Los paralelismos son inquietantes. La misma semana de octubre del presente año 2021 en que una fuertemente armada «protesta» de Hezbolá y sus aliados en Beirut contra un juez independiente se tornó violenta, otra milicia controlada por Irán en Irak denominada Kataib Hezbolá amenaza a los jueces iraquíes por certificar resultados electorales que no le fueron totalmente satisfactorios a las facciones más cercanas a Irán.
Los resultados preliminares de las elecciones parlamentarias en Irak celebradas el 10 de octubre mostraron que la coalición de milicias, escuadrones de la muerte y partidos mayormente pro-iraníes – la Alianza Fatah, no le fue bien y perdió muchos escaños. También la alianza pro-Irán liderada por Ammar Al-Hakim no le fue nada bien, perdiendo también muchos escaños. Pero los supuestos «ganadores» también poseen vínculos con Irán; la alianza de Muqtada al-Sadr ocupó el primer lugar y la coalición estado de derecho del ex-primer ministro iraquí Nuri Al-Maliki se recuperó algo de los desastrosos resultados que este obtuvo en las elecciones del año 2018.[1]
La acción de Muqtada Al-Sadr puso algo de cobertura a los manifestantes iraquíes en el 2019 y los combatientes de Al-Sadr se enfrentaron e incluso asesinaron a partidarios de las milicias anti-manifestantes pro-Irán tales como Asaib Ahl Al-Haq. Pero el apoyo de Al-Sadr a los manifestantes no fue ilimitado, particularmente cuando estos parecían adoptar un tono anti-Irán mucho más pronunciado. El claramente carismático clérigo adopta una pose nacionalista iraquí cuando le es necesario, pero también parece ceder de manera confiable ante los deseos de Irán cuando realmente lo necesita. Al-Maliki, colaborador de los estadounidenses desde hace mucho tiempo también colabora con Irán. Incluso los partidos sunitas y kurdos que obtuvieron escaños poseen un historial de trabajar con los poderes hegemónicos de Irán, aunque es muy posible que sus corazones no estén en ello del todo. Puede argumentarse que la mayoría de los líderes en Irak han llenado las vacantes por órdenes de Irán en mayor o menor medida. Algunos son socios reacios, mientras que otros son bastante entusiastas.
A pesar de tal triste realidad, es decir, que Irán posee a su favor mucho peso para arrastrar a Irak, esta semana Abu Ali Al-Askari, líder del temido escuadrón de la muerte Kataib Hezbolá, recurrió a las redes sociales para advertirle a los jueces iraquíes sobre los problemas con las máquinas de votación y la necesidad de que los jueces mantengan sus registros limpios. Este también acusó a los miembros del servicio de inteligencia en Irak de inflar las cifras del movimiento Emtidad, el cual tiene relación con la mayoría de manifestantes chiitas anti-Irán y ciertamente constituye un desafío político al proyecto iraní en Irak. Emtidad puede que haya ganado hasta 10 escaños en la legislatura iraquí la cual consta de 329 miembros, cinco de ellos en la gobernación mayoritariamente chiita (y muy pobre) de Dhi Qar al sur de Irak.[2] Un pequeño número de voces, sin lugar a duda, pero voces que Irán no controla en lo absoluto.[3] La Alianza Fatah no ha finalizado en hacer que las autoridades les den una mayor parte del pastel político en Irak, a pesar de que Irán puede construir un nuevo gobierno que simpatice con Irán utilizando a Al-Sadr o a Al-Maliki o incluso al actual primer ministro Mustafa al-Kadhimi.[4]
Si los agentes-estado de Irán se vieron preocupados por 10 parlamentarios, en el Líbano los agentes-estado de Irán parecen estar más preocupados por un solo juez. El juez Tarek Bitar solo se hizo cargo de las investigaciones por el estallido ocurrido en el puerto de Beirut a comienzos de este año, luego que el juez anterior fuese destituido a petición de dos ex-ministros del gobierno vinculados al partido Amal de Nabih Berri, aliado cercano de Hezbolá.[5] Aunque muchos libaneses de hecho ya creen que hubo una conexión de Hezbolá con la explosión (una explicación fue de que se trató de un envío de nitratos que fueron utilizados en bombas tipo barril contra ciudades sirias durante la guerra civil de ese país), la idea de que un juez aclarara el caso y señale a algunos funcionarios corruptos – una categoría del cual el Líbano posee un superávit, parece haberse convertido en punto de no-retorno para Hezbolá. Esto condujo a una provocación violenta en Beirut el día 14 de octubre, cuando Hezbolá y Amal abrieron fuego contra asaltantes no identificados, incluso disparando granadas propulsadas por cohetes contra edificios de oficinas. El líder de las Fuerzas Libanesas Samir Geagea señaló sarcásticamente en Twitter que pensaba que Hezbolá no tenía nada que ver con la explosión, pero que después de los eventos del día, este no estaba tan seguro de ello.
