La decisión de otorgarle el Premio Nobel de la Paz 2013 a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), provocó una intensa polémica en la prensa árabe entre partidarios y opositores del régimen sirio. De acuerdo al Comité del Premio Nobel de la Paz, el premio reconoce los grandes esfuerzos de la OPAQ para eliminar las armas químicas, no sólo en Siria, sino en todo el mundo. Sin embargo, muchos en los medios de comunicación, en el mundo árabe como fuera de este, evaluaron que la organización había sido específicamente elegida como consecuencia de sus actividades en Siria. Estas actividades se iniciaron poco antes de que el ganador del Premio Nobel de la Paz fuese anunciado, luego que los Estados Unidos y Rusia llegaron a un acuerdo sobre el desmantelamiento de las armas químicas de Siria tras el ataque químico de agosto, 2013 en Al-Ghouta, en el que murieron 1.400 personas.

Partidarios del presidente sirio Bashar Al-Assad sostuvieron que es él quien merece el premio por su contribución a la paz regional y mundial, y algunos incluso hicieron circular una petición en favor de concederle el premio, o que a él y al presidente ruso Vladimir Putin se le adjudiquen un «premio popular alternativo de la paz».

Los opositores de Assad, por otra parte, argumentaron que el Comité del Nobel ha hecho caso omiso por completo el hecho de que la mayoría de las víctimas de la crisis en Siria fueron asesinados con armas pesadas convencionales, y que la lucha, en la que el número de muertos ya sobrepasa más de 100.000 personas, continúa con toda su fuerza. También señalaron que la OPAQ sólo implementa los acuerdos existentes, y que no era responsable de las decisiones de desmantelar las armas químicas, por lo tanto, dijeron, habría tenido más sentido el otorgarle el premio a los que habían redactado el acuerdo – es decir, al Secretario de Estado estadounidense John Kerry, y su homólogo ruso Sergei Lavrov. Además, los opositores de Assad afirmaron que la decisión del Comité del Nobel había sido influenciada por consideraciones políticas, al igual que su decisión en el 2009, cuando el premio fue otorgado al Presidente de los Estados Unidos Barack Obama inmediatamente después de su elección y basados únicamente en las declaraciones que este había dado.

Muchos autores señalan que existen candidatos mucho más dignos para el Premio Nobel de la Paz, tales como la colegiala y activista paquistaní en educación Malala Yousafzai, que sobrevivió a un disparo en la cabeza por atacantes talibanes por sus actividades.

Este informe analiza el debate en la prensa árabe sobre el concederle el Premio Nobel de la Paz a la OPAQ.

Partidarios del régimen sirio: El premio debió haber sido para Bashar Al-Assad

El régimen sirio y sus partidarios celebraron la entrega del premio a la OPAQ, percibiéndolo como otorgado al régimen sirio en sí por dar el visto bueno a la destrucción de sus armas químicas. En una entrevista con el diario libanés Al-Akhbar, cercano al régimen sirio, el presidente sirio, Bashar Al-Assad dijo que debería haber sido para él.[1] Aunque de acuerdo con el diario, la observación fue hecha en broma, aparentemente refleja un sentimiento común entre los partidarios del régimen sirio.

Es el estado sirio que merece el premio

Muhi Al-Din Muhammad, editor en jefe del diario del gobierno sirio Teshreen, argumentó en un artículo titulado «Un Premio Nobel para el Estado Sirio» de que el Premio Nobel de la Paz en realidad había sido otorgado a Siria y a su presidente Bashar Al-Assad, quien había demostrado que los sirios harán todo lo posible para preservar la seguridad y la estabilidad global. Este escribió:

«El cumplimiento de Siria con la iniciativa rusa de [desmantelar su] arsenal químico, y su seria respuesta a los expertos que realizan su misión bajo un Pert que va [incluso] más rápido de lo previsto, están atrayendo el interés internacional sin precedentes. El interés no se centra en la eliminación de las armas químicas, sino en el estado sirio, que ha demostrado ser incansable en sus esfuerzos por establecer la paz y la seguridad regional y mundial, incluso mientras sufre de condiciones de seguridad extremadamente difíciles y tiene que lidiar con el terrorismo y con terroristas de todo tipo.

