Por: B. Shanee y Y. Yehoshua*

Introducción

El 9 de septiembre, 2017 Arabia Saudita anunció que interrumpía todo diálogo con Qatar sobre la resolución a la disputa interna del Golfo[1]. El anuncio se produjo tras una llamada telefónica entre el Emir de Qatar Tamim bin Hamad Aal Thani y el Príncipe Heredero saudí Muhammad bin Salman en la que discutieron una resolución a la crisis del Golfo y a menos de 24 horas luego de una conferencia de prensa conjunta del Presidente de los Estados Unidos Donald Trump y el Emir kuwaití en el que Trump expresó su disposición de ayudar personalmente a resolverla. Arabia Saudita explicó en el anuncio que interrumpía el diálogo con Qatar porque este último malinterpretaba lo que sucedió en la conversación telefónica entre los altos funcionarios de los dos países.

Los informes en los medios de comunicación saudíes y qataríes sobre la conversación telefónica tendían a ser diferentes. Un examen a las diferencias en los informes sobre lo que se dijo en estos arroja luz sobre los principales desacuerdos que subrayan el conflicto interno del Golfo y plantean interrogantes sobre la disposición de ambas partes en superarlos para de esta manera resolver rápida y genuinamente el conflicto.

Este informe examinará las diferencias en los informes de Arabia Saudita y Qatar sobre lo que se dijo en la conversación telefónica y discutirá las raíces de estas diferencias.

El Príncipe Heredero saudita Muhammad bin Salman (izq.) y el Emir de Qatar Tamim bin Hamad Aal Thani (imagen: Aljazeera.net)

Informes diversos en los medios de comunicación de Arabia Saudita y Qatar sobre la conversación telefónica entre el Emir de Qatar y el Príncipe Heredero saudita

Tal como se señaló, los informes en los medios de comunicación saudíes y qataríes sobre lo dicho en la conversación telefónica del 8 de septiembre entre los dos funcionarios fueron diversos. De acuerdo a informes en la prensa saudita, el Emir de Qatar telefoneó al príncipe heredero saudita y expresó su deseo de dialogar y discutir las demandas presentadas por Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto, de tal manera que se garantice que los intereses de cada parte estén protegidos y el príncipe heredero estuvo de acuerdo. Los informes sauditas añadieron que se darían más detalles luego que Arabia Saudita discutiera el asunto con los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto.[2]

En contraste, los diarios de Qatar escribieron, citando el informe oficial de la agencia de noticias qatarí sobre el tema, de que la conversación telefónica entre los dos había surgido tras una coordinación con el Presidente Trump. Estos informes no indican que el Emir de Qatar haya iniciado la conversación y señaló que durante la misma, ambas partes hicieron hincapié en la necesidad de resolver la crisis mediante negociaciones con el objetivo de asegurar la unidad y estabilidad de los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo. El informe indicó que el Emir de Qatar le dio la bienvenida a la propuesta del príncipe heredero saudita de nombrar emisarios que resolverían los asuntos en disputa «de una manera que no perjudique la soberanía de los países».[3]

Los informes sauditas y de Qatar sobre la conversación telefónica divergen en varios puntos importantes, cada uno de los cuales es particularmente sensible a las partes involucradas. Además, las diferencias son un indicativo del estatus de cada bando en el Golfo y en el mundo árabe e islámico en general y a las relaciones de poder entre estos.

  1. ¿Quién llamó a quién?

Los reportajes en los medios de comunicación saudíes y qataríes difirieron significativamente respecto a quién inició la conversación y quienes sugirieron compromisos para resolver el conflicto entre los países.

Cada bando – es decir, los cuatro países que están boicoteando a Qatar (Arabia Saudita, Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto) junto a Qatar – piensan que el otro bando debe ser el primero en dar el primer paso para resolver la crisis y que su papel es responder. El bando que de este primer paso y se acerque al otro para discutir soluciones con el propósito de resolver la disputa – en este caso, el que contesta el teléfono y llama al otro – es percibido como el más débil, mientras que el destinatario de la llamada, que considera si acepta o rechaza la propuesta de la otra parte, es percibida como el que posee la ventaja.

Por lo tanto, los medios de comunicación de Arabia Saudita – un país que considera a Qatar como una «estatuilla» o una «autoridad» que intenta desempeñar un papel regional que no refleja su tamaño ni su estatus – subrayaron que el emir qatarí fue el que realizo la llamada y pidió negociar mientras que el informe de Qatar por otra parte, omitió esto y subrayó que la conversación telefónica fue el resultado de una acción iniciada por el Presidente Trump y no por el emir en un acto de capitulación. Esta declaró además de que el Príncipe Heredero saudita fue el que propuso que se nombraran emisarios para llevar a cabo las negociaciones y que el Emir de Qatar aceptaba su propuesta.

