Introducción

Las protestas que se suceden contra el régimen iraní pueden definirse no solo como una sublevación liderada por mujeres, sino también como un levantamiento liderado por minorías étnicas. De hecho, para las minorías étnicas que comprenden casi la mitad de la población de Irán (por ejemplo, árabes ahwazíes, kurdos y baluchis), esta sería una «revolución» por la libertad y los derechos humanos y étnicos básicos de los que han sido privados no solo por la República Islámica de Irán, sino también por los antiguos regímenes persas (por ejemplo, bajo la dinastía Pahlavi) durante casi un siglo. Por esta razón, este es de hecho un tema tan sensible para el régimen iraní como lo es para la propia diáspora persa.

Cabe señalar que las protestas se desencadenaron en todo Irán tras el asesinato de Jina Amini, la mujer kurdo-iraní de 22 años de edad quien fue asesinada a golpes por la policía «moral» iraní. Tal como suelen decir las defensoras de los derechos de la mujer kurda en Irán: «Somos mujeres y kurdas; por lo tanto, en la República Islámica de Irán, somos acusadas por partida doble». De hecho, Jina Amini fue arrestada, torturada y asesinada no solo porque llevaba el hiyab demasiado «holgado», sino también porque era kurda.[1]

Sin embargo, mucho antes de que la noticia del asesinato de Jina Amini perpetrado por la República Islámica llegase a los medios de comunicación internacionales, la diáspora persa borró estratégicamente el origen étnico de Jina y el carácter étnico de las protestas kurdas (que comenzaron en el Kurdistán oriental en respuesta a las atroces matanzas), con el fin de desviar la atención de la comunidad internacional ante la terrible situación de las minorías étnicas en Irán. De hecho, tanto los medios de comunicación persas de la diáspora como los medios de comunicación internacionales siguen llamándola por su nombre persa Mahsa, nombre que se vio obligada a adoptar, ya que la República Islámica no acepta el registro de nombres kurdos en los documentos oficiales.

A menudo, por ejemplo en Londres y en Aarhurs en Dinamarca, los persas no han permitido que los kurdos y los baluchis enarbolen sus banderas nacionales o muestren sus símbolos étnicos en las recientes manifestaciones contra el régimen.[2] Los videos compartidos en las redes sociales mostraban a persas atacando a un individuo kurdo en Estocolmo por llevar puesta ropa kurda.[3] En Berlín, los persas hostigaron a árabes ahwazíes, kurdos y balochis por criticar a Mohammed Reza Shah debido a que cometió crímenes contra las minorías. Un individuo baluchi fue atacado verbalmente por manifestantes persas por sostener una pancarta que leía «Irán ha cometido genocidio contra Kurdistán y Baluchistán».[4]

(Fuente: CIA, 2004)
(Fuente: CIA, 2004)

Todos los miembros de las minorías étnicas en Irán tienen una «Jina» en sus vidas

Hablando en contra de la eliminación de kurdos y Kurdistán por la diáspora persa y por los medios de comunicación en Occidente, la activista kurda Tara Fatehi declaró lo siguiente: «No pueden entonar el cantico ‘Jin, jiyan, azadi’ (una consigna feminista kurda que significa ‘Mujer, vida, libertad utilizada como grito de guerra en las protestas iraníes mientras borran, re-colonizan y refuerzan su opresión contra el pueblo kurdo».[5]

La historia de Jina Amini y la eliminación de su origen kurdo por los persas guardan relación con la experiencia de todas las minorías étnicas de Irán que han sufrido de manera desproporcionada los embates de la represión estatal, la «persianización» violenta y las políticas de asimilación de los regímenes persas. Todos los miembros de las minorías étnicas en Irán tienen una «Jina» en sus vidas. Jina representa a la hija de las minorías oprimidas de Irán que durante décadas han sufrido sistemáticamente de discriminación.

