Por: Alberto M. Fernández
El 19 de junio, 2017 el Estado Islámico en la (provincia) Wilaya en Raqqa, una de las dos principales ciudades del «califato» del EIIS, dio a conocer un video de 36 minutos de duración en idioma árabe, «La Purificación de las Almas». El video incluyó muchos de los elementos que ya hemos visto repetidamente en las propagandas del EIIS: imágenes de batalla, cadáveres de enemigos ya fallecidos y llamados a ataques en Occidente, en «las tierras de la infidelidad».
Pero junto a presentarse como unidades de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) dirigidas por los kurdos, que inexorablemente se apoderan de Raqqa, el video también posee un notable tono elegíaco extendible inusual para la propaganda del EIIS. Es un video de Ramadán y por lo tanto un enfoque en lo eterno y lo divino no está fuera de lugar, pero uno rara vez ha visto tanto gemir y emoción en un video del EIIS, es decir, el gemir y emoción por parte de los combatientes del EIIS y no de sus muchas víctimas.
El video pasa casi seis minutos centrándose primero en la muerte y las pérdidas y luego en la dulzura y naturaleza transitoria de la vida: una tumba es llenada con su propia tierra; un joven observa los cielos en medio de los escombros de Raqqa; un anciano saca una bicicleta maltrecha de las ruinas de una casa; las monedas de oro son contadas y giran hacia la eternidad; un herrero trabaja cansadamente en su labor; otro hombre pisa por un sendero a través de hojas caídas; Un padre observa a su bebé recién nacido; uno ve imágenes de chicos inocentes, de sonrisas y de flores, de oro y de árboles. Uno ve calles normales y luego esas mismas calles que han sido reducidas a escombros.
Esta es Raqqa y de alguna manera tiene que ver con la continua campaña de la coalición contra el EIIS. Pero el comentario es mucho más que eso. El comentarista señala que aquellos que han elegido el camino del Yihad al Camino de Alá han hecho una mejor elección que las cosas de este mundo, de al-Dunya. Uno luego escucha la voz de un individuo muerto, de Abu Musab Al-Zarqawi, al igual que uno ve a un combatiente del EIIS en una llanura de arena a quien tirotearon y cae lentamente hacia su muerte. Al-Zarqawi señala que no existe nada en la vida, al final, para el musulmán sino el yihad y la adoración de su Señor. Enfóquense, en lugar de este mundo pasajero, en lo eterno, en al-Akhira, en lugar de esta vida.
El video luego cambia a las escenas obligatorias de batalla, pequeñas escaramuzas en los olivos y casas de bloque de ceniza sin completar en las afueras de Raqqa representadas como si fuese la invasión a Normandía. El mensaje aquí no es sólo sobre Raqqa sino un punto mucho más amplio, de que la paciencia y la firmeza, tarde o temprano, conducen a la victoria final.
La escena cambia de nuevo ahora del campo de batalla a los testimonios de individuos combatientes del EIIS y atacantes terroristas. Varios son muchachos y personas de mayor edad. Está claro, tal como ha sido el caso en otros videos del EIIS desde hace ya bastante tiempo, que la organización está tratando de maximizar la mano de obra utilizando a jóvenes, ancianos e incluso a discapacitados o heridos de guerra, ya que trata de evitar la derrota y compensar sus pérdidas en el campo de batalla. El tono aquí es íntimo, personal y emocional ya que los individuos relacionan, muy a menudo con lágrimas, su lucha por hacer lo correcto en cumplimiento de los principios de su fe y superar las distracciones y la resistencia de la vida cotidiana. Cualquiera que vea tal testimonio se sentirá muy presionado al decir que estos individuos son perdedores o escépticos, o que la motivación de muchos combatientes del EIIS es cualquier cosa menos espiritual, emocional y profundamente sostenida. Este es, por supuesto, un video propagandístico que presenta una imagen parcializada y prefabricada de la realidad del EIIS. Pero ciertamente la fuerza motivadora aquí es cariñosa y cuidadosamente representada como creencia e idealismo.[1] Un joven relata cómo se registró para combatir y fue enviado de regreso al día siguiente. Este permaneció convencido de lo que quería hacer y le dijo a su madre, quien se sintió repleta de alegría.
