Liliya Shevtsova, ex-directora del Centro Fundación Carnegie en Moscú y compañera en Brookings, es una prolífica escritora sobre el tema de la política rusa. También fue co-fundadora del Consejo Mundial del Foro Económico Mundial en Davos sobre el Futuro de Rusia. En este artículo para el portal liberal Echo Moscú, Shevtsova explora la relación amorosa de Rusia con los Estados Unidos, que ha permanecido constante desde la época de Lenin hasta Putin. Rusia ha dominado el arte de explotar los recursos norteamericanos sin renunciar a una ideología de destruir finalmente a su adversario.

A continuación se presenta la traducción de MEMRI del artículo de Shevtsova.[1]

Liliya Shevstova (Fuente: Youtube.com)

«Imaginen que los Estados Unidos de Norteamérica desaparecieran repentinamente – se esfumaron hacia la Luna o algo parecido. ¿Qué haríamos en Rusia?, ¿De qué hablaríamos?, ¿A quién denigraríamos o admiraríamos secretamente?, ¿De qué hablaría la televisión? Y de quien hablaría Putin, si el presidente norteamericano no estuviese disponible? La política exterior rusa desaparecería totalmente, ya que esta se basa en la convicción de que un mundo unido es nuestra cooperación de enemistad con los Estados Unidos.

«A pesar de lo difícil que es tratar de desterrar este pensamiento desagradable, Estados Unidos se ha convertido en nuestro ‘engrudo’ sistémico. Luego de que todas las ideas unificadoras han sido agotadas, Estados Unidos como ‘amenaza’ ayuda a movilizar a todos alrededor de los gobernantes y les hace olvidar sus necesidades. Ninguna otra nación puede reemplazar a los estadounidenses en el papel de ‘enemigo’. Es humillante para una gran potencia ver a los ucranianos, polacos u otros vecinos en este papel. Los chinos no son aptos tampoco, ya que pueden tomarse este papel en serio, con todo lo que conlleva. Los alemanes? Eso también es peligroso: ¿Quién nos va a vender nuestro gas luego? Mientras que los Estados Unidos es el enemigo perfecto que difícilmente actuará precipitadamente. El caso de Obama que hizo todo lo posible para evitar enfurecer a Putin, confirma que los norteamericanos son personas sensatas y equilibradas.

«Existe otra razón que hace que los Estados Unidos sea nuestro ‘engrudo’: los estadounidenses ayudaron en el establecimiento de la economía soviética y del complejo militar-industrial. Sin la ayuda de Estados Unidos, la Unión Soviética no hubiese podido convertirse en una potencia global.

«‘Casi el 90-95% de la tecnología soviética provenía directa o indirectamente de los Estados Unidos y sus aliados. De hecho, los Estados Unidos y los países de la OTAN han construido a la Unión Soviética, sus capacidades industriales y militares… a través del comercio y la venta de plantas, equipos y asistencia técnica’, escribió el investigador británico-estadounidense Antony Sutton en su obra fundamental Suicidio Nacional: Ayuda Militar a la Unión Soviética. [2]

Incluso Stalin lo reconoció. El Embajador Averell Harriman informó al Departamento de Estado, recordando su conversación con Stalin en junio de 1944: ‘Stalin apreció mucho la ayuda estadounidense a la industria soviética antes y durante la guerra’. Stalin dijo que dos tercios de todas las grandes empresas industriales en la URSS fueron construidas con la ayuda de los Estados Unidos o con la asistencia técnica norteamericana’.

«Aquí se encuentran algunos hechos de la ‘lista Sutton’. A finales de la década de los años 1920, los estadounidenses diseñaron y construyeron tractores soviéticos y plantas de fabricación de aviones, refinerías de petróleo, empresas químicas, empresas de telecomunicaciones, fábricas de automóviles, tractores Uralmash, Magnitka, Stalingrad y Chelyabinsk, las fábricas de Leningrad Kirov, Rosselmash, la fábrica de Kramatorsk, la planta electro-mecánica de Jarkov y decenas de otras, así como también la central eléctrica de DniproHES fueron construidas o reconstruidas con la ayuda de Estados Unidos, Ford, General Motors, Packard, Kahn Group, Unversal Oil, Radio Corp., Badger Corporation, Lummus Company, Petroleum Engineering Corporation, Alco Products, McKee Corporation, Kellogg Company McClintock & Marshall, Austin Company, etc. – laboraron en la URSS. Los estadounidenses le vendieron a la URSS las últimas tecnologías, así como también muestras de productos, principalmente armas.

«¿Qué hizo que los norteamericanos construyeran el potencial militar-industrial de la URSS cuando ya se sentía claro que la Unión Soviética era su adversario?» De todos los motivos que Sutton menciona, dos de ellos parecen convincentes: los estadounidenses creían que el comercio y la cooperación les permitirían domar al gigante soviético y la lógica de los negocios fue puesta en el tapete («si no lo hacemos, alguien más lo hará»).

 

«No fue sólo la búsqueda de beneficios lo que hizo que los Estados Unidos ayudaran a los soviéticos. Luego de la revolución, cientos de estadounidenses vinieron aquí, cautivados por la idea de edificar el comunismo: los voluntarios estadounidenses desarrollaron Kuzbass y Donbass, crearon cooperativas agrícolas, construyeron fábricas de ropa.