Dentro y fuera de Irán, los persas no han logrado amplificar o incluso escuchar las voces de las minorías que forman la columna vertebral de la actual revolución. La cobertura de los medios de comunicación internacionales hecha a las protestas y perspectivas iraníes como los únicos representantes de Irán han marginado aún más a las minorías étnicas y religiosas y ha reforzado el persa-centrismo del régimen iraní. «¿Cuándo fue la última vez que un lur o ahwazí iraní recibió una plataforma global para expresar sus opiniones sobre el régimen de Irán o sobre la política exterior de Occidente hacia Irán? ¿Cómo pueden las minorías religiosas no-reconocidas, como los bahaíes o los sijs, hablar globalmente desde un estado que no les puede ofrecer protección?» escribieron las académicas Asha Sawahney y Sabrina Azad.[6]

(Fuente: Instagram.com/__tarafatehi/)
(Fuente: Instagram.com/__tarafatehi/)

Del «pan-iranismo» al «islamismo ario»: «persianización» y «centralización» en Irán (1921-´época presente)

Desde finales del período medieval hasta el siglo 20 Irán fue un imperio multiétnico, con dinastías kurdas y de habla turca al frente de las instituciones políticas y militares del país. Esto cambió bajo la tutela de Reza Shah, quien tomó el poder en un golpe de estado persa en el año 1921, ya que promovió el «nacionalismo persa» como ideología de estado.

El marco nacionalista establecido por Reza Shah Pahlavi no dejó espacio para las distintas identidades étnicas en Irán, tal como argumentó un editorial del año 1925 en un diario pro-Pahlavi: «El estado iraní está en peligro de desmoronarse mientras sus ciudadanos no se consideren principalmente iraníes, sino como turcos, árabes, kurdos, bakhtiyaris y turcomanos. Por lo tanto, debemos eliminar las lenguas minoritarias, los sentimientos regionales y las lealtades tribales y transformar a los diversos habitantes del actual Irán en una sola nación».[7] Para llevar a cabo esta transformación, los pahlavis atacaron y eliminaron a los últimos principados independientes de Juzestán, Luristán, Baluchistán y Kurdistán, seguido de violentas campañas de persianización, prohibición de idiomas y de vestimenta locales, migraciones forzadas y reasentamiento obligatorio de kurdos, baluchis y otros grupos étnicos en las regiones fronterizas para de esta manera desintegrar sus estructuras sociales y acelerar su asimilación cultural-lingüística.[8]

Las políticas de persianización y centralización encontraron fuerte resistencia por parte de las minorías étnicas que se rebelaron contra los sucesivos gobiernos persas (1925-1979). Algunos ejemplos notables fueron las rebeliones de finales de la década de los años 1930 en Baluchistán que fueron brutalmente reprimidas y la creación de la República de Kurdistán por los kurdos y el Gobierno Popular de Azerbaiyán de los turcos azeríes en 1945. Ambos fueron disueltos violentamente un año después y los líderes kurdos fueron ahorcados públicamente en la plaza Mahabad. El ejército iraní, respaldado por los Estados Unidos y el Reino Unido, ocupó las regiones fronterizas en diciembre del año 1946, dejando un rastro de muerte y destrucción.[9]

A pesar de adoptar oficialmente el islam como la ideología estatal en el año de 1979, la República Islámica mantuvo las políticas de persianización y centralización del Shah. De hecho, la islamización ha sido, en cierto modo, el reverso de la persianización. El uso ideológico dado a la religión por parte del ayatolá Jomeini inició una fusión del chiismo y el «persianismo» como los dos elementos principales del nacionalismo. A diferencia del etno-nacionalismo persa-laico del régimen del Sha, el etno-nacionalismo persa-chiita formó la base de las políticas internas y las estrategias de colonización del régimen islámico. Por lo tanto, en una orientación colonial implícitamente imperial, el régimen islámico del año 1979 no reconoció los derechos de auto-determinación de las etno-naciones no persas, especialmente la exigencia que hacían los kurdos.[10]

