Andrey Kortunov, director general del grupo pensante creado por el gobierno ruso Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (CRAI), publicó un artículo en el diario Russia Beyond The Headlines (Rusia Más Allá de los Titulares) titulado «Leyendo a Putin, No Confundan Nostalgia por Ambición». Según Kortunov, aunque el Presidente ruso Vladimir Putin siente nostalgia por la Unión Soviética, este no intenta restaurarla, «suponiendo que el líder ruso es un político racional capaz de evaluar de manera realista las capacidades actuales de Rusia, así como también la naturaleza del sistema internacional que prevalece hoy día». Este luego añadió que el intento más reciente de abordar esta «tarea enorme» es el proyecto mascota de Putin, la Unión Económica Eurasiática (UEEA), el tratado que establece a la UEEA fue firmado en mayo, 2014 y entró en vigor en enero del 2015. Sin embargo, Kortunov define a la UEEA como algo que recae entre «desesperanzador» e «inofensivo».

Tras las elecciones del Duma en septiembre, 2016 Putin le dijo a los dirigentes de los partidos que ganaron escaños en esa cámara: «Ustedes conocen mi actitud hacia el colapso de la Unión Soviética. No había necesidad de hacerlo. Las reformas pudieron haber sido llevadas a cabo, incluyendo aquellas de carácter democrático».[1] Recientemente, en una entrevista con la agencia de noticias rusa TASS, el líder soviético Mikhail Gorbachev dijo que «la Unión Soviética no puede ser restaurada, pero una nueva Unión puede ser establecida», en las antiguas fronteras, con los mismos miembros, y sobre la base del libre albedrío.[2]

En cuanto a la UEEA, la revista rusa New Times en un artículo titulado «Peculiaridades de la Nostalgia Nacional» (publicado en marzo, 2016) parecía estar de acuerdo con Kortunov. El New Times escribió: «La integración de Rusia con las ex repúblicas soviéticas es muy peculiar en su carácter y la definición más precisa es ‘postcolonial’. Lo que subraya el razonamiento de los políticos rusos es su nostalgia por los lazos económicos y la determinación de restaurarlos. Esto, sin embargo, es poco probable». El artículo explicó luego: «Para empezar, una unión de integración verdaderamente equitativa rara vez se caracteriza por una dominación total por una de las partes, la participación de Alemania en la economía de la UE es del 19%, la participación de Indonesia en la economía de la ASEAN es del 38%. La participación de Rusia en la economía de la UEEA es del 83% (!)… Vale la pena señalar que la razón por la cual los lazos económicos fueron cortados tras el colapso de la Unión Soviética, es que las cadenas de producción que estos inventaron dejaron de ser efectivas en el contexto de una economía de mercado globalizada. Además, no existe una sola región del mundo donde una antigua potencia colonial no se integre a sus colonias, por lo general prefieren establecer conexiones con los países sobre su propio nivel de desarrollo (el comercio de Francia con sus antiguos dominios disminuyó del 24 al 27% a finales de los años cincuenta a menos del 2% en la actualidad – y este es el camino que han seguido las ex repúblicas soviéticas). En otras palabras, tratar de reconstruir las relaciones dentro de las fronteras de la antigua Unión Soviética en el contexto moderno es, en su totalidad, complicado, caro y contraproducente». Además, el artículo explicó: «Las ambiciones imperiales del Kremlin, las cuales se han manifestado en los últimos años, serán vistas cada vez más ansiosamente por las antiguas repúblicas soviéticas y las empujarán a buscar nuevos socios y esta búsqueda se volverá aún más activa después del reemplazo de la vieja generación de políticos en Asia Central».[3]

A continuación se presentan extractos del artículo de Kortunov:[4] 

Andrey Kortunov (Fuente: Russiancouncil.ru)

«Rusia se ha convertido en un estado capitalista, incluso si su transición del comunismo es incompleta e incoherente»

«¿Desea Vladimir Putin restaurar la Unión Soviética? Nadie puede probar irrefutablemente que no… Es evidente que Putin siente nostalgia por el pasado soviético, lo cual es natural para una persona de su edad e historial. Yo también siento nostalgia por los años 70 y 80: ésta fue la época de mi infancia y mi juventud, con todas las cosas maravillosas e inolvidables tan singularmente asociadas a ese período en la vida.

