En un artículo titulado «La Nación Árabe está en Manos de los Mediadores de la ONU» en el diario saudita londinense Al-Sharq Al-Awsat, el veterano periodista libanés Samir ‘Atallah escribió que los árabes solamente son capaces de negociar entre sí a través de mediadores externos. Sin embargo, ánade, incluso las platicas mediadas son estériles, debido a que las partes no tienen ningún interés en el diálogo, sino sólo desean «exigir, imponer y amenazar». Por parte otra, estos son incapaces de ver que el daño que causan entre si es mucho mayor que el daño causado a ellos por algún enemigo externo, ya que «La enemigo brutal [externo] destruye una casa o dos de vez en cuando mientras que el hermano [árabe] destruye ciudades y las vuelve a destruir».

Lo siguiente es el artículo tal como fue publicado en el portal del diario en su versión inglesa.[1]

Samir ‘Atallah (Imagen: beirutobserver.com)

«Desde el Océano Atlántico Hasta el Golfo, ‘la gran patria árabe’ está en manos de mediadores internacionales. Cada equipo de ‘hermanos’ y ‘camaradas’ no se comunica con al equipo contrario, salvo en un tercer país. Por primera y última vez, me hallé acordando con el Canciller libanés Gebran Bassil cuando este provocó la suspensión del «diálogo nacional [libanés]’ porque supo que iba hacia un vacío con el propósito de exigir, imponer y amenazar en Lugar de discutir.

«El diálogo nacional libanés suspendido luego que el partido del Canciller Gebran Bassil se marchó del mismo no fue patrocinado por la ONU. Todos los otros conflictos tienen un mediador internacional asignado a ellos y este mediador labora muy duro, actúa miserablemente, viaja, regresa, se cansa y luego es reemplazado por otro mediador. Este ciclo continúa y luego el sucesor no regresa.

«¿Qué es lo que los mediadores desean? Quieren convencernos de que existen soluciones a problemas que no involucran la destrucción de la patria. Quieren convencer a ‘Ali Saleh[2] de que uno no combate contra alguien que fue ayer un ciudadano y quieren convencer a los houthis que Yemen es más permanente de lo que es Irán. Quieren también convencer al régimen sirio de que medio millón de muertos y 12 millones de personas sin hogar no pueden ser todos infieles.

«Esperamos que continúe existiendo lo posible para mediar o negociar. Hamas debe estar agradecido por suspender las ‘recientes rondas’ de negociaciones, reconciliaciones y mediaciones y por someterse al viaje desde la Meca hasta Senegal[3] para reunirse con los hermanos de Fatah a fin de poder detener la confrontación entre sí mismos y no la confrontación con el brutal enemigo sionista.

«Es ese es el idioma que los árabes han olvidado o se avergüenzan de repetir delante de sus hijos; el enemigo brutal destruye una casa o dos de vez en cuando mientras que el agraciado hermano destruye ciudades, las vuelve a destruir Ellos re-destruye y luego ve una pared que sigue de pie y compite con esta por ello.

«Se pudiera pensar que estas cosas sólo suceden en las peores pesadillas, pero luego uno despierta y se da cuenta que la pesadilla y la realidad de la nación es una y que el papel de los intermediarios es una complicidad inconsciente en morosidad, hipocresía, exhumar las tumbas del pueblo y enterrar la esperanza. Los árabes no conocen el significado del diálogo y esto es lo que enfatizó Gebran Bassil. ‘Negociemos, pero a ustedes no tienen permitido hablar’, el [vicepresidente iraquí] Izzat Al-Douri le dijo al [príncipe kuwaití heredero a la corona] Jeque Saad Al-Abdullah [Tras la invasión de Kuwait por Irak en 1990]. El resto es altamente conocido».

[1] English.aawsat.com, 10 de septiembre, 2016. El texto ha sido ligeramente editado para claridad.

[2] ‘Ali Abdallah Saleh sirvió como presidente de Yemen durante 23 años hasta que accedió a ceder el poder tras manifestaciones y un acuerdo negociado por el Consejo de Cooperación del Golfo. Se afirma que este ayudo a organizar la toma de posesión houthi que desencadenó la actual guerra civil en Yemen.

[3] En junio, 2008 Senegal intento mediar un acuerdo de reconciliación entre Fatah y Hamas en Dakar, luego de que el anterior acuerdo de reconciliación, firmado en febrero del 2007 en Meca, fracasara.