«Quizás la historia más asombrosa es la participación estadounidense en el rescate a la Rusia Soviética de inanición en 1921-1923. Fue una operación humanitaria a escala sin precedentes. Los estadounidenses lograron salvar algo así como 10 millones de personas en la Rusia soviética. Al principio, Lenin se opuso categóricamente a la idea de la ayuda estadounidense. Pero después de que millones de rusos murieran de hambre, Lenin se vio obligado a aceptar la ayuda de Estados Unidos, aunque a regañadientes. La persona encargada de organizar la ayuda fue el futuro presidente norteamericano Herbert Hoover, quien odiaba a los bolcheviques y los consideraba bandidos, pero pensó que las vidas humanas tenían que ser salvadas, independientemente de quién gobernara Rusia. [El poeta] Máximo Gorki, sobrecogido por la forma en que los estadounidenses organizaron el rescate de los afectados por la hambruna, dirigió palabras de gratitud hacia los Estados Unidos – algo que los líderes soviéticos eran afines a la avaricia: «Su ayuda entrará en la historia como un logro único, gigantesco, digno de la mayor gloria, que permanecerá por mucho tiempo en la memoria de millones de rusos… que ustedes han salvado de la muerte».

«De esta manera, Estados Unidos ha demostrado no sólo un pragmatismo capitalista, sino también generosidad y compasión.

Durante la guerra, los Estados Unidos volvieron al rescate. El presidente Roosevelt, en un discurso a la nación estadounidense en noviembre de 1942, dijo: ‘Estamos muy agradecidos al pueblo ruso, al pueblo heroico… Si pudiera, me arrodillaría ante este pueblo… son un gran pueblo!’

«Desde 1941 a 1945, como parte de un préstamo-arrendamiento, Estados Unidos le envió a la URSS equipos militares por un valor de 11.3 billones de dólares (equivalentes a 146 billones de dólares en la actualidad) y recibió 3770 bombarderos, 11.594 aviones de combate, 5.980 cañones antiaéreos, 2.000 motores ferroviarios, 51.000 jeeps militares, 361.000 camiones, 56,445 teléfonos de campo, 600.000 kilómetros de cable telefónico, 22 millones de proyectiles de artillería, casi mil millones de cartuchos de rifle y 15 millones de pares de botas militares.

«La ayuda al pueblo soviético no llegó sólo a través de canales gubernamentales oficiales. Los estadounidenses crearon el Comité para el Alivio de la Guerra Rusa. Los estadounidenses donaron millones de dólares al Comité para comprar alimentos, medicinas, ropa y artículos esenciales para de esta manera enviarlos a la URSS.

«Y en los años 90, Estados Unidos rescató a la Rusia post-soviética. Su principal tarea fue ayudar a la población rusa a superar los difíciles años que siguieron al colapso de la URSS. En 1992-2007, el volumen global de la ayuda del gobierno de los Estados Unidos a Rusia fue de $16 billones. La ayuda fue principalmente para fines humanitarios, apoyo al desarrollo económico, educación y el área de la salud. La estructura misma de la ayuda estadounidense atestiguó el hecho de que los Estados Unidos estaban tratando de apoyar la estabilidad en Rusia y ayudar a resolver sus problemas de seguridad (eliminación de residuos nucleares, etc.).

«Rusia ha agradecido a los Estados Unidos por su ayuda y apoyo al designarla con un papel honorario del constante e insustituible enemigo!

«De esta manera, los líderes soviéticos lograron construir un mecanismo de explotación de los recursos de una civilización hostil, al mismo tiempo que no renunciaban a la idea de destruir a su adversario. Además, el Kremlin logró utilizar su propia dependencia tecnológica para fortalecer así el estatus de poder de Rusia ¡Qué gran paradoja política! Sin embargo, de vuelta al año 1991, el arte de lo absurdo no podía impedir el colapso de la URSS…

 

«Hoy, como antes, Rusia necesita de las tecnologías e inversiones estadounidenses. Necesita a Estados Unidos para validar su gran estatus de poderío… Sí, eso es: la clave del resurgimiento de la autocracia rusa se encuentra en el bolsillo norteamericano. El antiamericanismo regulado de la élite rusa y su obsesión con los Estados Unidos son sólo confirmación del hecho de que la élite lo sabe. Sólo queda pendiente una pregunta: ¿saben los Estados Unidos de que son un ‘engrudo’ sistémico? O pretenden no saberlo? O lo sabe pero no entiende qué hacer con este papel?

 

«¿Y si los Estados Unidos ya no desea proveernos el pasto al gran estado poderoso «en esteroides» y no nos ayuda en nuestro momento de necesidad? ¿Entonces qué sucederá?

 

«PS. Existe otra nación que ha tenido gran influencia sobre Rusia, pero más sobre este tema [aparecerá] en mi próximo publicado.

 

 

 

[1] Echo.msk.ru, 13 de julio, 2017.

Mientras que Sutton fue un académico respetado durante la mayor parte de su vida, este afirmó luego que la política del mundo fue orquestada por la Sociedad de la Calavera y Huesos de Yale y luego de su muerte en el 2002 se hizo popular entre los que profesan las teorías de conspiración.

 

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