El Kurdistán oriental es el bastión de la «revolución» contra la República Islámica de Irán.
Desde mediados del mes de septiembre, poco después del asesinato cometido contra Jina Amini (Jina fue el nombre kurdo original de Mahsa Amini),[1] la ciudad de Sanandaj («Sna» en kurdo y la capital de la provincia natal de Amini, Kurdistán) comenzó a protestar día y noche, noche y día en las calles contra el régimen, bajo la consigna kurda «Jin, jiyan, azadi» («Mujer, vida, libertad», que en persa se escribe «Zan, zendegi, azadi»).
Milicias de Irak, Siria y el Líbano se encuentran activas en Kurdistán
En consecuencia, el área alrededor de Sanandaj ha sido sitiada por las fuerzas de seguridad. Decenas de manifestantes kurdos han muerto y cientos han resultado heridos, mientras que miles de personas han sido llevadas a las prisiones de la provincia y han sido sometidas a tortura. Además, el camino de Sanandaj a otras ciudades ha sido puesto bajo el control total de las milicias Basij, mientras que el acceso a Internet y a los teléfonos es limitado o prácticamente inexistente. Cabe señalar que los residentes de Sanandaj informan que la mayoría de las fuerzas de seguridad hablan árabe entre ellos. Esto sugiere que Irán ha traído a sus propias milicias desde Irak, Siria y el Líbano con el propósito de ocupar la ciudad.
La policía iraní también ha dañado edificaciones civiles con el fin de intimidar al pueblo kurdo de Sanandaj. Por lo tanto, muchos residentes ahora se encuentran sin hogar y están siendo desplazados. Sin embargo, Sanandaj no se queda callado. Tal como fue informado en videos subidos a las redes sociales, también los estudiantes y profesores de la Universidad de ciencias médicas del Kurdistán y de otras facultades y escuelas en Sanandaj se declararon en huelga, se negaron a asistir a clases y se unieron a las protestas.[2] El apoyo a los manifestantes de Sanandaj se extendió a otras ciudades del Kurdistán y de todo Irán. De hecho, el coraje de los kurdos ha inspirado a otros grupos de personas oprimidas bajo el régimen islámico iraní a que salgan a las calles, como la población de Baluchistán y de Ahwaz y las propias mujeres de Irán.
La gente está bajo intensa presión
La rebelión que sucede hoy contra la República Islámica es muy diferente a las protestas del pasado. Esta rebelión ahora se ha convertido en un levantamiento nacional que hasta ahora se está llevando a cabo en 33 condados y 173 ciudades en Irán y el Kurdistán oriental. Lo más importante hasta ahora, gente de todo el mundo está comenzando a expresar su apoyo y ver el verdadero rostro de la República Islámica. Los gobiernos de Occidente también están tomando algunas medidas en contra del régimen, pero aún no son suficientes. La gente está bajo mucha presión. Miles de iraníes están siendo heridos y no pueden acceder a los hospitales y todos esperan que las organizaciones internacionales puedan brindar ayuda médica.
Occidente ahora debería priorizar la libertad del pueblo iraní sobre sus propios intereses financieros en el área del comercio de crudo, gas y en armamentos. Los embajadores de la República Islámica también deberían ser expulsados ??de los países occidentales, al igual que el actual representante iraní ante las Naciones Unidas.
No hay vuelta atrás
Las protestas han durado ya más de un mes y el régimen está comenzando a perder el control de la mayoría de las ciudades y regiones. Las fuerzas de seguridad del régimen están disparando y asesinando gente, pero los manifestantes no retroceden y están listos para continuar el levantamiento durante los próximos meses, ya que el pueblo quiere que la República Islámica deje de existir. Ya no existe espacio para el diálogo. No hay vuelta atrás.
Todas las naciones oprimidas por Irán están esta vez unidas en un solo frente, ya que han entendido que solo estando unidos pueden derrotar a la República Islámica de una vez por todas. Cabe señalar que los azeríes también se encuentran participando ampliamente en Tabriz. Ellos entonaron consignas sobre la hermandad kurdo-azerí. Esto es muy importante, considerando que el líder supremo Ali Jamenei es azerí. En Urmia, una ciudad kurda en Irán, kurdos y azeríes participaron en huelgas y manifestaron juntos, a pesar de que el régimen siempre ha tratado de crear querellas entre los dos grupos.
El pueblo kurdo en primera línea del frente contra la dictadura
El pueblo kurdo y la nación kurda en general siempre han estado en la primera línea del frente en la lucha contra la dictadura. En particular, el Kurdistán oriental se ha opuesto constantemente al régimen dictatorial islámico iraní durante los últimos 43 años, exigiendo derechos humanos básicos y su derecho a la auto-determinación.
Ahora bien, la ciudad de Sanandaj está siendo fuertemente bombardeada y los manifestantes están siendo atacados con balas de verdad, pero continúan resistiendo. Sanandaj es el Leningrado de hoy, mientras las milicias Basij cercan la ciudad, atacando y asesinando a civiles sin piedad. Sanandaj, al igual que Leningrado, tiene un significado simbólico. Aquí es donde comenzó la revolución y aquí es de dónde provino Jina Amini.
Una vez más, el pueblo kurdo siente responsabilidad de luchar por la libertad, no solo por Kurdistán, sino por todo Irán, para el Medio Oriente y más allá. De hecho, una vez que caiga la República Islámica, los movimientos terroristas tales como Hezbolá y Hamás y los regímenes dictatoriales como el de Maduro en Venezuela, se hallarán a sí mismos aun más aislados. Por lo tanto, la batalla contra la República Islámica que comenzó en Sanandaj es la que debe contribuir a un mundo más pacífico y estable.
*Arif Bawecani es líder del Partido Serbesti Kurdistán, oriundo del Kurdistán oriental; Anna Mahjar-Barducci es compañera investigadora sénior en MEMRI
[1] Véase la serie de MEMRI Informe Diario No. 420 – Devuélvanle a ella su nombre kurdo: Jina Amini, 10 de octubre, 2022.
[2] Rudaw.net/english/middleeast/iran/041020221, 4 de octubre, 2022.