«Al apoyar la aplicación de la [Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU] 2118 de [pedir la destrucción de sus armas químicas, Siria] está actuando responsablemente con las naciones de la región, algunos de cuyos líderes se vieron envueltos en una conspiración contra Siria, que comenzó hace más de 30 meses – a pesar de su conocimiento de que sus acciones tienen consecuencias mucho más peligrosas que las armas químicas [por a sí mismas], en particular para sus propias naciones.

«Si aquellos involucrados en la conspiración contra Siria estaban previamente conscientes de que Siria es una válvula de seguridad global, y que no será posible establecer la paz y la seguridad mundial a menos que esta es desprendida de la grave calamidad que está enfrentando, entonces deberían mirar la [decisión sobre el] Premio Nobel de la Paz y reflexionar sobre el significado al [hecho que] le fue otorgado a la OPAQ. Este premio – tal como acuerdan la mayoría de los medios de comunicación occidentales – no fue otorgado a la organización, sino a Siria y al Presidente Bashar Al-Assad, quien hizo hincapié en que no escatimará esfuerzos para preservar la paz y la seguridad internacional…

«Espero fervientemente que el Premio Nobel, que la organización recibió gracias al cumplimiento de Siria con sus esfuerzos, ayudará a desenmascarar a los que apoyaron y siguen apoyando el terrorismo y [mostrar] una imagen real de Siria, su pueblo, su ejército y su liderazgo, en donde [todos] luchan contra el terrorismo… y restablecen la seguridad a su territorio, a la región y al mundo».[2]

El Comité del Nobel ha cometido un error: El premio debería ser para Assad y Putin

Nasser Qandil, periodista libanés cercano al régimen sirio, publicó en su portal de noticias una petición en favor a concederle el Premio Nobel de la Paz al Presidente ruso Vladimir Putin y al Presidente sirio Bashar Al- Assad, ya que, dijo, son ellos los que elaboraron el acuerdo para el desmantelamiento de las armas químicas, mientras que la OPAQ sólo lo está implementando. La petición declara:

«Teniendo en cuenta que, de acuerdo con sus estatutos, el Premio Nobel de la Paz se otorga a los que han hecho una contribución significativa a la paz mundial, a la resolución pacífica de los conflictos, a la prevención de las guerras entre los países y los pueblos, y a la reducción de los arsenales de armas y su [utilización], especialmente las armas de destrucción masiva;

«Teniendo en cuenta que este principio es aplicable con independientemente de las circunstancias políticas de los candidatos;

«Teniendo en cuenta que la crisis más peligrosa desde la Segunda Guerra Mundial, [en cuanto al] trato de la humanidad con un conflicto destructivo, fue la amenaza de una guerra estadounidense en Siria, con la concentración de fuerzas y la escalada que lo acompañaba;

«Teniendo en cuenta que la iniciativa del presidente ruso… y la valiente decisión del presidente sirio en aceptarlo, evitó así los peligros de una guerra que podría haber derivado en una guerra mundial, e hizo que armas mortales definidas como armas de destrucción masiva fuesen recogidas y destruidas;

«Teniendo en cuenta que este logro es claro, y [ya que de hecho] se hizo como parte de un [esfuerzo] para prevenir la guerra no disminuye su valor, sino que lo aumenta, debido a que [este objetivo] fue la base de la decisión e iniciativa;

«Dado que las acusaciones dirigidas contra el presidente sirio no son preocupación del [Comité] del Nobel, y que el concederle un Premio Nobel a una persona que lo merece no impide que este individuo luego comparezca ante un tribunal nacional o internacional o ante una [corte] de derechos humanos, por otros cargos, contrariamente a lo que sostienen los acusadores;

«Ante todo lo anterior, los abajo firmantes exigimos que se modifique la decisión del comité del Premio [Nobel], y que el premio sea despojado de la organización [OPAQ] cuya misión administrativa es [meramente] para aplicar la iniciativa y la decisión que fueron la base de este logro y sin el cual no habría habido ningún punto en lo que la organización está haciendo o lo que la comunidad internacional está haciendo en esta materia. [En cambio, exigimos] que este premio sea otorgado a aquellos que se lo merecen: el Presidente ruso Vladimir Putin y el Presidente sirio Bashar Al-Assad.

