El 29 de marzo, 2017, el día en que se celebró la 28ava cumbre anual de la Liga Árabe en Ammán, el ex-canciller jordano Marwan Al-Mu’asher publicó un artículo en el diario jordano Al-Ghad titulado «Declaración de [Clausura] de la Cumbre que Sueño Leer». En este, presentó la clausura que le hubiese gustado que la cumbre emitiera en lugar de las familiares consignas de cumbres anteriores acerca de la unidad árabe, una solución de dos estados para el conflicto israelí-palestino y la lucha contra el EIIS. Su declaración alterna reconoce que las crisis actuales en el mundo árabe son el resultado de fallas internas en su gobierno político, económico y social y presenta un plan para corregir estos defectos que incluyen expandir los derechos ciudadanos y la libertad de expresión, recursos otros del petróleo e inversiones para mejorar la educación.

Lo siguiente son extractos de su declaración alterna:[1]

Participantes en la 28ava cumbre de la Liga Árabe (imagen: alarabiya.net)

«Nosotros, los reyes y presidentes de los países árabes quienes nos hemos reunido hoy en el Mar Muerto, no nos bastará con reiterar los principios de la comunidad árabe, la importancia de las acciones árabes conjuntas, nuestra insistencia en la integridad del territorio de Siria, La solución de dos estados y el aumento de los esfuerzos para derrotar militarmente al EIIS. Nuestra cumbre abordó hoy un tema diferente que nunca ha estado en la agenda de ninguna cumbre anterior. Nuestra cumbre se lleva a cabo dentro del contexto de intensas oleadas de disturbios populares, cuyas consecuencias, todavía son evidentes para todos, incluyen las guerras internas, conflictos sectarios, crisis económicas y amenazas a la seguridad de nuestros ciudadanos. Pensamos que era apropiado abordar esta frustración [popular] y realizar un análisis preciso de los factores que lo desencadenaron, a fin de aprobar una política adecuada que impida nuevas crisis y que ponga a nuestros países en el rumbo correcto hacia la estabilidad y prosperidad.

«Debe reconocerse de que existen fallas en la gobernabilidad política, económica y social de nuestros países y que este defecto ha incrementado la crisis de confianza entre nuestros ciudadanos y nuestros gobiernos. También entendemos que si la respuesta a las protestas [populares] se convertirán en más restricciones políticas o persistencia en los métodos económicos [basados únicamente en] beneficios, o desprecio por el imperio de la ley y el principio de igualdad civil, esto sólo aumentará y agravará la frustración de nuestros ciudadanos, hombres y mujeres. [Comprendemos] de que es imposible volver a la situación anterior a la del 2011, ya que si no abordamos los factores que causaron las revoluciones de la [Primavera] Árabe, estas revoluciones volverán a repetirse. Nosotros también entendemos que la ausencia de soluciones mágicas inmediatas no significa que no necesitemos tomar medidas serias para restablecer la confianza de los ciudadanos en las instituciones estatales y [no necesitamos] reevaluar seriamente todas las políticas anteriores, que en su mayor parte no han conducido a un progreso integral y continúo.

«La cumbre tiene entendido que los desafíos de seguridad que enfrenta la región no pueden ser satisfechos sin un plan progresista como alternativa a todas las ideologías extremistas takfiri que prevalecen en la región. Este plan está basado en nuevos contratos sociales entre el estado y sus ciudadanos y entre los ciudadanos que asegurarán su participación en la toma de decisiones políticas y los derechos de todos los sectores de la sociedad. La cumbre se compromete a iniciar un diálogo social en los países árabes a fin de formular estos contratos [sociales]…

«Conscientes de que… la economía petrolera está llegando a su fin, la cumbre ha decidido emprender nuevas medidas económicas, no basadas en el petróleo, a fin de incrementar la productividad, abrir las puertas al comercio mutuo entre todos los países árabes, eliminar los obstáculos burocráticos y los obstáculos políticos que lo impiden y promover el establecimiento de un mercado abierto árabe similar al de la UE.

«La cumbre sabe que el problema del desempleo en el mundo árabe no puede ser resuelto sin fomentar la innovación y la creatividad. Las sociedades en desarrollo que pueden permitirse la libertad de pensamiento de individuos, libertad de expresión e innovación conducirá a un gran progreso no sólo en la calidad de vida sino también en el crecimiento, en combatir el desempleo y en mejorar los estándares de vida del ciudadano. La cumbre ha resuelto establecer un fondo educativo de 50 billones de dólares para ayudar a los países árabes a desarrollar sus planes de estudios, fomentar el pensamiento crítico y formar a una generación joven que pueda confrontar los retos del siglo XXI utilizando las destrezas del siglo XXI…

«Un viaje de 1.000 kilómetros comienza con un sueño».

[1] Al-Ghad (Jordania), 29 de marzo, 2107.