El término cultural «ario» o «Irán» («pueblo noble») fue históricamente la auto-designación de muchos grupos étnicos en la zona suroeste de Asia, incluyendo a hindúes, persas, kurdos y a pastunes. Sin embargo, el uso moderno del término por parte de los regímenes iraníes se ha limitado a los «persas». Irán no aprecia los llamados «idiomas iraníes» tales como el gilaki, kurdo, balochi, etc. Entre los 75 idiomas que se hablan en el país, Irán solo ha reconocido el persa, el resto ha sido confrontado al lingüicidio y muchos de ellos ya se están extinguiendo.[11]

(Fuente: Jaffer Sheyholislami, Language as a problem: Language policy and rights in Kurdistan-Iran - El idioma como problema: política y derechos lingüísticos en Kurdistán-Irán. Etudes Kurdes- N°13-Decembre, 2019. Pp. 95-130)
El documento anterior del gobierno iraní, fechado en el año 2013, muestra discriminación contra los kurdos. Cuando un kurdo solicitó registrar su empresa bajo el nombre «Jina», su solicitud fue rechazada por el gobierno iraní ya que «el nombre», tal como dice el documento oficial, «no es iraní, sino kurdo». (Fuente: Jaffer Sheyholislami, Language as a problem: Language policy and rights in Kurdistan-Iran – El idioma como problema: política y derechos lingüísticos en Kurdistán-Irán. Etudes Kurdes- N°13-Decembre, 2019. Pp. 95-130)

Las minorías étnicas y religiosas de Irán

Los persas comprenden casi la mitad de los 84.000.000 millones de habitantes de Irán; las minorías étnicas no-persas forman la abrumadora mayoría en las regiones periféricas de Irán, en contraste con el centro dominado por los persas de Irán. Las minorías étnicas comparten lazos más fuertes con gente de la misma etnia en los estados limítrofes que con los propios persas dentro de Irán. De hecho, comparten un sentido generalizado de discriminación y privación hacia el régimen centro-persa.

Con respecto a las religiones permitidas en el país, la constitución de Irán nombra a la Escuela Twelver Ja’fari del islam chiita como la religión del estado. Reconoce a los iraníes zoroastrianos, judíos y cristianos, que constituyen menos del 1% de la población del país, como las únicas minorías religiosas reconocidas, aunque históricamente han sido perseguidos, encarcelados, ejecutados y exiliados por la fuerza. Los sunitas, yaresan (Ahl-e Haq) y los bahaíes han enfrentado una persecución mucho más brutal en las últimas cuatro décadas porque Irán los ha excluido de la protección y de los reconocimientos mínimos otorgados por la Constitución islámica de Irán.

La República Islámica ha «atacado desproporcionadamente a los grupos minoritarios, incluyendo a los kurdos, ahwazíes, azeríes y a los baluchis, imponiéndoles arresto arbitrario, detención prolongada, desapariciones y abuso físico», según el Informe de derechos humanos 2019 del Departamento de Estado. «Estos grupos de minorías étnicas denunciaron discriminación política y socio-económica, particularmente en su acceso a la ayuda económica, licencias comerciales, admisión en universidades, oportunidades laborales, permiso para publicar libros y derecho a vivienda y tierras».[12]

En su informe del mes de julio, 2019 el ponente especial de la ONU señaló que los presos políticos kurdos acusados ??de delitos contra la seguridad nacional representaban casi la mitad de todos los presos políticos en Irán.[13] Abbas Vali, profesor de teoría social y política en el Departamento de Sociología de la Universidad Bogaziçi en Estambul, dijo lo siguiente: «El Kurdistán iraní es tratado como zona de seguridad, la lógica del gobierno militar nunca ha desaparecido», este continuó, «cuando sienten que habrá problemas, primero recurren a los kurdos».[14] Un informe de Iran Human Rights (IHR) muestra que más del 55% de los prisioneros entre los años 2010 y 2018 eran kurdos, mientras que el 25% eran baluchis y el 13% árabes.[15]