Un hombre ya de edad relata el cómo la mayoría de sus muchachos son muyahidines y algunos son mártires. Dice que deseaba tener 20 hijos para contribuir a la lucha, pero se ha convencido a sí mismo de tomar las armas. Otro hombre de edad dice con lágrimas que recuerda que eres un huésped y un extraño en esta tierra y que Alá, por quien tanto anhelamos, pueda aceptarnos como mártires. Un joven sonriente le sigue sus pasos, recordándole a los espectadores que las puertas del cielo están abiertas para los mártires.
Y sólo para aclarar cuál es el objetivo en esta tierra por todo este sacrificio y martirio, todavía otro orador lo explica en detalle. Todas estas explosiones y todas estas operaciones suicidas, estos Zarqawiyat, son para extinguir totalmente la incredulidad (Kufr) de la tierra para que al final solo exista el adorar a Alá sobre la tierra.
Existen ambas, una fuerza aparente y una debilidad aquí. Uno puede observar este video y ver la debilidad de una organización que rasguña el fondo del barril, llevando a chicos, ancianos, oficinistas, médicos y dentistas y, los discapacitados a sus filas como carne de cañón. Pero también se puede ver el poder inherente en mover las mentes de los hombres a la acción que ha movilizado a miles fuera de las fronteras del Estado Islámico y que sigue inspirando actos de caos, incluso mientras las fortunas militares del Estado Islámico declinan.
La ironía es que tres cosas están ocurriendo simultáneamente en este espacio para el EIIS: (1) el imperativo para hacer más a nivel mundial, más y mayores actos de caos, es lo primordial; (2) la habilidad del EIIS para llevar a cabo operaciones complejas es cada vez más obstaculizada por su declive físico, mientras los refugios seguros y patrones establecidos son interrumpidos; (3) el marco ideológico del EIIS, con todo su poder político-religioso, permanece más o menos intacto y potente de la misma manera en que muertos tales como Anwar Al-Awlaki y el ya muerto Al-Zarqawi continúan inspirando.
Y mientras las guerras son libradas en el campo de batalla, también son batalladas en la mente y en los medios de comunicación. MEMRI documentó recientemente, tal como lo hace casi a diario, a personas que manifiestan abiertamente su lealtad hacia el Estado Islámico en las redes sociales.[2] Algunos de las más recientes procedían del Salvador y Tokio, de una prisión nigeriana y de lugares confortables en Polonia y Australia. Un reciente video del EIIS desde Mosul contó con un anciano egipcio que previamente había vivido en los Estados Unidos como voluntario para una misión suicida. Sus últimas palabras a los infieles antes de irse a asesinarlos en su SVBIED fue una frase parafraseada de un hadith de Mahoma repetido tres veces para enfatizar: «Venimos a matarles».[3]
A medida que el Estado Islámico declina en su centro territorial sirio-iraquí, aun así dejará atrás una cultura material inmensa. El 11 de junio, 2017 el medio de comunicación pro-EIIS Al-Yaqeen publicó un material infográfico documentando 41.230 artículos mediáticos producidos por el EIIS en los últimos tres años. De ellos, 2.880 son videos. Esto ni siquiera incluye material no oficial producido por partidarios del EIIS, o adoctrinamiento por grupos yihadistas rivales. La huella del EIIS, una vez «desaparecida» de Raqqa y Mosul, seguirá siendo masiva y continuará formándose e influenciando en los próximos años.
El gran pensador conservador católico estadounidense Russell Kirk escribió una vez: «Todos los grandes sistemas, éticos o políticos, alcanzan su ascendencia por sobre las mentes de los hombres en virtud de su atractivo a la imaginación y cuando dejan de tocar las cuerdas de las maravillas, del misterio y la esperanza, su poder se pierde y los hombres buscan en otro lugar un conjunto de principios por los cuales pueden ser guiados. Vivimos por el mito. El ‘Mito’ no es falsedad, al contrario, los grandes y antiguos mitos son profundamente ciertos».[4]
Obviamente, el EIIS no es en sí mismo un «gran sistema ético o político», sino que ciertamente se apropia de uno, de la historia y práctica islámica y luego elige de manera selectiva varios elementos para lograr el máximo efecto, que proveen profundidad y le dan un «atractivo a la imaginación» de que la violencia, el brillo externo y las apariencias superficiales a la acción por parte de una juventud vacía que no puede satisfacerse por sí misma. Es demasiado fácil observar el yihadismo-salafista y ver sólo los actos de masacre e intolerancia. Pero hay más que eso.
