En un artículo publicado el 7 de agosto, 2020 en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el ex-editor del diario Salman Al-Dosari, describió el «dudoso papel» desempeñado por Qatar en el Líbano, afirmando que la ayuda militar y financiera que este le extiende a Hezbolá lo convierte en cómplice de la mortal explosión que sacudió Beirut el 4 de agosto. Qatar, dijo, emplea «una política de contradicciones»: Este alberga la mayor base estadounidense en la región y afirma combatir contra el terrorismo, pero al mismo tiempo apoya en secreto a las organizaciones terroristas tales como Hezbolá y aviva las llamas del conflicto y los disturbios en varios países árabes, incluyendo el Líbano, Bahréin y Yemen, con el objetivo de promover la agenda de Qatar en esos países. Este concluyó diciendo que el apoyo de Qatar a Hezbolá no es diferente del apoyo iraní a esta organización, excepto por el hecho de que Irán sigue esta política abiertamente mientras que Qatar lo hace secretamente y que ambos países tienen mucho que ver con el desastre de Beirut. 

Salman Al-Dosari (Fuente: Dostor.org) 

Lo siguiente son extractos traducidos de su artículo:[1]

«El día que el liderazgo de Qatar trató de presentar su rostro humano enviando ayuda médica al Líbano luego de la explosión en el puerto de Beirut, el canal Fox News [estadounidense] expuso la participación de Qatar en la financiación de Hezbolá, que parece ser el responsable de la explosión, como parte de lo que el canal describió como complot qatarí generalizado para financiar el terrorismo.[2] [Según el informe de Fox News,] el papel de Qatar no se limita a financiar el armamento de Hezbolá, sino que va mucho más allá, ya que su embajador en la Unión Europea ofreció sobornar para ocultar el papel desempeñado por su país,[3] luego que dos organizaciones benéficas de Qatar [la Asociación Benéfica Jeque Eid bin Mohammad Al Thani y la Fundación Educación Por Encima de Todo] transfirieron fondos [a Hezbolá] en la forma de alimentos y medicinas. Esta intrincada política… refleja la ideología que sustenta la política exterior del régimen de Qatar y su interferencia en los asuntos de [otros] países. Esta es una política mucho más nefasta que la financiación directa que [Qatar provee abiertamente a] sus aliados o la hostilidad que este demuestra hacia sus rivales. El engaño, sin tener en cuenta las consecuencias, es el sello distintivo de la política exterior de Qatar…

«La política de contradicciones es un juego típico de Qatar: [por una parte] alberga en su territorio la mayor base estadounidense [en la región] y halaga abiertamente al presidente [estadounidense], [pero al mismo tiempo] incita contra la administración estadounidense en sus medios de comunicación y a través de sus vías diplomáticas. Qatar apoya a los houties [en Yemen] concediéndoles fondos y armas, pero lo ocultó participando en la coalición árabe [que lucha contra los houties] hasta su expulsión de [esta coalición] en junio del 2017. Qatar firmó la convención de la ONU que prohíbe a los países apoyar o financiar el terrorismo, pero se involucró en el apoyo a organizaciones terroristas cuando decidió pagar $1 billón en rescate a un grupo terrorista iraquí.[4] A nivel abierto, [el ex-primer ministro de Qatar] Hamad bin Jassim afirma que Qatar actuó como mediador en el conflicto del 2011 en Bahréin,[5] sin embargo, a nivel clandestino, este exigió a la Al-Wefaq [Sociedad Islámica Nacional, una organización política religiosa chiita en Bahréin] que avive las llamas de las revueltas populares en las calles. Estos son solo varios ejemplos de las decenas de posturas [qataríes] en conflicto, que se han convertido en parte integral de la ideología política de este régimen qatarí.

«La participación de Qatar en la financiación de Hezbolá no es nueva. El semanario alemán Die Zeit expuso un nuevo escándalo que involucra el apoyo directo de Qatar no solo a Hezbolá sino también a muchos partidos y organizaciones de oposición [en otros países], en un intento por hacer que estos cumplan con la agenda de Qatar, oficial o extraoficialmente. En el caso del Líbano, lo último que necesitaba el pueblo libanés era que [otro] elemento interfiriera en sus asuntos y apoyara a una organización que efectivamente ha ocupado al país y lo gobierna con la fuerza de las armas, [una organización] que es básicamente la fuente de todos los problemas [del Líbano]. Luego apareció un país y fortaleció la política de esta organización y la apoyó financiera y militarmente, lo que hizo que todos se preguntaran: ¿Cuál es la diferencia entre el apoyo iraní a Hezbolá y el de Qatar? [La respuesta es] que no existe diferencia alguna entre los dos casos, excepto por el hecho de que Irán lo hace abiertamente mientras que Qatar lo hace de manera secreta, con base en un doble discurso y con una extraña arrogancia.

«Lo último que esperan los libaneses de cualquier fuerza [extranjera] es exacerbar sus conflictos internos apoyando a un bando en contra del otro y fortaleciendo elementos totalmente indeseados. [Sin embargo] Qatar descaradamente se atreve a persistir en su dudoso papel de exacerbar conflictos dentro de [otros] países, sin importarles las consecuencias. Entonces, si Hezbolá es responsable por los miles de muertos y heridos y de las 300.000 personas que quedaron sin hogar por causa ​​de la explosión en el puerto de Beirut, Qatar también comparte esta responsabilidad, al igual que Irán, porque todos aquellos que participaron en el financiamiento y ayuda a Hezbolá tienen una mano en este desastre que afectó a todos los libaneses».


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 7 de agosto, 2020.

[2] Foxnews.com, 6 de agosto, 2020.

[3] Fox News afirma que «Abdulrahman bin Mohammed Sulaiman al-Khulaifi, el embajador de Qatar en Bélgica y de la OTAN [así como ante la Unión Europea], intentó supuestamente pagarle a un contratista de seguridad privada 750.000 euros para silenciar el papel del régimen de Qatar en el suministro de dinero y armas «a Hezbolá.

[4] La referencia es a informes de que Qatar pagó 1 billón de dólares por la liberación de un grupo de caza que incluía a miembros de la familia real que habían sido secuestrados por terroristas en Irak en el 2015. Véase, por ejemplo, bbc.com/arabic, 17 de julio, 2018; mobtada.com, 30 de marzo, 2019.

[5] La referencia es al malestar popular ocurrido en Bahréin en el año 2011 siendo este parte de la Primavera Árabe.