Los turcos azeríes, quienes son predominantemente chiitas, son el segundo mayor grupo étnico de Irán y representan entre el 15-20% de la población. Forman la mayoría en Azerbaiyán al noroeste de Irán. Sus vecinos Gilakis y Mazendaranis juntos representan alrededor del 9% de la población, formando una clara mayoría en las provincias que bordean el Mar Caspio, que contienen la décima mayor reserva de gas del mundo.[16] Los kurdos son el cuarto mayor grupo étnico en el Medio Oriente y el tercer mayor grupo étnico en Irán, que comprende alrededor del 10% de la población del país. Los kurdos viven en la zona del noroeste de Irán, que los kurdos llaman Rojhelati Kurdistan («Kurdistán oriental»). Irán, Turquía y los países vecinos han percibido durante mucho tiempo a los kurdos como amenaza debido a su número, distribución geográfica y resistencia a las autoridades centrales.

La provincia de Juzestán – llamada el «talón de Aquiles» de Irán – al oeste de Irán es el hogar de la mayor comunidad árabe, conocida como árabes ahwazíes o khuzestani, quienes representan del 2 al 4% de la población de Irán.[17] La provincia contiene casi el 80% de las reservas de petróleo de Irán y la mayor parte de su producción de gas natural. La provincia es también una de las mayores productoras de cereales, maíz, arroz, remolacha dulce y caña de azúcar. También alberga al mayor exportador de acero del país.[18] Sus vecinos son los lur, que comprenden alrededor del 6% de la población de Irán.

La provincia de Sistán y Baluchistán al sureste de Irán alberga entre 1.500.000 y 2.000.000 de baluchis, quienes son predominantemente sunitas y representan alrededor del 2% de la población nacional. Baluchistán es una de las fronteras más estratégicas de Irán. Comparte una frontera de casi 200 millas con Afganistán y una frontera de casi 575 millas con Pakistán. Chabahar, en la provincia de Sistán y Baluchistán, es el único puerto oceánico de Irán en su costa en el Golfo de Omán. La provincia ya cuenta con unas 370 minas activas, pero aún quedan por extraer millones de toneladas de reservas minerales, incluyendo oro.[19]

Centro vs periferia

Aunque la mitad del capital humano en Irán, así como también la mayoría de los recursos naturales de Irán, se concentran en las provincias fronterizas, las regiones persas han disfrutado de un desarrollo económico muchísimo mejor, de mejores oportunidades laborales y servicios gubernamentales en comparación con las provincias fronterizas, caracterizadas por una falta de desarrollo económico y altas tasas de desempleo.

Un informe de la ONU del año 2019 indica que en las provincias de Sistán y Baluchistán, la gran mayoría de los baluchis vive por debajo del umbral nacional de la pobreza.[20] El alto desempleo entre los kurdos ha obligado a muchos a aceptar trabajar como «kolbars», o contrabandistas y mensajeros que transportan mercancías entre Irak e Irán. El trabajo es muy peligroso debido al severo clima presente en la zona, el terreno montañoso, las minas terrestres y las patrullas fronterizas iraníes. En el año 2019, 50 «kolbars» fueron asesinados y 144 heridos por los guardias fronterizos.[21] El 6 de enero, 2021 Mohsen Haidari, representante de Jamanei en Juzestán, confesó que existe un nivel inaceptable de discriminación contra los árabes en Juzestán: «Aunque los árabes constituyen la mayoría de la población en la provincia de Juzestán, estos poseen menos del 5% de los cargos gerenciales locales. En las entrevistas de trabajo, cuando los entrevistadores verifican el documento de identidad del solicitante árabe y se dan cuenta de que la persona es árabe, los rechazan. Los jóvenes árabes comenzaron a cambiar sus nombres para ocultar su identidad árabe y de esta manera poder ser contratados».[22]

