Por: Y. Carmon y Y. Yehoshua*

Sunitas toman su destino en sus propias manos

La coalición conjunta sunita liderada por Arabia Saudita que combate contra los houthi en Yemen constituye un cambio histórico en el empujón sunita en contra de la expansión de Irán en la región, ya que 10 países – Arabia Saudita, Qatar, Bahréin, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Jordania, Marruecos, Sudán y Pakistán, con el apoyo de Turquía – han formado una coalición político-militar y puesta en marcha la Operación Tormenta Decisiva que tiene como objetivo restaurar el derrocado régimen sunita en Yemen. Esta operación, que recibió ayuda inmediata logística y de inteligencia de los Estados Unidos, fue denominada por la prensa árabe «un cambio total en la política árabe» y un precedente en el que «los árabes toman su destino en sus propias manos» y le envían un duro mensaje a Irán y a todo el globo terrestre. [1]

Arabia Saudita y los demás países sunitas consideran a los houthi un brazo de Irán, que está tratando de ocupar un cuarto país árabe, después del Líbano, Siria e Irak. Las aspiraciones houthi en hacerse cargo de todo Yemen, no sólo de la región norte, que actualmente controlan, mientras que al mismo tiempo amenazan con apoderarse de Bab El-Mandeb, coloca a Arabia Saudita y a otros países como Egipto y Sudán en grave peligro estratégico.

Con su espalda contra la pared, Arabia Saudita formó sabiamente una alianza de países sunitas a fin de trascender las diferencias internas y actuar juntos en contra del enemigo común – Irán. La construcción de esta alianza, que se inició durante el reinado del Rey saudita ‘Abdala y continuó con el Rey Salman, requiere de esfuerzos diplomáticos entre los países árabes a fin de reconciliarse entre estados hostiles, tales como Qatar y Egipto, y efectuar un acercamiento con países sunitas pro-Irán tales como Sudán.

Mediante la formación de esta alianza, los países árabes han demostrado que siguen siendo una fuerza reconocida en la región, incluso ante los casi cinco años de división política y el deterioro de la seguridad que siguieron a la Primavera Árabe. A medida que se enfrentan a los houthi, los países sunitas están enviando un mensaje a ambos Irán y Occidente de que están cansados del expansionismo de Irán y ya no permitirán que amenacen sus intereses.

La Operación Tormenta Decisiva es también una garantía de que el escenario de Siria – en la que el fracaso de los sunitas en intervenir produjo un ruedo donde sus dos enemigos principales, el Estado Islámico (EIIS) y la República Islámica de Irán, están combatiendo entre sí por la hegemonía regional – no se repita. Ha colocado de nuevo a los estados sunitas como una alternativa establecida sunita en la lucha contra Irán, que hasta ahora ha sido librada casi exclusivamente por grupos extremistas islámicos tales como el EIIS y Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA).

Ahora, mientras el diario saudita Al-Riadescribe en su editorial, «Teherán lo pensará una y mil veces antes de acercarse a otro país árabe». Añadió que esto era porque «durante décadas, no ha habido ninguna acción militar conjunta árabe contra un enemigo común». [2] En el mismo sentido, el diario de Bahréin Akhbar Al-Khaleejdeclaró: «Esta sorpresa militar es una declaración por parte de todos los países árabes de su determinación, asertividad y oposición absoluta a las conspiraciones extranjeras que interfieren en nuestros asuntos – especialmente la provocadora interferencia de Irán». [3]

Implicaciones para los Estados Unidos y Occidente

En respuesta a la formación de la coalición sunita liderada por Arabia Saudita, los Estados Unidos mostraron de inmediato su apoyo, con ayuda logística e inteligencia. Incluso antes de que comenzara la Operación Tormenta Decisiva, los Estados Unidos habían apoyado la guerra del Presidente de Yemen Abd Rabbu Mansour Hadi contra los houthi, y había considerado su presidencia como legítima. Sin embargo, al mismo tiempo y para disgusto de los estados del Golfo, se abstuvo de acusar a Irán de apoyar los ataques de los houthi, alegando que no había pruebas. [4]

La Operación Tormenta Decisiva fue una llamada de atención para los Estados Unidos y el gobierno de Obama, lo que indica que todavía había una fuerza sunita activa y dominante que pudiera movilizar a todo el mundo árabe y musulmán, incluyendo a Turquía y Pakistán, contra el expansionismo iraní, y que el punto de vista occidental del mundo árabe tal como irremediablemente se desintegró y dividió – y de Irán como el único actor capaz de actuar como sheriff para estabilizar la región – está errado.

