El Dr. Osama Al-Ghazali Harb, el editor en jefe de la revista trimestral egipcia Al-Siyassa Al-Dawliya, miembro de la junta directiva y consejero del Centro para Estudios Políticos y Estratégicos Al-Ahram, publicó una columna en la edición más reciente de la revista. El artículo alabó la captura de Saddam Husseiny denunció a los árabes y musulmanes que lo lamentan y propagan teorías de conspiración alrededor de esta. Lo siguiente son citas del artículo, tal como apareció en el original en inglés [1] :

‘Saddam se Rindió de esta Dócil Manera porque Sabia que sus Captores eran Americanos’

«El descubrimiento de Saddam Hussein, el líder arrogante, cruel, y amante de lujo, escondiéndose en un hueco bajo la tierra – trayendo a la mente el cuento de los Ladrones de Bagdad – y su rendición a sus captores en una forma dócil y cobarde, fue de hecho algo de farsa. Pero, la ‘Madre de todas las Farsas’, para tomar prestada la famosa frase de Saddam, de que los árabes y musulmanes hayan fracasado en comprender las verdaderas implicaciones del levantamiento, y caída, de Saddam Hussein.

«Saddam Hussein es un verdadero ejemplo del líder despótico descrito por el gran intelectual árabe Abdel-Rahman Al-Kawakbi en su famoso tratado ‘La Naturaleza del Despotismo’ hace más de cien años: ‘Una vez sentado en su trono… el déspota se considera a si mismo como un hombre que se ha convertido en un Dios… El déspota no es más que un traidor y un cobarde que necesita estar rodeado por una banda de ladrones para ayudarlo y protegerlo.’

No hay duda alguna de que Saddam sabía lo que sería su destino si hubiera sido capturado por los iraquíes; habría sido muerto y mutilado como otros anteriores líderes iraquíes, menos brutales que él. En este caso, Saddam podría haber preferido suicidarse – no por honor, sino por miedo a la tortura y a la muerte violenta. Es más probable que Saddam se rindiera de esta dócil manera porque él sabia de que sus captores eran americanos…»

«La maldad de Saddam hacia su propio pueblo fue sólo igualada por su incapacidad para enfrentar a las fuerzas extranjeras – a pesar de lo que mantuvo su aparato de propaganda. Entretanto, su arrogancia a los árabes, fue revelada por su negativa a considerar cualquier consejo de líderes árabes. Su negligencia por las repetidas súplicas del Presidente Mubarak, antes de la guerra en Kuwait y de nuevo antes de la invasión de Irak, es un caso en el punto, así como fue la opaca recepción extendida a los emisarios árabes en Bagdad durante esta última crisis.»

‘El Arresto de Saddam es una Señal de Civismo y Respeto por la Ley’

«Aun la farsa de la rendición de Saddam no es nada comparado a las ridículas interpretaciones de este evento que circula entre árabes y musulmanes. La primera de estas interpretaciones se refiere a la forma de captura de Saddam como un insulto deliberado e inaudito a todos los árabes y musulmanes. Este punto de vista implica de que Saddam es en alguna forma un símbolo entre árabes y musulmanes, un líder ‘legítimo’ cuyas acciones fueron una verdadera reflexión de los objetivos y aspiraciones de Irak y del mundo árabe. Esto no puede estar alejado de la verdad. Saddam nunca tuvo ninguna verdadera legitimidad – sus decisiones y políticas estaban en total contradicción a los intereses iraquíes, árabes, e islámicos. El arresto de Saddam – el arresto de cualquier criminal, en cualquier parte – no es ni un insulto ni una humillación, sino una señal de civismo y respeto por la ley.

«Lo qué nosotros, como árabes, deberíamos verdaderamente sentir humillación es a las condiciones políticas y sociales que prevalecen en el mundo árabe – especialmente en Irak – la cual permitió a alguien como Saddam Hussein convertirse en vicepresidente en 1968 – y luego, a través de un sendero sangriento y de conspiración sin precedentes, asumir la presidencia en 1979.»