El politólogo iraní Nader Entessar señaló que la existencia de una desigualdad centro-periférica en Irán y las subsiguientes desigualdades socio-políticas y económicas experimentadas por las minorías han dado lugar a una condición similar al colonialismo interno y a movimientos reactivos organizados por los grupos marginados o la periferia en reacción a su exclusión de la maquinaria estatal por el régimen central.[23] La discriminación interseccional contra las minorías ha fortalecido el etno-nacionalismo en las regiones periféricas que las autoridades iraníes perciben como una amenaza mucho más grave para la integridad territorial de Irán.

Ali Younesi, el entonces ministro de inteligencia iraní, comentó en el año 2005: «No visualizo ninguna amenaza política hacia Irán en el futuro, pero si ocurre alguna crisis, esta será étnica y social». Un estudio del Ministerio del Interior de Irán del año 2004 concluyó que la conciencia de identidad étnica ha aumentado en gran medida entre los principales grupos étnicos de Irán. Por esta razón, desde el comienzo de las protestas del año 2022 contra el régimen, que ocurrieron predominantemente en las regiones fronterizas, tal como lo mencionó Suzan Quitaz, investigadora kurdo-sueca y periodista del medio de comunicación de propiedad saudí Majalla – «las minorías étnicas de Irán están sufriendo de manera desproporcionada, tal como «la respuesta de las fuerzas de seguridad iraníes ante los manifestantes difiere según las diferentes regiones».[24]

Quitaz también escribió: «En comparación con las partes centrales de Irán, las regiones periféricas tales como Juzestán y Kurdistán (pobladas por árabes y kurdos, respectivamente) tenían tasas más altas de muerte y arresto de manifestantes». Luego señaló que mientras las protestas recorren las grandes ciudades persas de Irán, «el CGRI comete crímenes de guerra contra las comunidades marginadas de Irán, principalmente al utilizar una brutalidad horrible contra baluchi y kurdos».[25]

Expansionismo militar y colonialismo de la República Islámica

Desde su fundación en el año de 1979, el Régimen Islámico ha perseguido su ideología expansionista de línea dura en «exportar la Revolución Islámica» hacia los países de mayoría chiita a través de guerras y violencia política.[26] El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI), el principal mecanismo de intervención extranjera, le ha permitido a Irán tomar el control de Gaza, el Líbano, Irak, Yemen y Siria a través de sus agentes-estado, que Irán llama el «eje de resistencia», una red de organizaciones terroristas designadas internacionalmente[27] con un historial terrorista de casi 40 años.

De hecho, el ayatolá Jamenei ya no es solo el líder supremo de Irán. Ahora también es el líder supremo no-oficial, pero de facto, de las colonias de Irán, tales como Irak, Yemen, Gaza, Siria y el Líbano. Este hecho fue declarado explícitamente por el general Yahya «Rahim» Safavi, asesor militar del ayatolá Jamenei y ex-comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), quien afirmó: «La frontera del Líbano con Israel es la nueva línea defensiva de Irán» y agregó que «Occidente está preocupado de que la influencia de Irán se esté extendiendo desde el Golfo Pérsico hasta el Mediterráneo».[28]

Recientemente, cuando el influyente líder chiita iraquí Muqtada Al-Sadr, ampliamente considerado como el líder del frente chiita anti-iraní en Irak, trató de reducir la hegemonía de Irán sobre Irak, se vio obligado a ser leal a Jamenei luego que Al-Haeri, su líder espiritual en la ciudad iraní de Qom emitiera un fatua, pidiendo a Al-Sadr y a sus seguidores apoyar al ayatolá Jamanei.[29] Por ende, entregando la soberanía de Irak a Irán.

