Protestas contra la restricción de la libertad de expresión han surgido recientemente en Bahrein, siguiendo a un acto de presentación de danzas titulado Majnoun Lilah que fue celebrado como parte del Festival Cultural de Primavera que se realiza todos los años en el país. Los círculos islamistas en Bahrein denunciaron que el baile contenía «actos inmorales» que dijeron iban en contra de la religión, contra la moralidad, y contra las costumbres sociales. Como resultado, el parlamento bahraini decidido por mayoría de votos establecer un comité para investigar el asunto.
El MP islámico Abd Al-Halim Murad explicó las razones de la oposición islamista a la presentación del baile: «Lo que sucedió en algunas de las actividades del Festival Cultural de la Primavera no fue parte de [nuestra] cultura!… Los MPs vieron las escenas en donde los bailarines hombres y mujeres estaban en posturas pervertidas. Es absolutamente imposible permanecer callado a esto – en especial cuando las escenas fueron presentadas públicamente, sin vergüenza!… Nuestro país es Bahrein, no Francia o América! Bahrein es un país musulmán, y su identidad es islámica y árabe; sus principios son islámicos, y su carácter es islámico…» [1]
Los creadores del programa, el poeta Bahraini Qassem Haddad y el artista libanés Marcel Khalifa, rechazaron la crítica islamista. En un comunicado conjunto, dijeron que lo que los círculos islamistas estaban haciendo era un tipo de «terrorismo [contra] las formas de pensamiento y cultura, y represión de cualquier esfuerzo creativo». Haddad y Khalifa dijeron que la posición de los MPs islamistas «no fue un insulto a los individuos libres que buscan sólo el conocimiento y el goce, sino también un insulto a cualquier país civilizado que pertenece al siglo 21… Es apropiado que el pueblo de un país civilizado sea representado por MPs que fantasean sobre el tomar posesión del régimen – qué, [si lo hicieran, se convertiría] en un régimen de prohibición, represión, y expropiación?» [2]
Con los creadores del espectáculo estaban unas 50 organizaciones civiles, que emitieron un comunicado condenando la decisión del parlamento de preparar un comité investigador. Ellos acusaron a los círculos políticos en el parlamento bahraini de «estrangular la atmósfera de libertad y forzar su dominio sobre las opciones de los ciudadanos».
Los medios de comunicación de Bahrein se unieron en la protesta contra la restricción de la libertad de expresión y la libertad de creatividad en el país. Además, la crítica también apareció en la prensa de otros países del Golfo. Los editores y redactores del periódico atacaron a los círculos islamistas por su interferencia en las vidas de los ciudadanos de Bahrein, y llamaron en ellos a detener la coerción religiosa y el daño a los derechos individuales.
Lo siguiente son extractos de la prensa bahraini y del Golfo:
Editor de diario bahraini: «Quién lo nombró a usted guardián del pueblo?»
En un artículo titulado «Quién lo Nombro a Usted Guardián del Pueblo?» el jefe de redacción del diario bahraini Akhbar Al-Khaleej, Anwar Abd Al-Rahman, criticó a los MPs y miembros de los grupos religiosos que estaban intentando forzar sus puntos de vista sobre todos los ciudadanos de Bahrain: «… Desde los años treinta, la sociedad bahraini ha sido un modelo visto por todos los pueblos de la región. [Los bahranies son conocidos como] un pueblo respetable que conoce su camino desde el comienzo – un camino de cultura y respeto por el otro, un camino de tolerancia y amor… Desgraciadamente, sin embargo, estamos [actualmente] presenciando un punto de quiebre peligroso, [uno que es] contrario a la apertura política y a la era de libertades del Bahrein moderno.
«[Esto está sucediendo] debido a… grupos que están insistiendo en controlar a otros y en imponer sus puntos de vista sobre ellos. ¡Además, [estos grupos] están aspirando a abolir la manera de ver de los ciudadanos [quiénes piensan diferentemente de ellos]. Desgraciadamente, estos grupos están escogiendo para todo el pueblo lo que [deberían] leer o lo que [deberían] mirar, e incluso lo que [deben] comer y llevar puesto!
«Estos grupos se han olvidado… que Bahrein encabeza a los países [árabes] en términos de alfabetización, y tiene el porcentaje más alto de individuos educados, médicos, ingenieros, abogados, expertos en computadoras, disertantes en [la universidad], graduados universitarios, y personas instruidas en general – y el intento por abolir los puntos de vista de toda ésta [gente] es indudablemente un crimen despreciable…
«Honorables MPs: Pregúntense ustedes mismos, y pregunten a todos los países del mundo, de Oriente a Occidente, lo que hacen sus parlamentos. La respuesta necesariamente será lo contrario de lo que ustedes están haciendo y en lo que están perdiendo su tiempo. ¿No es su obligación la de enseñarle al pueblo cómo actualizar la democracia, en lugar de ser los que la desacrediten y la destruyan?