El hecho de que aquellos matones de Hezbolá y de Amal intentaran mostrar agresivamente su fuerza en las zonas cristianas de Beirut, culpar a un partido cristiano por la escalada de tensiones y que parecían haber sido rechazados (los hechos no están del todo claros) ha aumentado un sentimiento sectario, aunque todo el evento posee un sentido de teatro fabricado al respecto.[6] Pero los «enfrentamientos» ciertamente aumentaron la tensión entre cristianos y chiitas, una realidad que ejerce tremenda presión sobre el aparentemente senil presidente del Líbano Michel Aoun y su ambicioso yerno Gibran Bassil, quien aspira a convertirse en presidente en el año 2022 con la ayuda de Hezbolá. Su Movimiento Patriótico Libre (FPM) está estrechamente aliado a Hezbolá y se hace pasar por el gran protector del remanente de cristianos en el Líbano. Los enfrentamientos y la retórica dificultan el mantenimiento de ambas posturas.[7] Las expectativas son que de alguna manera el gobierno cerrará la investigación que realiza el juez Bitar, una victoria para Hezbolá, quizás al transferirla al sistema de justicia militar.
¿Por qué Hezbolá en el Líbano y sus contrapartes en Irak, hegemonías cercanas en ambos países, han reaccionado con tanta vehemencia a lo que puede parecerle a aquellos foráneos como reveses relativamente pequeños? Todo esto es porque los agentes-estado de Irán en ambos países son de hecho casi todopoderosos, pero de hecho son muy fuertes solo en términos relativos. El sentimiento anti-régimen iraní es fuerte en el Líbano, en Irak y en Siria (y también es muy fuerte dentro de Irán). Aparte de un núcleo fanático muy duro y fuertemente armado – secuaces esenciales en la hegemonía de Irán – a nadie le place mucho Irán, incluso si tampoco le agradan los Estados Unidos o Israel. Es ese pequeño y entusiasta fanatismo el que proyecta su poder, a través de los espacios triples en política, propaganda y violencia, sobre poblaciones mucho mayores que sirven bajo la hegemonía iraní, en diferentes niveles de voluntad, debido al miedo, debilidad o codicia.
Los elementos clave de este enfoque son percepción a la inevitabilidad y aura de impunidad. Son tales elementos, junto a la verdadera violencia, los que generalmente mantienen a raya a las masas. Es por ello que un solo juez en el Líbano, un simple puñado de delegados en Irak o una única voz heroica tal como Lokman Slim constituyen una amenaza.[8] Estos rompen con la narrativa de la inevitabilidad.
Irán es simultáneamente dominante y frágil en ejercer dicho dominio casi en su totalidad sobre la mayoría de sus poblaciones árabe-parlantes. La represión orquestada por Irán y la pandemia finalmente silenciaron las protestas contra Teherán y contra el sistema en ambos países en el año 2020, pero realmente nada ha cambiado las opiniones negativas populares de la población. Existe muy poca evidencia de que exista apoyo a Irán en estos países más allá de ese pequeño pero fanático grupo de entusiastas y habilitadores políticos corruptos. Pero eso puede ser suficiente. Irán y sus agentes-estado esperan que una combinación de represión, distracción y emigración los ayude a mantener su status quo. Y eso muy probablemente sea lo correcto. Funcionará hasta que deje de funcionar, hasta que una chispa haga que todo la temblorosa estructura colapse.
*Alberto M. Fernández es vicepresidente de MEMRI.
[1] Al-monitor.com/originals/2021/10/sadr-and-independents-biggest-winners-under-iraqs-new-election-law, 13 de octubre, 2021.
[2] Youtube.com/watch?v=SlMnjyuxx_k, subido el 10 de octubre, 2021.
[3] https//www.emtidadiraq.com/, 3 de marzo, 2021.
[4] Carnegie-mec.org/diwan/85555, 13 de octubre, 2021.
[5] Icj.org/lebanon-stop-attacking-and-threatening-judge-investigating-the-beirut-blast, 13 de octubre, 2021.
[6] Janoubia.com, 14 de octubre, 2021.
[7] Mtv.com.lb/news/article/1224481/app?webview=true, 14 de octubre, 2021.
[8] Skeyesmedia.org/en/News/Reports/30-09-2021/9579, 30 de septiembre, 2021.