En un artículo reciente titulado «Habla Conmigo en Árabe» en el diario en inglés Saudi Gazette, el columnista Ibrahim Badawood lamentó el hecho de que muchos saudíes que han estudiado en el extranjero o que trabajan para empresas multinacionales, así como los chicos que asisten a escuelas internacionales en el reino, hablan en inglés entre ellos y no en árabe. Señalando que el conocimiento del árabe va por lo general en declive en el reino, con muchos que carecen de la capacidad de leer, escribir y hablar bien en su lengua materna, este advirtió que «una nación que no se enorgullece de su propio idioma es una nación sin identidad y puede ser fácilmente subyugada».

Lo siguiente es el artículo:[1]

Ibrahim Badawood (imagen: Arabnews.com)

«Es muy extraño ver a un número de jóvenes sauditas que se graduaron en universidades extranjeras hablando entre sí mismos en inglés. Uno también hallará a muchos saudíes que trabajaron para empresas multinacionales dentro de Arabia Saudita o en el extranjero y otros que vivieron fuera durante algún tiempo antes de regresar al Reino hablando entre ellos en inglés, el cual se ha ido convirtiendo lentamente en el idioma de la comunicación en nuestra sociedad. Cuando estos sauditas educados se reúnen, se comunican en inglés como si el árabe no fuese su lengua materna.

«Cuando se les pregunta a estas personas por qué hablan en inglés en lugar del árabe, salen con las más extrañas explicaciones, algunos dirán inmediatamente que el inglés es el idioma del momento y el idioma oficial en la mayoría de las reuniones y congregaciones científicas. También dirán que el inglés es el idioma de los negocios alrededor del mundo y que un gran número de investigaciones y ensayos están escritos en ese idioma. Lamentablemente, los árabes le han dado la espalda a su propio idioma. Lo reemplazaron con el inglés por la más ilógica de las razones. Al hacerlo, los árabes no sólo han destruido su idioma, sino que prácticamente le han dado muerte y lo han sacado totalmente de la escena.

«Algunos de nosotros hemos cometido un grave crimen al inscribir a nuestros hijos en las escuelas internacionales sólo para perfeccionar sus conocimientos del inglés. Creen que sus hijos aprenderán el árabe mezclándose con la sociedad o con miembros de su misma familia. No es algo poco común ver a chicos de la misma familia incapaces de comunicarse entre sí porque no todos ellos pueden hablar bien el árabe.

«El idioma árabe sufre hoy en escritos, lectura y en el habla. Un recorrido por nuestras calles les revelará que la mayoría de las vallas publicitarias, si no en inglés, estarán escritas en un árabe rasgado e incorrecto. Uno puede también observar la catástrofe cuando navega por las redes de medios sociales. El árabe que mucha gente utiliza en sus tuits está lleno de errores ortográficos y gramaticales. Esto es un indicador serio de que nuestro idioma va directo al desagüe.

«El árabe es un idioma sagrado y divino, es el idioma del Sagrado Corán y es ampliamente hablado en todo el mundo. Una nación que no se enorgullece de su propio idioma es una nación sin identidad y puede fácilmente ser subyugada. Cuando una nación se aleja de su propio idioma materno, puede ser fácilmente contenido. Su herencia e historia le serán robadas. Esto es exactamente lo que nuestros enemigos desean de nosotros. Quieren que ignoremos nuestro idioma para que les sea más fácil controlarnos. Los enemigos quieren que no hagamos del árabe la lingua franca de nuestro pensum escolar y que se cancele la enseñanza del idioma en nuestras instituciones educativas.

«El aprendizaje de idiomas extranjeros es muy importante, si no una necesidad. Estamos dispuestos a aprender idiomas extranjeros, pero esto no debe hacerse a expensas de nuestro propio idioma, cultura e identidad. Hablar en inglés tiene sus ocasiones especiales y momentos. Sin embargo, en nuestra sociedad, el árabe debería ser el medio de comunicación. Deberíamos hablar en árabe entre nosotros. Así que por favor, háblenme en árabe aunque ustedes sean habilidosos en inglés».

[1] Saudi Gazette (Arabia Saudita), 29 de diciembre, 2016.