En un artículo el 13 de julio, 2015 titulado «Dos Estados en un Solo Lugar – Porqué? y Cómo?» en el portal de la agencia palestina independiente Ma’an (maannews.com), el miembro de Fatah ‘Awni Al-Mashni, oriundo de Belén presentó sus percepciones sobre una solución al conflicto palestino-israelí. Esta solución dijo, estará basada en los siguientes principios: Se establecerá un estado palestino independiente y soberano, en las fronteras del 4 de junio, 1967 sin ajustes fronterizos; la frontera entre los dos estados estará abierta, permitiéndole a palestinos e israelíes desplazarse, residir y trabajar en cualquiera de los dos países; los asentamientos judíos serán regidos bajo un control palestino; Los ciudadanos israelíes que residen en Palestina y los ciudadanos palestinos que residen en Israel tendrán plenos derechos civiles en sus países de residencia, pero derechos políticos sólo en sus respectivos países de origen.

En cuanto a Jerusalén, Al-Mashni propone unir a Jerusalén Oriental y Occidental bajo un consejo municipal conjunto en la que palestinos e israelíes tendrán igual representación. La ciudad unida tendrá sus propios aparatos gubernamentales y de seguridad y servirá como capital para ambos estados.

Respecto a los refugiados palestinos, Al-Mashni propone lo que él llama una «solución creativa»: los refugiados en la diáspora palestina tendrán el derecho a convertirse en ciudadanos palestinos y retornar al estado palestino; sus derechos les serán restaurados de acuerdo al derecho internacional y se les restaurara su propiedad y se les indemnizara. Al igual que cualquier otro ciudadano palestino, tendrán el derecho de vivir en Israel.

Según Al-Mashni, esta solución representa una visión bajo el cual ambas partes se benefician, aunque ninguna de ellas esté totalmente satisfecha. Estas incluyen todos los principios de la solución de dos estados, incluyendo el derecho al retorno, dejando la puerta abierta para un futuro estado binacional único, si ambas partes lo desean. Este rechaza la solución de dos estados porque dice, tiene como base el equilibrio de poder existente, que favorece a Israel y pone en desventaja a los palestinos. También rechaza la solución de un estado (uno binacional único en el que israelíes y palestinos poseen los mismos derechos) como irrealizable actualmente.

‘Awni Al-Mashni es miembro activo en un grupo palestino-israelí apoyando una solución de «dos estados, una patria». La siguiente es una traducción de los principales puntos de su artículo:

‘Awni Al-Mashni (Fuente: Maannews.net 13 de julio de 2015)

A la solución de dos estados Netanyahu le ha emitido un certificado de defunción, La solución de un estado único es inalcanzable

«El discurso político durante los últimos dos años ha girado en torno a las soluciones preferidas posibles en el conflicto palestino-israelí. La corriente principal sostiene que la solución de dos estados es la solución preferida posible a este conflicto, mientras que una minoría caracterizada por el pesimismo, la visión a largo plazo o ambas sostiene que la solución de dos estados es la peor receta posible en tratar con este conflicto y que la solución ideal es un estado democrático. Este discurso ahora puede haber cambiado por completo, porque Netanyahu, cuando ganó las elecciones israelíes, le emitió un certificado de defunción a la solución de dos estados. [Desde entonces,] el discurso ha tomado una nueva dirección, en base a dos aspectos: el contenido y forma del estado que será establecido dentro del contexto de una solución de un estado único y la posibilidad y las herramientas para actualizar tal solución.

«Incluso si el discurso ha sido condicionado a base de susurros y [sólo] en ciertos círculos, sienta las bases para una etapa en la cual el objetivo será sólo una solución [de un estado]. Nadie duda de que el tema es complicado y por lo tanto existe aprehensión sobre… los obstáculos que han impedido la solución de dos estados… y la falta de herramientas prácticas para actualizar esta solución [de un estado]…

«La solución de un estado es una opción no disponible y no alcanzable, el camino para llegar a esta es mucho más complicado y prolongado que el camino a la solución de dos estados – al punto de que la mayoría está convencida que está condenada al fracaso.