«Sólo los países dictatoriales le dicen a sus pueblos qué leer, qué mirar, qué comer, y qué beber. Será una desgracia para ustedes si permiten que nuestra democracia se convierta en una ‘dictadura del pensamiento’, y de lavarle el cerebro a [los ciudadanos]…
«A los miembros de los grupos [religiosos], y a aquéllos que pretenden proteger nuestra religión, [nosotros les decimos]: Los pueblos que avanzaron, y que alcanzaron niveles altos de progreso, son los pueblos que respetaron el derecho del individuo a la libertad de pensamiento, sin interferencia o coerción de nadie – sean grupos políticos, elementos teocráticos o incluso [elementos] oficiales. Si ustedes insisten en ser los guardianes del pueblo, y en representarlo en todos los asuntos, incluso en la libertad de pensamiento y creencia, ustedes lanzarán indudablemente al pueblo a un estado de inconsciencia y coma, del cual nunca despertará!» [3]
El país debe proteger las libertades individuales
En un artículo titulado «Las Libertades Individuales no Son Bienes [Para la Venta]», el columnista bahraini Abdallah Al-Ayyoubi llamó a proteger los derechos individuales de los grupos religiosos extremistas:
«… Fue muy importante que el Príncipe a la Corona [de Bahrein, quien expresó apoyo por los participantes del festival] hiciera sus declaraciones en este momento, cuando la cultura está siendo sujeta a un oscuro ataque reaccionario – [un ataque] cuyos perpetradores se están escondiendo detrás de la falsa apariencia de la religión y del [preservar] la moralidad, para enterrar la libertad creativa y estrangular la libertad de expresión que expresa los problemas de la patria y del individuo, y está comprometida a ellos…
«El Príncipe a la Corona hizo bien en apoyar a los participantes en el [Festival] Cultural de la Primavera y expresar su preocupación por las conductas que amenazan las libertades individuales. Bajo estas circunstancias, cuando el ataque sobre cada uno de los despliegues de la modernización y [cultura] civilizada está aumentando, necesitamos posturas de apoyo como aquéllas del Príncipe a la Corona, para que todos sepamos que Bahrein no es un país taliban, ni un país que pertenece [exclusivamente a cierto] grupo, y que un individuo tiene derechos que están fijados en la constitución, y eso debe ser respetado…
«Estas libertades deben estar seguras, y totalmente protegidas de la interpretación legal religiosa o fatwas pronunciados por este o aquel jeque. Sin esta libertad nosotros no podemos hablar del futuro.
«Si las varias organizaciones de la sociedad civil estuvieran poderosamente junto al [Festival] Cultural de la Primavera y defendieran el derecho del individuo a la creatividad [artística] – por consiguiente dándole el apoyo directo y explícito a estas libertades – luego [todo lo demás] debe el estado tomar una postura más clara defendiendo al individuo y a las libertades públicas… Continuaremos oponiéndonos a todo el daño a las libertades del individuo que están fijadas en la constitución, y ningún grupo tiene el derecho a enseñarnos moralidad o instalarse como un guardián sobre otros en nombre de la religión y la virtud.
«Cualquiera que esté siguiendo la situación en Bahrein ve que existe una regresión en el nivel de libertades públicas – [una regresión] que negativamente afecta [la situación] de las libertades individuales. Estas brotan no sólo del ataque emprendido por los grupos de toma y los [grupos] religiosos extremistas, sino también del [tratamiento] del estado preferencial de estos grupos en muchas áreas – hasta que le parezca a estos grupos que las libertades del pueblo e intereses se hayan vuelto un juego en sus manos…» [4]
El Islam es vida, amor, y respeto por los derechos individuales
En un artículo en el diario de Qatar Al-Raya, el Presidente del Centro para el Diálogo Cultural Dhiya Al-Mousawi de Bahrein llamó a liberar a los jóvenes musulmanes de las ataduras de los grupos religiosos, y permitirles disfrutar la vida:
«Yo no sé por qué cada vez veo a un joven musulmán siento pena, porque siento que ellos [e.d. los jóvenes musulmanes] tiene una comprensión equivocada de la religión. El Islam no es una calle estrecha, y no es un calabozo húmedo repugnante.
«El Islam es vida, amor, y respeto por los derechos del individuo… Islam quiere decir amor y belleza, humanidad y franqueza a la vida. No significa rabia y odio al mundo, miseria, y el presentarse a si mismo como despreciable…
«Debemos abrir a nuestra juventud musulmana a la vida hermosa, al arte que refina el alma, a la música que despierta su humanidad y que causa que sus emociones se quiebren – [las emociones] reprimidas por los dolores de su historia y por complejos mentales causados por los grupos [islamistas] y sus contradicciones… Este joven debe saber que Alá lo creó que para que pueda vivir, regocijarse, ser enérgico, y llevar a cabo actividades de una vida hermosa, sin que esto vaya en contra del Islam…
«Yo sé que algunos de los grupos islámicos en el mundo árabe le prohíben a los jóvenes de 20 años ir a los cafés, a la playa, o a los estadios de deportes, clamando que temen que los jóvenes serán expuestos a influencias negativas… Nuestros jóvenes están atrapados en los calabozos de los partidos políticos; ellos no pueden expresar sus puntos de vista y ni siquiera pueden mantener relaciones personales [normales] con parientes y amigos, incluso desde la niñez, porque no son del mismo partido… Ellos no deben amar, no deben hacer amigos con cualquiera excepto con [aquéllos que son] del mismo partido político…
«Desgraciadamente, el Islam ha explicado equivocadamente al musulmán que la vida de este mundo es una prisión para el creyente y el Paraíso para el no-creyente. Es decir, no debe reírse y divertirse con los amigos. No debe llevar ropa elegante o colonia, y está atrapado en el formalismo [de la ley religiosa musulmana]… De hecho, el musulmán no conoce el valor de la vida, a la magnitud que [es incapaz de] distinguir entre un beso y una bomba, una flor y una bala, entre el mar y un calabozo, entre una cascada y un polo eléctrico.
«Yo le digo a nuestros grupos [extremistas] y a sus predicadores – Tengan misericordia en estos jóvenes – después de todo, Alá habló de los fuegos de Infierno, pero Él también habló de los frutos del Paraíso…» [5]
* I. Rapoport es compañero de investigación en MEMRI.