Así que la marca comercial del EIIS, de alguna manera, ha sido conquistada a medida que ha madurado. Hoy día, no es, por lo que se pueda decir, el último video o acto que radicaliza, sino una imagen mucho más amplia compuesta por la suma de acciones y pronunciamientos reales y por decenas de miles de videos, fotografías, artículos y comentarios (incluyendo aquellos en contra del EIIS). El EIIS es en sí mismo parte de un tipo de acción y pensamiento islámico y yihadista mucho más amplio y con frecuencia amargamente contendiente y contradictorio que posee un poder verdadero porque está arraigado en lo espiritual y religioso y porque también está atado en el lenguaje y aura de la revolución política.
El desenmascaramiento de la sociedad que sucede de manera más dramática en el mundo musulmán árabe sunita, que ha llevado al surgimiento del EIIS también está ocurriendo, en menor o mayor grado en las sociedades no musulmanas, en Occidente y tal vez en otros lugares, mientras que jóvenes, incluso en estados democráticos y afluentes se sienten alienados de todo tipo de procesos sociales, desde lo político a lo espiritual y lo económico, haciéndolos propensos a todo tipo de patologías políticas simplistas y poderosas.
En esta lectura de la historia, el EIIS no es el pasado sino el futuro. Una organización que puede asociar una narrativa político-religiosa a una realidad plausible en el terreno puede muy bien encontrar a jóvenes de poca mente, aburridos y desencantados que buscan algo nuevo y emocionante en una percepción de certeza junto a una violencia redentora. En tal representación del momento político y espiritual, el desafío no son sólo las interpretaciones salafistas-yihadistas del Islam, sino cualquier tipo de «nuevo dogma» convincente y bien articulado que pueda cautivar a los jóvenes conduciéndolos a la violencia, este pudiera ser de extrema izquierda o de extrema derecha o algún tipo de proposición nacionalista religiosa o étnica, o una nueva repetición del Al-Qaidismo que vimos en el pasado.[5]
Un líder del movimiento anticapitalista en vías de extinción Occupy Wall Street (Ocupen Wall Street) en Estados Unidos ha hablado sobre el futuro como un lugar donde «la autenticidad va de la mano con el nerviosismo» y que en este futuro que este ve nacer, «la mayoría no sigue su centro, este ondula hacia sus aristas inspiradoras».[6] Mientras que el movimiento OWS no logró mucho al final, para muchos jóvenes, el EIIS y grupos similares si viven y respiran «en sus aristas» y es ahí donde obtienen su poder, en el «nerviosismo» y la rigidez encontrada en el filo de un cuchillo.
En un mundo en el que la sociedad educada y la elite cultural destacan cada vez más el culto hedonista del individuo o la vaga fraternidad del hegemonismo globalista como las únicas dos opciones insípidas disponibles, muchos buscarán otra cosa, una causa que trata con el verdadero sacrificio por algo mucho más importante. Esto normalmente no conducirá al terrorismo ni tampoco a la violencia y es, de hecho, una condición noble, creer en algo sinceramente y luchar por ello.
Una realidad tan horripilante y desagradable como el Estado Islámico, el mayor impulso humano al sacrificio y la fidelidad, expresado al morir o incluso asesinando por algo más importante o trascendente, permanece y se encuentra muy profundamente arraigado en la psique humana e impreso en nuestros espíritus. Nos cegamos a nosotros mismos si creemos que este es un desafío que sólo será resuelto en los campos de batalla de Raqqa, o en las salas de reuniones de Davos o en Silicon Valley o Turtle Bay, para tal caso.
*Alberto M. Fernández es Vicepresidente de MEMRI.
[1] https://www.memri.org/reports/they-are-neither-losers-nihilists-worshipers-death-nor-sick-cowards%E2%80%93-rather-believers-and
[2] https://www.memri.org/jttm
[3] https://www.memri.org/jttm/egyptian-isis-fighter-featured-video-says-he-left-us-caliphate
[4] http://www.theimaginativeconservative.org/2013/06/we-live-by-myth.html
[5] https://www.cfr.org/blog-post/rise-ethnonationalism-and-future-liberal-democracy
[6] http://www.globatron.org/hashtag/author/micahwhite