Durante el mes pasado, la prensa saudí ha destacado una serie de artículos altamente inusuales criticando duramente el discurso antisemita en la sociedad árabe y musulmán y llamando a evitar sus generalizaciones respecto a los judíos. Los artículos argumentaron que los párrafos del Corán contra los judíos sólo son aplicables a grupos específicos durante períodos de tiempo específicos y no deben ser aplicados a los judíos en general. Estos agregaron que el odio ciego hacia los judíos en todas partes le ha impedido a los árabes y musulmanes aprender las lecciones de la experiencia y el avance judío.
Cabe mencionar que estos artículos fueron escritos ante un intenso debate en Arabia Saudita sobre el tema de la normalización de relaciones con Israel, que hizo erupción luego de una visita a Israel en julio, 2016 de una delegación saudita encabezada por el Mayor General (ret.) Anwar Eshki, presidente del Centro del Medio Oriente para Estudios Estratégicos y Legales en Jeddah y la publicación de fotos de la delegación con políticos israelíes. Mientras Eshki afirmaba que se representaba sólo a sí mismo y que «elementos oficiales saudíes no sabían anticipadamente de la reunión, ya que esta era de carácter personal» y fue el resultado de una invitación por la Autoridad Palestina, este destacó que «el reino no le impide a nadie que sostenga tales visitas». Este tampoco descartó la cooperación indirecta de inteligencia entre Israel y Arabia Saudita como parte de la lucha contra el terrorismo.[1]
La visita, que fue vista como un paso de los sauditas hacia la normalización de relaciones con Israel, provocó duras críticas dentro y fuera del reino. Varios hashtags que atacaban la visita fueron puestos en las redes sociales, incluyendo el de «Saudíes contra la Normalización».[2] Probablemente como respuesta a las críticas, el Ministerio de Asuntos Exteriores saudí se distanció de Eshki, argumentando que «gente como Anwar Eshki no nos representa, no posee lazos con otros elementos gubernamentales y no reflejan las posturas del gobierno de Arabia Saudita».[3]
Sin embargo, a pesar de estas afirmaciones, y a pesar de la negativa del régimen saudí de que la visita anunciaba la normalización de relaciones con Israel, la publicación de artículos por Arabia Saudita atacando el discurso antisemita específicamente en este momento no es ninguna coincidencia y es probable que su intención haya sentado las bases para la aceptación pública en el país a la normalización de relaciones con Israel.
A continuación se presentan extractos de artículos en la prensa saudita que atacan el discurso antisemita:
Anwar Eshki (centro, con una corbata de rayas) con miembros del Knesset israelí (Imagen: Haaretz.com 23 de julio, 2016)
Redactor saudita Al-Qahtani: La representación de los judíos en el Corán no se aplica a todos los judíos
La redactora saudita Siham Al-Qahtani rechazó las generalizaciones antisemitas en cuanto a la naturaleza de los judíos. Esta argumentó que las descripciones de los judíos en el Corán – como asesinos de profetas, infieles, belicistas y usureros – aplican sólo a un grupo en particular que vivió durante un período de tiempo específico y que la opinión tradicional que culpa por los desastres a lo largo de la historia a los complots judíos se deriva de la impotencia de los árabes, que han buscado chivos expiatorios sobre quienes culpar por sus propios fracasos. Al-Qahtani añadió que si cree en la existencia de «un complot judío contra los árabes», pero subrayó que tal complot no podría haber sido realizado sin la ignorancia árabe. Ella escribió: «La memoria [colectiva] de la cultura árabe continua preservando la imagen estereotipada de los judíos hasta el día de hoy. Algunos ven este estereotipo como el producto de los textos coránicos, [que representan a los judíos] como asesinos de profetas, infieles, belicistas y usureros. [Sin embargo], no es adecuado culpar al Corán por crear estereotipos judíos. Cuando el Corán representa a cierto pueblo, lo hace de acuerdo con el comportamiento y pensamiento [de este pueblo] durante un período de tiempo específico. Esta descripción es válida dentro del contexto de [esas circunstancias particulares] y [ese comportamiento particular] y no se refiere a un rasgo único y permanente. Prueba de ello es [el hecho de] que, entre los judíos [mencionados en el Corán], así como existen asesinos y belicistas también hay profetas y justos. [Otra prueba es] el hecho de que el Islam para el momento permitía el matrimonio entre un hombre musulmán y una mujer judía. Si la ‘raza judía’ poseía alguna imperfección única y permanente, entonces el Islam habría prohibido este tipo de matrimonios a fin de preservar la integridad y el decoro del hombre musulmán.
