Introducción
En un discurso el 1 de agosto, 2013 con motivo del Día del Ejército libanés, que este dedicó al papel del ejército como defensor de la nación, el Presidente libanés Michel Suleiman renovó su ataque contra el arsenal de Hezbolá, incluso refiriéndose a esta como «armas ilegales». Suleiman sostuvo que estas armas hacen que sea difícil e incluso imposible para el ejército libanés cumplir su función de ser el único órgano militar legítimo del país. Este reiteró la propuesta que había presentado en septiembre, 2012 ante el Comité de Diálogo Nacional, que está buscando una solución a la cuestión de las armas del Hezbolá,[1] es decir, que las armas de la resistencia (es decir Hezbolá) serían puestas bajo la autoridad del estado, que es el único organismo autorizado para defender al Líbano, su territorio y sus recursos naturales a través del ejército libanés. El presidente destacó que el ejército libanés posee la prerrogativa exclusiva de defender al país.
Las armas del Hezbolá no fueron el único blanco de las críticas del presidente. Suleiman también atacó a los diversos elementos libaneses involucrados en los enfrentamientos en Siria, es decir, tanto Hezbolá, que lucha junto al régimen sirio, y la facción Al-Mustaqbal y los salafistas, que luchan junto a los rebeldes sirios.[2] Este alegó que el verdadero martirio sólo puede realizarse en nombre del Líbano y en suelo libanés, y no en nombre de otro país. También criticó a la facción Al-Mustaqbal y a los salafistas por la dura campaña que han estado librando contra el ejército libanés en los últimos meses. Esta campaña fue una respuesta a las acciones del ejército contra los salafistas libaneses, especialmente el Jeque Ahmad Al-Asir, quien apoya a los rebeldes sirios.[3]
Esta no es la primera vez que Suleiman ha criticado el arsenal del Hezbolá y pidió colocarlo bajo la autoridad del estado. Sin embargo, este discurso fue inusual en su brusquedad y aspereza, y provocó como consecuencias respuestas duras. Pocas horas después del discurso, dos misiles Katyusha cayeron junto al Palacio presidencial en Baabda. El incidente fue interpretado en el Líbano como una reacción directa al discurso de Suleiman. Además, el diario libanés Al-Akhbar, identificado con el Hezbolá, exhortó a Suleiman a dimitir de su cargo.
Este informe examina los principales puntos del discurso de Suleiman, la respuesta del diario libanés Al-Akhbar al mismo, y los comentarios anteriores de Suleiman contra las armas del Hezbolá, que dan fe de su política consistente y firme sobre este tema.
Discurso de Suleiman: Las armas ilegales hacen que sea difícil para el ejército funcionar
En su alocución del 1 de agosto, 2013, pronunciado en el acto central del Día del Ejército en el cuartel general, Suleiman subrayó en repetidas ocasiones que, tras una larga y amarga experiencia, los libaneses quieren que el estado sea el exclusivamente responsable de defender el honor y la soberanía del Líbano: «…Los tiempos han cambiado, guerras y revoluciones han estallado, golpes de estado y cambios han tenido lugar en el Medio Oriente y en la región árabe, regímenes han sido reemplazados y nuevas constituciones se han redactado – [pero] el régimen democrático y la esencia del Pacto [Nacional][4] han permanecido constantes, a pesar de las convulsiones [que ocurren en la región]… El ejército libanés salvaguarda el [régimen democrático en el Líbano], garantiza la unidad del Líbano y la independencia, y refuerza la creencia de que el pluralismo es el secreto para la esencia y la supervivencia del [Líbano]… Luego de las amargas experiencias con la ocupación [israelí], y los problemas derivados de [la existencia de] los pequeños estados, las milicias y el clientelismo [sirio], los libaneses optaron firmemente por un estado defendido [sólo] por su ejército y es [responsabilidad exclusiva] de estos abrigar y proteger sus derechos y su dignidad, y que defiende el pluralismo y las prácticas, mientras evita las luchas por las identidades, las creencias, el sectarismo y los ejes de la maldad…»[5]
El Líbano se está convirtiendo en un campo de batalla ya que algunos libaneses están involucrados en luchas fuera de las fronteras del país