Bajo este delineamiento, el anuncio de Arabia Saudita de que cortaba el diálogo con Qatar por el hecho que Qatar había «distorsionado» lo que se dijo en la conversación entre los dos altos funcionarios declaró específicamente que «la conversación tuvo lugar a solicitud de Qatar y estuvo basada en su solicitud de negociaciones con los cuatro países [del boicot] sobre el tema de las demandas que estos le presentaron a Qatar]»- y no como lo informó Qatar[4]. De esta manera, según la percepción saudita, la omisión a los informes de los qataríes del primer paso dado por el Emir de Qatar al solicitar negociaciones indicó que Qatar no era serio ni estaba comprometido con la reconciliación y justificó la querella entre los dos países.

Además, parece ser que los Emiratos Árabes Unidos también reclaman la corona de líder del Golfo, junto a Arabia Saudita y Qatar. Un informe en el diario qatarí Al-Arab declaró que había ira en los EAU por el fracaso del Emir de Qatar en llamar al Príncipe Abu Dhabi Muhammad bin Zayed Aal Nahyan en lugar del Príncipe Heredero a la Corona saudita. La razón de este enojo fue que, de acuerdo a los EAU, también es un actor significativo de poder en la disputa y no menos importante que Arabia Saudita y por lo tanto Qatar debió haberse movido para avanzar así la resolución de la disputa con este.[5]

  1. El papel de la mediación estadounidense en la resolución de la crisis interna del Golfo

Tal como se señaló, la conversación telefónica entre el Emir de Qatar y el Príncipe Heredero saudita siguió los pasos dados por el Presidente Trump para avanzar sobre una resolución de la crisis del Golfo. Según informes en la prensa saudita, qatarí y de los EAU, esta conversación telefónica llego después de tres conversaciones telefónicas separadas que el Presidente Trump llevó a cabo con el Príncipe Heredero saudita, el Emir Qatarí y el Príncipe Heredero de Abu Dhabi y que en cada una de estas Trump destacó la importancia de la cooperación entre los países del Golfo y de mantener un frente unido contra Irán.[6] Más temprano el día de la conversación telefónica saudí-qatarí, en una conferencia de prensa conjunta con el Emir de Kuwait – quien actúa como mediador en la crisis – Trump expresó su propia voluntad de mediar entre los países del Golfo y ayudarlos a resolver el conflicto.[7]

Arabia Saudita, que preferiría no internacionalizar el conflicto sino resolverlo dentro de un marco interno árabe o del Golfo, se enfureció por la sugerencia de Qatar de que las acciones sauditas eran resultado de la presión estadounidense en particular o de cualquier presión externa. La acusación de que Arabia Saudita no es dueña de sus propias decisiones es incompatible con la imagen de sí misma como líder de los países del Golfo y al parecer existe un temor en el país de que su condición se vea perjudicada por cualquier representación de esta en verse subordinada a los dictados estadounidenses. La solución de la crisis a través del diálogo es en sí misma un compromiso desde la perspectiva de Arabia Saudita, que hubiese querido que la crisis se resolviese por si misma mediante la sumisión de Qatar a las demandas de los países que se están boicoteando, entre el apoyo occidental a «la guerra sin reservas de estos países al terrorismo de Qatar».

Consecuentemente, varios artículos saudíes declararon que la afirmación de los informes de los qataríes de que la conversación telefónica había sido coordinada con el Presidente Trump constituye «una clara distorsión de la realidad, mentira y falsedad, porque el liderazgo saudita no acepta los dictámenes de nadie y rechaza ser presionado – ya que Arabia Saudita es un país soberano con sus propias opiniones [independientes] que actúa de acuerdo a sus propios intereses estratégicos».[8]

Por otra parte, Qatar, que aloja el Comando Central de Estados Unidos y alberga a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en el Medio Oriente en su base aérea Al-Udeid, ve en la mediación internacional y en particular la estadounidense, el reconocimiento de su importancia regional y el abrirse para así salir de la crisis del Golfo de manera que la sitúe en una posición de poder frente a los países que la boicotean. Por lo tanto, no tiene ningún problema en mencionar esta mediación.

III. La independencia política de Qatar vs su compromiso con el CCG

Otro punto de discordia entre los países es el cómo Qatar se ve comprometido a actuar de acuerdo con el marco político uniforme establecido por el CCG, del cual es miembro y el tema de si tiene derecho a adoptar una política independiente que se desvíe de los lineamientos del Golfo, acordada hoy, liderada principalmente por Arabia Saudita, en la que este se considera líder de los países del Golfo.