«En cuanto al [tema de] cuan circunstancial se convirtieron los eventos en estereotipos, es el resultado de una evaluación subjetiva de los antiguos comentaristas del [Corán] que – ya sea intencionalmente o no – transformaron esas circunstancias en rasgos únicos y permanentes y así establecieron el estereotipo [percepción de] un judío en la memoria árabe. La influencia de [estos] primeros creadores de la filosofía religiosa se vio agravada por la historia, geografía y la política.
«En la memoria [colectiva] del patrimonio cultural árabe, la historia judía está asociada con algún ‘complot’. Detrás de todo desastre en la historia árabe – desde los días ‘del Evento Saqifah’[4] al asesinato del [Tercer Califa] ‘Uthman bin ‘Affan, a la caída de los califatos islámicos, a la ocupación de Palestina – se esconden manos judías! Se esta manera, el fundamentalismo árabe respecto a las relaciones árabe-judías nos enseñó a vincular a los [judíos con complots].
«Esta fórmula en la memoria árabe se ha convertido en un truco defensivo, utilizado [por los árabes] para eximirse de culpa, representarse a sí mismos como víctimas y evitar el rendir cuentas y el castigo. Yo no rechazo [de primeras] la noción de «un complot judío contra los árabes’, porque creo que tal complot sí existe, pero tales complots no pudieran haber sido realizados sin la ignorancia de los árabes, su inadecuada actitud y la división en sus filas. El principal enemigo de los árabes son los [propios] árabes».[5]
Columnista saudita Yasser Hijazi: Debemos abandonar el odio y la hostilidad hacia los judíos
El columnista Yasser Hijazi escribió dos artículos llamando a abandonar el odio y la hostilidad hacia los judíos en el discurso cultural e institucional árabe, que representa al judío como una figura satánica. Incluso llamó a los árabes a tomar un papel activo en la lucha contra la «judío-fobia»: «Desde mi infancia, yo – al igual que otros chicos árabes – fui criado dentro del odio y hostilidad hacia los judíos La justificación de esto no se limitó al conflicto árabe-israelí y la afirmación de que ‘estos ocuparon nuestro suelo’, sino más bien que ‘los judíos son enemigos de los árabes y de la humanidad, poseen todos los rasgos humanos malignos [y] fueron creados para ser depravados, malvados, mentirosos, traicioneros, engañosos y hacer cualquier cosa que pueda dañar y perjudicar a los seres humanos en general y a los árabes musulmanes en particular’… ¿Quién es responsable de esta generalización?… ¿En qué medida esta generalización se robó la mente de los árabes de su capacidad de ver las cosas dentro de una perspectiva realista que no culpa a [culpe] a todo un pueblo por los pecados de individuos o por acontecimientos históricos?…
«En la escuela, en televisión, en lugares donde hombres y mujeres se congregan y en los sermones de los viernes, los judíos fueron maldecidos y ellos y sus descendientes difamados. Su descripción religiosa, de acuerdo a comentarios e interpretaciones humanas, es ‘aquellos que han evocado la rabia de [Alá]’.[6] Nosotros nunca consideramos esta generalización o nos dimos cuenta de la gravedad de responsabilizar a todo un pueblo por los pecados de toda la humanidad. Si lo pensamos seriamente, descubrimos que esta percepción significa que la salvación final para un pueblo se produce a expensas de otro [que sirve como] chivo expiatorio. Esto se debe a que los pecados son puestos sobre los judíos, quienes son los chivos expiatorios de toda la humanidad. [Los judíos] son comparados a Satanás en la cultura árabe musulmana, porque Satanás es una figura metafísica, que requiere de una representación corpórea por algo o alguien. De esta manera, dentro de la perspectiva árabe islámica, el judío es la total representación natural de este ser sobrenatural [Satanás].
«La educación religiosa ha sido persistente en su racismo y odio, en particular hacia el judaísmo y los judíos. Desafortunadamente, la educación nacional no estuvo libre de racismo religioso y étnico tampoco. [De esta manera, este argumentó que] el libro sagrado [judío] es falso; su religión es falsa; sus estudiosos y rabinos son corruptos y predican la maldad y los complots; su gente opulenta son todos usureros; sus pobre son espías traidores; y sus científicos son asesinos que inventan y crean toda clase de métodos de exterminio [Curiosamente], nadie ha expuesto este complot judío, aparte de los árabes musulmanes, quienes están absorbidos por estos temores… ¿Tuvo este odio una razón antes de la ocupación de Palestina? ¿Se derivan estas distorsiones del poderoso vencedor que oprime al débil perdedor? ¿Fue el odio de los árabes musulmanes hacia las minorías religiosas y étnicas que fomentaron estas [distorsiones]?