«Nosotros, los abajo firmantes, nos comprometemos realizar una iniciativa para otorgarle un premio de la paz alternativo popular a los dos presidentes, y establecer un premio de la paz en su honor, El Premio de la Paz Putin y Assad, que se concederá anualmente basado en un criterio puro y bien considerado a candidatos dignos de entre los que promueven la paz. Los organizadores desean incluir [en esta iniciativa] a todas las elites, intelectuales, escritores, pensadores, organizaciones de la sociedad civil y personalidades, juristas, activistas de la paz y ciudadanos, [ambos] árabes y de todo el mundo, y esperamos que esta iniciativa se convierta en un trampolín para difundir el verdadero sentido y los [aspectos] jurídicas de la paz».[3]

Cabe señalar que la petición hasta la fecha ha sido firmada por unas 600 personas de todo el mundo.

Opositores de Assad: Concederle el premio a la OPAQ es un error

Tal como se ha mencionado, la decisión de concederle el Premio Nobel de la Paz a la OPAQ provocó numerosas críticas entre la oposición siria y de los opositores al régimen de Assad en la prensa árabe. Estos argumentaron que las armas químicas habían asesinado sólo una pequeña fracción del total de víctimas en Siria, y por lo tanto el premio ignoraba la muerte de más de 100.000 sirios; que la OPAQ no era más que un organismo de ejecución, y el premio debería haber sido para los que toman las decisiones; que la OPAQ no se le debe otorgar un premio antes de completar con éxito su misión, y que, en este mundo desgarrado por la guerra, nadie es merecedor de un premio de la paz, por lo que el premio debe ser cancelado en su totalidad.

El Comité del Nobel no tuvo en cuenta a más de 100.000 sirios víctimas de las armas convencionales

Qassem Saad Al-Din, miembro y portavoz del Consejo Supremo Militar del Ejército Libre de Siria, sostuvo que la destrucción de las armas químicas de Siria vino a servirle a la seguridad de Israel, no de los sirios, y que Occidente «desconocía a más de 115.000 muertos y a millones de desplazados a quienes Assad ha expulsado de sus hogares…»

Y agregó: «Una vez que se alcancen los objetivos de neutralizar las armas químicas del régimen por los países occidentales, presentarán el criminal Bashar Al-Assad como un hombre de paz. Nosotros [incluso] no descartamos la posibilidad de que será nominado al Premio Nobel de la Paz, junto con el Presidente ruso Vladimir Putin, su aliado y cómplice en el asesinato de sirios.[4]

El columnista Mazen Hammad escribió en el diario de Qatar Al-Watan: «El concederle el Premio Nobel de la Paz a la OPAQ es una farsa sin precedentes, no sólo porque los esfuerzos de destruir las armas químicas de Siria están sólo comenzando, sino [también], porque la eliminación de [armas] como estas toma mucho tiempo, tal vez años…

«Del mismo modo, es incomprensible que un Premio Nobel de la Paz deba ser otorgado a esta organización cuando cada día sirios siguen siendo asesinados y convertidos en refugiados con aviones, misiles y tanques. ¿Significa esto que la próxima vez el Premio Nobel de la Paz puede ser otorgado a Rusia si deja de proveer con armas al régimen sirio?…