«Además, existe la posibilidad de que las dos partes en el conflicto no podrán llegar a un entendimiento conjunto sobre ello, porque existen diferentes percepciones al tema de un único estado que son ambas totalmente contradictorias y mayormente utópicas. Además, algunos que han adoptado la idea de un estado único apuntan esencialmente a lograr una victoria que las guerras no han podido alcanzar… Por lo tanto, cualquier acuerdo aparente sobre el concepto de un estado [por diversos elementos] también oculta contradicciones absolutas.

«El racismo sionista seguirá siendo un muro contra los intentos de llegar a esta solución y hasta que ambos bandos del conflicto lleguen a entendimientos mutuos y una visión común al respecto… mucho tiempo pasará. Esto significa que [puede esperarse][más] víctimas, sufrimiento y guerras y tal vez una conflagración regional sin cuartel, indicando que habrá algo mucho más grave que una guerra convencional.

«Por lo tanto, nos encontramos ante una situación en la que la solución de dos estados ha fracasado; la solución de un estado, bajo estas circunstancias, se acerca más a un sueño que a una realidad y la continuación del conflicto [será una aventura peligrosa] para toda la región».

Dos estados soberanos, sin división de la Palestina histórica

«Ante este callejón sin salida, solamente una diplomacia sofisticada es capaz de encontrar una solución creativa que mantendrá a la región y sus pueblos alejados del desastre de un conflicto continuo, sentara las bases para el fortalecimiento de una confianza mutua y mantendrá la puerta abierta a desarrollos más positivos en la vida de estos dos pueblos. Es tal solución posible? La respuesta es sí, por las razones siguientes:

«No existe tal cosa como un conflicto que sea eterno e infinito; los amplios márgenes entre las opciones de dos estados y el estado único permiten [espacio] para maniobrar Ambas partes en el conflicto están sin lugar a duda convencidos de que las soluciones militares han fracasado; y – creo que esta es la razón más importante – la opción de eliminar al otro bando de la región ya no es válida, ni es práctica ni moral… Si la solución de dos estados incluye los elementos de su propio fracaso, entonces la solución de un estado [binacional] es [sólo] un hermoso sueño para la mayoría de los palestinos… Y como una continuación sin fin del conflicto no tiene sentido, entonces debe haber otra solución, diferente e inusual.

«Antes de entrar en detalles, permítannos explicar los principios en el que [esta otra solución] debe basarse – que creo son más importantes que los detalles de la propia solución:

«1. Lo más importante es cambiar la filosofía sobre la cual debería basarse la solución. La solución de dos estados está basada en la filosofía de un equilibrio de poder y se supone que, cuando la búsqueda de la justicia este basada en un equilibrio de poder, es el equilibrio de poder que determina el alcance de la solución, las fronteras y las condiciones. [Por lo tanto,] esta solución queda corta en justicia, incluso en cado de una [justicia] relativa; es inestable y no es de naturaleza permanente, porque el equilibrio de poder cambia y cada cambio puede hacer que la parte que está en desventaja por la solución se rebele contra ella y la anule. A esto se le denomina lógica política y así es como se desarrolla la historia: el equilibrio de poder cambia y el cómo es percibido también cambia.

«2. La solución de dos estados se basa en dividir la pérdida entre las dos partes, con toda la amargura que eso conlleva. La partición del país hace que cada bando sienta una sensación de pérdida. Darle a ambos bandos del conflicto una manera de considerar a todo el país como [una sola] patria es un beneficio compartido. Esta es algo grandioso. Ambas partes se centran en que la paz les ha dado más y no han tomado nada de ellos. Esto será posible gracias a algo de creatividad y una mirada más profunda a la esencia del conflicto. Haciendo retroceder la historia no promoverá la solución, pero teniendo en cuenta la versión histórica de cada parte ayudará a satisfacer a ambos. Bajo cada piedra, al final de cada lecho de río y detrás de cada edificio en el Tierra Santa existen dos narraciones. Nunca seremos capaces de interrogar a la ‘historia’ en la búsqueda de la verdad narrativa, pero donde hay desacuerdos, dejaremos que cada bando se aferre a su propia narrativa.