Por lo tanto, los informes de Qatar, que enfatizaron el acuerdo de las partes para negociar resolver la crisis del Golfo «de una manera que no perjudique la soberanía de los países», reflejan la percepción de Qatar de que tiene derecho a una política independiente aunque es miembro del CCG y también de que posee el derecho de influir sobre los acontecimientos y procesos dentro y fuera del Medio Oriente, tal como este desea.

Según Qatar, fueron las diferencias legítimas entre sus lineamientos políticos y las de sus vecinos lo que llevó a Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y a Egipto a aislarla; por lo tanto, su aislamiento político y económico es totalmente injustificado.

Qatar considera las medidas tomadas por los cuatro países que aplican el boicot como una respuesta ilegítima a la independencia política que este pretende preservar y como una violación de su soberanía. Estas acciones por parte de los cuatro países incluyen exigencias para que Qatar detenga las transmisiones de Al-Jazeera TV y que elimine todos los portales de noticias que Qatar apoya y cierre la base militar turca abierta recientemente en suelo de Qatar, como condiciones para levantar las sanciones en su contra. Además, los recientes contactos de Arabia Saudita con el miembro de la familia real de Qatar Abdallah bin ‘Ali Aal Thani, son percibidos en Qatar como para preparar el terreno para un golpe de estado político en el país.[9]

Por el contrario, la política independiente de Qatar – su apoyo de años a la Hermandad Musulmana y su apertura a Irán – es percibida por sus vecinos del Golfo como subversiva y que pone en peligro su estabilidad. El concepto de soberanía es también parte de la narrativa de los países que estos boicotean. Ellos piensan que Qatar debe actuar de acuerdo con los delineamientos del Golfo acordada en el marco del CCG y argumentan que las medidas tomadas contra Qatar, incluyendo el cierre de sus espacios marítimos y aéreos junto al cierre de la frontera terrestre de Arabia Saudita con este y cortar las relaciones diplomáticas son todas medidas legítimas «soberanas» que estos países tienen derecho a tomar y que son compatibles con el derecho internacional. Además, uno de los reclamos contra Qatar es que interfiere en los asuntos internos de los países del Golfo y de otros países árabes, de una forma que es contraria a los principios de soberanía.

Conclusión

Las diferencias entre los informes por parte de Arabia Saudita y de Qatar sobre la conversación telefónica entre el Emir de Qatar y el Príncipe Heredero de Arabia Saudita explican mucho sobre la esencia de la crisis del Golfo, que emana de disputas fundamentales en el equilibrio de poder dentro de la política del Golfo. Tanto Arabia Saudita como Qatar atribuyen un valor supremo a su estatus dentro del tejido del Golfo, tanto dentro como fuera del marco del CCG. Pero preservar el estatus de un país significa necesariamente perjudicar al otro – su estatus, sus intereses y sus aspiraciones de adquirir hegemonía en la región.

Lo que está claro es que el atrincheramiento de ambas partes dentro de sus posturas, a pesar de haberle dado una oportunidad a la mediación en sus puertas, plantea dudas sobre la disposición de las partes a superar estos desacuerdos a fin de resolver rápidamente la disputa entre ellos.

*B. Shanee es compañera investigadora en MEMRI; Y. Yehoshua es Vicepresidente de Investigación y Director del área MEMRI Israel.

[1] En referencia a los factores que condujeron a la crisis, véase la serie Investigación y Análisis No. 1315 de MEMRI, Estupor en el Golfo tras supuestas declaraciones del Emir de Qatar condenando a los estados del Golfo y alabando a Irán, Hezbolá, la Hermandad Musulmana y Hamas, 25 de mayo, 2017; para leer las reacciones en la prensa saudita y del Golfo a la crisis, véase Despacho Especial No. 7007, Críticas en el Golfo, Prensa Egipcia: La Administración Trump es pro-Qatar, 13 de julio, 2017; Despacho Especial No. 6987, Antiguo columnista saudita expresa postura inusual: El boicot debe dirigirse hacia funcionarios qataríes y no a nuestros hermanos el pueblo de Qatar, 3 de julio, 2017; Despacho Especial No. 6996, La Crisis del Golfo reflejada en caricaturas de editoriales, 6 de julio, 2017.

[2] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 9 de septiembre, 2017.

[3] Al-Watan (Qatar), 9 de septiembre, 2017.

[4] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 9 de septiembre, 2017.

[5] Al-Arab (Qatar), 10 de septiembre, 2017.

[6] Wam.org.ae, 10 de septiembre, 2017; Al-Riyadh (Arabia Saudita), 9 de septiembre, 2017, Al-Raya (Qatar), 8 de septiembre, 2017.

[7] Al-Watan (Arabia Saudita), 8 de septiembre, 2017.

[8] ‘Okaz (Arabia Saudita), 10 de septiembre, 2017.

[9] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 13 de septiembre, 2017.

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