Deberíamos Sentirnos Humillados de que Intelectuales Arabes Apoyaron a Saddam

«Deberíamos sentirnos humillados de que Saddam pudo permanecer en el poder hasta el 2003, y de haber iniciado sólo varias políticas catastróficas que transformaron a Irak, relativamente rico en recursos naturales, humanos, y financieros, en el país más pobre del mundo árabe, con la deuda montada más grande, sin mencionar los centenares de miles de muertos y desplazados.

«Debemos sentirnos humillados de que algunos de nuestros intelectuales, supuestamente los representantes de las conciencias de nuestras naciones y los defensores de su libertad y su dignidad, no sólo trataban con Saddam, sino que también lo apoyaron. Finalmente, deberíamos sentirnos humillados de que la caída de Saddam Hussein vino de las manos de los Estados Unidos y G. Bretaña, para proteger sus propios intereses. Los árabes deberían de haber sido los que capturaran a Saddam, en defensa de su propia dignidad y de sus propios intereses verdaderos.

«Otra interpretación bien extendida ve toda la situación como una gran conspiración, hábilmente ejecutada no sólo en contra de Saddam sino en contra de todos los árabes y musulmanes… Aquellos que patrocinan este punto de vista le echan la culpa a la maldad, a la conspiración, a las fuerzas externas que atraen a líderes árabes e islámicos y sociedades a tomar decisiones erróneas y alejarlos de hacer las correctas. De que estos líderes y sociedades se permitan a si mismos convertirse en víctimas fáciles a través de la ignorancia, la ingenuidad, y la arrogancia es, de importancia secundaria… hay maneras y medios para descubrir conspiraciones y defendernos. Esto, sin embargo, exige la existencia de sociedades competentes, democráticas y sistemas legítimos de gobierno… «

La Caída de Saddam Hussein – ‘Un Catalizador y una Inspiración para Acelerar la Reforma Democrática’

Más importante, debemos estar claros sobre el hecho de que preservar la soberanía e integridad nacional de ninguna manera contradice con la seria persecución de la verdadera reforma política y democrática en los países del mundo árabe. Si la caída de Saddam Hussein demuestra ser un catalizador y una inspiración para acelerar la reforma democrática en la región, no nos es útil levantar el espectro de la intervención americana. La reforma no es un asunto americano o británico, es primero y por encima de todo una preocupación doméstica, patrocinada por la élite y la sociedad plena, no sólo en el presente, sino también en el pasado.

«En cuanto al futuro de la resistencia iraquí, las predicciones de su creciente fuerza son más una función de resentimiento instintivo y legítimo de ocupación extranjera que una comprensión realista de prioridades en la Irak de hoy.»

La Primera Prioridad es ‘Reconstruir el Estado y la Sociedad en Irak’

«La primera prioridad para proceder debe ser reconstruir el estado y la sociedad en Irak de una manera que permita la reconstrucción económica y la reforma democrática. Ya que las operaciones de los Estados Unidos en Irak resultaron en la destrucción del estado y del sistema político, los Estados Unidos están obligados a reparar el daño creado antes de irse – por lo menos a algún mínimo nivel. Las operaciones militantes que dañan y matan a tropas extranjeras y a muchos ciudadanos iraquíes impiden el proceso de reconstrucción, y tienen el resultado preciso de alargar la duración de la ocupación americana y británica en Irak.

«La creciente brecha entre la desaprobación doméstica iraquí de muchas de estas operaciones… y el estímulo permitido por algunas fuerzas árabes fuera de Irak no es una buena señal. Esta sólo puede sembrar semillas de discordia entre los iraquíes y sus hermanos árabes, lo cual no se presagia bien para el futuro.

«En total, sería de hecho una gran e infortunada farsa si los árabes y los musulmanes se fueran a enfocar en lamentos y en la búsqueda de conspiraciones, y negar final y concluyentemente a reconocer las consecuencias de la dictadura, el despotismo y la ausencia de libertades y de la democracia.»


[1] Al-Siyassa Al-Dawliya (Egipto), enero 2004.

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