«3. La estabilidad es lograda cuando ambas partes en el conflicto tienen un interés en preservar la seguridad. La plática sobre ‘la seguridad israelí’ como algo separado de la seguridad y la libertad del pueblo palestino es ilusoria y ha sido refutada durante décadas en intentos israelíes [de alcanzar la estabilidad], durante el cual la superioridad militar israelí, ya sea cualitativa o cuantitativa, no ha producido estabilidad. Lo que garantiza la seguridad de Israel es la actualización de la justicia relativa para el pueblo palestino, que traerá consigo un interés palestino [en preservar] la seguridad – porque entonces, los palestinos [también] tendrán algo que perder por la inseguridad. Mientras [estén] bajo la sombra de la ocupación y la represión, los palestinos se alegran más que nadie por la inseguridad y la inestabilidad dentro de la ocupación.

«4. La paz es un intercambio de intereses. No existe paz en la que un lado recibe sin dar, y ninguna paz se construye sobre concesiones de un solo lado. Así como el palestino debería sentir que se ha actualizado a sí mismo, el israelí debería sentir lo mismo; no puede haber libertad para un bando y ninguna para el otro. Un lado no puede tener un derecho mientras que el otro no, y no puede haber ningún futuro y garantía de una existencia continua para un lado, pero ninguno para el otro. Una paz basada en términos obligados a un bando, mientras se le da al otro mano libre es un engaño y una gran mentira, es más como los términos de una rendición forzada para un lado, mientras que el otro es coronado vencedor.

«[Los cuatro principios] anteriores no son ni términos ni principios de paz, sino conceptos generales que, si son tomados en cuenta, sentaran las bases para una verdadera paz, una paz con alcances y posibilidades, una paz que no descarta la crisis de confianza [que existe entre las partes] y que se esfuerza por poner el ancla a los cimientos de una verdadera confianza.

«El modelo más peligroso de paz es uno cuyo plan de paz esté basado en el principio de sentar las bases para la próxima guerra – como en el caso de una solución de dos estados, que incluye [lo siguiente]: fronteras bajo control israelí, [estaciones] de alerta temprana, cruces bajo supervisión israelí, desarme, colinas estratégicas bajo control israelí y miles de condiciones más de diversa índole. Todas estas condiciones son adecuadas en preparación para la guerra y no para la construcción de la paz y la confianza; [adecuadas para] una paz que perpetúa la superioridad [israelí], que impone condiciones opresivas, que no tiene en cuenta los intereses de una parte en el conflicto y en definitiva, eso no es más que un hudna [tregua] temporal… [Tal paz] finaliza en última instancia en terribles desastres, guerras, destrucción y víctimas. Esto no es ninguna profecía, son conclusiones lógicas. Es sólo cuestión de tiempo [hasta que suceda].

«La pregunta importante es: ¿Qué clase de paz superara los pecados de una solución de dos estados y los sueños de la [solución] de un estado único y tome en cuenta todos los principios anteriores ¿Cómo será formulado? Que ecuación mágica producirá tal paz? ¿Cómo estarán satisfechas las dos partes – ¿y existe algo que satisfaga ambas?

«La respuesta a estas preguntas radica exclusivamente en los principios en los que esta solución estará basada. Estos incluyen el establecimiento de dos estados soberanos plenamente independientes en las fronteras del 4 de junio, 1967, sin ajuste de fronteras, una frontera abierta entre los dos estados; libertad de residencia, movimiento y trabajo para ambos pueblos en todo el país – es decir, en la Palestina histórica; ciudadanía israelí para [los árabes de 1948], con todos los derechos sociales, políticos y civiles de la ciudadanía israelí y la anulación de todas las leyes racistas en su contra; el derecho a la ciudadanía palestina para los refugiados palestinos en la diáspora y el derecho a retornar al estado de Palestina – ellos, por lo tanto [también] tendrán derecho a vivir, quedarse y moverse a través de todos los lugares de la Palestina histórica. Los ciudadanos israelíes que residen en Palestina y los ciudadanos palestinos que residen en Israel estarán sujetos a la ley del estado en el que viven y disfrutaran de los derechos civiles [de ese estado], pero podrán ejercer sus derechos políticos [solamente] en el estado del cual son ciudadanos. Jerusalén Oriental y 0ccidental se [combinaran en] una ciudad unida bajo un consejo municipal conjunto, en el que palestinos e israelíes serán iguales en número y mantendrán posiciones iguales. Este consejo estará subordinado a un sistema de gobierno y a un aparato de seguridad único a esta región – es decir, a una Jerusalén unida que será la capital de dos estados. Se establecerán instituciones conjuntas… para problemas comunes, tales como un tribunal supremo de derechos humanos, comités de desarrollo económico, comités ambientales y comités de seguridad… Las instituciones públicas para problemas conjuntos, tales como el desarrollo, derechos humanos y el medio ambiente serán creados… Los derechos de los refugiados palestinos les serán restaurados, de manera que no habrá más errores».