«Todos los sueños, deseos, los deseos ocultos y nostalgias dejadas de lado, puede el plan de Putin restaurar de manera realista la Unión Soviética? La respuesta es un ‘No’ definitivo suponiendo que el líder ruso es un político racional capaz de evaluar realísticamente las capacidades actuales de Rusia así como también la naturaleza del sistema internacional actual.

«Primero, la Unión Soviética fue erigida sobre la base de una ideología comunista cohesiva y poderosa que tenía – al menos en la primera mitad del siglo 20 – cientos de millones de partidarios entusiastas alrededor del mundo.

«El actual énfasis del Kremlin sobre la ‘soberanía’ y las preocupaciones importunas sobre las ‘revoluciones de color’ demuestran reflejos aislacionistas más que expansivos del régimen, ambos muestran el evidente temor de que las ideologías extranjeras penetren Rusia más que una intención de promover otra ideología universalista en el exterior.

«Segundo, la Unión Soviética tuvo en su fundación un modelo de modernización único y singular, cruel y despiadado, pero en muchos sentidos proveía una movilización social y política altamente eficiente». El ejemplo más gráfico de esta capacidad es, por supuesto, la Segunda Guerra Mundial, pero hay otros, tales como el programa espacial soviético. Hoy esta singularidad ya no existe, Rusia se ha convertido en un estado capitalista, aunque su transición del comunismo sea incompleta e incoherente.

Tras la reunificación alemana, Berlín introdujo el llamado ‘impuesto de solidaridad’ para facilitar la integración de la antigua Alemania Oriental a la República Federal; La sociedad alemana aceptó esta carga adicional sin demasiada oposición. Sin embargo la idea de un ‘impuesto de solidaridad’ similar para integrar Crimea a Rusia no recibió mucho entusiasmo en Moscú y fue rápidamente abandonada.

«¿Significa esto que Rusia no está tratando de mantener su influencia en el territorio de la antigua Unión Soviética? Por supuesto que no. Las ex repúblicas soviéticas no son lo mismo para Rusia como las colonias británicas en África lo fueron para el Reino Unido; el nivel económico, social y cultural soviético hace que estas repúblicas sean más parecidas a Irlanda y Escocia.

«La crónica de las políticas del Kremlin en su vecindario durante los últimos 25 años ha sido en gran medida una cadena de intentos – en su mayoría bastante torpes e infructuosos – para crear un cinturón de estados amistosos a lo largo de las fronteras de Rusia, para mantener los lazos económicos, sociales y humanitarios que poseen profundas raíces en la historia de esta vasta región.

«Las repercusiones a largo plazo de las crisis en Georgia y Ucrania hacen que este objetivo sea más desafiante y distante que nunca, pero incluso estos sangrientos conflictos no cambian una realidad fundamental: Rusia sólo puede verse segura y próspera si está rodeada de Vecinos amigables.

«El intento más reciente de abordar esta tarea de enormes proporciones es el concepto de la Unión Económica Euroasiática (UEEA). ¿Debería Occidente preocuparse por este compromiso? ¿Es un intento disimulado de resucitar a la Unión Soviética?

«Una vez más, mi respuesta es ‘No’. En mi opinión, la UEEA es desesperanzadora o inofensiva. Desesperanzadora si permanece siendo una «santa alianza» de regímenes económicos y sociales anticuados que no pueden y no están dispuestos a emprender reformas significativas. Es inofensiva si la integración económica de Eurasia va de la mano con una profunda transformación de los estados miembros en dirección a un mercado libre, innovación social y un pluralismo político. En este último caso, Rusia puede finalmente superar su trauma post-imperial sin acumular más costos en sangre y tesoros».

 

[1] Rt.com, 23 de septiembre, 2016.

[2] Véase MEMRI Despacho Especial No. 6719, Rusia Esta Semana – 13 al 22 de diciembre, 2016, 22 de diciembre, 2016.

[3] http://newtimes.ru/articles/detail/108380

[4] Rbth.com, 28 de septiembre, 2016.

 

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