Suleiman se refirió en su discurso al reciente ataque poderoso sobre el ejército por ambos elementos salafistas y la facción Al-Mustaqbal. Los salafistas libaneses acusaron al ejército de que, actuando en contra de los grupos islamistas en el país, incluyendo a Al-Asir, incitaban a Hezbolá y al régimen de Assad a actuar en contra de la comunidad sunita. La facción Al-Mustaqbal acusó al ejército de colaborar con los combatientes armados de Hezbolá en la batalla que se libra contra el Jeque Al-Asir en Sidón. Suleiman hizo hincapié en que un ataque contra el ejército era inaceptable:.. «La seguridad no es lo único que conserva la patria. No obstante, una patria no puede existir sin seguridad, y la seguridad, soberanía y dignidad no puede existir sin el ejército al igual que un ciudadano tiene derecho a [recibir] seguridad, protección y defensa del estado y el ejército, por lo que el ejército tiene derechos [que se les debía] por la nación y el estado. Además de las armas, equipos y apoyo material y moral, [el ejército también] requiere un entorno nacional no contaminado y el ser acogido por el patrocinio estatal. El ejército no es un cuerpo abstracto y distinto operando al margen del estado y la nación. Es parte de estos. [Opera] en su nombre, y busca respaldo político oficial que yace en una decisión popular respaldada por el apoyo de un [público universal]… El ejército no debe ser [obligado a] cambiar de una posición de defender a los ciudadanos a [uno de] defenderse a si mismo… En estas delicadas circunstancias, una campaña de apoyo para el ejército, en lugar de un ataque contra este, es un mandato».
Suleiman procedió a reprender a los diversos partidos libaneses involucrados en la guerra en Siria – tanto Hezbolá que está combatiendo junto al régimen de Assad y la facción Al-Mustaqbal y elementos salafistas que están ayudando a los rebeldes. Dijo que, al combatir en Siria, estaban arrastrando el Líbano en la batalla y que por lo tanto dificulta al ejército libanés el desempeño de sus tareas, ya que el ejército temía que sus acciones podrían ser mal interpretadas como una intervención contra un grupo político específico o secta en el Líbano. Este advirtió: «El ejército fracasará en sus tareas si la situación [actual] persiste, [es decir, la situación] en la que es imposible frenar cualquier hostigamiento o daño al ejército o a los ciudadanos por temor a afrontar alguna secta o algún grupo dentro de esta. [Otro] asunto que está obstaculizando al ejército en el cumplimiento de su función es la participación de un grupo libanés o de [varios] grupos, en las luchas fuera de las fronteras [del Líbano], lo que resulta en la acción de importar las crisis externas y transformar al país en una campo abierto para una guerra de poder [con Hezbolá actuando como un agente del frente de la resistencia y los salafistas como agentes de los rebeldes sirios]…»
Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor copie el siguiente enlace en su ordenador:http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/7367.htm
*E. B. Picali es compañero de investigación en MEMRI.
[1] El Comité de Diálogo Nacional, integrado por representantes de las principales fuerzas políticas del Líbano, fue establecido en el 2008 con el propósito de formular las «estrategias de defensa» del Líbano a fin de encontrar una solución a la controversia sobre las armas de Hezbolá.
El foro renovó sus actividades en junio, 2012 por iniciativa de Suleiman y con la bendición del Rey saudita ‘Abdallah.
[2] En relación a la participación de elementos del Líbano en la guerra siria, véase MEMRI Investigación y Análisis No. 916, «La lucha entre fuerzas dentro del Líbano es reflejada en su participación en Siria», 3 de enero, 2013.
[3] En referencia al conflicto armado entre el ejército y el Jeque Ahmad Al-Asir, véase MEMRI Investigación y Análisis No. 988, «Salafista libanés Jeque Al-Asir inicia lucha armada contra el ejército libanés ‘chiíta’, 26 de junio, 2013.
[4] El Pacto Nacional (en árabe: Al-Mithaq Al-Watani) de 1943 fue un acuerdo no escrito negociado por los líderes de las comunidades libanesas poco después de obtener la independencia. Este sentó las bases del Líbano como un estado multi-confesional, incluyendo la división proporcional de los cargos por la comunidad, y continúa dándole forma al Líbano hasta el día de hoy.
[5] Suleiman alude la lucha sectaria, así como también la lucha regional entre el eje de la resistencia encabezado por Irán y el eje de la oposición encabezado por Arabia Saudita, que se refleja en el Líbano.