«De acuerdo al punto de vista árabe-islámico… los judíos permanecerán en el infierno para siempre, mientras que las otras naciones tienen la oportunidad de ser perdonados por Alá. ¿Cómo puede verse este tipo de educación como una educación civilizada adecuada dentro del marco de las percepciones y la terminología del mundo contemporáneo? ¿Cómo puede esto ser visto como educación civilizada, cuando la fuente de autoridad de sus normas respecto a las [diferentes] ciencias, historias y culturas es la interpretación que dan los antiguos textos religiosos?…
«Ciertamente podemos encontrar a israelíes y judíos, así como también las instituciones judías, que están junto a los derechos palestinos y van en contra de Israel… pero por otro lado, no podemos encontrar a ningún árabe que absuelva a los judíos – quienes son un pueblo… al igual que cualquier otro pueblo – de todos los títulos inhumanamente negativos que les han sido aplicados y ningún pueblo en la tierra puede ser acusado de lo que a los judíos se les ha acusado. Quien de [entre nosotros] exige que se ponga fin a la judío-fobia… ¿Quién exige abiertamente que se trate a los judíos igual que a todos los pueblos, algunas de los cuales son buenos y otros son malos ¿Existe alguna institución islámica árabe que defienda a los judíos – con todas sus diversas sectas y grupos étnicos – y trabaje para poner fin a la incitación contra ellos y su marginación debido a su imagen representativa humana humanos de Satanás?
«¿Quién comenzara a aceptar la noción humana de absolver a pueblos y sus instituciones de responsabilidad por una lucha religiosa-histórica? ¿Quién comenzara a reconocer los errores [que se han hecho] respecto a los derechos del otro? ¿Quién eliminara la marginación, el racismo y el egoísmo de las consideraciones terrenales?… El mundo nunca aceptara o tolerara la marginación de los pueblos. Debemos erradicar los vestigios del racismo y las luchas étnicas religiosas arraigadas en nuestro discurso cultural, religioso, e institucional. Este será un paso en el camino hacia la coexistencia con el mundo y cerrará una laguna masiva que es aprovechada por el extremismo occidental [contra nosotros]. Nuestra única respuesta a este [extremismo] debería ser el distanciarnos de [este discurso] y en su lugar exportar un discurso oficial pluralista y civilizado; uno que acepte al mundo, tanto en su interpretación de los textos y sus acciones en el terreno»[7]
Hijazi en otro artículo: El cambio del discurso antisemita es un paso hacia la coexistencia
En otro artículo, Hijazi escribió que la eliminación del discurso antisemita fue un paso hacia el secar de raíz las fuentes del terrorismo, así como también los argumentos occidentales en contra del Islam: «Del mismo modo en que estamos contra el discurso de [Donald] Trump y de los racistas europeos y occidentales como él, cuando atribuyen el terrorismo a todos los musulmanes árabes debido a las acciones de una minoría de nuestro pueblo, por lo tanto no podemos atribuirle rasgos despreciables a todos los miembros de las [otras] religiones simplemente debido a la existencia de hostilidades y una lucha con algunos de ellos, o incluso con la mayoría de ellos, que merecen se enfrenten a la justicia ante los tribunales penales internacionales, tales como el primer ministro de Israel y su ministro de defensa. Netanyahu no representa al judaísmo… más de lo que [el líder del EIIS] Abu Bakr Al-Baghdadi representa al Islam…
«Que es lo que nuestros planes de estudio, canales por satélite y púlpitos en las mezquitas dicen sobre el otro y de los judíos en general…? ¿Distinguen incluso ellos entre un judío y un israelí?…
«No podemos luchar contra un mundo que nos acusa, o cambiarlo, pero podemos cambiarnos a nosotros mismos o al menos comenzar a distanciarnos de estos puntos de vista que asocian a todos los seguidores de una [cierta] religión con cada [rasgo negativo] que perjudica [su imagen] y su honor y humanidad. El significado [de esto] no es la normalización de relaciones, suavizar las [posturas], o renunciar a las negociaciones a fin de establecer un estado palestino dentro de las fronteras reconocidas internacionalmente… Las dos religiones no pueden resolver el conflicto en el terreno… El conflicto no es entre el Islam y el judaísmo – incluso si nuestro enemigo israelí pretende presentarlo como tal – sino más bien entre los propietarios [legítimos] de la tierra y de los derechos y ocupantes y criminales de guerra…
«¿Somos, o existe alguna institución oficial árabe, capaz de abandonar este discurso generalizado que enloda al otro…? [Esto debería] comenzar con eliminar cualquier vestigio de racismo de cualquier ley existente y de los planes de estudio, de los sermones en las mezquitas y púlpitos y de los canales de [televisión]… a fin de crear finalmente un discurso diferente, basado en los principios de las relaciones internacionales y los derechos humanos… lo que dará lugar a un discurso creativo y profesional que hable del otro y del judío de una manera que esté desprovista de racismo; una manera que respete su humanidad y derecho a vivir sin que se convierta en un símbolo de traición, maldad y engaño.