«Si [la organización] recibió el premio por el esfuerzo en destruir el arsenal químico ayudará a establecer la paz en Siria, esto crea una impresión equivocada, especialmente cuando – y estoy hago este argumento por enésima vez – el número [total] de víctimas [reclamado por] los aviones Sukhoi y los misiles Scud ha superado las 150.000 victimas, mientras que las víctimas por las armas químicas no suman más de 1.400 civiles. En el caso de Siria, las armas convencionales son mucho más letales y destructivas que las armas químicas…

«Antes de su decisión, el organismo [que concede el premio] debió haber considerado que la devastación en Siria no ha cesado, y ni siquiera se espera que disminuya en el futuro inmediato».[5]

Samir ‘Atallah, columnista para el diario saudita londinense Al-Sharq Al-Awsat, escribió en tono sarcástico: «Yo no sé ustedes, pero yo personalmente me siento muy satisfecho e incluso eufórico. Dos eventos globales únicos [han ocurrido:] el cumplimiento del régimen sirio con la destrucción de su arsenal químico y el concederle el Premio Nobel de la Paz a una organización que se opone a la proliferación de estas armas. Ambas son victorias para la humanidad, tras lo cual sólo algunos detalles simples se mantendrán, marginal e insignificante, [al igual que] los millones de refugiados sirios [que viven] fuera de su país, los millones de [sirios que están] desaparecidos, los empobrecidos y desempleados, las decenas de miles de detenidos o secuestrados, y las decenas de miles de muertos – por no mencionar el destino de Siria como estado y patria…

«La comunidad internacional es un payaso sin gracia. En lugar de hacerle frente a la masacre de 100.000 personas con armas convencionales (tanques, aviones, artillería y cuchillos), [se centra en] la masacre de 1.400 personas [con armas químicas]. Las partes interesadas han comenzado a felicitando unos a otros: [el Secretario de Estado estadounidense] John Kerry felicitó al Presidente sirio [Bashar Al-Assad por su cooperación con los inspectores de la ONU], y se prevé lo felicite de nuevo luego de las próximas elecciones [presidenciales]…»[6]

Premio Nobel de la Paz para la OPAQ, una medalla de armas químicas para Assad (Al-Watan, Arabia Saudita, 17 de octubre, 2013)

La OPAQ es solamente un organismo de ejecución, el premio debería ir a aquellos que tomaron la decisión

Fateh ‘Abd Al-Salam, columnista del diario iraquí con sede en Londres Al-Zaman, escribió: «Sí la OPAQ hubiese podido exponer o destruir las armas [químicas] de cualquier país sin una resolución política del Consejo de Seguridad, entonces, esta organización tendría [realmente] merecido un premio por su capacidad. Si hubiese sido capaz [de presentar cargos] en contra de cualquiera de los países que poseen armas químicas sin un debate en el Consejo de Seguridad, habría sido digno de un premio. [Pero, en hechos, esta organización no es más que] un grupo de expertos y funcionarios internacionales que desempeñan su trabajo en un] tiempo y lugar [específico, tal como se especifica en la asignación que se les ha dado. Poner de relieve los esfuerzos de esta organización, [y] conferirle uno de los premios más importantes y distinciones [del mundo]… cuando todavía no ha completado su misión y antes de que esta organización y el Consejo de Seguridad hayan publicado un informe final confirmando que Siria está libre de armas químicas… no es [nada más que] propaganda calculada para saludar al papel de Estados Unidos y Rusia en este acuerdo internacional al que se llegó pacíficamente».[7]

Sati’ Nour Al-Din, un periodista libanés que hace un año renunció como editor del diario libanés Al-Safir, cercano al régimen sirio, debido a las diferencias en la política y cobertura de los acontecimientos en Siria, escribió que el comité del Nobel había actuado precipitadamente y sin deliberación, porque la OPAQ sólo ha comenzado su misión en Siria y su éxito aún no se puede evaluar. Este sostuvo que el Secretario de Estado Kerry, y el canciller Lavrov eran más merecedores del premio que la OPWC, pues fueron ellos los que redactaron el acuerdo para el desmantelamiento de las armas químicas, mientras que el trabajo de la OPAQ es solo llevarlo a cabo. Este escribió en el diario libanés Al-Mudun, del cual es dueño: «A diferencia de su homólogo sueco, que se ocupa de la ciencia y la literatura, el Comité Noruego del Premio Nobel de la Paz siempre está equivocado. Su elección este año puede ser menos desgraciada que [las elecciones] en años anteriores, pero [todavía] hace que uno se pregunte si los miembros del comité en realidad siguen los acontecimientos sobre el terreno…