Irán también ha ampliado recientemente su presencia militar en Europa del oriental, donde el régimen, en violación a la prohibición de la ONU, ha ayudado a Rusia en la guerra contra Ucrania proporcionándole drones y misiles junto a técnicos pertenecientes al CGRI para que trabajen en los drones. La Casa Blanca dijo que Estados Unidos tiene pruebas de que las tropas iraníes están «comprometidas directamente sobre el terreno» en Crimea y apoyan los ataques con aviones no-tripulados rusos contra la infraestructura y la población civil de Ucrania.[30]

La República Islámica de Irán ha socavado la soberanía de varios estados y se ha implicado en reprimir los movimientos democráticos del Medio Oriente. Irán, al igual que Turquía, impide que las minorías étnicas y religiosas obtengan cualquier tipo de posición regional o independencia que pueda percibirse de amenaza para los intereses regionales y para la seguridad nacional de Irán. Por ejemplo, en el año 2017, el comandante de las fuerzas Quds del CGRI Qassem Soleimani, dirigió a las milicias chiitas en la invasión de Kirkuk, asesinando a 600 civiles kurdos, después de que los kurdos celebraran un referéndum por la independencia en la ciudad. El jefe del Estado Mayor del líder supremo de Irán anunció luego: “El líder supremo de Irán Ali Jamenei y el comandante de las Fueras Quds Qassem Soleimani han desbaratado un complot estadounidense-israelí para crear un segundo Israel en la región del Kurdistán”.[31]

Conclusión – hacia un Irán balcanizado: El por qué importan los etno-estados

El apoyo a la balcanización de Irán en varios etno-estados independientes es deseable para múltiples partidos, ante todo, para las minorías oprimidas. La formación de nuevos estados étnicos en Azerbaiyán, Kurdistán, Juzistán, Baluchistán y las provincias del Caspio engullirían a Irán por todos lados y limitaría su acceso a la costa y a los principales puertos del Golfo y del mar Caspio y a los abundantes recursos naturales en las regiones de la frontera. Esto paralizará efectivamente a Irán como un estado poderoso y expansionista, ya que perdería la mitad de su capital humano y la mayoría de sus recursos naturales, que son vitales para su fuerza militar y expansionismo al suroeste de Asia.

Un Irán sin recursos no representa una amenaza para los estados vecinos y regionales, así como también para los intereses de la comunidad internacional. Un Irán sin Baluchistán, Kurdistán, Azerbaiyán y Juzestán será una tierra aislada e inmóvil. Además, los tantos grupos terroristas respaldados por Irán, responsables de la mayor parte del caos y la destrucción en el Medio Oriente, ya no tendrían capacidad para operar.

Cabe señalar que un cambio de régimen en Irán pudiera poner fin al imperialismo de Irán y su gobierno teocrático autoritario, pero puede que no termine con la persecución de sus minorías. Debe respetarse la voluntad de las minorías, que unidas juntas comprenden casi la mitad de la población de Irán y debe reconocerse su derecho al estado y a la libertad. Dividir a Irán en líneas étnicas le sirve es a los intereses locales, regionales e internacionales. Cualquier plan futuro o intervención extranjera debería ser hacia ese fin.

Himdad Mustafa es un académico kurdo y experto en temas kurdos.


[1] Véase la serie de MEMRI Informe Diario No. 420 – Devuélvanle su nombre kurdo: Jina Amini, 10 de octubre, 2022.

[2] Facebook.com/groups/kurdisk.danak/posts/475264404658304, 1 de octubre, 2022.

[3] Facebook.com/Himdad.A.Mustafa/videos/624204612594006, 29 de septiembre, 2022.

[4] Facebook.com/Himdad.A.Mustafa, 29 de septiembre, 2022.

[5] Instagram.com/p/CjNHcILOPGI/?igshid=YmMyMTA2M2Y=, 11 de octubre, 2022.

[6] Opendemocracy.net/en/north-africa-west-asia/no-country-minorities-inequality-state-repression-iran/, 1 de junio, 2020.