«Este es un paso que deseamos en el camino hacia la coexistencia; un paso [en el camino] en secar de raíz las fuentes del terrorismo, si así lo deseamos, un paso en [la forma] de restringir a la derecha europea y a personas como Trump, que alimentan su propio racismo con el racismo esparcido por el discurso (popular) árabe e islámico bajo un disfraz religioso, que el mundo ya no acepta o no tiene por que aceptar. El mundo respetara su cultura si es que [esta cultura] no es hostil hacia ello».[8]
Escritor saudita Ibrahim Al-Matroudi: Deberíamos beneficiarnos de la experiencia y éxitos de los judíos
El 21 de julio, 2016, en su columna en el diario Al-Riad, el Dr. Ibrahim Al-Matroudi llamó a superar la hostilidad hacia los judíos y beneficiarse de su experiencia y éxitos, a pesar de ser enemigos. Este argumentó que, aunque estos han sido «aislados y distanciados de la vida», la nación judía se ha «mantenido viva y alerta y ha continuado construyendo su futuro y sus hijos han llegado al tope de la pirámide en las ciencias, filosofía y en economía». Este escribió:
«… El odio ciega y desequilibra al individuo. Cuando uno busca en su memoria, sólo encuentra fallas y defectos en su rival… Aquellos que odian cosechan frutos amargos, en la forma de pérdida de la capacidad de aprender de sus rivales y recordar sus virtudes y por lo tanto pierden del [activo] más apreciado del hombre – [su] sabiduría y [capacidad de] adaptarse a los tiempos modernos, ya que cualquiera que no se beneficie de su enemigo en este mundo en última instancia, se verá obligado a dejarlo, revolcarse sobre sus márgenes y observar con nostalgia las ruinas del pasado.
«Los otros cuya experiencia deseo relatar y cuya historia moderna quiero observar, son los judíos… [Examinando] nuestra cultura hoy, encontramos en ella solo maldiciones e injurias hacia los judíos, reiteración a condenas y listas de cosas malas. Nunca he visto a nadie hablar de su experiencia en la nueva era y sobre su éxito en salir por sí mismos de una situación en donde pueblos les acosaron y persiguieron. Nunca leí sobre algún musulmán rogarnos que cambiemos [nuestra manera de ver] las crónicas de esta nación en la era moderna y conocer los métodos que hayan tomado a fin de escapar de su aislamiento, hasta que se convirtió, ante los ojos de muchos de nosotros, en la nación que lidera al mundo a través de sus instituciones e impone su voluntad sobre esta.
«Imagínense que algunos de ustedes, una vez bajo su control se han convertido, algunas décadas más tarde, en líderes del mundo ¿Qué pensarían ustedes de eso? Dirían, ‘son demonios, son diablos’ – u observarían su modo de vida y examinarían sus costumbres a fin de aprender cómo llegaron a donde están y se convirtieron en líderes, cuando una vez vivieron como dhimmis y [ahora han] convertido a las naciones del mundo en sus dhimmis, tal como muchos de nosotros decimos?
«La advertencia de algunos de los fundadores de los Estados Unidos de América en referencia a los judíos y el dejarlos entrar al país.[9] No los detuvo a que construyeran su fama allí. Los envidiamos por eso y lo interpretamos sin asombro – lo cual nos hizo olvidar los esfuerzos que ponen en [ello]. Debido a esta banal actitud, no pensamos en aprender de ellos, buscando e investigando las razones del como [lo lograron]. Nosotros, los lingüistas nos conformamos con asombrarnos por el renacimiento de su lengua hebrea casi extinta. Nos asombramos en el cómo crearon el lenguaje [hebreo moderno] y, aún más, la forma en que adquirieron un estatus que hizo que el mundo actúe de acuerdo a [su] voluntad, y no de acuerdo a la nuestra.
