En vista de la intensificada actividad militar rusa en Siria y declaraciones de altos funcionarios saudíes sobre la opción de una inminente intervención terrestre saudita en Siria, el editorialista del diario oficial saudita Al-Riad Ayman Al-Hammad, publicó un acérrimo artículo atacando la política de la administración Obama en el Medio Oriente. Al-Hammad afirma que el gobierno de Obama está adoptando una política de ‘poder blando’ en el Medio Oriente y en particular respecto a la crisis en Siria, mientras pasaba por alto su dimensión militar – concediéndole de esta manera a Rusia y sus aliados un estatus mayor en la región. Condenando «la rendición Estados Unidos a Siria», su abandono al tema palestino, y su acercamiento con Irán, el autor afirma que los Estados Unidos ha perdido la confianza de los estados árabes, que sienten les ha dado la espalda. Al-Hammad asesora a la administración de Obama el evitar el uso del poderío militar, porque esto significa que esta es requerida ocasionalmente «para poner las cosas de nuevo en marcha».

A continuación se presenta una traducción del artículo:[1]

Ayman Al-Hammad (Imagen: English.dohainstitute.org)

«El [politólogo estadounidense] Dr. Joseph Nye acuñó el término ‘poderío blando’, el cual denota el uso de medios no militares por un estado e instrumentos para crear por sí mismo una capacidad de influir, actuar y persuadir. Tales medios, centrándose en destacar la herencia cultural del estado, ayudan a mejorar su imagen en el mundo…

«Este término fue bastante frecuente en la literatura en la diplomacia pública y la política internacional durante la década anterior, particularmente después del 11 de septiembre y tras las campañas militares y las duras medidas de seguridad adoptadas después de [este evento], que afectó sensiblemente la imagen de los Estados Unidos de país plural y libre. A raíz de estos [eventos, los Estados Unidos] no tuvieron más remedio sino estresar y hacer hincapié en algunas [otras] partes de [su] legado ejemplar con el fin de mejorar su imagen y hacer brillar la luz una vez más sobre el lado positivo de la presencia norteamericana.

«Durante la década anterior, la presidencia de Barack Obama se caracterizó por una abstención en adoptar soluciones militares y de enviar soldados estadounidenses a las zonas de combate y [una preferencia por] las iniciativas políticas en su lugar. La crisis en Siria es un ejemplo notable de esto. La ausencia militar de Estados Unidos en la región, ya sea en Irak o en Afganistán y su rendición a Siria, ayudó a empañar su imagen ante los ojos de los países en la región. Desde la perspectiva de estos países, los Estados Unidos le ha dado la espalda a ellos, mientras que Rusia y sus aliados han asumido esta función. Esto tuvo un impacto significativo en la imagen de los Estados Unidos y el Presidente Obama, cuya llegada a la Casa blanca puede ser vista como el [anuncio] del pináculo de la [política] del poderío blando de Estados Unidos. Este [Obama] decepcionó a los estados árabes, que esperaron de él que tomase un enfoque más comprensivo a sus problemas que su predecesor George Bush Jr.

«¿Es el escaso [uso] de poderío duro necesario para reforzar al poderío blando? Los acontecimientos en la región, al menos, demuestran que la abstención de Estados Unidos en intervenir militarmente en Siria, el descuido del tema palestino y el acercamiento con Irán han perjudicado a los Estados Unidos. La imagen y popularidad de Obama, tanto entre el pueblo] norteamericano] y entre las élites. Rastreando el ascenso de Estados Unidos al poder y a la hegemonía mundial, descubrimos que esta hegemonía se deriva únicamente de su poderío militar y de sus películas de vaquero y de Star Wars. [Sólo] después de dejar caer las dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki los Estados Unidos se convirtió en la potencia número uno del mundo. Obviamente, [mis mundos] no deberían mal interpretarse como un apoyo a las aventuras militares estadounidenses – y estas son numerosas. La guerra en realidad es la peor [herramienta posible], pero en ocasiones su uso es inevitable. A veces, se necesita algo de firmeza para poner las cosas de nuevo en marcha».

[1] Al-Riad (Arabia Saudita), 14 de Febrero, 2016.

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