Hace cinco años, la limpieza étnica y genocidio iraquí se desarrolló entre los meses de junio, 2014 y agosto, 2014, cuando el Estado Islámico (EIIS) atacó a las minorías religiosas con el fin de destruirlas, primero en la ciudad de Mosul y luego en las llanuras de Sinjar y Nínive. La situación de estas minorías cristianas y yazidís cinco años después es una lección objetiva a los desafíos de administración, reconstrucción y persistencia en Irak y en la región. Si el que estos grupos hayan estado en la mira fue una lección objetiva al odio religioso hace cinco años, su destino hoy es una lección sobre la importancia de un buen gobierno para las minorías y las mayorías.

Luego de la asombrosa caída de Mosul en junio a manos de un pequeño grupo de combatientes del EIIS, la antigua población cristiana de la ciudad fue atacada, sus propiedades fueron expropiadas (señaladas con la letra árabe N por Nasara, el término coránico dado a los cristianos), en donde casi la totalidad de la población huyó en julio, 2014. Muchos de estos cristianos de Mosul serían desplazados por segunda vez cuando, un mes después, el EIIS invadió las históricas aldeas cristianas en la llanura de Nínive y 100.000 de ellos huyeron, con horas de sobra, mientras las fuerzas kurdas del Peshmerga se retiraban de sus líneas de defensa.

El asalto del EIIS contra los yazidís en Sinjar comenzando el 3 de agosto, 2014 fue mucho más horrible, con miles de muertos en el lugar y 6000 mujeres, niñas y niños secuestrados, esclavizados, violados y con el cerebro lavado.[1] No existe ninguna duda de que el objetivo del EIIS fue exterminar a los yazidís como pueblo diferente. En otras palabras, cometer genocidio.

Si bien estos pequeños grupos étnico-religiosos de yazidís y cristianos asirios fueron seleccionados para recibir un trato particularmente severo, la violencia del EIIS no fue sino prevalente en todos los grupos étnicos y religiosos. Ese sangriento verano hace cinco años también se produjo la mayor masacre individual realizada por el EIIS en Irak, en su mayoría a cadetes chiitas musulmanes de la Fuerza Aérea iraquí en Camp Speicher en junio, 2014 y la mayor masacre individual perpetrada por el EIIS en Siria, a miembros de la tribu sunita musulmana Shaitat al este de Siria, en Agosto, 2014.

Cinco años después, ¿cuál es la situación actual de estos grupos que el EIIS intentó exterminar? Mosul fue recuperado, después de intensos combates en febrero del 2017. Mientras la parte oriental de la ciudad fue capturada relativamente intacta, el EIIS combatió ferozmente en la antigua ciudad de Mosul, dejando devastado gran parte de ese histórico distrito. De los aproximadamente 6.000 cristianos en Mosul en el 2014, menos de 100 han regresado a sus hogares. Hasta 1.000 cristianos se trasladan a Mosul diariamente para trabajar o ir la escuela desde las aldeas vecinas donde estos habitan.[2]

En la llanura de Nínive, recapturada de manos del EIIS en octubre, 2016 aproximadamente el 46% de la población anterior al EIIS ha retornado (41.000 de un estimado de 90.000). La destrucción causada por la ocupación del EIIS y la batalla por la liberación de la región fue masiva[3]. Gran parte de la reconstrucción provino de organizaciones católicas internacionales tales como Aid to the Church in Need y los Caballeros de Colón. Los gobiernos de Hungría y de los Estados Unidos también han desempeñado un papel altamente productivo.

Sinjar fue retomado parcialmente de manos del EIIS en noviembre, 2015 en donde gran parte de la ciudad fue reducida a escombros (tenía una población anterior al EIIS de 80.000). El área fue un punto de discordia entre las fuerzas kurdas iraquíes y Bagdad hasta octubre del 2017, cuando los Peshmerga entregaron la región ahora totalmente liberada al ejército iraquí y a las milicias del PMF. Casi no ha habido reconstrucciones en Sinjar y casi 300.000 personas en la región aún se encuentran desplazadas en otras partes de Irak[4]. Por supuesto, parte de la población desaparecida en Sinjar, Mosul y la llanura de Nínive se encuentra ahora en Europa o Australia, o murió en algún lugar en el camino huyendo de Irak.

En todas las tres áreas, la falta de seguridad es una doble amenaza que inhibe tanto el retorno de la población como la reconstrucción de los lugares: el peligro a un retorno de elementos del EIIS que tuvieron un apoyo entusiasta de la población árabe sunita local en la región y la depredación de las milicias apoyadas por Irán que son ley por sí mismas.[5] La falta de oportunidades económicas es otro obstáculo a tomar en cuenta.