«Este es un país que casi se extinguió porque su lenguaje se extinguió, pero sin embargo [logró] preservar su patrimonio, sus valores e ideales. Existe una conexión entre la extinción de una lengua y la extinción de una nación. Luego fue restablecida, despertando una esperanza lejana en los corazones de su pueblo. ¿No necesitamos nosotros aprender algo y ver muy de cerca la historia moderna [de esta nación]?»
Los judíos son más asombrosos que los japoneses
Criticar a los árabes que se fueron hasta Japón para aprender de la experiencia de ese país y su capacidad de avance – en lugar de observar a los judíos que están más cerca geográfica y culturalmente – Al-Matroudi continuó: «Los judíos en la era moderna – sin mencionar en el pasado – han conocido el acoso por todos los países del mundo, que les colocó en sus propios vecindarios especiales [es decir guetos]. Los pueblos se esforzaron por expulsarlos y buscaron un lugar permanente para que se asienten. Esta es una nación que fue aislada y distanciada de la vida, pero esta se ha mantenido viva y alerta y ha continuado construyendo su futuro y sus hijos han llegado a la cima de la pirámide en las ciencias, filosofía y en economía…
«Si esto es así, entonces ¿por qué los hijos de esta nación – incluso si son nuestros enemigos – no han sido objeto de estudio [a fin de investigar la forma en que] salieron por sí mismos del oscuro túnel donde el mundo quiso que permanecieran? Por qué hemos estado preocupados por los japoneses, mientras son los judíos que están más cerca de nosotros? Su situación [era] como la nuestra es ahora. Es más apropiado para nosotros observar su nueva historia [que la historia de los japoneses], ya que son nuestros enemigos, pasado y presente…
«[El enfoque en la reactivación japonesa] nos ha distanciado de la maravilla de esta nación judía, cuya presencia en el discurso religioso y cultural nos asusta. Esta es la nación que fue considerada nuestro enemigo terrible en el pasado y en el presente y por lo tanto es esta la [nación] que nos puede hacer despertar de nuestro letargo, ya que la rivalidad con lo que está más próximo a uno es quizá tema de máxima prioridad ya que su impacto es mayor. Podemos nosotros abrir los ojos y ver su camino en esta era?
«¿Podemos ser neutrales y olvidar la enemistad, para que podemos beneficiarnos del camino tomado por los judíos, cuyo inicio fue desafortunado, pero que en última instancia convirtió a [los judíos] en una nación que nos preocupa y nos hace temer todo el tiempo? Uno de las principios de la sabiduría es estar interesado en la fuente del peligro y considerarlo importante, con el fin de entender el cómo esta fuente de peligro es creada y cómo se convirtió en una pesadilla inquietante. Será posible hacer esto [en referencia a los judíos] sólo si mostramos una apertura por el éxito de esta nación, que, aunque una minoría dispersa, participó en formar la opinión pública mundial hasta que se convirtió en un modelo de capacidad para socavar cualquier decisión que no fortalezca su existencia o su influencia…
«La nación judía es más increíble y sorprendente que los japoneses. Esta alcanzó su fama por esfuerzos propios, planificando y administrando. El mundo hoy no cree, como a muchos de nosotros nos gustaría, en un gobierno religioso, o en la religión, sino que cree en sus intereses y en participar en darle forma a la vida. Esta es la lógica de la vida que rige hoy día y cuanto más uno se aferra a esta, mayor es la influencia de uno. La adherencia de los judíos a esta lógica les hizo ser exitosos en construir esta fama que nos conmociona y despierta la envidia de muchos de nosotros. El mundo de hoy no les da nada a menos que paguen por ello o inviertan esfuerzos [para lograrlo].
«La situación de la nación judía nos avergüenza más que [la de] cualquier otra nación. Ignoramos el hecho de que vive bien y avanza y que participa en moldear la cultura global. Entre nosotros, hablamos de ello, preocupados por la advertencia sobre sus obras, y sobre la maldad y el veneno que siembra dentro del pensamiento global. Y este es el hábito de los cobardes y su forma de tratar con aquellos que no están de acuerdo con ellos en todas partes…
«¿Cómo han hecho los judíos – cuando el mundo maquina en su contra – para ser exitosos en salir por si mismos del aislamiento y transformarse a sí mismos en una nación que [ambas] nos avergüenza e impacta grandemente ¿Cómo es que ha logrado esta nación lo que nosotros no podemos lograr, a pesar de la gran diferencia entre nosotros y ellos en todo – en números, en área geográfica y en recursos nacionales… [?]»