“Al igual que en el caso de muchas candidaturas y selecciones anteriores, el comité actuó imprudentemente… La OPAQ es digno de nuestro reconocimiento, pero si se le está [otorgando el premio por la realización de] la dura misión siria, entonces [el premio] fue otorgado demasiado temprano. El premio debería, sin duda, habérselo dado al Secretario de Estado estadounidense John Kerry y al Ministro de Relaciones Exteriores ruso Sergei Lavrov, quien elaboró este acuerdo histórico que ha salvado a Siria de tragedias adicionales y a sus vecinos de terribles peligros…

«Hasta el momento, la organización que ganó el Premio Nobel de la Paz no ha hecho más que un recorrido y hacer arreglos, y [su misión] está todavía en pañales. Podemos decir con cautela que el régimen sirio está cooperando con este acuerdo, pero no que la organización ha cumplido con su misión, o que se le ha dado garantías definitivas que el arsenal químico sirio será destruido dentro de seis a nueve meses, tal como fue acordado, o que no se volverán a utilizar contra civiles sirios durante ese tiempo. El comité noruego le ha otorgado el premio a la OPAQ por un trabajo que acaba de comenzar, y la impresión que esto deja es que el premio también fue otorgado implícitamente al Presidente Bashar Al-Assad por haber aceptado renunciar a esas armas prohibidas…

El Premio Nobel fue en realidad otorgado a Assad (Al-Iqtisadiyya, Arabia Saudita, 12 de octubre, 2013)

» El comité puede haber pasado por alto estos pequeños detalles e impresiones fugaces, pero sus decisiones pasadas fortalecen la duda sobre la seriedad de su selección este año, y recuerdan los numerosos premios otorgados en el pasado a candidatos indignos, tales como la Unión Europea, las tres mujeres, una de los cuales fue la yemení Tawakkol Karman, el Presidente de los Estados Unidos Barack Obama inmediatamente después de su elección, la abogada iraní Shirin Ebadi, y una larga lista de desertores soviéticos…»[8]

Críticas similares fueron publicadas en el diario londinense Al-Quds Al-Arabi, que a partir de hace unos meses es propiedad de Qatar: «La selección de la OPAQ este año por el comité del Nobel de la Paz es una declaración política que se ajusta a la práctica del Comité del Nobel de tomar una postura. Esta selección, sin duda, crea controversias, [ya que] sigue una serie de selecciones pobres, en particular la Unión Europea en el 2012 y el Presidente de Estados Unidos Barack Obama en el 2009, que fue elegido antes de que obtuviera algún logro.

«La OPAQ, cuya función es implementar la Convención sobre la Prohibición a las Armas Químicas, ratificada en 1997, fue [también] seleccionada pesar de no tener logros alguno sobre el terreno. Su misión en Siria comienza hoy, y tomará meses completarla (si alguna vez se ha completado) Del mismo modo, la organización no puede garantizarle al mundo que estas armas, que fueron utilizadas hace sólo unas semanas en Siria, no serán usadas de nuevo. La organización, cuya sede y expertos tienen su sede en un rico suburbio de La Haya, no ha logrado su objetivo [establecido] – obligando a los estados [firmantes], incluidos los Estados Unidos y Rusia, en destruir [su inventario] de armas químicas, a más tardar abril del 2012. Más importante aún, la organización no puede obligar a estados como Israel y Corea del Norte a que firmen y ratifiquen la convención.

