzamiento de las naciones iraníes contra la República Islámica. Pueda el año 2023 ser bendito para las naciones de Irán».[7]

*Himdad Mustafa es un estudioso kurdo y experto en temas kurdos e iraníes.


[1] Jeffrey Mankoff. Imperios de Eurasia: El cómo los legados imperiales moldean la seguridad internacional. Prensa de la Universidad de Yale, 2022. P.157.

[2] Las regiones étnicas de Irán, es decir, Gilan, Luristán, Baluchistán, Kurdistán, Juzistán y Azerbaiyán.

[3] Mehrzad Boroujerdi. Cuestionando las construcciones nacionalistas de la identidad iraní. Critique Critical Middle Eastern Studies 7(12), 1998, pp.43-55

[4] Véase la serie de MEMRI Informe diario No. 426 – Una hoja de ruta hacia el confederalismo para el futuro de Irán, 3 de noviembre, 2022.

[5] Twitter.com/HusenYazdanpana/status/1593009068763148288?t=eNDBUJsORB5Pg9Jxd-ibkw&s=19, 17 de noviembre, 2022.

[6] El 31 de diciembre, 2022 renombradas figuras de la oposición iraní en la diáspora emitieron un mensaje de Año Nuevo que leía lo siguiente: «El año 2022 fue un año glorioso de solidaridad para los iraníes de todas las creencias, idiomas y orientaciones. Con organización y solidaridad, el año 2023 será el año de la victoria para la nación iraní. El año de la libertad y la justicia en Irán”. El mensaje fue publicado simultáneamente en las redes sociales por el disidente Masih Alinejad, hijo del destituido sha Reza Pahlavi, la actriz Golshifteh Farahani, la actriz Nazanin Boniadi, la estrella de fútbol Ali Karimi, el activista social Hamed Esmaeilion y la actriz Zar Amir Ebrahimi.

[7] Twitter.com/HusenYazdanpana/status/1609982185443926016?cxt=HHwWgIC9oZCR59csAAAA, 2 de enero, 2023.