En ayudar a las acciones de la Operación Tormenta Decisiva, entonces, los Estados Unidos han actuado de manera realista, movilizándose para apoyar a los sunitas mucho más de lo que lo habían hecho antes. Antes del anuncio de apoyo por los Estados Unidos, los medios de comunicación en muchos países árabes sunitas habían sido altamente críticos de la política exterior estadounidense, llamándola pro-iraní. [5] Ahora, sin embargo, a raíz de su declaración de apoyo, esta crítica parece haber disminuido.

Los objetivos de la coalición sunita: Derrotar a los houthi, lograr objetivos políticos limitados

La gran jugada estratégica de los saudíes tiene un objetivo político realista: Además del esfuerzo para neutralizar totalmente la fuerza militar houthi, destruyendo sus arsenales de armas, restringir vuelos, hacerse cargo de puertos, etc., también tiene como objetivo lograr una solución política a fin de representar a todos los grupos yemenitas, incluyendo a la Hermandad Musulmana y a los houthi.

Los esfuerzos para dirigir el ‘momentum’ de la «Operación Tormenta Decisiva» a fin de promocionar los objetivos árabes sunitas adicionales

La sesión de marzo 28-29, 2015 de la Liga Árabe – una organización que ha perdido gran parte de su influencia desde el inicio de la primavera árabe – aprobó con carácter retroactivo la acción sunita contra los houthi, y también ofreció a la organización la oportunidad de reforzar su fuerza para promover otras medidas militares árabes sunitas. El editorial de Al-Madinaexpresó su esperanza de que «la alianza que de hecho fue la primera formada para hacer frente a Yemen debe ineludiblemente continuar también en otros lugares tales como Siria y Libia». [6]

El presidente egipcio ‘Abd Al-Fattah Al-Sisi, quien en repetidas ocasiones ha llamado la seguridad de los estados del Golfo una línea roja, utilizó el impulso de la Operación Tormenta Decisiva – originalmente destinada a la defensa de los estados del Golfo contra Irán – para intentar realinear el mundo árabe a lo largo de las líneas del nacionalismo árabe y bajo el liderazgo egipcio. Este concluyó su intervención en la sesión de la Liga Árabe repitiendo «Viva el ummahárabe» tres veces, al igual que el presidente egipcio y líder pan-árabe Gamal Abd Al-Nasser.

También se expresó en la prensa del Golfo la esperanza de que está decidida y milimétrica acción sunita contra los houthi de Yemen pudiera expandirse en una actividad árabe conjunta en otros campos también. El diario de Bahréin Akhbar Al-Khaleej señaló: «Este podría ser el comienzo de una nueva forma árabe de decisión y determinación frente a todos los problemas y las crisis que amenazan a los árabes y que perjudican su seguridad». Del mismo modo, Al-Riyadhdeclaró que la Liga Árabe «ha resucitado hoy como un órgano que actúa, respira y habla, Es como si esperaba a que alguien la despierte de su letargo – y llegó la ‘Operación Tormenta Decisiva’ para despertar a los árabes a un realidad diferente». Esta prometió: «Los próximos días revelarán una nueva realidad, en la que los árabes impondrán su agenda sobre las fuerzas de Occidente y en la forma en que están manejando el expediente nuclear iraní, la paz en el Medio Oriente, y la crisis siria». [7]

Sin embargo, es dudoso que esta unión de fuerzas sunita – que hasta ahora han sido utilizadas sólo para defenderse de Irán – podrían ampliarse para abarcar otros objetivos declarados de Al-Sisi, entre ellos la modificación de la Carta Magna de la Liga Árabe, el establecimiento de un ejército árabe conjunto, y la reactivación de los valores pan-árabes. Esto se debe a que, aparte del tema iraní, ha habido un significativo y no resuelto desacuerdo entre los países árabes sobre una serie de cuestiones en los últimos años, incluyendo el problema palestino y la lucha contra el EIIS.

*Y. Carmon es Presidente y Fundador de MEMRI; Y. Yehoshua es Director de Investigación en MEMRI.


[1] Al-Riyadh (Arabia Saudita), Akhbar Al-Khaleej (Bahréin) 29 de marzo, 2015.

[2] Al-Riyadh 29 de marzo, 2015.

[3] Akhbar Al-Khaleej 20 de marzo, 2015.

[4] Véase MEMRI Despacho Especial No. 6007, Medios de comunicación árabes del Golfo apoyan campaña militar sunita para hacer retroceder la expansión chiita iraní: El escenario sirio no se repetirá, 26 de marzo, 2015.

[5] Véase MEMRI Despacho Especial No. 6003, La prensa árabe criticó duramente a la Administración Obama por aliarse con Irán, dándole la espalda a los amigos árabes, y llevando a la región al desastre, 23 de marzo, 2015.

[6] Al-Madina (Arabia Saudita) 30 de marzo, 2015. El diario de Qatar Al-Sharq también pidió a la coalición intervenir en Siria; 30 de marzo, 2015.

[7] Al-Riyadh 29 de marzo, 2015.