«En lugar de una postura política, el mundo espera que el Comité del Premio Nobel… insista en los principios humanitarios y el papel humano en hacer la paz. Existen muchas organizaciones que han estado luchando durante años [en estas áreas], y que continúan operando, así hayan recibido un premio o no…»[9]

No hubo candidatos merecedores del premio

Algunos argumentaron de que habían candidatos más dignos para el premio, tales como Malala Yousafzai, la joven de 16 años, alumna paquistaní y activista en educación que sobrevivió a un disparo en la cabeza por atacantes talibanes. Sati’ Nour Al-Din escribió en su diario libanés Al-Mudun: «Malala Yousafzai de 16 años, habría sido la mejor opción para [el premio] de este año, pero parece ser que el comité decidió no provocar a los talibanes, que ya han tratado de asesinar a una chica valiente, única entre todas las jóvenes del mundo musulmán, por no mencionar el hecho de que los estadounidenses se preparan para alcanzar un entendimiento con el movimiento en cuanto a su retirada pacífica de Afganistán antes de finales del próximo año.

«Facebook y su fundador Mark Zuckerberg habrían sido sin duda una mejor opción que la OPAQ, [cuyo premio] podría haber esperado hasta que terminara su difícil misión en Siria el próximo año… Una vez más, el Comité Noruego del Premio Nobel de la Paz ha cometido un error indefendible e incomprensible…»[10]

Ahmad Al-Faraj, columnista del diario saudita Al-Jazira, escribió: «El mundo entero esperaba que la joven Malala Yousafzai ganara el Premio Nobel de la Paz 2013… Si hubiese ganado, el premio podría haber recuperado algo de su brillo. Pero la política sigue destruyendo deliberadamente la reputación de este premio, por lo que se le concedió a la OPAQ!!…»[11]

El premio es superfluo; nadie en este mundo devastado por la guerra se lo merece

El columnista iraquí Fatah ‘Abd Al-Salam llamó para suspender o incluso cancelar totalmente el Premio Nobel de la Paz, porque, según dijo, con todas las guerras en el mundo, no hay ninguna persona u organización digno de este. Escribió:

«El mundo está en llamas y los niños son las primeras víctimas. Nadie será digno del premio antes de que se establezca la paz en Siria, no a través de una [acuerdo] frágil relativo a las armas químicas de Siria, sino otorgándole legitimidad a la libertad humana. Nadie es digno del premio si se sienta de brazos cruzados, mirando a Irak sufrir la muerte innecesaria de miles de personas sin que nadie pestañee…

«Lo único que queda por hacer con el Premio Nobel de la Paz es suspenderlo en protesta por el derramamiento de sangre y las guerras en Afganistán e Irak y los desastres cuyas consecuencias destructivas se manifestaran en dos o tres generaciones o más. No hay nadie actualmente digno al Premio Nobel de la Paz, y por respeto a los derechos humanos, este debe ser rechazado, suspendido o cancelado hasta que la paz llegue».[12]


[1] Al-Akhbar (Líbano), 14 de octubre, 2013. Para ver extractos de la entrevista, véase MEMRI Despacho Especial No. 4580 «Bashar Al-Assad: El Nobel de la Paz debió haber sido para mí», 15 de octubre, 2013.

[2] Teshrin (Siria), 14 de octubre, 2013.

[3] Topnews – nasserkandil.com, 13 de octubre, 2013.

[4] Al-Fajr (Egipto), 11 de octubre, 2013.

[5] Al-Watan (Qatar), 13 de octubre, 2013.

[6] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de octubre, 2013.

[7] Al-Zaman (Londres), 11 de octubre, 2013.

[8] Al-Mudun (Líbano), 12 de octubre, 2013.

[9] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 11 de octubre, 2013.

[10] Al-Mudun (Líbano), 12 de octubre, 2013.

[11] Al-Jazira (Arabia Saudita), 17 de octubre, 2013.

[12] Al-Zaman (Londres), 11 de octubre, 2013.

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