Por: Alberto M. Fernández

El presidente sudanés Omar Al-Bashir y la Mezquita de los Dos Nilo en Jartum

Recientemente observe una pequeña pero ruidosa manifestación en una ciudad española. Los jóvenes manifestantes, con orejas perforadas, tatuados y muy bien vestidos, eran comunistas con banderas que incluían el martillo y la hoz, y que llamaban «a poner fin a las fronteras y muros». Pero estos no estaban manifestando contra Donald Trump, sino más bien contra las fronteras y barreras de la Unión Europea. La tasa de desempleo en España es del 20% y su tasa de desempleo juvenil es de 44%.

Hoy pareciera que existen aquellos que sólo quieren paredes y los que quieren derrumbar todo junto a las poblaciones inquietas entremedio. La Orden Ejecutiva de la Casa Blanca del 27 de enero, 2017 de «Proteger a la Nación a la Entrada Terrorista Extranjera en los Estados Unidos» ha generado una tremenda controversia y comentarios, la mayoría negativos, con relatos desgarradores de casos de privación individual real y también de giro partidista. Los sondeos sugieren que más estadounidenses aprueban la O.E. de los que la desaprueban.[1]

Una de las líneas de argumentación más especulativas ha sido que la nueva Orden Ejecutiva es una «bendición para el reclutamiento del EIIS» – la idea es que de alguna manera los musulmanes estarán ahora más fácilmente influenciados por la narrativa del EIIS. Como si los musulmanes fueran chicos o bombas de tiempo listos para convertirse en terroristas si el mundo le es malvado a ellos o Trump los excluye. La abrumadora mayoría de los musulmanes se oponen al EIIS por sus propias razones, no por nuestra política o por quién es el presidente estadounidense. Sí, podemos hacer todo tipo de cosas para herir nuestros propios esfuerzos en la lucha contra el EIIS, pero negarles a los musulmanes su propia complejidad y agilidad y su propia motivación, parecería no sólo ser fanatismo sino algo muy superficial.

Y es difícil ver cuánto ayudaría una prohibición de visa (aparentemente temporal) a una narrativa del EIIS que amplifica en demasía eventos pasados tales como las Cruzadas y la Reconquista y amenaza con «conquistar Roma, romper sus cruces y esclavizar a sus mujeres». La narrativa que el EIIS utiliza y lo usará todo, pero ha sido impulsada principalmente en años pasados ​​por la creación idealizada de un califato islámico supuestamente perfecto basado en «la Metodología Profética» y en la carnicería sectaria en el Medio Oriente, especialmente en Siria.

Uno de los partidarios del EIIS demostró un enfoque muy amplio cuando comentó el 29 de enero: «La gente está muy enojada. Trump le cerró las puertas a los inmigrantes de tierras musulmanas y yo también estoy enojado, pero ¿se dan cuenta que Obama ha deportado más gente que todos los presidentes del siglo XX antes de él COMBINADOS? Esto sólo muestra que no es solo Trump u Obama, sino todos en este envenenado, corrupto, campesino y kuffar [infiel] país. El problema no es solo el funcionario electo, sino el kuffar que lo colocó ahí también. Todos ellos son malvados, especialmente los judíos!»[2]

Y aunque mucha tinta ha sido derramada sobre las emociones del momento y en criticar a la nueva administración estadounidense, menos se ha dicho sobre cómo los siete gobiernos en la lista de prohibición de visa temporal tratan de conjurar con ello.

Es completamente posible que la administración decida, después de una revisión exhaustiva, que se han colocado la mayoría de las piezas de seguridad en su lugar y que la mayoría de las operaciones de visado pueden ser reanudadas. Sin embargo, a mi manera de ver, cinco de los países que figuran en la lista – Libia, Somalia, Yemen, Siria e Irán – podrían tener dificultades para cumplir cualquier límite avanzado de visas. Todos estos son países en caos, a menudo carecen de embajadas residentes en los Estados Unidos o con un régimen antiestadounidense en el poder, en el caso de (Irán).

Es muy probable que se encuentren razones plausibles y lógicas para que Irak, dada su centralidad en la lucha contra el Estado Islámico, sea eliminado de esta lista negra[3]. El país que más probablemente será capaz de tomar medidas por su cuenta para satisfacer a los estadounidenses y que está muy motivado para hacerlo es, irónicamente, el gobierno islámico de Sudán.

