El cardenal Louis Raphaël I Sako, patriarca católico caldeo de Babilonia, dijo en una entrevista del 30 de diciembre de 2022 en Al-Sharqiya News TV de Irak que los cristianos son tratados como “ciudadanos de segunda clase” en ese país.
I Sako explicó que ciertas medidas en Irak “violan los derechos de los cristianos hasta la médula”, como la conversión de menores cristianos al Islam. El clérigo también dijo que en muchas situaciones, los cristianos se convierten al Islam para disfrutar de beneficios sociales, y no por razones religiosas.
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Cardenal Louis Raphaël I Sako:
Algunas cosas violan los derechos de los cristianos hasta la médula. La conversión de menores al Islam es un ejemplo. ¿Cómo puede ser posible tal cosa hoy en día? Un cristiano, que no puede divorciarse dentro de la iglesia para casarse con otra mujer, se convierte al Islam para poder casarse, no porque ame el Islam. Se lleva a todos sus hijos consigo y los registra como musulmanes. Esto no puede suceder en ningún otro país. Además, se impone la Sharía y algunas prácticas musulmanas a todos. Esto es inaceptable. Si quieres ayunar durante el Ramadán, hazlo, pero no tienes derecho a obligar a otros a ayunar. ¿De qué vale ese ayuno si no es real? Hay otras cosas.
“Las viejas leyes y la Constitución… He dicho antes que hay cristianos que fueron obligados a convertirse al Islam por ISIS o Al-Qaeda. Se convirtieron bajo amenazas de muerte. Así que proclamaron la Shahada pero no entienden el Islam.
“No les enseñaron nada para persuadirlos de convertirse en musulmanes. Estas personas regresaron a sus hogares, pero si quieren casarse como cristianos, no pueden. Realmente traté de ayudar, pero todo fue en vano. ¿Por qué? La constitución habla de libertad de conciencia, pero sólo en el papel. Esta mentalidad y estas prácticas, toda esta tradición heredada, deben terminar. El mundo se ha convertido en una aldea global. Basta con mirar a los musulmanes en el extranjero.
“Cuando visito el extranjero y me reúno con jefes de Estado, veo que los musulmanes tienen los mismos derechos que los cristianos y los ateos. Aquí, sin embargo, me tratan como a un ciudadano de segunda clase”.
