Tras el ataque terrorista del EIIS el 13 de noviembre, 2015 en París, el editor ejecutivo del diario iraquí Al-Mada ‘Adnan Hussein, publicó un severo artículo titulado «Este Es Nuestro Terrorismo, Somos Responsables», en la que afirmó que todos los musulmanes, sunitas y chiitas, son directamente responsables por el terrorismo que se esparce por el mundo. Este dijo que los planes de estudio, los medios de comunicación y las mezquitas en el mundo musulmán constituyen una plataforma para inculcar una especie de barbarie del Islam que defiende las decapitaciones y el derramamiento de sangre, mientras que la voz de la otra clase de Islam, que predica la paz y la compasión, apenas se escucha. Este extremismo religioso, que presenta a los musulmanes como la mejor de las naciones y todas las otras como infieles encaminados al infierno, ha arrojado al joven musulmán hacia «una guerra santa mundial» en contra del resto de la humanidad, afirmó. Este hizo un llamado a los musulmanes a reconocer esto y promulgar reformas integrales a fin de cambiar la retórica en las escuelas, mezquitas y en los medios de comunicación.

Lo siguiente son extractos de su artículo: [1]

‘Adnan Hussein (fuente: almadapaper.net)

«No podemos sacudirnos nuestra responsabilidad por el nuevo y terrible ataque terrorista que sacudió recientemente a París, la capital francesa. Nosotros, árabes y musulmanes, no podemos renunciar nuestro papel directo y nuestra estrecha relación con los ataques terroristas que han inundando todos los países del mundo, incluyendo a nuestros propios países, durante dos décadas o más.

«En religión y en las clases de historia en la escuela primaria, secundaria la escuela secundaria superior y luego [incluso] en la universidad, insistieron en enseñarnos que somos el [pueblo] elegido, la mejor y más gloriosa de las naciones, que nuestra religión es la verdadera religión y que somos el grupo correcto que será salvado [del infierno], [2] mientras que los otros son pueblos de falsedad, infieles que pertenecen en el infierno y están condenados al fuego eterno, cuya muerte es permisible y cuyas propiedades y mujeres son para que las tomemos. En estas clases se nos presentaron ejemplos, tales como los versos del Corán y hadiths proféticos que habían sido sacados de su contexto histórico, por lo que nos dieron la impresión de que el mandato era absoluto y debía aplicarse en todo lugar y siempre hasta el Día del Juicio Final…

«En la mezquita o el husseiniyya [salón de congregación chiita y lugar de culto], afilarían nuestras inclinaciones sectarias incitando contra los miembros de otras religiones e incluso de otras sectas [musulmanas], [llamándolos] khawarij, [3] rawafid [un término despectivo sunita para los chiitas], nawasib [un término despectivo chiita para sunitas], desviados y apóstatas.

«Hoy nuestros hijos y nietos reciben en sus escuelas, universidades, mezquitas y husseiniyyas grandes y fuertes dosis de [esa] [droga] sectaria religiosa que es espiritual y mentalmente mortal, mientras que las estaciones de televisión y radio sectarias religiosas, que transmiten las 24 horas al día los 7 días de la semana y reciben fondos a expensas de escuelas y hospitales, fortalecen su [efecto aún más]. Nuestros hijos y nietos están comprometidos en una guerra mundial santa contra todos los demás, sin importar su religión, secta o nacionalidad. Este ambiente dio lugar a los grupos extremistas islámicos, que fueron fertilizados por la pobreza, el desempleo, la marginación, la usurpación de los derechos humanos y las libertades individuales y colectivas, así como también la violación del honor, que a veces se llevaron a cabo en nombre del panarabismo y a veces en nombre de la religión o secta.

«No podemos escapar de nuestra responsabilidad por el terrorismo, y no hay excusas que nos avalen. Primero debemos reconocer [nuestra responsabilidad] y disculparnos nosotros mismos y a los demás y corregir nuestros caminos a partir de ahora. No podemos hacer esto sin repensar a fondo nuestros planes de estudio y el cambiarlos desde la raíz, desde la escuela primaria hasta el [nivel] universitario. No habrá perdón a menos que cambiemos la forma en que la religión es presentada en los planes de estudio, en las universidades, en las mezquitas y en las husseiniyyas y en las estaciones de radio y televisión. Ya que la religión [tal como se presenta allí] no es una religión de tolerancia, paz, armonía, responsabilidad mutua y compasión. La religión [presentada] en nuestros planes de estudios, universidades, mezquitas y husseiniyyas y en las estaciones de radio y televisión, es una religión brutal caracterizada por decapitaciones y derramamiento de sangre y que incita a robar, usurpar, esclavizar y violar. La otra religión [compasiva], que algunos reivindican como la verdadera religión, no tiene presencia en nuestras vidas. A lo mejor, su voz es débil y escuchada casi por nadie, especialmente entre la nueva generación oprimida que está marginada y cuya humanidad está siendo comprometida por la pobreza, el rechazo y la injusticia y por los disparatados planes de estudio y fatuas».


[1] Al-Mada (Irak) 15 de noviembre, 2015.

[2] Según un hadith, el Profeta dijo que la nación musulmana será dividida en muchos grupos y sectas diferentes, de las cuales sólo se salvaría una.

[3] Los Khawarij se separaron de las fuerzas del califa ‘Ali bin Abu Taleb y formaron el primer grupo de oposición religioso del Islam.