Un violador en serie de los derechos humanos y país proscrito internacional de larga data, el Sudán gobernado por el PCN es, en términos de su propia supervivencia, el estado sudanés más exitoso de la historia en el poder durante casi 28 años (1989-2017). El estado Mahdiyya independiente en Sudán sólo duró 14 años antes de que fuese destruido por los británicos. A pesar de los continuos disturbios internos, manifestaciones, el vibrante activismo de la sociedad civil y una serie de sangrientas guerras en su periferia – Darfur, Abyei, Cordobán del Sur, el Nilo Azul- el régimen de Omar Al-Bashir ha persistido, si es que no floreció

El conflicto en todos esos lugares no ha desaparecido, por supuesto, especialmente en el Cordobán Sur y el Nilo Azul, donde el SPLM-N posee fuerzas. Pero el nivel de violencia ha sido intermitente y lo suficientemente bajo como para evitar los titulares internacionales negativos que Sudán logró en la cumbre del Movimiento Salven a Darfur hace más de una década. O puede ser que el tipo de violencia visto en Sudán ahora parezca lo suficientemente distante y anticuado en comparación con el aplastante derrumbamiento de ciudades visto hoy en Siria.

Autor con el enviado especial estadounidense Scott Gration, en la retenida Jebel Marra rebelde por el SLA, en el 2009

El régimen sudanés se ha reinventado constantemente a través de los años, desde ser un promotor del terrorismo islámico regional y refugio seguro para Bin Laden a un pacificador con el SPLM y un valioso cooperador en operaciones anti-terrorismo con los Estados Unidos. Más reciente este viró de una relación confortable con la República Islámica de Irán a una consolidación de mejores relaciones con Arabia Saudita. Sudán incluso suministró tropas para el esfuerzo dirigido por Arabia Saudita en Yemen.[4]

Un reciente y muy publicitado mensaje del Canal Disidente del Departamento de Estado advirtió que la nueva prohibición de viajar «sólo puede ser levantada en condiciones que serán difíciles o imposibles para estos países».[5] Sudán, con su bien organizado si bien temibles aparatos de seguridad nacional, El NISS y con una Embajada de Estados Unidos en pleno funcionamiento y con el incentivo adicional de levantar las sanciones y la retirada de la lista de Patrocinadores Estatales de Terrorismo, parece ser la mejor apuesta para cumplir con estas «condiciones difíciles o imposibles».

El anuncio del 13 de enero, 2017 de la administración Obama a la eliminación de un embargo comercial y sanciones fue supuestamente hecho con la aprobación de la administración entrante Trump, pero este arranca en 180 días tras ese anuncio. A diferencia de Irán, Sudán no es una amenaza regional importante y una mejora de las relaciones con los Estados Unidos podría ser una victoria diplomática temprana para la Administración Trump y, posiblemente, pudiera mejorar la vida de los sudaneses comunes[6]. Ciertamente, muchos críticos sudaneses feroces del actual régimen están a favor de una mejora temprana de relaciones con los Estados Unidos.[7]

Sudán también se está beneficiando de una mejora en las relaciones con una Unión Europea preocupada por los flujos migratorios no gestionados desde África hacia Europa y recibe indirectamente dinero para ayudar a frenar ese flujo y mejorar la vida en las periferias marginadas del país[8].

La situación en Sudán no es tan estable. Existe un considerable malestar y un creciente descontento sobre las condiciones económicas y la continua represión. La sucesión hacia un anciano Presidente Al-Bashir es turbia. Pero Sudán ha sido un «estado turbulento» durante décadas y casi parece un modelo de algún tipo de gobernabilidad viable comparado con la anarquía de Libia o Yemen.[9] Este es un régimen que ama negociar y se deleita dentro de los detalles de los acuerdos políticos y de seguridad. Ciertamente, las partes del liderazgo sudanés necesitaban llegar a un acuerdo con los estadounidenses, la élite política gobernante y las fuerzas de seguridad son lo suficientemente capaces de realizarlo.

[1] Thehill.com, 31 de enero, 2017.

[2] Véase el informe del PSATY en MEMRI – Partidarios del EIIS reaccionan a la política migratoria del Presidente Trump en Facebook, Instagram, 30 de enero, 2017.

[3] Foreignpolicy.com, 30 de enero, 2017.

[4] Theguardian.com, 12 de enero, 2016.

[5] Huffingtonpost.com, 30 de enero, 2017.

[6] Forbes.com, 23 de enero, 2017.

[7] Africanarguments.org, 17 de octubre, 2007.

[8] Irinnews.org, 26 de mayo, 2016.

[9] Africanarguments.org, 17 de octubre, 2007.