[7] Jeffrey Mankoff. Empires of Eurasia: How Imperial Legacies Shape International Security – Imperios de Eurasia: cómo los legados imperiales dan forma a la seguridad internacional. (Prensa de la Universidad de Yale, 2022). P.173.

[8] Jeffrey Mankoff. Empires of Eurasia: How Imperial Legacies Shape International Security – Imperios de Eurasia: El cómo los legados imperiales dan forma a la seguridad internacional. (Prensa de la Universidad de Yale, 2022). P.173.

[9] William O. Douglas. Strange Lands & Friendly People – Tierras extrañas y gente amable. (Nueva York, 1951). pags. 45.

[10] Saba Mofidi. Political Function of Religion in Nationalistic Confrontations in Greater Kurdistan – Función política de la religión en los enfrentamientos nacionalistas en el Gran Kurdistán. (Transnational Press Londres, 2022), pp.73-5.

[11] Jaffer Sheyholislami, Language as a problem: Language policy and rights in Kurdistan-Iran – El idioma como problema: política lingüística y derechos en Kurdistán-Irán. Etudes Kurdes- N°13-Diciembre, 2019. Págs. 95-130.

[12] State.gov/reports/2019-country-reports-on-human-rights-practices/iran/, 2019.

[13] Undocs.org/Home/Mobile?FinalSymbol=A%2F74%2F188&Language=E&DeviceType=Mobile&LangRequested=Fale UNHRC, ‘Informe del Reportero Especial sobre la situación de los derechos humanos en la República Islámica de Irán’ (párrafo 87), 18 de julio, 2019.

[14] Theguardian.com/world/2016/feb/26/iran-kurdistan-rouhani-tehranbureau, 26 de febrero, 2016.

[15] Iranhr.net/en/print/5/3673/, 2018.

[16] Kepco.ir/en/news/1719/New-Gas-Hub, 8 de agosto, 2021.

[17] Refworld.org/docid/5b9ba544b.html, junio, 2018.

[18] Iranprimer.usip.org/index.php/blog/2020/jul/29/iran%E2%80%99s-challenges-converge-khuzestan, 3 de febrero, 2021.

[19] Iranprimer.usip.org/blog/2020/aug/06/irans-troubled-provinces-baluchistan, 24 de febrero, 2021.

[20] Ohchr.org/en/press-releases/2019/10/iran-un-expert-says-ethnic-religious-minorities-face-discrimination, 22 de octubre, 2019.

[21] Iranprimer.usip.org/blog/2020/sep/08/iran%E2%80%99s-troubled-provinces-kurdistan, 3 de febrero, 2021.

[22] Padmaz.org/en/?p=268, 6 de enero, 2021.

[23] Nader Entessar. Kurdish Politics in the Middle East – Política kurda en el Medio Oriente (Lexington Books, 2009), pp.5-7.

[24] Eng.majalla.com/node/261111/politicsmullahs-ongoing-genocide-against-non-persian-minorities, 7 de octubre, 2022.

[25] Eng.majalla.com/node/261111/politicsmullahs-ongoing-genocide-against-non-persian-minorities, 7 de octubre, 2022.

[26] Afshon Ostovar, “Exporting the Revolution” in Vanguard of the Imam: Religion, Politics, and Iran’s Revolutionary Guards – Exportando la revolución” en Vanguard of the Imam: Religion, Politics, and Iran’s Revolutionary Guards (Nueva York: Oxford University Press: 2016), pp.102-18.

[27] State.gov/foreign-terrorist-organizations/

[28] Iranwire.com/en/politics/60340/ , 6 de mayo, 2014.

[29] Aljazeera.com/news/2022/8/31/muqtada-al-sadr-and-iraqs-propensity-for-a-shia-shia-war, 31 de agosto, 2022.

[30] Reuters.com/world/europe/russia-using-iranian-drones-attacks-ukraine-white-house-says-2022-10-20/, 20 de octubre, 2022.

[31] Rudaw.net/english/kurdistan/2410201710, 24 de octubre, 2017.