Existe cierto apoyo del gobierno iraquí a la reconstrucción en papel y este ha sido asignado en el presupuesto federal, pero la ineficiencia y la corrupción son problemas importantes en todo el país y no solo en estas zonas devastadas.[6] Con cientos de miles de ciudadanos de la gobernación de Nínive todavía desplazados, el ex-gobernador, ahora prófugo de la justicia, fue acusado de malversar más de $10 millones destinados a los desplazados internos[7]. Casi el 10% del presupuesto de la gobernación parece haberse perdido.

Sería fácil culpar a Irán por las luchas de los desesperados yazidís en Irak y de los cristianos asirios marginados por la intolerancia, el extremismo religioso o las maquinaciones extranjeras. Todos esos factores son muy verdaderos.

También existe gente y políticos de buena voluntad en Irak, desde su Presidente Barham Saleh en adelante, que trabajan duro para mejorar las cosas para todos los ciudadanos del país. El problema para las minorías iraquíes es mucha menos intolerancia o extremismo que incompetencia, corrupción y la mala administración. Este es un desafío que atormenta a todos los ciudadanos y ciertamente no es algo exclusivo de Irak. De hecho, debido a que todavía existe algo de espacio político y mediático en Irak en comparación con muchos de sus vecinos y existen mecanismos que pueden exponer al menos algunos de tales abusos.

Irak ha generado $1 billón en ingresos petroleros en los últimos 14 años, pero algunos estimados sugieren que al menos una cuarta parte de esos fondos puede que se lo hayan robado. También se gastaron grandes cantidades de dinero en defensa y seguridad nacional para proteger al país de las oleadas del terrorismo yihadista. Y la victoria contra el EIIS en el 2017 se pagó con sangre heroica iraquí y no solo en riquezas de la nación.[8]

La pobreza en los barrios bajos de Bagdad y en las gobernaciones abrumadoramente árabes chiitas del sur es endémica, con una escasez continua de electricidad, agua y empleos entre esa población. Claramente, estas provincias no han compartido ninguna generosidad como resultado de su afinidad étnica o religiosa con la élite gobernante de Irak. Más del 20% de la población del país vive con menos de $2 diarios.[9]

Algunos de estos mismos problemas que existen en todo el Medio Oriente, desde Argelia hasta Egipto, desde Sudán hasta Siria e Irak, los estados árabes más grandes con poblaciones en rápido crecimiento y con gente infeliz e inquieta, han sido tratados muy diferentemente. Las acciones han variado desde reformas económicas hasta una revolución pacífica y en el caso de Siria, la guerra salvaje librada por parte del estado contra muchos de sus ciudadanos.

Incluso antes del año 2014, el destino de las minorías religiosas en Irak fue como un presagio al odio brutal por venir. Cinco años después, estos siguen siendo precursores del futuro, del tema de si estos estados pueden encontrar formas en el mundo real para curarse a sí mismos, para construir en lugar de disipar el capital social y preparar a sus poblaciones para los desafíos futuros. Estas no son soluciones que Occidente pueda proveer ni mucho menos los malos actores regionales que buscan aprovecharse de la debilidad árabe. Esas tareas masivas en el horizonte abarcarán desde el cambio climático hasta la renovada subversión terrorista para proveer oportunidades económicas verdaderas junto a seguridad y paz social a las poblaciones en rápido crecimiento. Al igual que el destino de estas pequeñas minorías al norte de Irak, el futuro de la región se tambalea entre el filo de una navaja.

*Alberto M. Fernandez es Presidente del Middle East Broadcasting Networks (MBN). Las opiniones expresadas en este escrito son únicamente las del autor y no reflejan necesariamente las opiniones oficiales del gobierno de los Estados Unidos.


[1] Ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5423550, 9 de mayo, 2017.

[2] Churchinneed.org/iraq-two-years-after-the-liberation-of-mosul-many-christians-are-still-afraid-to-return/, 22 de julio, 2019.

[3] Nrciraq.org.

[4] Ft.com/content/71416a70-508c-11e9-9c76-bf4a0ce37d49.

[5] The-american-interest.com/2017/12/21/irans-inroads-christian-iraq/, 21 de diciembre, 2017.

[6] Washingtoninstitute.org/fikraforum/view/the-current-challenges-facing-reconstruction-in-mosul.

[7] France24.com/en/20190730-iraq-says-ex-governor-embezzled-10-mn-aid-displaced, 30 de julio, 2019.

[8] Independent.co.uk/news/world/middle-east/isis-iraq-golden-division-war-general-kinani-army-a9012241.html, 28 de julio, 2019.

[9] Academia.edu/17107291/Poverty_eradication_in_Iraq, 28 de agosto, 2015.