En un artículo publicado el 20 de julio, 2021 en el portal en inglés de Al-Arabiya, Rami Rayess, importante periodista sénior libanés y asesor del líder druso Walid Jumblatt, escribe que Irak debería establecer vínculos con Israel como forma de contrarrestar la influencia y presencia de Irán en Irak y en la región. Este evalúa que tales lazos pueden beneficiar a ambos países en sus respectivas batallas con Irán, especialmente dadas las probabilidades que Irán salga fortalecido luego de renovar el acuerdo en materia nuclear con los Estados Unidos. Los vínculos con Israel también pueden ayudar a Irak a lograr su objetivo de fomentar lazos mucho más cercanos con los Estados Unidos, dice Rayess. Al-Rayess señala que un anuncio público de amistad entre los dos países «sería la jugada perfecta» – pero es muy probable que esto no suceda, dada la hostilidad que ha existido entre estos durante décadas. Este sugiere, por lo tanto, que Israel e Irak deberían construir su relación en silencio al principio y colaborar en alguna acción militar encubierta en contra de Irán.

Rami Rayess (Fuente: Twitter.com/RamiRayess)
Rami Rayess (Fuente: Twitter.com/RamiRayess)

Lo siguiente es su artículo:[1]

«Mientras Israel busca desarrollar relaciones con sus vecinos árabes en la región, un país que los comentaristas a menudo pasan por alto es Irak. Es muy probable que el inestable país devastado por la guerra ocupe un lugar destacado en el radar de Israel a fin de cimentar lazos más estrechos. Si hubiese buena voluntad, esto beneficiaría a ambos en sus respectivas batallas con Irán. La situación se convertiría en un enorme paso a los esfuerzos para contrarrestar la presencia de Irán en el país. Presentar a Teherán como una amenaza común para ambas naciones es un punto que Bagdad considerará. Dada la creciente influencia de Irán en Irak, encontrar apoyo en el punto de ebullición del Medio Oriente no es tarea fácil.

«El actual gobierno iraquí está dispuesto a fomentar relaciones mucho más estrechas y cercanas con Washington a fin de combatir la creciente influencia de Irán en partes del país. Si bien una visita a Washington del primer ministro iraquí Mustafa al-Kadhimi planeada para la próxima semana debe incluir discusiones sobre el dilema iraní, está muy claro que Estados Unidos no tiene ganas de ser arrastrado en su totalidad al atolladero en que se ha convertido Irak. La reunión resonará más si se plantea el tema israelí. Washington felizmente desempeñará un papel muy eficaz, reuniendo a dos de sus aliados para seguir un camino favorable en un conflicto cada vez más amplio con Irán, que se ha convertido en una complicada herida en la política exterior de los Estados Unidos en el Medio Oriente.

«Israel e Irak han tenido sus propias historias turbulentas. Luego de la invasión estadounidense en el año 2003, antagonismos y acusaciones a dedo se basaron en un pretexto controvertido de posesión de armas de destrucción masiva. Al unirse al apoyo estadounidense, Washington puede disipar los temores israelíes a medida que concluyen favorablemente las conversaciones de Viena para Irán. El ayudar a contrarrestar la amenaza de Irán en Irak le ofrece crear relaciones públicas positivas a Washington. Claramente, con el levantamiento de las sanciones, Teherán tendrá acceso a fondos congelados por valor de billones de dólares a su disposición para sus milicias regionales en Yemen, Siria, el Líbano e Irak: Las expectativas de que Irán utilice los nuevos fondos para abordar la pobreza o desarrollar infraestructuras son bajas y muy remotas.

«Uno debe recordar que la percepción popular que posee Irak de Israel es de enemigo y no como amigo. El arraigado sentimiento público en Irak empuja en dirección al nacionalismo árabe. Esta visión no ha cambiado durante varias décadas y sigue siendo un obstáculo para la construcción de relaciones, por Ahora. Existen muy pocas dudas de que desarrollar las relaciones entre Irak e Israel es muy difícil, pero esto no significa necesariamente que un puente mutuamente exitoso sea imposible de lograrse. Los medios de comunicación son esenciales. Dejando de lado la política, los problemas y las normativas políticas locales, los sucesivos regímenes iraquíes siempre han compartido un denominador común: una hostilidad profunda e innegable hacia Israel.

Israel también, por supuesto, correspondió a la hostilidad y siempre estuvo ansioso por reducir las crecientes capacidades militares de Irak. En 1981, destruyó el reactor nuclear iraquí por temor a que el país se uniera al club nuclear creando un equilibrio de poder de facto, algo que este no logró representar.

«Un abrazo público abierto entre Israel e Irak diciéndole al mundo que ahora son amigos, por supuesto es la obra perfecta, pero no vivimos todavía en un mundo perfecto.

«¿Se aventurará el ejercito israelí en Irak como camaradas en armas para combatir la amenaza de Irán? No, por supuesto que no. Pero, con la excepción de aquellos afiliados a Irán, la mayoría de los iraquíes se sienten frustrados con la creciente influencia de Teherán en sus asuntos internos. ¿Cuál es la mejor manera de mitigarlo? Si no es una confrontación militar a gran escala, entonces una guerra de subterfugios mutuos es la ruta obvia a tomar. Las fuerzas especiales israelíes acechan en las sombras en gran parte del Medio Oriente y atacan rápida y eficazmente. El Líbano, Siria e Irak todos han experimentado frontalmente las capacidades militares de Israel. ¿Es tan descabellado pensar que Israel e Irak construirán su relación en silencio al principio y fuera de la mirada del público, con el fin de colaborar en la castración efectiva de Irán? ¿Se hará Bagdad la vista gorda y permitirá que Israel apunte a los activos iraníes mientras condena públicamente sus acciones?

«Desde que se creó el estado, Washington siempre ha querido ofrecer una mano amiga a Israel a fin de preservar su supremacía militar en el Medio Oriente. Estados Unidos ha sido el aliado más firme de Israel durante décadas. Con los cambios drásticos que se desarrollaron luego de la invasión estadounidense a Irak, los acontecimientos lo han transformado en un país diferente. Un estado poderoso y débil, todo en uno. Un estado casi fallido con corrupción generalizada en todos los niveles del gobierno, mientras al mismo tiempo, en un estado indispensable con un poder regional significativo. Este estado todavía necesita ayuda. Siguiendo una estrategia en la que ‘el enemigo de mi enemigo es mi amigo’ puede beneficiar enormemente a Israel y a Irak si unen sus fuerzas para contrarrestar la creciente amenaza de Irán en la región».


[1] English.alarabiya.net, 20 de julio, 2021.