A diferencia de los árabes, los judíos entienden la lógica y el espíritu de los tiempos
«Los judíos son un pueblo competitivo y la vida es una competencia. La diferencia entre nosotros y ellos no es que el mundo ama su religión y odia la nuestra, sino más bien [radica en] el entendimiento de la lógica y el espíritu de la época frente a nuestra ignorancia respecto a la lógica y el espíritu de la época – ya que fuimos guiados por un equipo de predicadores que observan todo lo que ocurre en el mundo a través de un prisma religioso y piensan en cómo tramar un complot contra ello… Muchos predicadores no pueden comprender que la competencia hace erupción entre las naciones y no entre religiones.
«Nuestra situación actual persistirá hasta que surja una generación que actúe como las otras naciones y se beneficie de la experiencia de otros, en lugar de evadirlo, una generación donde la religión y la fe no les impidan mezclarse con los demás y creer en ellos y pensar positivamente sobre sus ideas, puntos de vista y teorías; una generación que compite con otras naciones en su principal industria – la industria de la vida. Entonces muchos predicadores verán a otras naciones cambiar sus puntos de vista respecto a nosotros y se arrepentirán… el tiempo que pasaron lavándole el cerebro a la gente en pensar que esas naciones tenían un problema con nuestra religión – una religión que se dice es la religión de la naturaleza humana, la mente y la lógica…»[10]
[1] Eshki dijo: «No creo que podemos tener una cooperación de seguridad directa, pero pudiera ser posible a través de la cooperación con los aparatos de seguridad estadounidenses0». Shorouknews.com 26 de julio, 2016.
[2] El asesor del Príncipe Heredero a la Corona de Abu Dabi condenó la visita en Twitter, escribiendo que esperaba que ambas reacciones oficiales y populares sauditas en su contra. Twitter.com/Abdulkhaleq_UAE, 22 de julio, 2016. Las facciones palestinas protestaron por la visita y pidieron a Arabia Saudita rechazar todas las formas de normalización de relaciones con Israel. Al-Quds Al-Arabi (Londres), 24 de julio, 2016. El periodista saudí Jamal Khashoggi también condenó la visita, con el argumento de que Arabia Saudita no la necesitaba. Al-Quds Al-Arabi (Londres), 25 de julio, 2016. La prensa oficial saudita rechazó la afirmación de que la visita fue sancionada oficialmente por el régimen, llamando a Eshki un «oportunista» que no representa a Arabia Saudita. Véase por ejemplo, un artículo de ‘Abdallah bin Yahya Al-Mu’allami en Al-Madina (Arabia Saudita), 8 de agosto, 2016. Otros artículos indicaron que Arabia Saudita cree que la lucha contra Israel es «crítica» y «existencial» y que la normalización de relaciones no es posible mientras la ocupación continúe. Véase, por ejemplo Hamed Al-Mane’ en Al-Watan (Arabia Saudita) 9 de agosto, 2016.
[3] Al-Hayat (Londres) 27 de julio, 2016.
[4] En referencia al debate sobre la sucesión del Profeta Mahoma antes de elegir a Abu Bakr como califa.
[5] Al-Jazirah (Arabia Saudita) 23 de julio, 2016.
[6] Esta frase aparece en el Corán 1:7 y es interpretada tradicionalmente como una referencia a los judíos.
[7] Al-Jazirah (Arabia Saudita) 30 de julio, 2016.
[8] Al-Jazirah (Arabia Saudita) 6 de agosto, 2016.
[9] Esto al parecer se refiere al alegato de que Benjamín Franklin realizo comentarios advirtiendo contra la inmigración judía a los Estados Unidos durante un receso en la Convención Constitucional de Filadelfia. El documento Franklin es parte de la propaganda nazi de 1935 que apareció en el «Manual Nazi Sobre el Tema Judío»; Para más detalles, véase MEMRI Despacho Especial No. 175 «En referencia a las declaraciones antisemitas atribuidas a los padres fundadores de Estados Unidos», 12 de enero, 2001, http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/411.htm.
[10] Al-Riad (Arabia Saudita) 21 de julio, 2016.