Los derechos de los refugiados palestinos serán restaurados, los colonos israelíes estarán sujetos a la ley palestina

«Un rápido vistazo a estas ideas muestra que cumplen todas las exigencias de cualquiera que cree en la solución de dos estados – teniendo en cuenta que los dos estados son totalmente independientes y soberanos y están dentro de las fronteras de 1967. Sin embargo, el mantenimiento de la libertad de cruzar, de movimiento y residencia – es decir, una frontera abierta entre los dos estados – deja la puerta entreabierta para un futuro estado único [binacional], una vez que la confianza y la relación [entre los dos pueblos] se haya desarrollado.

«Estos principios garantizan una solución creativa al problema de los refugiados palestinos – una solución que les trae de vuelta y restaura su derecho a ellos, mientras remueve los miedos demográficos de los israelíes. Asimismo, se resuelve el problema de los colonos, encaminándolos por la vía de la ley palestina… Estos principios no actualizan una plena justicia, sino una justicia relativa, que ni se basa en un equilibrio de poder ni lo descarta y no erige fronteras cerradas sino establece una frontera virtual, eso no mantiene un estado único sino que abre un camino hacia ello y no elimina la singularidad de uno de los dos pueblos, sino que profundiza lo que poseen en común…

«Estas son las bases y principios generales de la solución. Estas, sin lugar a duda, representan una nueva visión, en la que las dos partes en conflicto comparten los beneficios en lugar de dividir las pérdidas. Esta visión no deja temas explosivos que amenazan la estabilidad de la región y colapsan la paz y los acuerdos. Estos hacen del [concepto de] patria algo más amplio que el concepto de ciudadanía y establece dos estados y una sola patria… Esta visión está abierta a todas las opciones futuras que anuncian un futuro prometedor; no se rinde a la realidad, sino que está basada en ella, a fin de proveer alcance y posibilidades para el futuro. Muchos detalles [todavía] son necesarios… pero si los principios son claros, hará más fácil llegar a estos detalles. De esta manera, pondremos fin a una época difícil, en la que fuimos cautivos a los conceptos clásicos trillados que no pudieron atravesar la muralla fortificada.

«Estamos ante un concepto creativo de romper a través de un amargo y prolongado conflicto. Este concepto de paz consolida una nueva visión, que distingue entre nacionalidad y ciudadanía… y garantiza el derecho de la [auto] determinación para dos pueblos, con plena soberanía [para cada uno]. Yo no afirmo haber encontrado una solución mágica. Mi punto de partida fue la realidad…

«Esta solución no constituye una respuesta automática a la realidad, sino que desmantela la realidad y la re-ensambla de forma que garantice la asociación de los dos pueblos en beneficio y no en pérdida. Esto es mucho más que un acuerdo – esta hace de ancla a los principios de una paz estable, sólida y permanente. Es una solución con pérdidas mínimas, máxima colaboración y una máxima [preservación] de singularidad. Esta no actualiza exactamente todo lo necesario para ambos pueblos, pero sí actualiza el objetivo principal de cada uno, de manera que no contradiga los deseos del otro.

«En última instancia, esta solución refleja el deseo de todos los que apoyan la solución tradicional de dos estados – que incluye todos los principios de los dos estados, así como también actualizar el derecho a retornar. [También] constituye un paso gigante hacia un solo estado, si los dos pueblos desean alcanzarlo – ya que fortalece lo que comparten y por lo tanto abre el camino hacia esta dirección».

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